A 67 meses de lucha, la consigna de “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!” ocupa los espacios digitales para continuar con el movimiento de padres de los jóvenes desaparecidos, muchos de ellos, adultos y enfermos y también vulnerables en esta contingencia
Texto: Jacob Morales Antonio
Fotografía:
26 de abril del 2020
Chilpancingo
La emergencia sanitaria por la pandemia de Covid-19 en México paralizó las protestas mensuales de los padres y madres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, en las calles de la Ciudad de México y Guerrero para exigir la presentación de los jóvenes.
Al cumplirse los 66 meses de lucha, el grito de “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”, de alguna manera se frenó el pasado 26 y 27 de marzo, por las recomendaciones de la Secretaría de Salud que prohibió la concentración de personas para evitar el contagio del virus. Pero la consigna sigue intacta, porque, como casi todo en estos tiempos, para este mes, el 67, tomó otros espacios.
Los rostros de los 43 jóvenes desaparecidos impresos en lonas quedaron enrollados y guardados, por ahora. Sólo por esta temporada de pandemia.
Los padres no salieron a las calles porque habría que cuidarse para seguir con su lucha a ras de suelo en los próximos meses. La mayoría de ellos rebasan los 60 años, además algunos han padecido fuertes enfermedades, unos se han recuperado otros no. El cáncer terminó con la vida de doña Minerva Bello Guerrero, madre de Everardo Rodríguez Bello, uno de los muchachos desaparecidos.
Las medidas dictadas y su vulnerabilidad los obligó a declinar y suspender la acción global.
Mediante una jornada digital retomaron el movimiento por la aparición de los normalistas de Ayotzinapa, que todavía es incierta. Empieza a partir de las cuatro de la tarde de este domingo 26.
Los medios tradicionales se olvidaron de ellos
La ausencia de las protestas en las calles, por la exigencia de encontrarlos con vida, justicia y castigo a los responsables de la desaparición y del invento de la “verdad histórica” debe de continuar, dice Felipe de la Cruz Flores, vocero de los familiares de los estudiantes desaparecidos.
Los medios como la televisión y el periódico se han olvidado de la lucha. “Ahí estamos ausente”, comenta. Pero los jóvenes siguen sin aparecer y, entonces, insiste el vocero, la importancia de que el movimiento continúe.
Los familiares no pueden permanecer estáticos y la sociedad desinformada, por eso la necesidad, explica, de que el movimiento toque otras bases.
Los padres y madres de los jóvenes determinaron y trazaron una nueva ruta de lucha en la acción 67, de las calles a las redes sociales. Desde lo mas íntimo, las familias lanzarán un primer posicionamiento en las distintas plataformas para mantener a la sociedad informada.
En ese posicionamiento exigirán al gobierno de Andrés Manuel López Obrador un informe de avances en las investigaciones del caso, así como de la detención de funcionarios del gobierno peñista que confabularon “la verdad histórica”.
La última reunión de los padres con el presidente y la Comisión presidencial creada para conocer la verdad del caso, fue la primera semana de marzo, y la programada para el 6 de abril fue cancelada una vez que la pandemia comenzó a propagarse en México.
De la Cruz Flores dice que el gobierno no les ha informado de las nuevas detenciones y del proceso que hay contra el ex director de la Agencia de Investigación, Tomás Cerón de Lucio, quien escapó a Canadá para no ser detenido. Sólo se han enterado de las nuevas indagaciones por algunas noticias de la prensa.
Ayotzinapa y su lucha en estos tiempos
Cinco años y siete meses después, la lucha de los familiares de los estudiantes desaparecidos ha sumado a distintos sectores sociales, interesados en visibilizar su exigencia: saber dónde están los estudiantes. Libros, canciones, dibujos, cuentos, murales, la colocación de un antimonumento y documentales, evidencian esa suma.
“Ahora no puede ser la excepción”, dice Vidulfo Rosales Sierra, el abogado de los padres.
El movimiento para encontrar con vida a los normalistas tomó las redes sociales. “Pronto quedamos paralizados, sin saber qué hacer, por el miedo. La emergencia sanitaria (por el virus SARS–CoVi–2) nos rompió el esquema de la lucha tradicional y el ritmo que teníamos en un momento auge, por la represión contra el movimiento por el gobierno de Chiapas, que nos colocó nuevamente en la agenda nacional”, comenta.
Los rostros de los jóvenes y frases como “Nos faltan 43. Vivos se los llevaron vivos los queremos. Ayotzinapa somos todos.”, acapararon los perfiles en Facebook y Twitter replicando la exigencia de su familiares.
Otro paso para el movimiento, es la demanda al gobierno federal para que las reuniones continúen a través de video-llamadas, y los familiares sepan cómo van las investigaciones en campo y el trabajo de gabinete que hace la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia en el Caso Ayotzinapa.
Rosales Sierra celebra que el movimiento continúe aun en estas circunstancias de incertidumbre sanitaria, pero también se pregunta si la ruta de la investigación será la correcta. “La pandemia por el coronavirus va a significar una pausa muy grande para el movimiento. No sabemos cómo va a funcionar esto que estamos proponiendo”.