La Auditoría Superior de la Federación (ASF) perdonó al gobierno chiapaneco de Manuel Velasco desvíos por 685 millones de pesos que acabaron en una red de empresas fantasma
Texto: Manu Ureste / Animal Político
3 de julio del 2019
En tan solo dos días, la Auditoría —que hoy dirige David Colmenares— le dio carpetazo a una investigación que llevaba meses en proceso, en la que se habían encontrado diversas irregularidades y que, incluso, realizó la misma dependencia, pero durante la pasada administración, la de Juan Manuel Portal.
En la investigación que dirigió Portal, la ASF había documentado irregularidades en el gasto de cientos de millones de pesos en un programa social que prometía impulsar el desarrollo de las madres solteras de escasos recursos de Chiapas, uno de los estados más pobres de México.
Pero el perdón de la Auditoría —ya con Colmenares al frente— se aceleró cuando se supo que en el Senado de la República se iba presentar un punto de acuerdo para que Manuel Velasco respondiera ante la ciudadanía por esos desvíos millonarios.
Animal Político documentó que detrás de ese perdón exprés que benefició a Manuel Velasco hay un entramado de corrupción y de simulación que permitió que 685 millones de pesos que debieron invertirse en empoderar a miles de mujeres pobres, acabaran en las cuentas de empresas fantasma.
Mariachis para ‘empoderar’ a las mujeres
Aún bajo la dirección del hoy exauditor Juan Manuel Portal, la Auditoría Superior de la Federación inició en el verano de 2017 una investigación a la Secretaría para el Desarrollo y Empoderamiento de las Mujeres (Sedem) chiapaneca por la contratación de 26 empresas que debían proveer bienes y servicios relacionados con el programa social ‘Bienestar: de corazón a corazón’.
Este programa estaba enfocado en empoderar a más de 300 mil madres solteras de bajos recursos mediante la entrega de tarjetas-monedero, inscripciones en el Seguro Popular, y la realización de pláticas y talleres para enseñar oficios como peluquería, cocina, y artesanía, entre otros.
Todo lo anterior se realizaría entre mayo y diciembre de 2016 con 80 eventos masivos que concentrarían a las beneficiarias de 122 municipios inscritas en el padrón de la Sedem.
No obstante, la Auditoría detectó múltiples irregularidades en el gasto de los 685 millones que la Sedem pagó a las compañías que organizaron esos eventos, y las documentó en un informe que publicó en febrero de 2018.
En ese informe, la ASF denunció que la SEDEM había adjudicado de manera directa —y no por licitación— contratos con 26 empresas bajo el argumento de que el gasto en servicios de mariachis, payasos y marimbas (animadores de los eventos), era una “causa de fuerza mayor” y una “urgencia” para Chiapas que no podía esperar a una licitación pública, en la que pudieran competir otras empresas.
Además, la Auditoría visitó a las compañías contratadas y se encontró con edificios abandonados, despachos vacíos, y con direcciones inexistentes.
Semanas antes de que se publicara el informe de la fiscalización, en febrero de 2018, el gobierno de Chiapas entregó cajas con documentos con los que pretendían solventar éstas y otras irregularidades observadas. Sin embargo, la Auditoría, aún en la administración de Juan Manuel Portal, determinó que los contratos, facturas, y actas de entrega-recepción enviados por la administración de Velasco no eran prueba suficiente para solventar las irregularidades y mantuvo el pliego de observaciones.
A partir de ese momento y durante los siguientes ocho meses, los señalamientos del informe de la Auditoría permanecieron sin modificaciones. Hasta que en octubre de 2018, —ya con David Colmenares como nuevo auditor—, y el mismo día en que el Senado discutía una propuesta para llamar a cuentas a Manuel Velasco, la Auditoría anunció que había solventado todas las irregularidades y que no había habido gasto anómalo que revisar.
Y no solo eso, las irregularidades señaladas se solventaron con la misma documentación que la misma Auditoría, pero en la administración del auditor Portal, no había dado por válida ocho meses antes.
De hecho, la única novedad que el gobierno de Chiapas aportó en octubre de 2018 en comparación con la documentación que envió meses atrás fue que diez de las empresas contratadas por la Sedem para el programa ‘Bienestar: de corazón a corazón’ reingresaron a la Hacienda de Chiapas 3 millones 931 mil pesos, o el 0.5% de los 685 millones que recibieron.
Sin embargo, Animal Político detectó que siete de estas 10 empresas están incluidas en las listas negras del Servicio de Administración Tributaria (SAT) de sociedades fantasma, con operaciones irregulares.
Es decir, que empresas que no tienen infraestructura real, activos, ni personal, y que, según el Código Fiscal de la Federación, defraudaron al Estado simulando todas sus operaciones comerciales mediante la emisión ilícita de facturas, regresaron un porcentaje mínimo del dinero a las arcas públicas y esto fue dado por válido por la ASF para solventar las irregularidades de la administración de Manuel Velasco en Chiapas.
Por si fuera poco, la Auditoría también dejó pasar que 22 de las 26 empresas contratadas por la Sedem están en esa lista oficial de empresas fantasma del SAT.
Además, Animal Político documentó que las empresas fantasma forman una red que comparten socios, administradores y direcciones en colonias populares. Mientras que los representantes tienen sus domicilios en rancherías y en barrios pobres, a pesar de que ganaron una fortuna del gobierno chiapaneco.
Todo lo anterior no fue tomado en cuenta por el órgano fiscalizador que ahora dirige David Colmenares, a pesar de que se trata de un modus operandi similar al de otros casos de corrupción, como La Estafa Maestra o Las Empresas Fantasma de Veracruz, en los que la propia Auditoría, pero en la administración pasada, documentó el uso de manera sistemática de sociedades fantasma y de prestanombres pobres para desviar miles de millones del erario.
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Este reportaje fue elaborado por el equipo de Animal Político y lo reproducimos con su autorización.