A Víctor Manuel Enríquez, quien intentó asesinarla, se le emitió una sentencia, pero se amparó. Sigue libre. Ella teme que logré silenciarla ante la inacción institucional
Texto y fotografía: Beatriz García
8 de abril del 2021
Chilpancingo
“Sobreviví también a un estado de indefensión, a una constante violencia feminicida. Sobreviví a lesiones infames, a misoginia y a la violación de mis derechos humanos en los ámbitos público y privado. El agresor está libre y sigo siendo vulnerable”, dijo Alejandra Mateos Jiménez a tres años de que su ex novio, Víctor Manuel Enríquez Lezama, intentó asesinarla.
Después de 36 meses que la intentara matar, al agresor de Alejandra le fue dictada una sentencia, pero aún no se cumpla porque tramitó un amparo. La sentencia es de seis años y seis meses de prisión, además de una multa de 425 salarios mínimos.
El 8 de abril, después de 54 días de noviazgo, Víctor Manuel golpeó fuertemente a Alejandra, dejándole daños físicos graves que la mantuvieron 22 días inmóviles. Unas horas después acudió al Ministerio Público a interponer una denuncia contra su ahora ex novio.
En conferencia de prensa, Alejandra, acompañada de representantes de distintas organizaciones feministas como Las Revueltas, la Alianza Feminista de Guerrero, Aliadas por la Justicia, Camino con Alas A.C, informó sobre la lentitud del proceso que impide se cumpla la sentencia contra Víctor Manuel.
Alejandra tardó 23 meses para que el Estado sentenciara a su agresor.
Pidió que su caso no sea uno más en la estadística, que no se quede en la impunidad, o que se le dé el espacio a Víctor Manuel a que regrese y ahora sí la silencie para siempre.
La sentencia impuesta al agresor de Alejandra está suspendida por el procedimiento que inició Víctor al solicitar un amparo federal.
“Él sigue libre y yo sigo temerosa de que me vuelva agredir, me encuentro en un estado de indefensión. Hoy 8 de abril del 2021, a tres años de la agresión, al honorable Tribunal Colegiado en materias penal y administrativa del Vigésimo Primer Circuito con sede en Acapulco, para que por favor no continúe aplazada la ejecución de la sentencia de mi agresor, para que analicen a profundidad mi caso”, pidió la víctima.
Víctor sigue amenazando a Alejandra a través de amigos, y ellos le dicen que tome precaución. Le dicen que su agresor insiste que “muerta la perra se va acabar la rabia”, que él no irá a la cárcel.
La representante de Camino con Alas, Eva García Estrada, recordó cuando atendió a Alejandra hace tres años, pensó en que tendría pronto justicia si las asociaciones la acompañaban, pero que la justicia se le negó.
Dijo que Alejandra además de la agresión física del ex novio vive violencia institucional.
La representante de Aliadas por la Justicia, María Luisa Garfias Marín, expresó que este caso demuestra la impunidad que existe en Guerrero, donde a las autoridades que les corresponde garantizar el ejercicio de los derechos humanos de las mujeres no hacen su trabajo.
Mencionó que “molesta y encabrona” que el gobierno estatal proclame el apoyo a las mujeres, que exista una alerta de violencia de género para que las autoridades cumplan con las acciones de erradicación de la violencia contra las mujeres y siguen como si no pasara nada.
La integrante de la Alianza Feminista de Guerrero, Marina Reyna Aguilar, comentó que las dos declaratorias de alerta de violencia de género que hay en el estado contemplan una serie de acciones, entre ellas capacitación a funcionarios y funcionarias que administran la justicia, pero no se ve el cambio.
“Alejandra es una sobreviviente de feminicidio”, sentenció.
La representante de Las Revueltas, Yolitzin Jaimes Rendón, también vertió su posición sobre el caso: “Es lamentable que ninguna institución garantice la justicia; el acceso a la justicia para las mujeres en Guerrero y en México se ve muy lejana, por eso detestamos tanto las campañas que emprenden los distintas instituciones en apoyo a las mujeres, cuando dicen denuncia a tu agresor, pero en esas campañas nunca dicen todo el suplicio que van a vivir las mujeres al denunciar”.