¿Cómo podemos ver de manera segura el eclipse solar?

Texto: Darwin Franco/Zona Docs 

Foto: Zona Docs

Sábado 6 de abril 2024

 

¿Me puedo quedar ciego si miro directamente el eclipse solar? ¿Es verdad que se me pueden dañar las retinas oculares? ¿Qué tipo de lentos puedo usar para ver el eclipse? Son algunas de las dudas que surge entre las personas que desean apreciar el fenómeno astronómico, así que esta nota explora lo que sí podemos hacer para ver este fenómeno, pero también lo que debemos evitar para no tener ningún problema.

Un eclipse solar ocurre cuando la luna bloquea cualquier parte del sol. La última vez que esto ocurrió fue el 11 de julio de 1991; por ello, el eclipse solar que sucederá el próximo 8 de marzo de 2024 ha causado una gran expectativa, pero también miedo y escepticismo.

De acuerdo a las estimaciones realizada por la NASA, el eclipse solar total cruzará por Norteamérica (México, Estados Unidos y Canadá), así como en algunas partes de Europa. En estos lugares será posible ver este fenómeno astronómico que sucede únicamente cuando la Tierra, la Luna y el Sol se alinean.

Sin embargo, la expectativa que esto nos causa debe estar acompañada por medidas de seguridad, pues bajo ninguna circunstancia “es seguro mirar directamente al sol sin protección ocular especializada”.

De acuerdo a la NASA, el único momento en que será posible hacer una observación del sol es “durante la breve fase total de un eclipse solar total” que es cuando la luna bloquea completamente la cara brillante del Sol.

¿Por qué no debemos ver de manera directa el eclipse solar total?

De acuerdo a especialistas de los servicios de Oftalmología del Hospital Juárez de México del Hospital General de México“Dr. Eduardo Liceaga y del Hospital General Dr. Manuel Gea González, “el ojo es vulnerable frente a la luz solar directa y a los rayos ultravioleta (UVA)”.

Luz solar y rayos ultravioleta que, pese a que el sol esté total o parcialmente cubierto por la luna, no dejan de emitirse por lo que existe un riesgo latente de tener lesiones oculares si se mira el eclipse solar total de forma directa.

“Al observarlo de forma directa sin la protección adecuada, se corre el riesgo latente de que las células de la retina sufran estrés oxidativo que conlleva inflamación, cicatrización y secuelas irreversibles en la visión”, señalaron los expertos.

Algunas de las afectaciones oculares podrían ser:

  • Percepción distorsionada de los colores (discromatopsia / daltonismo)
  • Alteración de la forma y el tamaño de los objetos en la visión (metamorfopsia)
  • Incapacidad para ver con nitidez las letras pequeñas
  • Aparición de una mancha negra centrada en la visión conocida como escotomo, lo que implica una perdida significativa de la visión.
  • Retinopatía solar, que es un daño fotoquímico de la retina ocasionado por mirar al sol sin una protección adecuada.

En el caso de los daños en la visión todo dependerá de la intensidad de la radiación solar y del tiempo de exposición al eclipse solar; en la mayoría de los casos, estos padecimientos oftalmológicos resultan irreversibles.

Los especialistas fueron enfáticos al señalar que la retina es:

“una membrana ubicada en la parte interna del ojo constituida por varios conjuntos de células nerviosas que se encargan de decodificar la información luminosa que es percibida por el ojo y enviarla al cerebro en forma de imágenes a través del nervio óptico”.

Por tanto, si existe algún daño en la retina, ésta no podrá transformar la luz en visión. De ahí que se requiere extremar precauciones para no poner en riesgo nuestra salud visual.

Por tanto, la Secretaria de Salud recomienda que “toda persona que desee observar el eclipse de forma directa lo haga protegiéndose con lentes con filtro de rayos ultravioleta categoría UV 400”, pero sólo deberá hacerlo por algunos segundos, esto para reducir la probabilidad de daño.

Explicaron también que “los lentes oscuros o polarizados convencionales no protegen contra la radiación ultravioleta”, pues sólo atenúan la intensidad de la luz, por lo que “no constituyen una barrera de protección”.

¿Cómo podemos ver el eclipse solar total de forma segura?

De acuerdo al Instituto de Geofísica de la UNAM y la NASA, la única manera de poder ver de forma segura el eclipse solar total será “utilizando anteojos de observación solar (“anteojos para eclipses”) o un visor solar de mano que sea seguro”.

Pero hay que tomar en cuenta que “los anteojos para eclipses NO son gafas de sol comunes: sin importar lo oscuras que sean”; por lo tanto, advierten que “las gafas de sol comunes no son seguras para observar el sol”. Así que si deseas usar “anteojos para eclipses” debes verificar que estos cumplan con la norma internacional ISO 12312-2.

Lo que debes de evitar a toda costa “es mirar el sol a través de una lente de cámara, telescopio, binoculares o cualquier otro dispositivo óptico mientras usas tus anteojos para eclipses”, esto porque los rayos solares concentrados atravesarán y quemarán el filtro, y entrarán en tus ojos, causando lesiones graves.

Para una observación segura, explican expertos de la UNAM, también puedes usar un vidrio para soldar; no obstante, debes de asegurarte que su grado de opacidad sea de 14 o más. Si no tiene este grado no será seguro observarlo, así que -precisan los científicos- si no sabes cuál es su graduación “no lo uses para observar el eclipse”.

Así mismo apuntan que: No se puede observar el eclipse a través de cámara, binoculares o telescopios que no tengan los filtros adecuados, tampoco es seguro verlo con lentes oscuros, negativos fotográficos, radiografías, discos compactos o papel aluminio y los más importante: “NUNCA LO VEAS DE MANERA DIRECTA”.

Si no posees “anteojos para eclipses” existen varios métodos para ver el eclipse de forma segura, se pueden usar métodos de observación indirecta, lo que garantiza que no veamos de manera directa el sol, pero que sí garantizan que podamos ver el fenómeno astronómico.

Aquí algunos métodos seguros.

  • Proyector estenopeico, el cual puedes realizar con una caja de zapatos, tal y como se muestra en la siguiente imagen, pero recuerda: ¡NO mires al Sol a través del agujero!
  • Utilizar las hojas de los árboles, pues a través de las sombras también se puede proyectar las fases parciales del eclipse
  • Emplea utensilios de cocina como coladores, pues sus agujeros circulares proyectarán figuras de media luna en el suelo durante las fases parciales de un eclipse solar.

En el siguiente video, la NASA también ofrece otras formas seguras de mirar el eclipse solar que sucederá este próximo 8 de abril, fecha que deberás de aprovechar pues la próxima vez que esto ocurra será el el 30 de marzo de 2052.

Otra forma segura de verlo es seguir la transmisión en vivo que hará la NASA, a través de este enlace que se activará el 8 de abril; en ésta, un experto acompañará esta experiencia y responderá en tiempo real a tus preguntas, las cuales puedes hacer utilizando: #preguntaNASA.

 

 

 

 

 

 

Este texto pertenece a ZonaDocs y es reproducido por Amapola Periodismo como parte de una alianza de medios.

Cambio climático, falta de estudio y poca prevención, detrás del crecimiento del dengue en México

En México la curva epidemiológica del dengue ha registrado un crecimiento constante en 2023, esto se debe a factores como el cambio climático y la ausencia de políticas de prevención.


Texto: Marcela Nochebuena

Fotografía: Animal Político 

13 de octubre 2023

 

El cambio climático, la falta de estudio de al menos tres brotes previos de dengue y la ausencia de políticas de prevención específicas, que puedan ser implementadas en colectividad, son algunas de las causas del nuevo brote epidémico de esta enfermedad, que se registra en México este año.

Mediante el desarrollo de un Atlas de enfermedades infecciosas –en el que se incluye el dengue– investigadores de la UNAM detectaron que en 2012, 2013 y 2019 hubo brotes epidémicos de dengue de los que no se estudiaron puntualmente las causas.

“Es decir, hubo más casos de los que normalmente había, pero no se notificó y no se estudiaron las causas; es algo que estamos haciendo ahorita para entender qué fue lo detonante que hizo que hubiera ese gran número de casos (en esos años)”, explica Constantino González, investigador en el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM.

Eso implicaría poder generar medidas de prevención cuando se identifique la probabilidad de casos similares o grandes brotes de dengue en un futuro cercano, debido a eventos climáticos de alta humedad y temperatura. Esto tendría que llevar a identificar, primero, dónde se están dando mayores efectos por anomalías térmicas y, por lo tanto, cuáles serían sitios prioritarios.

“Ahí entonces dirigir esfuerzos para notificar y prevenir; ante todo lo que tenemos que seguir siempre haciendo es la prevención, ir a las medidas proactivas: ‘antes de que algo suceda, ¿qué podemos hacer?”, cuestiona González.

Respecto al año pasado, en México la curva epidemiológica del dengue ha registrado un crecimiento constante en 2023, y para la semana epidemiológica 29 de este año el aumento respecto al mismo periodo del año anterior es de más del 430% de casos, que al 2 de octubre suman 26 mil 956 en todo el país.

El 73% de los casos confirmados corresponden a Yucatán, Veracruz, quintana Roo, Morelos y Puebla, mientras que los casos de mayor gravedad se dan entre las personas de 10 a 19 años de edad. El mayor número de defunciones ha ocurrido en Morelos (11), seguido de Quintana Roo y Yucatán (7), Guerrero y Oaxaca (6) y Veracruz (4), para un total nacional de 48.

El 73% de los casos confirmados de dengue corresponden a Yucatán, Veracruz, Quintana Roo, Morelos y Puebla. Foto: Cuartoscuro

González explica que si bien siempre se ha hablado, como medidas individuales, de que es necesario evitar acumulaciones de agua o el microhábitat donde se reproducen los mosquitos que transmiten la enfermedad, se trata de acciones que deben comunicarse y distribuirse de mejor manera entre la sociedad, pues no siempre las replican todos los participantes de la comunidad.

“Tiene que ser una medida comunitaria, más que individual, lo que implica que las instancias gubernamentales den una mejor información y lleven a las personas todas las medidas que se requieren para evitar esta problemática. Nosotros estamos dando las condiciones para que estén alrededor de nosotros, metiéndonos en su ambiente natural”, indica el investigador.

Los vectores, virus y parásitos siempre han existido. Somos nosotros los que nos metemos en ese medio o crecemos como población y empezamos a acercarnos a lugares donde no estábamos, explica. Por ello, es necesario generar una conciencia de qué debemos hacer para evitar seguir entrando en contacto con todos los patógenos.

Para González, es indispensable tener mayor información, generar mejores diagnósticos que no confundan enfermedades, además de mejorar los servicios de salud como un aspecto esencial para prevenir y atender. “En el momento que se detecta un caso en un lugar, es que hay más, entonces en ese momento hacer vigilancia y comenzar a atender la problemática, y tender hacia un desarrollo más sustentable”, agrega.

La plataforma que alberga el Atlas de enfermedades infecciosas de la UNAM también genera escenarios proyectados de cambio climático, el más cercano al 2030. La idea de la prevención es una de las que está detrás de la generación del Atlas, que acumula datos existentes sobre estos padecimientos provenientes de diversas fuentes –publicaciones científicas y sistemas de salud– para generar un panorama que permita su estudio.

“Las cuestiones climáticas –temperatura y precipitación– pueden estar muy asociadas a brotes de las enfermedades, sobre todo cuando está involucrado un vector artrópodo: los mosquitos, las garrapatas, las chinches, que son de los vectores principales para varios patógenos, están íntimamente asociados al clima para el desarrollo de su biología. Si hay un cambio climático que modifica la biología de estas especies, estamos ante el riesgo de que haya aumento en enfermedades”, señala.

Por lo pronto, el Atlas está enfocado en enfermedades de origen zoonótico, es decir, surgidas del contacto con un animal vertebrado o invertebrado, como el dengue, Zika, Chicunguya y similares, transmitidas por mosquitos, o la enfermedad de Chagas y Leishmaniasis, que se originan unas en chinches y otras en mosquitos. La idea es ir integrando otro tipo de enfermedades infecciosas que no requieren como tal la presencia de otro animal.

Trabajadores del departamento de Prevención y Control de Enfermedades Transmitidas por Vector de los Servicios de Salud de Oaxaca termonebulizaron el Auditorio Guelaguetza. Foto: Cuartoscuro

Técnica innovadora en Honduras

Ante la crisis de salud pública que implica el dengue en Honduras en particular, y en la región de las Américas en general –según ha detectado Médicos Sin Fronteras–, la organización impulsa una técnica que consiste en la liberación de mosquitos Aedes aegypti, portadores de la bacteria natural Wolbachia, que reduce la capacidad de los mosquitos para transmitir arbovirus.

Esto significa que la bacteria Wolbachia termina “compitiendo” con el virus del dengue y dificulta que se reproduzca dentro de los mosquitos, con lo que también se reduce la probabilidad de transmisión –por esa vía– de persona a persona, lo que puede minimizar los brotes en zonas específicas.

En entrevista, Silvia Dallatomasina, directora adjunta de Médicos Sin Fronteras México y Centroamérica, recuerda que el dengue es un tema preocupante para la salud mundial y se extiende actualmente con una incidencia multiplicada por 30 en los últimos 50 años, lo cual quiere decir que más de la mitad de la población está en riesgo. Debido al cambio climático, además, se espera que otras mil millones de personas estén expuestas al dengue en las próximas décadas.

A partir de su trabajo en Honduras, Guatemala y México, Médicos sin Fronteras subraya que el dengue como enfermedad es endémico en esta región. “Lo que hemos visto es que el número de pacientes que necesitan hospitalización aumenta, y que también hay un número muy importante de niños que están expuestos, así como este año hemos visto un incremento de casos”, agrega Dallatomasina.

Entre las medidas preventivas que señala la organización están las más básicas como evitar agua estancada o acumular desechos al aire libre, que son sitios donde los mosquitos se reproducen muy fácilmente. Otras apuntan a la promoción general y colectiva de la salud, en la que las comunidades completas sepan cuáles son los riesgos vinculados al dengue y cómo evitarlos.

El proyecto desarrollado en Honduras –específica Dallatomasina– está entre los más innovadores y puede alcanzar una eficacia de hasta el 95% de reducción de casos. La liberación de los mosquitos comenzó en agosto en un barrio de Tegucigalpa, y seguirá durante los próximos seis meses para cubrir toda el área de la capital del país. Posteriormente, se hará un monitoreo, por un lado, de la población de mosquitos sustituidos, y por otro, de los casos de dengue para valorar el nivel de disminución.

“Esperamos que demostrando la eficacia de este método, junto con las evidencias que ya existen, empujar para que estas medidas sean más utilizadas en otros países de la región y también por otras organizaciones o gobiernos. Vamos contribuyendo a esta innovación, porque este método es amigable con el medio ambiente y sostenible en el tiempo: una vez que la población de mosquitos sea reemplazada, se queda por múltiples años y no se necesitan otros métodos de fumigación”, concluye.

El dengue es una infección vírica que se transmite por la picadura de mosquitos infectados. Se produce principalmente en zonas urbanas de climas tropicales y algunos de sus síntomas son fiebre, dolor de cabeza, dolores corporales y náuseas. En casos graves, se requiere atención hospitalaria, pues puede ser mortal.

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