Sánchez Esquivel el reyecito del Congreso

Tlacolol – Sánchez Esquivel el reyecito del Congreso

Esta semana nos enteramos que al presidente  de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de Congreso del estado, Alfredo Sánchez Esquivel, le andan zopiloteando su cargo y eso no se le hace raro a nadie.

Nos cuentan que desde que tomó el cargo don Alfredo convirtió al Congreso en un batidillo. Como dice la chaviza: no da una.

Al punto de que todos las diputadas, diputados y diputades, de todos los partidos, su permanencia en el cargo pende de alfileres. Pues todo este embrollo se debe a que la Suprema Corte de Justicia de la Nación les dio un año consultar a los pueblos originarios para reformar leyes que garanticen su derecho a protegerse y a su autodeterminación.

Pero resulta que se echaron a la hamaca diez meses y en 60 días simularon, perdón, perdón… consultaron a los pueblos originarios. Eso sí, se gastaron una millonada por ir a dejar cuestionarios donde casi casi obligaron a los pobladores a decir sí a todo.

El resultado de la simulación ya está en la SCJN pero antes de que se sepa la resolución organizaciones sociales la impugnaron.

Lo que nos dicen es que sí la Corte descubre que la consulta es lo que es: una simulación, las diputadas, diputados y diputades tendrán que ir ahuecando el ala.

¿Y quién tiene más culpa en todo esto?

Adivinaron.

Pero el desorden de don Alfredo no termina ahí, esto va para largo. Desde hace un año no puede nombrar a un auditor o auditora General del Estado.

Hace un año, don Alfredo no logró el consenso de sus compañeros de partido, Morena, para nombrar a Olivia Valdovinos Sarabia. Eso, nos dicen, molestó mucho a Félix Salgado Macedonio quien le había dado esa encomienda.

Desde entonces, nos cuenta, don Alfredo dejó de ser bien visto por el nuevo cacique de Guerrero, al punto de que no está apoyando a la corcholata del clan de los Salgado que andan con todo con la jefa del gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. 

 Otra cosa que molestó a su ahora ex jefe, nos dicen, es que don Alfredo no lo complació con nombrar a su incondicional, Ludwig Marcial Reynoso Núñez, como fiscal general del estado.

Aguanten, esto todavía no acaba.

A don Alfredo nada le sale bien. Resulta que su obra emblemática, la nueva biblioteca, está botada. Desde hace meses no le pegan ningún tabique. Nos cuentan que desde el gobierno del estado no le hicieron caso al caprichito que cuesta cuando menos otros diez millones de pesos para concluirla. Dicen los que saben que con esos millones mal invertidos en ese elefante blanco bien pudieron servir para construir un centro de salud con servicios ampliados en alguna comunidad que hay en Guerrero y que sufren de abandono oficial.

Y es que su obra no tiene sustento, porque, nos dicen, existe un dictamen de la Secretarías de Obras Públicas del estado que el anterior edificio no tuvo que ser demolido.

¿Por qué tanto interés en una biblioteca nueva?, ¿A poco si leen las diputadas, diputados y diputades?, ¿O tendrá otro tipo de intereses en esta obra?

Y lo último: como si no tuvieran muchas cosas por legislar, don Alfredo se gastó los ahorritos del Congreso para comprar tinacos y despensas para las diputadas, diputados y diputades se vayan de campaña…perdón, ayudar al pueblo.

Nos dicen que esta creativa y novedosa estrategia (nada parecida a las del viejo régimen) es para que don Alfredo tenga contentos a todos sus compañeras, compañeras y compañeres, y lo logró: porque nos dicen que todos ya pasaron a recoger su dotación.

Pero ni eso salvará a don Alfredo, pues nos dice que el clan de los Salgado ya tienen listo su relevo. 

Chirrionazo: Con el pretexto de la fiesta del Santo Santiago Apóstol, en Quechultenango dieron agasajo al delegado de la Secretaría General de Gobierno en la región Centro, Raúl Suárez Martínez quien asistió en representación de la gobernadora, Evelyn Salgado Pineda, y al obispo emérito Salvador Rangel Mendoza y obispo José de Jesús González.         

Nos dicen que tanto el funcionario como los religiosos la pasaron muy bien, estuvieron muy contentos en la tierra de los “señores de Quechultenango”.

 

Entérate: Tlacolol – El nuevo aliado de los Salgado

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