Texto: José Miguel Sánchez
Fotografía: Archivo General de la Nación
14 de mayo de 2021
Chilpancingo
Era el mes de mayo de 1911, lo que después los historiadores llamaron Revolución Mexicana, había comenzado seis meses atrás, en Guerrero, apenas tres. Justo el 28 de febrero, cuando sesenta revolucionarios entraron al poblado de Huitzuco a confrontarse con 200 soldados federales.
Para comenzar la revolución en el estado, la Junta Revolucionaria Central envío cincuenta carabinas y cinco mil cartuchos.
Con el paso de los meses se iniciaron levantamientos en la región Norte, Montaña y Costa Chica, pero faltaba la capital.
Los líderes de la revolución consideraron necesario tomar Chilpancingo por su importancia política y militar.
El historiador Francisco Herrera Sipriano en su artículo denominado La insurrección maderista en Guerrero relata la crisis política que vivió el estado en esas fechas.
“Conforme avanzaba la revolución, los acontecimientos políticos se precipitaron. El 20 de abril el gobernador Damián Flores huyó del estado escudado en una licencia concedida por el Congreso local, quedando como gobernador interino Silvano Saavedra.
El 2 de mayo Saavedra deja su lugar a Teófilo Escudero, quien pasa a ocupar el cargo de gobernador interino.
Tres gobernadores en menos de 15 días.
No hallaban la manera de enfrentar la marejada revolucionaria y preferían abandonar el barco. Mejor para los revolucionarios, quienes cada vez se fortalecían más”, se lee en el artículo de este historiador.
Mientras eso sucedía la insurrección seguía su curso. Los diferentes poblados del estado caían uno tras otro en poder de los revolucionarios y se planeó llegar a Chilpancingo y liberarla de las tropas federales.
De acuerdo con la cronología de la revolución que realiza el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), la batalla por Chilpancingo entre las tropas federales y revolucionarias se dio los días 13 y 14 de mayo de 1911.
En el libro, Julián Blanco y la revolución en el estado de Guerrero, escrito por Custodio Valverde se cuenta que Julián Blanco fue el encargado de tomar Chilpancingo. En el poblado de Dos Caminos Julián Blanco concentró alrededor de mil hombres provenientes de la Costa Chica, Grande y la zona Centro para avanzar hacia la capital.
Chilpancingo estaba custodiada por ochocientos soldados federales al mando del teniente coronel Juan Robles Linares.
A pesar de que las tropas federales eran menos, estos superaban en armamento a los revolucionarios.
No hay muchos datos sobre la batalla que se libró en Chilpancingo, las distintas fuentes solo relatan que la noche del 14 de mayo los soldados federales huyeron de la ciudad y se escondieron en la sierra.
Fue así como las tropas revolucionarias tomaron el control de la capital, desconocen, al Congreso local y al gobernador Teófilo Escudero y hacen valer el artículo 10 del Plan de San Luis que dice así: “El nombramiento de gobernador provisional de cada estado que haya sido ocupado por las fuerzas de la revolución será hecho por el presidente provisional”, el nuevo gobernador provisional tendría la responsabilidad de convocar a elecciones para que el pueblo eligiera al próximo gobernador.
El Plan de San Luis fue un manifiesto realizado por Francisco I Madero, líder del movimiento revolucionario, dicho documento llamó a levantarse en armas para terminar con la dictadura de Porfirio Díaz y establecer elecciones libres.
Finalmente el gobernador interino fue Francisco Figueroa, uno de líderes de la revolución en la zona Norte del estado.
El 26 de mayo Porfirio Díaz renuncia al cargo de presidente, deja como suplente a Francisco León de la Barra quien convoca a nuevas elecciones en las cuales Francisco I Madero resulta ganador.
Un mes después de la toma de la capital Madero visitó Chilpancingo para agradecer a las fuerzas revolucionarias su participación en la lucha armada.
Así concluía la primera parte de la Revolución Mexicana, pero Chilpancingo protagonizaría dos batallas más en los años posteriores.