Sin Límites. El sueño, la presea y la realidad

Texto: Beatriz García

Fotografía: Angie García

16 de septiembre del 2019

Chilpancingo

 

Es la tarde del viernes 13 de septiembre. El zócalo de la ciudad está cercado con vallas metálicas. Militares y policías las custodian. Hoy está prohibido entrar a la catedral de la Asunción de María, al menos que tengas una invitación o acreditación. De no tenerla, queda observar desde fuera a través de una pantalla.

Los únicos que están autorizados para ingresar este día es el gobernador, funcionarios públicos; diputados federales y locales, y los galardonados de este año, los jóvenes Próspero Romero Gerardo y Víctor Manuel Bautista Nieves, junto con sus padres Ernesto Romero Moctezuma, María Lucila Gerardo García y Flaviano Bautista Chavelas y Patricia Nieves Acatitlán.

Próspero es originario de la comunidad nahua de Ixcatla, del municipio de José Joaquín de Herrera y Víctor, oriundo de Poachahuizco, municipio de Zitlala, quienes para seguir estudiando viajaron todos los días al Conalep 133 de Chilapa, Guerrero.

Es la primera vez en la historia que el máximo galardón que otorga el Congreso de Guerrero desde que  se decretó en 1997 en el periodo del entonces gobernador Ángel Aguirre Rivero, la reciben estudiantes de bachillerato.

El galardón se ha otorgado a personalidades nacionales o extranjeros tomando en cuenta su cercanía con los principios del Primer Congreso de Anáhuac y de los Sentimientos de la Nación, como son la lucha por la paz, la democracia, la defensa de los derechos humanos  y a los más altos valores de la humanidad.

Este viernes, Próspero y Víctor cambiaron el uniforme por un traje gris y una corbata verde. Con una discreta sonrisa que denotó su emoción, su humildad y timidez que les caracteriza, ocuparon las dos sillas.

A finales de junio participaron en el Primer Torneo Nacional de Robótica del Conalep en Cancún, Quintana Roo; ganaron el primer lugar en la categoría Fire Fighting Challenge, que les dio el pase al Mundial de Robótica en Osaka Japón, que se celebrará en julio del año siguiente.

“Es una ofrenda a toda la juventud guerrerense que lucha por un mejor futuro ante toda adversidad que podamos tener. En nuestro caso en una comunidad indígena que carece de varias cosas, como lo es la tecnología”, remarcó con firmeza Próspero luego de recibir la presea, una medalla gruesa y pesada elaborada de plata y con el rostro de José María Morelos y Pavón.

Ambos provienen de localidades marginadas, carentes de maestros, de escuelas equipadas, médicos, medicinas, carreteras, agua entubada, drenaje. Y donde familias han tenido que migrar para buscar una mejor vida.

“Mi nombre es Próspero Romero Gerardo y Víctor Manuel Bautista Nieves el de mi compañero, somos hijos de las montañas del sur, y descendemos de aquellos hombres de hierro que han preferido comer raíces y vivir entre las fieras, a dar un abrazo a los traidores sin miedo y sin tacha, nos quiebran, pero no nos doblan, somos unos jóvenes que por herencia tienen el legado heroico de Vicente Guerrero e Ignacio Manuel Altamirano”, pronunció en el discurso el joven nahua que habló también a nombre de su compañero.

Continuó: “Iremos a otras tierras a demostrar que no importa la lengua que hablemos; que el color de la cara y de la piel no cambia el color del corazón y de los pensamientos; que la riqueza de nuestras tierras, montes y agua o si no lo que vale más es la dedicación al estudio”.

Este año, la entrega de la presea fue controvertida. El secretario General de Gobierno, Florencio Zalazar Adame, tachó de “mediocre” la determinación de los diputados, considerando que volvía insignificante la presea.

Entre los candidatos este año estuvieron las periodistas Lydia Cacho y Carmen Aristegui, y el académico Carlos Marx Barbosa Guzmán.

 

 

Días previos a la presea

Víctor y Próspero sueñan con un día estudiar Mecatrónica y Biomédica respectivamente, pero en lo que obtienen el pase para ingresar a una universidad continúan cumpliendo su sueño.

Desde una semana antes de recibir la presea, los jóvenes estuvieron en actividades internas con la dirección general del Conalep, como talleres y pláticas que dieron en el plantel Conalep Chilpancingo, además de prepararse para el día del evento.

Próspero expone que en estas pláticas que dieron fue para motivar a los jóvenes que se esfuerzan y andan por el mismo camino, pues sabe que la juventud es un sector vulnerable que puede tomar distintos caminos, pero les recalcaron que con esfuerzo, dedicación, aunque el trabajo sea duro y pesado los resultados se obtienen.

El viernes por la mañana se intentó platicar con los jóvenes, sin embargo, la directora del plantel Chilapa Norma  Edith Aparicio Castro  dijo que tenían la indicación de la dirección general en el estado de que no dieran entrevistas.

 

De aquí a julio del 2020

Víctor, graduado del Conalep como técnico en electromecánica industrial este ciclo escolar comenzó a estudiar en la Universidad Tecnológica (UT) de Chilapa, Ingeniería en Informática, y espera que el siguiente año tenga la posibilidad de ingresar a una universidad que le permita estudiar lo que sueña; y Próspero, graduado como técnico en Enfermería, para obtener su documentación que lo acredite como tal debe de hacer un año de servicio social, lo está prestando en el hospital general de Chilapa, en la cabecera municipal.

La meta de Próspero es estudiar biomédica, pues dice es la unión de dos ramas que le encantan, la enfermería, que es la que eligió por necesidad de su pueblo y su familia, y robótica que es la que le otorgó una presea y lo llevará a Japón.

Mientras que Víctor dice que pretende estudiar mecatrónica, y fusionarla con la carrera de aeronáutica.

Pero para los dos uno de sus más grandes sueños es que algún día su robot ayude a sofocar incendios reales.

 

 

 

 

 

Este trabajo fue elaborado por el equipo de Amapola. Periodismo transgresor. Se autoriza su reproducción siempre y cuando se cite al autor.

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