Texto:
Foto: José Luis de la Cruz
Este texto fue publicado el 11 de septiembre de 2022
Chilpancingo
Pertenezco a la generación 2010-2014 de la Normal Rural de Ayotzinapa. Egresé en 2014, unos meses antes de la desaparición forzada de los 43 compañeros normalistas. Me tocó presenciar el desalojo extrajudicial de policías ministeriales y federales del 12 de diciembre del 2011, cuando fueron asesinados Gabriel Echeverría de Jesús y Jorge Alexis Herrera Pino.
De mi generación, el secretario general del Comité Ejecutivo Estudiantil fue Job Navarrete, quien encabezó la exigencia de justicia por los compañeros Gabriel y Jorge Alexis.
Desde que ingresé nos comentaban en los círculos de estudio, que estuviéramos alerta, porque convivíamos con el enemigo, que alguno de nosotros pudiera ser un infiltrado, que buscaría la manera de quedarse y desestabilizar a la Normal.
Al principio no lo entendíamos. Teníamos una noción de que los infiltrados podrían ser personas para informar sobre las cosas que se hacían en la escuela. Con el tiempo, entendimos que esas infiltraciones tenían el propósito de desestabilizar la escuela para conseguir el cierre, entonces la intención de los que se infiltraban, era para conocer cómo está organizada y cómo los que estudiamos ahí comenzamos a tener otro tipo de conciencia política.
En mi generación, el Comité decidió expulsar a tres estudiantes de cuarto año. Nos dimos cuenta que tenían relaciones con Silvia Ojeda, coordinadora de asesores de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG), y con el secretario de ese entonces, José Luis González de la Vega, y también con Héctor Vicario, quien era diputado por el PRI, y desde siempre cercano al ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer.
Esos chavos que fueron expulsados se oponían a las acciones del Comité, retaban sus indicaciones, tomaban alcohol en las instalaciones y vendían drogas, inclusive, se sabía que andaban armados, por lo menos a uno se le vio portando una pistola nueve milímetros.
En ese periodo, cuando hacíamos alguna actividad, a la base estudiantil nos llamaban los del Comité y nos decían vamos a salir a hacer esto y salíamos pero no hacíamos lo que nos habían informado, entendimos que empleaban esta estrategia para confundir a los infiltrados.
El Comité habló con los jefes de grupo de las diferentes generaciones para recoger la información que ellos tuvieran. Casi todos confirmaron que esos estudiantes vendían drogas: marihuana y cocaína, entonces nos citaron a todos los estudiantes a una asamblea y nos dieron esa información, y ahí en la asamblea, se decidió expulsarlos.
Esos días fueron de mucho peligro. Los de la base estábamos atentos porque sabíamos que los expulsados traían armas y pensábamos que no se iban a ir tan fácilmente.
Una noche, uno de los expulsados llegó a la puerta de la Normal, no venía solo, venía en una camioneta con varios hombres que traían cuernos de chivo.
Supimos en otra asamblea que esos hombres que llegaron con el expulsado amenazaron al secretario general y éste les advirtió que en la Normal no iban a permitir lo que hacían los ex estudiantes, es decir, la venta de drogas.
Esos expulsados, como ya dije, eran muy cercanos a Héctor Vicario. Los veíamos en Chilpancingo reunidos con él o con Silvia Ojeda.
Nosotros pensábamos que la droga que ellos metían a la Normal venía de esa relación con Vicario, no lo podemos comprobar, pero parece evidente. Hay que ver más allá también. Nosotros creemos que la intención que tenía el PRI era construir en la Normal una base del crimen organizado, como una estrategia de ese partido para tener el control al interior y ver la forma de desestabilizarla.
En la actualidad, por mis labores como maestro, sigo teniendo relación con gente de la Normal. Sé que en la escuela ya no hay cuadros activistas, la base social se debilitó. Con otros compañeros llegamos a la conclusión de que esos infiltrados dejaron cadenita. La vida en la Normal ha cambiado mucho y creo que es por el legado de esos infiltrados. Los que están ahora carecen de formación política, de visión social. Es un panorama muy triste.
*En este periodo el gobernador era Ángel Aguirre Rivero (2010-2014), quien llegó por el PRD, antes del PRI, cuando sustituyó a Rubén Figueroa Alcocer. El presidente del país era el panista Felipe Calderón (2006-2012) y abarcó una parte del sexenio del priísta Enrique Peña Nieto.
En 2012 empezaron las protestas contra la Reforma Educativa de Peña Nieto y la Normal participó en apoyo al magisterio disidente. Guerrero fue el estado donde más se protestó contra esas reformas.