Boleros del zócalo de Chilpancingo, entre la pandemia y espacio laboral acotado

La plaza Primer Congreso de Anáhuac lleva meses cerrada y eso ha reducido sus posibilidades de ingreso


 

Texto: Itzel Urieta y Amapola Periodismo

Fotografía: Itzel Urieta

12 de marzo del 2021

Chilpancingo

 

Arnulfo Castro Reyes es uno de los 26 boleros que conforman la Alianza de trabajadores de lustre del calzado Primer Congreso de Anáhuac, quien, aún con la pandemia, todos los días sale a trabajar al zócalo.

 

Esto no implica que la crisis sanitaria exentó al gremio. De los 26 boleros que había en la plaza cívica ahora sólo asisten 10.

 

Prácticamente a un año de la pandemia por Covid-19, el zócalo de Chilpancingo está acordonado, es decir, el paso está prohibido. Las autoridades sólo dejaron unos pasillos disponibles como acceso para los bancos ubicados alrededor.

 

En estos momentos, Guerrero está en color amarillo en el semáforo que mide la intensidad de la pandemia. El gobierno de estatal decidió cambiar de rojo a amarillo, sin pasar por el naranja.

 

En días normales, el zócalo estaría lleno, por ejemplo, de familias, parejas, vendedores, personas que ofrecen algún servicio o simplemente de personas que cruzan por ahí y que serían clientes potenciales de los boleros.

 

Arnulfo tiene 52 años y es quien sostiene a su familia. Trabaja todos los días de las ocho de la mañana a tres de la tarde, sólo se regala parte de la tarde del domingo.

 

Cuando recién comenzó la pandemia estuvo dos meses en casa, pero regresó a trabajar porque tenía que pagar luz, agua y comida.

 

 

En su lugar de trabajo, Arnulfo está acompañado de Ulises Antaño, otro bolero. Él sólo pudo quedarse en casa 15 días. “Para el gobierno es fácil decir quédate en casa, porque ellos (los servidores públicos) tienen ingresos, pero nosotros no y no nos dan ningún apoyo”, comentó.

 

Ulises tiene 48 años, es originario de Chilpancingo, trabaja de lunes a sábado. “Hay días variados, donde nos va más o menos y otros donde casi no sacamos nada”, mencionó.

 

Siguió: “hay compañeros que ya no regresaron, que optaron por buscar otros empleos; unos se fueron de albañiles, pero la verdad ahorita todo está difícil”.

 

Aun cuando las autoridades dijeron que el semáforo amarillo era para reactivar las actividades económicas, no para convocar a las personas a que salgan de sus casas, lo cierto es que la economía no es posible sin lo segundo.

 

Para los boleros, aun con estas permisiones, sigue complicado porque en las oficina de gobierno alrededor del zócalo y el flujo en la plaza misma aún está reducida.

 

Ambos boleros comentaron que antes del confinamiento por la contingencia, las autoridades estatales le prometieron un apoyo mensual de 2,000 pesos y una despensa. De ellos, sólo recibieron una despensa.

 

Los empresarios e integrantes de organizaciones civiles les han dado más despensas que el gobierno.

 

El tema que tampoco hay que obviar es que la pandemia sigue y que en las cifras sanitarias no paran de sumarse nuevos casos. Aquí van las cifras de la Secretaría de Salud estatal: 36,427 casos acumulados y 3,798 defunciones. De los casos acumulados 753 siguen activos. Tan sólo en las últimas 24 horas se sumaron 117.

 

 

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