Texto: Vania Pigeonutt
Foto: Salvador Cisneros
2 de diciembre del 2019
Chilpancingo
La violencia en Guerrero se expandió a las regiones y a los diferentes grupos sociales. En los primeros días de noviembre ocurrió una tragedia en Zumpango del Río, cabecera de Eduardo Neri ubicada a sólo media hora de Chilpancingo: una mujer y su hija de tres meses fueron asesinadas. En el ataque quedó herido su esposo dentro de su auto.
Los vecinos de la colonia Cazahuate, que se encuentra a un costado de la escuela de Artes de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), alcanzaron a escuchar los balazos alrededor de las tres de la mañana, de acuerdo a las versiones ofrecidas por varios medios locales.
Esta familia viajaba en una camioneta al momento del ataque. Algunos conocidos de la mujer asesinada aseguran que los confundieron. Dicen que la familia pasaba a esas horas porque tuvo una emergencia. Al pie de la camioneta fueron localizados casquillos de rifle AR-15, armas que sólo debería ocupar el Ejército.
En Chilpancingo un hombre fue asesinado en el interior de una combi del servicio público en la colonia CNOP sección B, al oriente de la ciudad. Su hija de tres años que viajaba con él lo vio todo. A la niña después se la llevaron policías y la gente le obsequió un barquillo con nieve para el susto, la niña estaba con la mirada perdida.
El 21 de noviembre en otro hecho de violencia un hombre resultó herido a balazos sobre la avenida Insurgentes, frente al mercado central Baltasar R. Leyva Mancilla. Ambos ataques ocurrieron casi a la misma hora.
Es zona Centro y Acapulco es donde se concentran los delitos de acto impacto en el estado, de acuerdo a los registros del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) de la Secretaría de Gobernación.
Pero el mes pasado se observó que la violencia se extendió a más regiones, como en la Tierra Caliente, donde también hay un registro regular de esta condición. Las autoridades del municipio de Zirándaro claman por ayuda humanitaria: hay desplazados, muertos y miedo.
En unas 40 comunidades de esta parte de la Tierra Caliente, entre ellas Los Alacranes “ni la Marina ni la Guardia Nacional ni el Ejército pueden entrar. Ahí manda la delincuencia”, dijeron autoridades municipales a los reporteros que fueron hasta ese lugar.
Los pobladores huyeron de estas comunidades el 10 de noviembre. Alrededor de 1,400 personas dejaron todas sus pertenencias de los pueblos San Rafael, Los Guajes, La Cañita, El Pino, La Parota del Cuartel y Los Alacranes. Estos pueblos quedaron abandonados. El alcalde Gregorio Portillo Mendoza, del partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, Morena, pidió auxilio.
Uno de los desplazados de Los Alacranes contó que ese 10 de noviembre llegaron a su pueblo y a las comunidades vecinas unas personas enviadas por delincuentes con mensajes para ellos. “Esa gente nos mandó decir (no sabe de qué grupo) que nos daban media hora para que abandonáramos el pueblo y pos salimos corriendo, sentimos terror, nos venimos sin traernos nada”.
Siguiendo el recuento de violencia de este mes, en la región Montaña, después de 40 días de desaparecido, autoridades reportaron que localizaron el cadáver del activista Arnulfo Cerón Soriano en el punto conocido como Los Tres Postes, ubicado en la colonia Aguaje del municipio de Tlapa.
El gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores y el fiscal General, Jorge Zuriel de los Santos, informaron que el hallazgo del cadáver ocurrió durante las búsquedas de personal de gobierno.
Esas búsquedas las realizaron después que el Centro de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan y el Frente Popular de la Montaña (FPM) las exigieron. En ellas participaron peritos de la Fiscalía General del Estado (FGE), personal de la Comisión Nacional de Búsqueda y de las organizaciones que desde el principio de la desaparición responsabilizaron al alcalde morenista, Daniel Pichardo, de la autoría intelectual del caso.
El cadáver del activista lo localizaron en una fosa clandestina el 20 de noviembre pasado.
Como resultado de la documentación de la expansión de la violencia durante el mes pasado, se conoció que en Costa Grande siguieron los crímenes de odio.
A medidos de noviembre fue asesinada a balazos una mujer transgénero en el bar La Shula, ubicado en la calle Vicente Guerrero del centro de Zihuatanejo. De acuerdo al Colectivo Guerrero, con este casos suman seis crímenes de odio que registran de integrantes de las poblaciones Lésbico Gay Transexual y Bisexual + durante el año, uno de los más violentos para sus comunidades.
Disminuyen los homicidios se extiende violencia
La violencia está instalada en Guerrero aun cuando la Segob da un panorama alentador en cifras. Por ejemplo, recuenta que los homicidios dolosos disminuyeron en un 22 por ciento en comparación con 2018, pero continúa entre los 10 primeros lugares del país con más casos.
En el último corte de octubre del SESNSP, Guerrero está en el octavo sitio de víctimas de homicidios dolosos, después de Guanajuato, Baja California, Chihuahua, Michoacán, México, Jalisco y Sonora.
En la tasa de homicidios generales por cada 100 mil habitantes, la posición de Guerrero es más alta. Ocupa el sexto sitio con una tasa de 35.7 por ciento en cuanto a casos, pero aun así muestra una tendencia a la baja, si se considera que en los cuatro años anteriores ocupó el primero o el segundo lugar.
En octubre pasado registró el sistema 161 homicidios en Guerrero.
Es importante contextualizar estas posiciones de los estados. En el país han asesinado hasta ese corte a 32 mil 565 víctimas, entre homicidios y feminicidios, un promedio de 100 diarios, la cifra más alta de los registros de violencia en México.
Feminicidios, otra violencia que se niega a desaparecer
La presidenta de la Asociación Estatal Contra la Violencia hacia las Mujeres, Marina Reyna Aguilar, la organización que promovió el decreto de Alerta de Violencia de Género (AVG), que se materializó el 22 de junio de 2017, dice que hasta octubre van 170 homicidios dolosos contra mujeres con tentativa de feminicidio.
Es una tendencia a la baja si se considera que el pasado contó hasta entonces 233 casos.
Si bien en números la violencia bajó, explica, el fenómeno no desaparece, porque las cifras son insuficientes para contrarrestarlo. Observa el siguiente patrón: no desaparece la violencia, se recrudecen las formas de matar y se extiende a lugares donde no había registros.
Especialistas en el estudio de las violencias dicen que cada acción de los grupos del crimen organizado tiene una dimensión política, porque su principal característica es su conexión con la concentración y conservación del poder. “El crimen organizado ha sido empleado por los actores políticos como una fuerza adicional en contra de sus competidores”, afirmó Hung Campbell, el sociólogo estudioso de esta relación. La violencia en esta zona es un asunto añejo.