El lirio amarillo es una planta endémica de México utilizada con fines ornamentales y una consecuencia es que en Guerrero está cataloga en peligro de extinción.
Esta planta es una epifita, crece sobre otro vegetal u objeto sin dañarlo; sólo lo utiliza como soporte. Crece sobre bosques de encinos y pino-encinos.
Otros nombres comunes que se le da al lirio amarillo, de acuerdo a la región, son orquídea hojas de cebolla y monjita. Su nombre científico es prosthechea karwinskii.
De acuerdo con el naturalista e historiador Edgar Salmerón Barrera, el lirio amarillo es endémico de México y nace en los estados de Michoacán, México, Morelos, Puebla, Veracruz, Oaxaca y Guerrero. Aquí se halla de manera principal en las regiones Norte, Centro, Sierra y Montaña baja.
Tanto en Guerrero y Oaxaca el lirio amarillo está en peligro de extinción por el saqueo de la especie durante los últimos años.
“Su uso en ceremonias de peticiones de lluvia así como la extracción ilegal con fines ornamentales y de venta la tienen en peligro crítico de extinción, y sus poblaciones decaen año con año”, explicó el naturalista.
En los demás estados se clasifica, por ahora, como amenazada, porque el saqueo aún no es tan intenso, pero existe.
Debido a la belleza de esta planta es utilizada para fines ornamentales y religiosos, muchas de las comunidades la extraen para ocuparlas en sus ritos de petición de lluvia. En algunos lugares del país es común que la usen para la celebración de Semana Santa.
Los incendios forestales en temporadas de sequías también es un factor que contribuye a la extinción de esta y otras especies, por lo que es importante concientizar a la población acerca de este problema.
Sitios web como El Regional Coatepec mencionan que algunas comunidades usan estas orquídeas para el tratamiento de diabetes, inflamaciones, dolores musculares, cálculos renales, fiebres, entre otras enfermedades, sin embargo no hay estudios médicos que comprueben su eficacia.
La extracción ilegal para los diversos usos que se le da al lirio amarillo ocasionaron que esté catalogada en peligro de extinción en algunos lugares de distribución y en otros como amenazada.
Es una de las especies más comercializadas de manera ilegal, las extraen de su hábitat y suelen llevarlas a otras ciudades, muchas con diferentes climas o hacen una extracción incorrecta de la planta, que termina por morirse.
Es importante contribuir a la conservación de esta especie, concientizar a la población del peligro de seguir extrayéndola.
Los árboles de roble rosa son usados comúnmente en las ciudades para embellecer las calles con sus hojas durante la temporada de lluvias y con sus llamativas y coloridas flores en la temporada de sequías.
Las flores de este árbol, como su nombre lo indica, son color rosa en todas sus tonalidades hasta llegar a un color blanco y tienen forma de pequeñas campanas. En psicología, el color rosa se asocia a la calma, a la tranquilidad, a la ternura y al amor. Los robles rosas cuando florean transmiten esa sensación de tranquilidad que es imposible conseguir en las grandes ciudades.
Árbol de roble rosa en la calle Monterrey de la colonia San Juan.
Su nombre científico es Tabebuia rosea y puede llegar a medir de 15 hasta 30 metros de altura y de diámetro hasta 1 metro.
De acuerdo con la doctora Natividad Herrera Castro, directora del Herbario de la Universidad Autónoma de Guerrero ( Uagro), en la ciudad de Chilpancingo, este árbol tiene una función ornamental, es decir, fueron plantados para embellecer la ciudad.
Una característica del roble es que sus raíces no salen a la superficie como lo hacen las de otras especies de árboles que rompen el pavimento.
Flores de roble rosa en la calle 13 de septiembre, en la colonia Morelos.
Esta especie la reproducen en viveros y tiene la capacidad de crecer donde quiera que la planten, por lo que no se clasifica en peligro de extinción o en alguna otra categoría de riesgo.
Pierden sus hojas antes de iniciar con su floración. Las flores se pueden observar a partir del mes de febrero hasta junio, con este proceso anuncian el acercamiento de la primavera en la ciudad de Chilpancingo y muchos lugares más del país y de América Latina.
Los usos principales que le dan al árbol de roble rosa son, aparte del ornamental, para carpintería, leña, para fabricar algunos instrumentos musicales, entre otros.
Roble rosa en la avenida Miguel Alemán, en el centro de la ciudad.
El roble rosa es una especie que podría utilizarse en plantaciones comerciales y sería un gran éxito, además tiene potencial para reforestación productiva en zonas degradadas de selva.
El ingeniero forestal Gabriel Pintor Alcaraz, egresado de la Universidad Autónoma de Chapingo, mencionó que este árbol también es utilizado en algunos lugares, principalmente en comunidades, para aliviar la disentería, diarrea, calentura y para acelerar el parto. La infusión de las hojas se utiliza como febrífugo (para aliviar la fiebre). La corteza cocida sirve para la diabetes, paludismo, tifoidea, parasitosis. Sin embargo, no está comprobado científicamente que sea eficiente, solo es usada de forma empírica.
El roble rosa a un costado del monumento a Las Banderas, en la avenida Lázaro Cárdenas, de la colonia Temixco I.
Pintor Alcaraz comentó que este árbol es una especie que produce abundante regeneración por lo tanto sugirió a las personas que lo utilizan para algún fin económico, que si cortan algunos de esos árboles cuiden que la regeneración no sea dañada y si se puede mejor que cambien el uso a ornamental ya que son especies con floraciones bastantes llamativas.
En los últimos años en la ciudad de Chilpancingo se han visto cientos de árboles alrededor de la capital, una de las calles que más árboles de roble rosa tiene es la avenida Miguel Alemán, la que por esta temporada está llena de flores.
En esta calle se plantaron decenas de árboles de roble rosa para que cumplieran la función ornamental. Llevan en esa avenida alrededor de siete años. Fueron plantados a finales del año 2016. Más árboles de esta especie se visualizan por el río Huacapa y en otros puntos de la ciudad.
La colección de plantas con las que cuenta el herbario van desde plantas conocidas en el centro de Guerrero, como el toronjil, el huamuchil, el lináloe y diferentes tipos de maguey, hasta las menos conocidas, como pega hueso, limoncillo, cascalote, temanicatzin que crecen en el campo y que identifican los campesinos y lugareños o, en su caso, especialistas; pasan desapercibidas para muchas personas.
Texto y foto: José Miguel Sánchez
13 de mayo del 2022
Chilpancingo
En un rincón de Ciudad Universitaria en Chilpancingo se ubica el Herbario de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), un espacio de conservación y divulgación científica que pretenden convertir en un “centro de referencia de la flora de Guerrero”, de acuerdo con su directora, Natividad Herrera Castro.
Entre los edificios grises de las facultades de Ingeniería y Filosofía y Letras se abre un camino empedrado donde hay un letrero en el que se lee “Jardín botánico de la Uagro”. Está lleno de plantas, flores, arbustos y árboles como si se tratara de un cuento. Al final hay un pequeño edificio de dos plantas, rodeado de más vegetación, es el Instituto de Investigación Científica Área de Ciencias Naturales adscrito a la Uagro; en su segunda planta está el herbario universitario.
El edificio alberga varios proyectos que, a la vez, representan uno colectivo, el jardín etnobiológico que contempla un jardín botánico, un museo paleontológico y un herbario. El herbario está considerado como un espacio de conservación científica donde resguardan plantas endémicas o representativas de la región, con el objetivo de realizar investigaciones, estudios o análisis de una zona o especie de planta determinada para conocer su identidad taxonómica, es decir a qué familia pertenece, y con información de en qué zona se reproduce y el uso que puede darle la sociedad.
En estos sitios suelen conservar las colecciones de plantas secas –usualmente una rama con flores y frutos, depende de las particularidades de cada planta–, que son prensadas entre cartón corrugado y papel secante deshidratado en secadora y una ficha con los datos más importantes de cada especie. También la información de las especies es debidamente sistematizada y organizada para ser consultada de manera eficiente.
En el caso particular del Herbario de la Uagro, las hojas con las plantas ya prensadas y montadas en cartulinas blancas están en folders que son resguardos en grandes gavetas que abarcan todo el espacio. La colección actual es de 12,000 plantas únicas del estado, colección exclusiva a nivel estatal.
En México cada estado cuenta con uno o varios herbarios locales y a nivel nacional el referente es elHerbario Nacional de México (Mexu), donde su colección de plantas asciende a un millón 500 mil ejemplares en conservación. La colección oficial data de hace 100 años, pero hay plantas recolectadas de 200 años atrás.
“Para el estado de Guerrero queremos tener una muestra bastante representativa de su riqueza”, menciona Herrera Castro.
La directora reconoce el esfuerzo de la colección de 12,000 plantas a los estudiantes que realizan tesis sobre etnobotánica o taxonomía, porque son quienes recolectan las plantas y al término de la investigación depositadas para su resguardo en el Herbario.
Otra forma de obtener plantas es a través de intercambios o donaciones que realizan con herbarios de otros estados y universidades.
También Herrera Castro y Elvia Barrera Catalán, ambas encargadas del proyecto, hacen recolección de plantas por cuenta propia; muchas veces a través de proyectos e investigaciones que les financian las institución de investigación científica, y aprovechan su trabajo de campo para hacerlo.
Por la inseguridad y las condiciones geográficas del estado hay regiones como Tierra Caliente o la Sierra donde es riesgoso el acceso para recolectar plantas.
La colección de plantas con las que cuenta el herbario van desde plantas conocidas en el centro de Guerrero, como el toronjil, el huamuchil, el lináloe y diferentes tipos de maguey, hasta las menos conocidas, como pega hueso, limoncillo, cascalote, temanicatzin que crecen en el campo y que identifican los campesinos y lugareños o, en su caso, especialistas; pasan desapercibidas para muchas personas.
“Aquí hay plantas que muchas personas no conocen, pero en comunidades originarias tienen un gran valor, nuestro trabajo es preservar esas plantas ligadas al conocimiento antiguo”, dijo Herrera Castro.
Historia del herbario universitario
En Guerrero, el herbario universitario lo iniciaron los biólogos Manuel Blanco y Carlos Toledo entre 1977 y 1978 quienes trabajaron en un proyecto de investigación sobre las burseras lináloe y copal de la depresión del Balsas en la región Norte del estado.
La Bursera linanoe es una planta endémica de la región sureste del país, crece en los estados de Guerrero, Puebla y Oaxaca. En Guerrero, pueblos de la Montaña utilizan la madera de este árbol para realizar artesanías como las populares cajitas de Olinalá.
Los biólogos se retiraron y dejaron el primer antecedente de una colección de plantas que fue el primer paso para crear lo que hoy es el herbario universitario.
Herrera Castro recuerda que fueron alrededor de 100 ejemplares con los que se inició la colección, principalmente de árboles como lináloe, pochote y distintos tipos de agaves.
Aquella colección propició muchos intentos para darle continuidad al proyecto, pero la falta de expertos en el tema, como curadores de la colección del Herbario y la crisis universitaria de 1984, cuando el gobierno federal y el estatal encabezado por Rubén Figueroa retuvo el presupuesto a la Uagro, como una medida de contención a la institución que en aquella época apoyó a diferentes movimientos de izquierda en Guerrero y su estrecha vinculación con la sociedad guerrerense.
Sin más personal capacitado para las colecciones de plantas y sin presupuesto para los especialistas terminaron por guardar el proyecto.
Herrera Castro, quien realizó su servicio social registrando las plantas en el herbario, regresó de una maestría en 1992 y reactivó el herbario universitario. “Empezamos de cero, tuvimos que ver lo que había y tratar de sacar adelante el proyecto, logrando recuperar 600 plantas”, comenta.
El Herbario de la Uagro ha tenido varias etapas (la de 1970 y la de 1993). En la actualidad está registrado oficialmente a nivel internacional en el Índice de Herbarios Internacionales (Index Herbariorum) donde le asignaron las siglas UAGC como acrónimo que lo identifica; es único apuntado de todo Guerrero.
A pesar que otras dos unidades académicas de la Uagro cuentan con colecciones de plantas estas aún carecen del registro en el Index Herbariorum.
Por la riqueza natural del estado, al herbario universitario llegan investigadores de países como Brasil, Polonia o Estados Unidos para conocer las especies de plantas regionales, con el avance de las comunicaciones el herbario presta servicio de consulta enviando fotos de las especies de interés.
Algunos de los envíos fueron al el Mexu, al Centro de Investigaciones de Yucatán (CICY) y la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).
Herrera Castro recuerda que en una ocasión se acercaron al herbario investigadores de la Universidad de Guadalajara para preguntar sobre una planta denominada Aximifilum sagitalobum, la cual se creyó extinta porque el único registro que había era de principios del siglo XX.
La sagitalobum resultó ser una especia endémica de Guerrero, que fue hallada en la Sierra de San Miguel Totolapan, en la región de Tierra Caliente.
Aunque la planta no sea tan conocida ni relevante para muchas personas, para los especialistas en botánica o taxonomía resulta ser un objeto de estudio muy importante, y constituye la herramienta principal y pretende ser el puente entre los especialistas y las especies de plantas.
El esfuerzo por un archivo digitalizado
El herbario universitario es un pequeño salón de clases adaptado, está lleno de grandes gavetas que van del piso al techo del edificio. En otro rincón tienen plantas en papel periódico, que pasan por todo un proceso de investigación antes de entrar a las gavetas.
Dichas gavetas están ordenadas de manera alfabética y por familia botánica, lo que permite tener un orden al momento de buscar alguna planta específica.
Los herbarios modernos tienen ya un registro digital de las etiquetas de información de sus colecciones para facilitar la investigación. Ante ese panorama, Herrera Castro y Barrera Catalán se dieron a la tarea de digitalizar la colección del Herbario de la Uagro y próximamente piensan en digitalizar las imágenes de cada ejemplar para su consulta en línea.
Las académicas, en algunas ocasiones, son ayudadas por estudiantes apasionados por la biología que realizan su servicio social y prácticas profesionales en el lugar.
El herbario creció de la mano de estudiantes y con proyectos de investigación científica que consiguen las académicas. Es la manera en que se financian para adquirir gavetas, aire acondicionado o deshumidificadores para reducir la humedad, importante para conservar las colecciones de plantas, así como algunos recursos para realizar las colectas en campo.
Las academias esperan el apoyo institucional para el crecimiento de las colecciones científicas del Instituto de Investigación.
Con este panorama en medio de necesidades institucionales, las académicas buscan convertir el herbario universitario en un espacio de consulta para la sociedad guerrerense, y lograr que la población conozca las plantas potencialmente útiles para fines curativos, alimentarios, entre otros
El proyecto pretende que el conocimiento sobre plantas no se pierda.
“El día de mañana que una persona requiera información sobre plantas de su comunidad ésta pueda estar debidamente ordenada para su consulta y resguardo”, comenta Herrera Castro.
En busca de un nombre
El herbario universitario no cuenta con un nombre oficial y está en proceso de ser nombrado, pero Herrera Castro sabe que no es una tarea fácil.
La directora pretende que el nombre que lleve el herbario sea un homenaje a los defensores del medio ambiente que son asesinados defendiendo su territorio.