Sin límites. Osbelit: la niña de las manos mágicas

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Texto: Beatriz García

Fotografía: Angie García

16 de agosto del 2019

Tixtla

Cinco obras


Las manos de la viejecita muestran los surcos que representan cada paso de su vida, mueve sus dedos ágilmente para entrelazar la palma de zoyate color rojo y natural, es la actividad a la que se ha dedicado gran parte de sus 95 años. Son las manos de la señora Eleuteria Salmerón, las pintó su bisnieta Osbelit con la técnica gis pastel seco.

Así como este cuadro, en dos años la niña originaria de la localidad de Coaquimixco, municipio de Chilapa, ha pintado cuatro más que le representan imágenes cotidianas de su región.

El amor por su gente y su tierra la llevaron a plasmar un primer cuadro con el que comenzó a practicar la técnica gis pastel seco en la corriente hiperrealista. Además, comenzó a poner luces y sombras, como el cuadro de ajos, caracteristicos de la comunidad de Atzacoaloya, que siembran para su venta.

Después Osbelit participaría en una exposición en Tixtla. Llegó una semana antes y durante cinco días decidió pintar una maracuyá partida a la mitad, que muestra cómo su fruto acidulado se desparrama sobre una superficie.

Pero el amor por su familia no podía quedar fuera de sus primeras obras, en gratitud su tercera pintura se la dedicó a su padre, por eso dibujó el rostro de Álvaro García.

Su obra la continuó. Esta vez plasmó una escena que ella misma fotografió en otoño, una mariposa que posa sobre una flor rosa, que en apariencia es similar a una margarita pero en la región es conocida como viuda, y que crece en la zona en esas fechas, además la rodean flores de cempasúchil.

Y su último cuadro tocaba el turno de plasmar manos y pies, y decidió pintar las manos de su bisabuela, en un doble formato comparado a lo que estaba acostumbrada a hacer, con un grado mayor de complejidad por lo que implica hacer este tipo de pinturas, de acuerdo al profesor.

 

Osbelit

Osbelit García Morales tiene 14 años de edad, nació en la Montaña baja en el municipio de Chilapa. Sus padres Álvaro García y Dominga Morales de origen campesino.

Desde muy pequeña sin saber de su talento comenzó a dibujar, fue hasta que cumplió once años cuando a la primaria Mariano Matamoros donde cursaba el quinto grado llegó el profesor y especialista en Artes Plásticas, Saúl Meza García.

Aunque su encomienda en la escuela no era armar un taller de pintura el director Filimón Rojas Muñoz se lo propuso. Aceptó.

Eran cerca de 15 alumnos entre ellos Osbelit que se quedaban después de las clases. El maestro comenzó pidiéndoles letras con estilo.

“Cuando empecé a ver sus trazos digo: oye estos trazos no son ordinarios, a ver van otros y cada vez que le dejaba ejercicios me sorprendía”, recuerda el profesor cuando conoció a Osbelit.

Luego habló con los padres de la niña para decirles del talento de su hija, quienes no negaron en darles su apoyo, pues le firman los permisos necesarios para salir de la localidad y pueda presentar sus obras. O la llevan y la traen.

En estos dos años del taller de pintura sigue sin contar con los materiales necesarios, como lápices, gises y colores, que en su mayoría los profesionales son importados.

Aun con esas limitaciones comenzó Osbelit a trabajar en la técnica de grafito, de inmediato evolucionó a la técnica gis pastel seco con la que sus manos ahora plasman magia.

Ahora no cuenta con gises. La última caja que compró le costó 3,500 pesos y fue gracias a que pudo vender dos de sus cuadros, el de la mariposa y el de los ajos. También, para seguir pintando Osbelit junto con su maestro vio que necesitaba una cámara fotográfica para que ella misma capturara los momentos que quisiera plasmar, por eso gestionaron y lograron que le dieran un Ipad, pero a cambio debe entregar dos obras que aún no ha hecho.

Ahora la pequeña pintora comenzará una nueva técnica, la de acrílico, todavía no tiene el material y tampoco ha ideado qué pintará, pero quiere seguir aprendiendo y creciendo, sueña con algún día estudiar artes.

 

Más talento en Coaquimixco

En Coaquimixco Osbelit es un caso excepcional por el talento que descubrió, pero en la localidad enclavada en la Montaña baja de Guerrero hay más niños y niñas con ese mismo talento.

Incluso la pintora manifiesta que su hermana de 12 años y hermano de 9 años también dibujan y, a su hermano es al que le ve talento; dice que a su edad no dibujaba tan bien como él.

Cuenta que tres de sus primos también dibujan a lápiz, pero ellos no están enfocados en esa actividad.

“Conozco a varios, algunos ya son jóvenes, unos ya están adultos y dibujan muy bonito también. Me gustan mucho sus dibujos, pero igual no se han encontrado a un maestro como yo”, manifiesta.

En el taller de dibujo de la primaria, a la que ya no asiste Osbelit, pues ahora está a punto de cursar su tercer grado de secundaria y al que va ocasionalmente cuando sale de clases, el profesor sigue descubriendo talentos.

El profesor cuenta que Ricardo Rodríguez es otro niño que tiene talento, así como Yair Rojas Castro; recuerda que una vez hicieron un mural y se hicieron tres equipos comandados con los dos niños y Osbelit.

“Hay más obra de gis pastel, hay otra niña que se llama Dania Venegas Marcos, un año menos que ella”, añade.

Pero Marbella es otra alumna que recientemente se graduó, al igual que Cinthya que también tienen talento en la pintura.

Pero en la comunidad no existen más maestros para enseñarles, solo Saúl, y uno de sus sueños de Osbelit es que pudiera haber más por el talento que está surgiendo. Aunque con limitaciones, Osbelit pide a los niños perseguir sus sueños, que no hagan lo que no les guste, no sólo en la pintura sino en otros artes o disciplinas. Mientras que el profesor apuesta que el arte sea un aliciente al problema de violencia que se vive en la región antes que tomar las armas.

“Si queremos pelea contra toda esta pudrición que hay en la sociedad como es la inseguridad, no lo vamos a hacer con armas, tenemos que agarrar el problema y empezar a agarrarlo desde la raíz, pero no trozar sino empezar a formar, empezar a formar a ella”, remató.

Coaquixco como otras localidades de la Montaña baja son carentes de recursos económicos, en muchas ocasiones tienen que trasladarse a la cabecera municipal o salir de esta ciudad en busca de mejores oportunidades.

Las actividades principales de las familias de estas comunidades es el campo, aunque así como la bisabuela de Osbelit buscan en la trenza de zoyate otra entrada económica, aunque por cada rollo de esta, si mucho, reciben cinco pesos.

 

 

 

 

 

 

Este trabajo fue elaborado por el equipo de Amapola. Periodismo transgresor. Se autoriza su reproducción siempre y cuando se cite claramente al autor.

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