Persisten despidos, violencia y acoso laboral contra mujeres en el gobierno del estado

En el contexto del 8M y el 9M, días de exigencia al cese de la violencia feminicida y reconocimiento de los derechos laborales de las mujeres, de acuerdo a la denuncia, por decisión del senador con licencia, Félix Salgado Macedonio, padre de la gobernadora Evelyn Salgado, les están pidiendo sus puestos de trabajo a decenas de empleadas


Texto: Amapola Periodismo

Fotografía: Oscar Guerrero / Archivo

10 de marzo del 2022

Chilpancingo 

 

En estos días que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, trabajadoras del Palacio de Gobierno decidieron revelar el acoso y la violencia laboral que sufren por parte de funcionarios que les exigen la renuncia para que ocupen su lugar amigos del senador con licencia Félix Salgado, papá de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda.

Una de las formas de presión que están aplicando los funcionarios para que las empleadas firmen su renuncia, es la retención de sus salarios desde hace varias quincenas.

Un grupo de burócratas que son madres solteras, denunciaron que han expuesto su queja ante las unidades de género que tiene cada dependencia pero que en vez de apoyarlas, los funcionarios se ven coludidos en la decisión de cesarlas, según han percibido. Asumen que es porque hay una orden de Salgado Macedonio.

Varias de las empleadas que llevan años trabajando en el gobierno estatal interpusieron su queja ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Guerrero (CDHEG), que que ya determinó medidas cautelares a favor de ellas solicitando a las autoridades el pago de sus salarios, cese al hostigamiento y violencia laboral.

Pero los funcionarios del gobierno de la Cuarta Transformación (4T) han hecho caso omiso a esas medidas de apremio.

«El ingeniero Félix (Salgado) está muy enojado porque se desobedecen sus órdenes», les dice a las trabajadoras el secretario de Contraloría y Transparencia Gubernamental Eduardo Gerardo Loria Casanova.

En entrevista confidencial, las empleadas que para evitar represalias las nombraremos como Juana, Guadalupe y María, denunciaron que desde noviembre del 2021, semanas después de que la morenista Evelyn Salgado Pineda asumiera la gubernatura sufren acoso laboral, violencia institucional y violencia psicológica.

Denunciaron que muchos de sus compañeros y compañeras han sido despedidos porque el senador Félix Salgado, papá de la gobernadora Evelyn, está acomodando a sus allegados que participaron en la campaña política de él y de su hija.

El pasado 25 de febrero un grupo de burócratas hicieron visible su inconformidad protestando con pancartas afuera del Palacio de Gobierno denunciando a Salgado Macedonio de promover su despido.

En esa ocasión, la empleada de la Coordinación Estatal del Registro Civil, Orlanda de Jesús Romero señaló que a ella le dijo la contadora de esta dependencia María del Carmen Vergara Aburto que Félix Salgado necesitaba plazas de trabajo para colocar a su gente.

Derivado de la ola de despidos, hostigamiento y acoso laboral, las burócratas acudieron a la CDHEG para presentar una queja en contra de funcionarios, uno de ellos el secretario de la Contraloría y Transparencia Gubernamental, Eduardo Gerardo Loria Casanova.

El pasado 3 de marzo, este organismo emitió medidas cautelares a favor de una de las trabajadoras solicitando que se le pague las dos quincenas de salario del mes de febrero y cesen cualquier acto de intimidación, acoso laboral, amenazas y abuso de poder en su contra. Nada ha pasado.

Juana, quien trabaja en la Contraloría y Transparencia Gubernamental cuenta que ella es madre soltera con cinco hijos, tres de ellos en adopción además de que tiene a su mamá enferma y si la corren no tendrá dinero para mantener a su familia.

«No me han pagado mis salarios y sigo sufriendo acoso laboral, amenazas e intimidaciones porque quieren que renuncie pero no lo haré», dice firme Juana, con diez años ocho meses trabajando en el gobierno estatal.

Se quejó que ella al igual que muchas de sus compañeras que son presionadas por los funcionarios para que renuncien han acudido a las unidades de género que dependen de la Secretaria de la Mujer, pero tampoco reciben apoyo.

«De esto sabe la titular de esta Secretaría Violeta Pino y no hace nada y eso que se supone que defiende a las mujeres», dijo la empleada.

El grupo de empleadas narran que debido de la violencia laboral y psicológica que sufren por parte de funcionarios ha repercutido en su salud.

«El pasado 4 de marzo tuve ansiedad y taquicardia». Me dijo el médico que eso es por las preocupaciones que tengo», señaló Juana.

Guadalupe, otra empleada que trabaja en otra dependencia en el Palacio de Gobierno, contó que una compañera fue despedida y se quedó sin el servicio médico del ISSSTE a donde llevaba a su papá que tiene insuficiencia renal.

«Me acuerdo de esa compañera que le rogó a un funcionario que no la despidiera porque necesitaba el ISSSTE para llevar tres veces a la semana a su papá a la aplicación de su hemodiálisis», narró.

Otra empleada de la Secretaría de la Contraloría y Transparencia Gubernamental que también ha sido amenazada con despido, dijo que también interpuso una queja ante la (CDHEG y hasta el momento no le han pagado sus salarios.

«Tengo a un hijo que mantener y a mi mamá, pero el gobierno es insensible», dijo.

El grupo de burócratas dijo que es una contradicción que en Guerrero gobierne una mujer cuando precisamente las autoridades de esta administración estén violando los derechos de las mujeres.

María, trabajadora de la Secretaría de Desarrollo y Fomento Económico, compartió que empezó a trabajar en el gobierno estatal desde 2018, durante el gobierno del priísta Héctor Astudillo. Inició como encargada de un área pero que en noviembre del 2021, semanas después de la llegada de Evelyn Salgado, le dejaron de pagar su salario sin ningún argumento legal.

María que es trabajadora supernumeraria dijo que ella padece colitis y cuando sufre preocupaciones se le complica esta enfermedad.

Derivado de su retención de salario y aguinaldo en el 2021, se enfermó y con un embarazo de cinco semanas tuvo un aborto que se lo practicaron en un hospital privado de Acapulco.

La trabajadora responsabilizó de su situación a la titular de la Secretaría de Fomento y Desarrollo Económico, Teodora Ramírez Vega, quien es la que está ordenando los despidos injustificados de empleados de esa dependencia.

«Yo me sigo presentando a trabajar y pese a que no tengo ningún espacio asignado y me sigan violentando mis derechos yo no voy a renunciar», advirtió.

 

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Ocho mujeres en la Montaña baja: en su lucha contra la violencia defienden derechos y hacen poesía

 

[Eres mujer serpiente
cuando te acuestas sobre la tierra
y bebes el manantial del sol.

Sales a la calle,
levantando huellas
de zapatos olvidados,
y regresas nuevamente a casa
con corazones en tu garganta
que te quitan el hambre]…

Araceli Tecolapa


Texto y fotografías: Luis Daniel Nava

9 de marzo de 2022

Chilapa

 

1)

Ocho mujeres en la Montaña baja, una región de pueblos originarios que abarca los municipios de Chilapa y Zitlapa, se han destacado por su lucha y promoción de los derechos humanos, la educación y las artes.

Brigida Chautla, Isabel Dircio, Sandy Tezoptitlán, Teodomira Rosales, Esperanza Ignacio, Rosalba Díaz, Angélica Barrera y Araceli Tecolapa, son ocho mujeres, que, en este contexto del 8M, luchan desde sus trincheras exigiendo un alto a las violencias, entre esta la machista.

Es el caso de Brigida Chautla Ramos, cuya lucha social por la necesidad de vivienda y los procesos de organización de mujeres se remonta a 1983.

Empezó a luchar por los derechos de las mujeres por el trato desigual que recibían en la Organización Mixta de Chilapa, además de la discriminación y marginación social que padeció y que estaba tan normalizada en esa época.

Desde entonces su trabajo de promoción y capacitación en los derechos humanos han sido constantes. Fundó en 1994 la organización Noche Zihuame Zan Ze Tajome, Todas las mujeres como una sola y se ha convertido en un referente en la región de un trabajo comunitario para mejorar las condiciones de vida de las mujeres, libres de violencia.

“Estoy en contra de la discriminación porque nadie escogió ser lo que es, ni nacer donde lo hizo”, apunto la activista en la compilación Las palabras que en mí dormían. Discursos indígenas de Bolivia, Ecuador, Chile y México editada por la UNAM.

2)

Isabel Dircio Chautla, hija de Brigida Chautla, lleva 15 años en la promoción de derechos de las mujeres. Ahora preside la asociación autónoma de mujeres Zihuame Xotlametzin (Mujer Luciérnaga) que difunde y defiende los derechos de mujeres y niñas en Chilapa, Zitlala, Ahuacuotzingo y José Joaquín de Herrera. También da acompañamiento legal en casos de violencia física y sexual.

Brigida e Isabel coordinan la Casa de Atención a la Mujer Indígena en Chilapa Zihuachikahuac, Mujer sana, fuerte y valiente. Ahí el trabajo de las parteras tradicionales es fundamental para dar atención a mujeres antes, durante y después del parto.

En su trabajo comunitario también están rescatando conocimientos sobre la medicina tradicional para atender la salud sexual y reproductiva, así como el autocuidado. Hasta el momento han instalado 15 farmacias naturales para el rescate de la medicina tradicional.

3)

Sandy Tezoptitlán Emigdio es activista, ambientalista y maestra de preescolar en educación indígena. Recibió en 2019 el Premio Nacional de la Juventud en la categoría compromiso social.

También encabeza la Coordinación Regional de Educación Indígena que junto a maestros bilingües ha elaborado material didáctico en náhuatl y ha conseguido que la Secretaría de la Cultura federal imprima en este año dos libros de poesía, cuentos y relatos en lengua materna y español.

4)

Teodomira Rosales Sierra, directora del Centro Regional de los Derechos Humanos “José María Morelos y Pavón”, durante su vida ha sido testigo y en carne propia de violencia doméstica, física, económica sexual y psicológica que padecen las mujeres en la región de la Montaña en Guerrero.

También notó que la escasez de agua en cinco pueblos de Tecoanapa estaba enfermando a los pobladores por lo que concientizó, organizó y finalmente logró el derecho humano al agua para esas comunidades.

Ahora desde el Centro Morelos da acompañamiento a familiares de desaparecidos, a familias desplazadas y a mujeres víctimas de violencia de genero de los municipios de Zitlala, Heliodoro Castillo (Tlacotepec), Eduardo Neri (Zumpango) y Leonardo Bravo (Chichihualco).

5)

Esperanza Ignacio Matías es nahua originaria de la comunidad de Acatlán, feminista comunitaria, socióloga y maestra en Territorio y Sustentabilidad Social por el Centro de Investigación y Posgrado de la (Uagro).

Tiene investigación en territorio, bienes comunes y acción colectiva. Ha sido maestra invitada de la Uagro y la Universidad Intercultural de Quintana Roo. Esperanza creó el espacio para mujeres Tlikuiltsin-fueguita, que abordan feminismo comunitario y espiritualidad.

Es la primera mujer que asume la dirección del Centro Coordinador en Chilapa del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI).

6)

Rosalba Díaz Vásquez es antropóloga social por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) con posgrados en Desarrollo Rural en la Universidad Autónoma Metropolitana. También profesora-investigadora de la Uagro.

Es fundadora y en este 2022 asumió la coordinación del colectivo Ojo de Tigre Comunicación Comunitaria con sede en Acatlán, en el municipio de Chilapa. Ha difundido el cine comunitario en localidades de Guerrero y fuera de él. Para

Rosalba Díaz el cine es una herramienta pedagógica para la transformación social.

También es autora de los libros: Una luz en la Montaña: producción artesanal de velas e identidad cultural entre los nahuas de Guerrero; Corazón de agua: relatos de tradición oral en voz de los ancianos nahuas de Guerrero y El ritual de la lluvia en la tierra de los hombres-tigre.

7)

Carmen Angélica Barrera Flores es lingüista y literata. Ha sido becaria en festivales culturales, de creación poética y literatura. Tiene dos premios en poesía en 2018 y 2019.

El año pasado coordinó la antología Voces de Mujeres del Sur y ahora trabaja con infancias en un Semillero Creativo de Literatura del gobierno federal en la Montaña baja.

8)

Aracely Tecolapa Alejo ha trabajado en la defensa de los derechos humanos de la mujer en la Montaña baja y es

promotora y maestra de la lengua náhuatl de estudiantes de primaria y de posgrado.
Tecolapa Alejo ha sobresalido además por su poesía en lengua materna.

El trabajo de estas mujeres es importante en una región que cuenta con alerta de violencia de género y es el territorio más difícil para hacer política, también mujeres que han aspirado a algún cargo han sido asesinadas en Chilapa.

Este es un esbozo del trabajo social y comunitario de ocho mujeres de las cientos que a diario luchan por sus derechos.

Estas ocho mujeres promueven y exigen un alto a las violencias, sobre todo la feminicida.

*

En Amapola. Periodismo transgresor reproducimos dos poemas con autorización de sus autoras.

Anatomía de la tierra / Angélica Barrera

I

Primero, nos manosearon en las fiestas
una y otra vez.
Apilaron nuestros cuerpos en las esquinas
desmembraron uno a uno nuestros cabellos
se aseguraron de quemar nuestra ropa
no dejaron rastro de nuestra otra vida.

II
Nos enterraron bajo las escaleras
de una casa
que también construimos
Nos enterraron en los surcos
entre los árboles
con los perros
en la cocina
bajo la estufa
por las escuelas

III
Frente a los ojos de mi madre
enterraron a todas
sobre/ durante/ bajo
pero nadie vio nada.

IV
Destierro a cada una de mis hermanas
las arranco de aquellos —los que quieren apagarlas.
Limpio a Diana
abrazo a Eva
reconstruyo a Leonor
Les repito
debo enterrarlas la semana que viene,
una y otra vez
Esconderlas debajo de las piedras
Que se queden quietas
—no hablen
una y otra vez
que serán nombradas
más allá de las tareas domésticas
del papel de esposa del papel de hija
serán nombradas
por las calles verdes
una y otra vez.

Mujer serpiente / Aracely Tecolapa
Eres mujer serpiente
cuando te acuestas sobre la tierra
y bebes el manantial del sol.

Sales a la calle,
levantando huellas
de zapatos olvidados,
y regresas nuevamente a casa
con corazones en tu garganta
que te quitan el hambre.

Costuras plumas
en tu piel ceniza que arrastras
apoyando la masa,
y luego, sales a volar sobre la tierra
como papalote, girando entre las lenguas
de los perjuicios que quieren comerte.

Tus cicatrices cotidianas no te engañan
y arropas las heridas de la mañana
que germinan en tus manos de niña,
en tu petate trenzado de ayeres,
luchas para no ser envenenada
con el arrepentimiento que te ofrecen todos los días.

Eres mujer serpiente
que se transforma en cualquier
animal cuando abres los ojos,
Pero los coyotes tienen miedo
si sonríes sin ellos,
y te muerden tantas veces,
más no te matan
porque tu veneno
cura la muerte desesperada.

Violencia machista en pueblos originarios: mujeres resisten y protestan contra los feminicidios

El Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan señala la prevalencia de un contexto de alta violencia. La organización en su recuento de los últimos 17 años sobre la violencia feminicida señala que, del 2004 a octubre de 2021, registró 100 muertes violentas principalmente en los municipios de Tlapa y Ayutla de los Libres que, desde el 2017, cuentan con alerta por violencia de género


Texto y fotografía: Lenin Mosso e Isael Rosales

9 de marzo del 2022

Tlapa

 

Más de 200 niñas, adolescentes, hijas y madres marcharon por las calles de Tlapa en el contexto del 8M para visibilizar la violencia contra las mujeres, que padecen esta región de pueblos originarios.

Las denuncias van desde las agresiones sexuales de taxistas, choferes de combis de servicio público y hombres en general que acosan en las calles. Las mujeres son invisibles ante las autoridades, según se leyó en decenas de pancartas. “Aquí no se reconoce ni se pueden nombrar los feminicidios”.

La marcha inició a la altura de la radio Voz de la Montaña. Mujeres y niñas con sus pancartas alusivas a las demandas y consignas sobre acoso sexual y contra el patriarcado.

Por ejemplo, Ceci, una joven marchaba indignada contra la violencia machista. Esta violencia se normaliza y se transmite de generación en generación. En esta hay casos de niñas de 15 y 16 que las golpean todos los días en el transporte público de Tlapa. “Esta normalización de la violencia pasa por ser hasta chistoso, es como una caricatura de la realidad. Siempre que pasamos en el zócalo con las miradas acosadoras de los hombres”.

La protesta por las calles principales de Tlapa ilustró el hartazgo de la violencia machista. También las niñas portaban las pancartas.

“Estoy impresionada porque muchas niñas salieron a las calles. Es muy importante porque estamos despertando y reaccionando, quiere decir que vamos por un buen camino y que las mujeres nunca más vamos a estar solas. Desde los 12 años empiezas a ser consciente de la violencia que rodea, y sí se va a tumbar el patriarcado si seguimos unidas como hermanas de dolor y esperanzas”, dijo una participante de la marcha.

“Ya no estamos solas entonces, ya tenemos el valor y voy a luchar aunque el camino sea muy largo. Lo más impactante es que nos organizamos solas sin ningún partido político”, otra chica comentó sobre la unión de varias chicas que se empezaron a organizar ante el aumento de matrimonios forzados en la región y la violencia machista que llega a feminicidios.

El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública de la Secretaría de Gobernación (Segob) destacó que durante el 2021 en Guerrero, un registro de 136 mujeres asesinadas, de estos, 119 casos se investigan como homicidios dolosos, sólo 17 se investigan como feminicidio. En ese mismo periodo, 60 mujeres fueron desaparecidas, dos fueron encontradas sin vida. Además, se registraron 389 casos de violencia sexual.

El Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan señala la prevalencia de un contexto de alta violencia. La organización en su recuento de los últimos 17 años sobre la violencia feminicida señala que, del 2004 a octubre de 2021, registró 100 muertes violentas principalmente en los municipios de Tlapa y Ayutla de los Libres que, desde el 2017, cuentan con alerta por violencia de género.

También están en foco rojo los municipios de Metlatónoc , Cochoapa el Grande, Alcozauca, Xalpatláhuac, Tlacoapa, Copanatoyac, Malinaltepec, Acatepec, San Luis Acatlán y Olinalá, donde la mayoría de las familias indígenas viven en situación de pobreza extrema.

Covid-19 incrementó los feminicidios

Tlachinollan advierte que lo más greve, desde que inició la crisis sanitaria por la covid-19, es el aumento de feminicidios. En el informe tu nombre que nunca olvido sólo de septiembre de 2020 al mes de octubre del 2021, mantienen un registro de 26 feminicidios en los municipios de Tlapa, Ayutla de los Libres, Acatepec, San Luis Acatlán, Cochoapa el Grande y Metlatónoc. De estos sólo en el 20 por ciento de los casos se ha procesado a los responsables y un porcentaje mínimo han alcanzado sentencias condenatorias.

“Durante un año, de 317 casos de mujeres, de estas 202 denunciaron haber sufrido algún tipo de violencia, 82 fueron de violencia económica, perpetrados por los esposos, concubinos y algún otro familiar obligado a proporcionar alimentos, 48 de violencia física, 43 de violencia psicoemocional (guarda y custodia, separación y divorcios), 6 casos de violencia patrimonial (mujeres que fueron despojadas de sus bienes), 9 casos de agresión sexual contra niñas, 9 casos de feminicidio, 5 casos de criminalización de mujeres que denunciaron violencia y 2 de venta de niñas y matrimonios forzados”.

Durante la marcha en Tlapa, Ceci volvió a tomar la palabra para decir que los feminicidios no se reconocen porque Tlapa, un municipio machista por excelencia. Desde la tribuna improvisada llamó al gobierno a que empiece a visivilizar el acoso y las diferentes violencias, porque se viven Tlapa y en la región de la Montaña todos los días.

Pidió a las autoridades sancionar a los responsables. “No podemos tener confianza con los policías porque son los principales acosadores. Las autoridades locales ni siquiera tienen estadísticas sobre las violencias contra las mujeres. Ya no queremos que se oculten los feminicidios”.

 

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En el Congreso local, la marcha se topó con un grupo de mujeres jóvenes que llevaban una manta en la que se leía: “Morras en resistencia contra el hostigamiento sexual en las escuelas”


Texto: Margena de la O

Con información de José Miguel Sánchez y Jesús Guerrero

8 de marzo del 2022

Chilpancingo

 

Este 8 de marzo, las mujeres en Chilpancingo nuevamente dejaron claro que saben dónde se genera y regula la violencia contra ellas: “¡El Estado opresor es un macho violador!”. Es una de las consignas que más repitió el contingente más nutrido de feministas que marchó por las principales de la ciudad.

En esta conmemoración del Día Internacional de la Mujer en la ciudad protestaron varios grupos, así el feminismo mostró que conoce el origen y señala a sus agresores. “¡La que no brinque es macho!”, se escuchaba y el millar de mujeres de la marcha más larga brincaba. Lo hicieron en varias ocasiones a lo largo del recorrido que duró más de dos horas: el contingente partió del monumento a Las Banderas, se siguió hasta el Congreso local, y regresó por las avenidas Lázaro Cárdenas, Juan Álvarez hasta la plaza Primer Congreso de Anáhuac.

Cuando se dice que las mujeres señalan a sus agresores, también es en un sentido literal, porque muchas de las que participaron, en sus cartulinas pegaron la foto y pusieron los datos de sus abusadores. Uno de ellos es Héctor Miguel, de quien se omitirán sus apellidos. En la pancarta junto a su nombre y foto escribieron lo siguiente: “¡Justicia! El agresor y violador de los derechos de mis hijos sigue suelto”. Como éste, muchos casos más.

Además de señalar a sus agresores, esta marcha dejó en evidencia otros rasgos: la importancia de que las niñas crezcan conociendo sus derechos. Este año otra vez se vio en la marcha la presencia de varias niñas, quienes después, cuando estaban camino hacia el zócalo, encabezaron el contingente. Cerca del primer cuadro de la ciudad, una mujer adulta se paró en la banqueta a esperar la marcha con una cartulina en las manos, donde se leía: “Lo que no tuve para mí que sea para ellas”.

Este contingente hizo algunas paradas a lo largo del recorrido, un par de éstas, al parecer, estratégicas. La primera, frente al Congreso del Estado, donde dejaron una manta color verde en la que se leía: “Aborto legal en Guerrero”. Una deuda para el movimiento feminista en Guerrero tiene origen en ese recinto, donde los diputados locales siguen sin garantizarle el derecho a las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, es decir, la legalización del aborto.

Cuando el contingente de mujeres se paró frente al acceso más amplio del recinto, un par de trabajadoras del Congreso local sacaron su mano por las rejas con un pañuelo verde, en señal de simpatía al movimiento y a su exigencia de la legalización del aborto. Claro está que quienes tienen la decisión en sus manos son las y los diputados.

La segunda, en realidad fue el cierre de la marcha, en la plaza, frente al ayuntamiento de Chilpancingo, donde gritaron varias veces: “¡Presidenta rompa el pacto!”. Era un evidente mensaje a la alcaldesa Norma Otilia Hernández, la segunda mujer que llega a ser primera edil en la historia de la administración pública del municipio, a quien, de alguna manera, la convocaron a pronunciarse, pero nunca pasó, ni siquiera se asomó, en el supuesto de que estuviera ahí en el inmueble.

Este contingente terminó sus actividades en un mitin en la explana del zócalo, donde insistieron en la responsabilidad del Estado en la generación de la violencia contra las mujeres al repetir la consigna.

Pero otro elemento importante de la conmemoración de este año del Día Internacional de la Mujer en Chilpancingo es que fueron varios contingentes de feministas que se expresaron. En el Congreso local, la marcha se topó con un grupo de mujeres jóvenes que llevaban una manta en la que se leía: “Morras en resistencia contra el hostigamiento sexual en las escuelas”.

Antes de esto, en el monumento a Las Banderas, mujeres jóvenes realizaron el tendedero para denunciar a maestros acosadores del Colegio de Bachilleres, de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro) y del Centro de Estudios Tecnológicos Industrial y de Servicios (Cbtis). “La Uagro hace oídos sordos, no hace caso a nuestras denuncias, ellos prefieren defender a los maestros acosadores”, comentó ahí una de las manifestantes.

Leyeron un pronunciamiento donde explicaron que los maestros les miran indebidamente debajo de la falda, las piernas y los escotes, calificaron esas acciones como hostigamiento sexual y expusieron la falta de protocolos en los centros académicos para atender la violencia contra las mujeres.

En el tendedero se leían los nombres de académicos de la Facultad de Comunicación y Mercadotecnia (Facom), como Elino Villanueva, Rodrigo Carmona Casiano y Ángel Carrillo Chora, actual director de Recursos Humanos de la Uagro, a quienes acusaron de hacer comentarios indebidos acerca del cuerpo de sus alumnas. Carrillo Chora, después de que lo denunciaron por hostigamiento sexual, dejó de dar clases en la Facultad, pero continúa en la administración central de la Uagro.

También señalaron al maestro de la Facultad de Filosofía y Letras, Cesar Corrales, de violar a seis de sus alumnas.

“En las escuelas de Chilpancingo están acosando a las estudiantes. Hacemos un llamado para exigir seguridad en las escuelas, maestros que enseñen y no que vulneren. Pedimos ser respetadas”, leyeron del pronunciamiento.

Esta misma tarde otro contingente estaba en Palacio de Gobierno, sede del Poder Ejecutivo, desde donde despacha la gobernadora Evelyn Salgado Pineda. Entre las feministas que llegaron hasta ahí estaba Yolotzin Jaimes, integrante de la colectiva Las Revueltas, quien le reclamó a la gobernadora su inacción, según dijo, para frenar la venta de niñas en Guerrero.

“Hoy venimos con las mochilas y las gargantas llenas de hartazgo por la situación que prevalece en Guerrero respecto a la problemática de la venta de niñas”, dijo la activista, quien el 26 de febrero del 2021 fue golpeada por militantes de Morena cuando protestaba contra la candidatura a la gubernatura de Félix Salgado Macedonio, acusado de violación sexual en agravio de dos mujeres.

La activista le exigió a la gobernadora, hija del senador Salgado Macedonio, que realice acciones contundentes para parar la venta de niñas y vigilar que los convenios dejen de ser sólo reflector del momento y se traduzcan en acciones concretas que permitan prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las niñas y mujeres.

El acto político que encabezó este contingente fue en memoria de niñas que fueron asesinadas en Guerrero. Una de ellas Ayelín, de 13 años, asesinada en Tixtla en octubre del 2020; hasta el momento la Fiscalía General del Estado (FGE) siguen sin hallar todos sus restos. Durante el mitin, la mamá de Ayelín envió un mensaje por teléfono.

Fotografía: Oscar Guerrero

 

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1 de cada 3 mujeres sufre maltrato en el parto; México rebasa nivel de cesáreas que aconseja la OMS

La violencia obstétrica consiste en cualquier daño u omisión que cause un daño físico o psicológico durante el embarazo, parto y puerperio, en servicios de salud públicos y privados.


Texto: Brenda Torres / Animal Político

8 de marzo

 

María tenía 24 años cuando tuvo a su primer hijo. Aunque había recibido atención prenatal con una médica particular, decidió que su parto sería en una clínica del Seguro Social.

Días antes de comenzar su labor de parto, su ginecóloga le recomendó tener relaciones sexuales para acelerar el proceso, puesto que ya estaba “en tiempo” de parir. Cuando la recibieron en el seguro porque había roto fuente, le hicieron bullying y la ignoraban por haberse atendido “por fuera”, y la presionaron para aplicarle la epidural.

Sus reiteradas negativas fueron respondidas con “¿segura? A ver si aguantas”. Hasta que la asustaron con que si no lo hacía en ese momento, después no habría nadie que se la pusiera. Así que accedió.

Dos veces la pincharon, lo hicieron mal y le provocaron sangrado, y además la culparon de lo sucedido “por haberse movido”. También le dijeron que mejor le harían una cesárea, sin que fuera fundamental, solo por agilizar el proceso.

María se negó y después de horas acostada en una camilla sin que la dejaran levantarse, y sin darle siquiera agua, ella decidió ponerse de pie un momento, lo que resultó en que la amarraran con vendas a un lado de la cama.

Cuando casi 12 horas después llegó el momento en que comenzó su trabajo de parto, María estaba histérica y cansada. Los médicos aplicaron la maniobra de Kristeller -que implica presionar el vientre- (lo que está contraindicado a nivel internacional) y usaron fórceps para sacar al bebé. Esto le provocó un sangrado interno.

También le realizaron la episiotomía sin preguntarle ni decirle nada, además de que la hicieron mal y le provocaron una incorrecta cicatrización. En ningún momento avisaron de la situación a su esposo.

Después de que por fin nació su bebé, a María y a él los dejaron por más de 4 horas en una camilla en pleno pasillo, bajo un aire acondicionado, sin nada más que dos batas de hospital para pacientes. Esto provocó que durante los primeros cinco años de la vida de su hijo, padeciera de problemas respiratorios.

Todavía un año después de esta experiencia, María despertaba en las noches llorando y gritando.

Tuvieron que pasar cinco años para que decidiera volver a embarazarse y quitarse la mala experiencia que tuvo al parir. En esa segunda ocasión, recurrió a un hospital particular y a tener una dula de acompañante.

Así como ella, 33.4% de mujeres en México sufrieron algún maltrato al ser atendidas durante el parto, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) del INEGI (2016).

Esto se define como violencia obstétrica, que de acuerdo con el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE)  “es una forma específica de violencia contra las mujeres y otras personas con capacidad de gestar que constituye una violación a los derechos humanos”.

Esta puede darse en servicios de salud públicos y privados, y “consiste en cualquier daño u omisión que cause un daño físico o psicológico durante el embarazo, parto y puerperio”.

“¿Así gritaba cuando se lo hicieron? Ahí sí abrió las piernas”, “¡No te estés quejando y puja!”, “De nada sirve que estés gritando”, son algunas de las frases que forman parte del lenguaje de la violencia obstétrica, y que suelen provocar traumas a quienes se encuentran en labor de parto.

A María se las dijeron. La humillaron con relación a su vida sexual, y como se veía más joven de lo que era, la infantilizaron y se burlaron de ella.

Pero no solo se incluyen las ofensas u omisiones en el proceso de nacimiento de un infante, sino en lo que sucede después.

Hay mujeres a las que presionaron para aceptar algún método anticonceptivo, temporal o permanente (9.2%). De acuerdo con el ENDIREH, al 4.2 % le colocaron alguno o la esterilizaron sin previo consentimiento.

La violencia obstétrica deja huellas profundas en quien la padece

En 2019, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoció la existencia de la violencia obstétrica, su gravedad, causas y consecuencias.

Dubravka Šimonović, Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer de Naciones Unidas, la hizo visible con el informe “Enfoque basado en los derechos humanos del maltrato y la violencia contra la mujer en los servicios de salud reproductiva, con especial hincapié en la atención del parto y la violencia obstétrica”.

Ese reconocimiento de una problemática fue importante porque “desculpabiliza a las madres”  y valida sus experiencias, dijo al respecto al diario El País Ibone Olza, psiquiatra perinatal y directora del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal.

Se calificó de tortura el realizar una cesárea o una episiotomía sin consentimiento, y se describieron “las formas de maltrato más habituales en el parto, especialmente el chantaje y cómo se minimizan o invisibilizan sus consecuencias”.

 

En México, de 2015 a 2021 la CNDH emitió 56 recomendaciones a distintas instituciones de salud, por violencia obstétrica. En tanto, de 1996 a 2020 la Comisión Nacional de Arbitraje México (Conamed) registró 2,156 quejas con motivo de atención de parto y puerperio inmediato. Como sucede con otras problemáticas, estos son solo los casos de los que hay registro o que fueron denunciados, aunque muchos otros no llegan a las estadísticas.

Las cesáreas innecesarias también son violencia

La Declaración de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre tasas de cesárea señala que “la tasa ideal de cesárea debe oscilar entre el 10% y el 15%”.

En México, 46.1% de los nacimientos se realizan a través de cesáreas programadas o de emergencia,según la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2018. Nivel superior al recomendado por la OMS, y cuyo porcentaje incluso aumentó durante los primeros meses de la pandemia COVID. 

Otro dato preocupante es el que arrojó la ENDIREH 2016: de que 1 de cada 10 mujeres  a la que se le hizo una cesárea no se le informó la razón, ni le pidieron su permiso.

La misma OMS explica que ese procedimiento, cuando está justificado desde el punto de vista médico, es eficaz para prevenir problemas de salud e incluso la muerte en la madre y el bebé. Sin embargo, hay casos en que es innecesario, y hay consecuencias negativas para la salud maternoinfantil.

Verónica Esparza, coordinadora de investigación de GIRE, explicó a Animal Político que sería importante establecer protocolos que permitan distinguir en qué situaciones se puede justificar realizar las cesáreas, para con ello disminuir los casos en los que se practica.

La Norma Oficial Mexicana 007 para la Atención de la mujer durante el embarazo, parto y puerperio y del recién nacido, señala que es necesario priorizar el parto vaginal y reducir el índice de cesáreas.

Sin embargo, “pese a que existen estas precisiones de que es necesario reducirlas por las implicaciones que tiene o por los riesgos que implica practicar una cesárea, pues vemos que las cifras lejos de bajar van en aumento”, señaló Esparza.

GIRE en su informe 2021 de “El camino hacia la justicia reproductiva, una década, avances y pendientes”, refiere que en el periodo comprendido del 2014 a 2017, el promedio nacional de partos que se tuvieron por cesárea fue del 44.53%.

El doctor Roberto Castro, investigador del Centro Regional Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, quien es autor en conjunto con Sonia M. Frías de Violencia obstétrica en México: resultados de la ENDIREH 2016, coincidió con la perspectiva de Esparza y mencionó a Animal Político una problemática adicional, la de la excesiva medicalización del parto.

“También es violencia obstétrica medicalizar el cuerpo demasiado, interrumpir los procesos naturales del parto, no respetar los tiempos que el cuerpo va tomando y recibiendo para parir”.

Manifestaciones físicas y psicológicas

Las manifestaciones de la violencia obstétrica pueden ser físicas y también psicológicas, e incluso pueden tener repercusiones a largo plazo.

Físicas, como la práctica de cesáreas que se realizan sin que exista una indicación clínica para justificarlas, el suministro injustificado de medicamentos, la práctica de anticoncepción o esterilizaciones no consentidas o incluso forzadas.

También el retraso en la atención médica de urgencia o la falta de respeto para la evolución dentro de los tiempos de un parto, son algunos ejemplos de maltrato físico durante la atención obstétrica.

Psicológicas, como la discriminación, el uso de un lenguaje ofensivo o humillante, y las manifestaciones en tono sarcástico.

Las repercusiones a futuro van desde complicaciones o daños en la salud, tanto física como mental, hasta la muerte materna, máxima manifestación de la violencia obstétrica.

Las y los expertos consultados coinciden en que las mujeres pertenecientes a grupos indígenas, de bajos recursos o las mujeres solteras, son quienes padecen con mayor frecuencia la violencia obstétrica.

“Muchas veces las mujeres que viven en zonas alejadas, por ejemplo, tienen que transitar caminos largos para llegar al centro de salud, y este no tiene los insumos suficientes o el personal suficiente para atenderlas”, refirió Esparza.

Falta perspectiva de género

La especialista también señaló que estudios como la encuesta ENDIREH, que se levanta cada cinco años por parte del INEGI, ponen en evidencia que estamos ante un problema de Derechos Humanos, y que no se trata de una situación excepcional.

Al respecto Roberto Castro menciona que aunque es un tema que ha ido ganando visibilidad, en el gremio de ginecobstetras todavía hay perspectivas contrastantes.

Están “los que han visto o constatan que efectivamente a veces se maltrata a las mujeres durante la atención del parto y por lo tanto reconocen que sí tenemos un problema”.

Pero por otro lado, hay un “pequeño grupo que está como a la defensiva, como buscando que no se criminalice la atención médica”.

Cuando se da el trabajo de parto, las mujeres están en una situación de alta vulnerabilidad, es una relación muy vertical, donde muchas veces no hay una perspectiva de género, mencionó Castro.

Por ello, aún queda un largo trecho de trabajo, para exponer casos, concientizar y desarrollar políticas públicas que mejoren la atención a mujeres y personas gestantes.

En 2016, GIRE organizó un tribunal simbólico en el que se reunieron familiares de víctimas de muerte materna y mujeres que sufrieron violencia obstétrica, para relatar sus historias.

Las escuchó un jurado de expertas en salud y derechos humanos. Ellas, las mujeres y sus familias redactaron un informe con recomendaciones al Estado sobre cómo prevenir estas violaciones a los derechos humanos.

Problema estructural

Si bien el tema es reconocido principalmente en sectores académicos y activistas de asociaciones de mujeres, la sociedad en general no lo ve aún con la claridad y contundencia necesaria.

“Nos falta muchísimo por lograr una plena concientización y por lo tanto facilitar que la mujer se sienta con el derecho de reclamar una atención sin violencia obstétrica”, reiteró Castro.

El experto de la UNAM insistió en que no se trata de criminalizar, si no de trabajar con el personal de salud, para que mejoren su trato y protocolos de actuación, con un diseño institucional adecuado.

“Hay razones de orden estructural, no es que estemos hablando de que los médicos todos actúan de mala fe, que son perversos. Están sometidos también a presiones y habría que distinguir entonces razones de orden estructural, si a veces son cuestiones de formación o de deformación profesional, que los hacen muy autoritarios”.

Aunque no se trata de una justificación, es importante considerar los obstáculos que enfrenta el personal de salud en México para realizar su trabajo en óptimas condiciones.

La presión a la que están sometidos los servicios públicos, que suelen estar saturados y que necesitan literalmente despachar a una mujer tras otra, lleva muchas veces a realizar cesáreas sin que se requiera, por cuestiones “de prisa”.

Al respecto, Esparza insiste en que es necesario transformar las condiciones o deficiencias estructurales en el Sistema Nacional de Salud.

“Es fundamental garantizar que el Sistema Nacional de Salud cuente con presupuesto suficiente para asegurar servicios obstétricos de calidad, con infraestructura material y humana para realizar este trabajo”.

Además del diseño institucional, y temas de presupuesto e infraestructura, es necesario combatir prejuicios y rutinas que son dañinas, y que forman parte de la dinámica en la que se forma al personal de salud, desde las universidades.

Forjar un enfoque de género, además de Derechos Humanos, “es fundamental para cambiar este problema”, concluyó Castro.

¿Cómo detectar (y no normalizar) que fuimos víctimas de la violencia obstétrica?

Verónica Esparza insistió en que, para poder detectar la violencia obstétrica, es importante difundir y buscar información sobre qué está bien y que no está bien que se haga durante la atención del embarazo, durante y después del parto.

De ese modo, dijo, las mujeres y sus familiares se pueden dar cuenta de que lo que están viviendo no es normal ni justificable, que existe una falta y que se puede denunciar.

“Por ejemplo, si no te atienden, si te niegan un servicio, te tratan con groserías, con humillaciones, de manera agresiva, no te explican con claridad cuáles son los procedimientos antes de solicitar tu consentimiento, no te atienden cuando manifiestas algún tipo de dolor o te medican en exceso sin preguntar tu opinión”.

 

Este texto fue elaborado por el equipo de Animal Político y lo reproducimos con su autorización.

 

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Mujeres en Guerrero: al frente de las luchas históricas por sus derechos

Este 8 de marzo, se reinstalará el Sistema Estatal para la Igualdad entre Mujeres  y Hombres y los sistemas municipales en los próximos días, con ello se activarán los mecanismos de protección a los derechos humanos de las mujeres


Texto: Beatriz García

Fotografía: Amapola periodismo y José Luis de la Cruz

7 de marzo del 2022

Chilpancingo

 

En Guerrero hay una deuda histórica con las mujeres. Acceso a la justicia y a una vida libre de violencia son las principales, coinciden activistas, defensoras de derechos humanos y víctimas.

De acuerdo con el último Censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2020 en Guerrero se contabilizaron  un millón 840,073 mujeres, adolescentes y niñas y un millón 700,612 hombres, es decir hay más mujeres que hombres.

Paradójicamente son las mujeres las que sufren más violaciones a sus derechos humanos: feminicidios, violaciones sexuales, laborales y la falta de acceso a la justicia.

Pero no sólo eso, las mujeres en Guerrero son las exigen justicia en las calles y en las instituciones por un hijo, un esposo o un hermano que fue desaparecido o asesinado.

Las desigualdades entre hombres y mujeres son visibles. Un ejemplo claro es el analfabetismo. Las mujeres son las que menor consideraciones tienen para asistir a la escuela. De acuerdo con Inegi, en 2020 había 188,987 mujeres mayores de 15 años analfabetas y 121,340 hombres en la misma condición.

El último censo de Inegi registró que la mayor participación económica persiste en los hombres, 74.5 por ciento generan ingresos económicos, mientras que 48 por ciento de las mujeres lo hacen. Aunque el mismo informe indica que la tasa de participación de las mujeres creció 3.0 puntos porcentuales de 2000 a 2010 y 19.9 puntos porcentuales en los últimos 10 años.

Para entender algunos aspectos del plano en el que las mujeres guerrerenses están paradas, Amapola. Periodismo transgresor consultó a tres mujeres que han participado activamente en la búsqueda de justicia desde distintos aspectos.

La feminista y representante de la Asociación Guerrerense contra la Violencia hacia las Mujeres (AGCVIM), Marina Reyna Aguilar; la representante del Colectivo Familiares en Búsqueda María Herrera, Gema Antúnez Flores y la directora del Centro Regional de Defensa de Derechos Humanos “José María Morelos y Pavón”, Teodomira Rosales Sierra, quien acompaña a mujeres desplazadas por la violencia.

El incumplimiento con las mujeres

Hace cicno meses, en Guerrero cambió de gobierno, por primera vez es gobernado por una mujer, la morenista Evelyn Salgado Pineda, pero no se observa el cambio para las mujeres, aunque haya comunicados y presupuesto para atender la problematica, sin embargo para la feminista “hasta que se materialice será real”.

La Secretaría de Gobernación (Segob) ha declarado con dos Alertas de Violencia de Género (AVG) que no ha sido cumplidas lo que mantiene una situación “grave” porque la violencia no cesa y hay otras que se están visibilizando, como los matrimonios forzados en niñas y jóvenes, que desde décadas persiste en la región de la Montaña.

El incumplimiento de estas alertas, dice la activista, ha puesto a las familias y las organizaciones a trabajar aun con todas sus limitaciones en lo que el Estado no está atendiendo.

La activista observa que cada día hay más denuncias interpuestas por las mujeres, pero al mismo tiempo hay muchas carencias en la estructura gubernamental, la falta de capacitación al personal y los malos tratos que siguen ejerciendo los funcionarios hacia las víctimas.

Este 8 de marzo, se reinstalará el Sistema Estatal para la Igualdad entre Mujeres  y Hombres y los sistemas municipales en los próximos días, con ello se activarán los mecanismos de protección a los derechos humanos de las mujeres, sin embargo, explica Reyna Aguilar, hay una falta de cumplimiento de obligaciones que tiene el estado y los municipios, lo cual vulnera los derechos de las mujeres.

En el Sistema Estatal para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar  la Violencia contra las Mujeres, contemplan comisiones, una de ellas es la que preside el Congreso del estado que tiene la obligación de hacer un análisis del marco legal para homologar las leyes locales a las leyes federales, además de revisar las necesidades de reforma.

Sin embargo, los diputados ha mostrado resistencia para cumplir con uno de los grandes pendientes: reformar el artículo 159 de Código Penal,  para que las mujeres que quieran interrumpir el embarazo producto de una violación sexual lo hagan sin la necesidad de presentar una denuncia penal y, menos, sin tener la autorización de un Ministerio Público.

Las violencias imparables

La Asociación Guerrerense contra la Violencia hacia las Mujeres da siguimiento puntual a la información que el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública registra en relación a diferentes violencias que se ejercen contra las mujeres como: violencia de género, aborto, trata de personas, tráfico de menores o violencia sexual.

En su portal, la asociación desmenuza las cifras del secretariado. En sus gráficas destaca la violencia familiar. De acuerdo al registro del año pasado, en Guerrero se denunciaron 2,504 hechos por violencia familiar, aunque en 2019 se presentaron 3,036 denuncias.

En el delito de violencia de género en Guerrero en 2020 de representaron 321 denunciados y en 2021 cerró con 142.

En relación al aborto en 2019 hubo el mayor número de denunciasque aún sigue siendo considerándose un delito, once, y el año pasado cerró con cinco.

En el delito de trata de personas, en 2019 también presentó el mayor número en los últimos cinco años con denuncias, 19, y el año pasado cerró con solo una denuncia.

Sobre tráfico de menores, en 2021 se presentaron tres denuncias por este delito y en los últimos cinco años suman cinco. En Tlapa,  Cochoapa el Grande, Acapulco, Zihuatanejo y Ometepec, se registró uno en cada uno.

En violación simple, en los últimos cinco años en 2019 se presentaron más el mayor número de denuncias, 242, mientras que en 2021 fueron 164.

En violación equiparada en los dos últimos años presentaron el mayor número de registro de denuncias, 143.

Las denuncias por acoso sexual, en 2020 presentaron 114 denuncias y el año pasado cerró con 82.

El delito por abuso sexual, en 2020 se presentaron 342 denuncias y el año pasado 270.

Las mujeres, las que alzan la voz

En Guerrero hay diferentes grupos de familiares de desaparecidos y asesinados que buscan justicia por sus seres queridos, al frente van las mujeres alzando la voz.

Antúnez Flores, lidera uno de los colectivos en Chilpancingo, busca a su hijo Juan Sebastián García Antúnez, a quién desaparecieron hace 12 años.

Gema Antúnez confirma lo dicho, en su colectivo la mayoría son las madres, esposas e hijas las que no cesan en buscar justicia. Lo explica.

—¿Por qué en este caso son más las mujeres que buscan a sus desaparecidos?

—En la mujer recae toda la responsabilidad, tanto del hogar porque quedamos al frente de la familia, tanto en resolver la situación económica, salud, educación. Aun así nos damos a la tarea de buscar y no perder la fe de encontrar a nuestro familiar. Somos las que más persistimos, no sé, tal vez por ese amor materno que traemos por naturaleza.

—¿Cómo es el plano de la violencia institucional hacia ustedes?

—Sí hay carencia en los colectivos, la falta de sensibilidad que han tenido las autoridades para cubrir en cierta forma esa pérdida que tenemos, porque además es quien solventaba la economía del hogar y necesitamos apoyos, y hay poca sensibilidad de las autoridades.

“En Guerrero impera el machismo y a la mujer nos ha costado un poquito más de trabajo sobresalir y nos encontramos con muchas piedras en el camino que nos evitan avanzar”, puntualizó.

Para Gema Antúnez la labor de la mujer en Guerrero es titánica para sobresalir, para trabajar y se enfrenta obstáculos, que paso a paso avanza, lucha y no pararán en buscar a sus desaparecidos.

Sin ellas, todo estaría de cabeza

Desde 2019, la directora del Centro Morelos, Teodomira Rosales Sierra, acompaña a 244 mujeres desplazadas por la violencia de municipios como Heliodoro Castillo, Eduardo Neri, Leonardo Bravo y Zitlala, quienes se han tenido que plantar en campamentos en la Ciudad de México para que las autoridades federales escuchen sus demandas.

En entrevista, la abogada explica cómo ha sido el camino de las mujeres víctimas que además llevan con ellas a sus hijos e hijas en cada manifestación que realizan, en los plantones donde deben dormir bajo carpas por donde se cuela el frio intenso de la Ciudad de México, y en colchonetas sobre el piso helado, e improvisar una cocina para preparar sus alimentos.

“La mujer en Guerrero significa valentía, dignidad, y la mujer con toda su valentía y fuerza ha emprendido una lucha por muchos años, porque ha enfrentado grandes violaciones a los derechos humanos, principalmente las que son madres”, dice Rosales Sierra.

Consideró que si en Guerrero las mujeres no alzarán la voz “estaría más de cabeza”, porque son ellas las que emprenden una lucha para el bienestar de sus hijos y toda su familia.

En el caso de las víctimas desplazadas siempre han vivido vulnerables, porque son rechazadas en la sociedad, por tener un familiar desaparecido o asesinado. Por ejemplo, explica, en las iglesias, escuelas y centro de salud son rechazadas.

Lamenta que aunque en las leyes está escrito que las víctimas tienen derecho a una vida digna, no se está cumpliendo porque las autoridades siempre tienen excusas.

En este sentido las mujeres han emprendido una lucha en favor de sus hijos, principalmente. Actualmente las mujeres víctimas de desplazamiento luchan porque en el Senado de la República, los senadores, aprueben la Ley de Desplazamiento Forzado Interno.

Durante estos tres años uno de los logros de las mujeres fue que el 23 de septiembre de 2021 se tipificarse como delito en el Código Penal de Guerrero, el desplazamiento.

Esto es una radiografía del plano guerrerense en el que viven las mujeres, víctimas de una cadena de violaciones a sus derechos humanos que persisten.

 

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El arte en las calles: la resistencia feminista ante la violencia

El arte urbano no queda solo como rastro de la ruta por la cual pasan los contingentes feministas al marchar, permanece también como un reclamo a una ciudad machista, misógina y feminicida, que no permite a las mujeres transitar por el espacio público libremente


Texto: Verónica Ramírez / La Verdad

Fotografía: La Verdad

1 de marzo de 2022

 

En casi cada esquina de la Avenida 16 de Septiembre se encuentran cruces negra pintadas sobre un fondo rosa que adornan los muros, postes de electricidad y cabinas telefónicas. Son acompañadas por tags plasmados con pintura en aerosol y pintas que acusan al estado opresor. Reflejan un reclamo…anuncia rabia.

El sol ha descarapelado el papel de algunas de las intervenciones de paste up, obras creadas en papel que son pegadas con engrudo de forma semipermanente paredes y puertas, pero aún se pueden apreciar los diseños.

En las calles del centro de Ciudad Juárez abunda leyendas y las frases en las que se lee “ISA VIVE” y “Nos queremos vivas”. Estas son muestras de resistencia del movimiento feminista en Ciudad Juárez. Con el paso del tiempo, la fina línea entre la creación del arte y el activismo en contra de la violencia de género se va borrando. En los últimos años, las marchas realizadas en marco del 8M, Día Internacional de la Mujer, son acompañadas por convocatorias de paste up, pintas en aerosol, intervenciones en monumentos y rap feminista.

 

 

El arte urbano no queda solo como rastro de la ruta por la cual pasan los contingentes feministas al marchar, también permanece como un reclamo a una ciudad machista, misógina y feminicida, que no permite a las mujeres transitar por el espacio público libremente, dice Eloisa, integrante de la Colectiva Xolas, un proyecto de artistas feministas que surgió de la necesidad de sustento y espacios seguros para mujeres lesbianas precarizadas en Ciudad Juárez.

“Es brutal esa sensación de unión entre compañeras y de plasmar esas palabras, esas imágenes en conjunto en una ciudad en donde todos los días te quieren desaparecer”, afirma Eloisa.

“Ese reclamo es muy poderoso porque nos reunimos, lo hacemos y queda esa memoria o esa especie de justicia instantánea que nosotras mismas vamos creando al dejar plasmado eso”, afirma la artista y escritora.

Susana Alavez, también integrante de la colectiva artística, nota que cada vez más mujeres de todas las edades se suman a las manifestaciones, pero también “se avientan a tomar la lata y rayar”, comenta.

Como fotógrafa, Alavez también ha visto que más participantes llevan sus cámaras y al finalizar la marcha las redes sociales se llenan con distintas perspectivas y memorias de la manifestación.

“Creo que se sienten en un espacio seguro porque también existen los protocolos de seguridad”, dice Alavez. “Todas pueden crear algo hasta en una hoja de papel en un cuaderno, llevarlo y sabes que va a haber un momento para pegar y rayar”.

En la búsqueda de esta seguridad, artistas juarenses han creado colectivas, agrupaciones y espacios en donde pueden aprender, desarrollar sus talentos y dialogar sobre sus experiencias. A raíz de estos espacios feministas, el arte hecho por mujeres se hace más presente dentro y fuera de los contingentes de las marchas.

‘ES NUESTRA CALLE’. OCUPACIÓN DEL ESPACIO PÚBLICO Y ARTÍSTICO

Al transitar por la ciudad, Nayeli, artista gráfica, observa los diferentes tags y graffitis. Son las obras de amigas o compañeras que la hacen apreciar el arte urbano de una forma distinta. Al verlos, dice que se imagina el momento en que debieron hacerlo: unos minutos fugaces en los que no había absolutamente nadie en la calle o más riesgoso aún a horas muy tarde de la noche.

“El riesgo que se corre lo hace más, no sé si valioso o fuerte, pero valoras más el trabajo que se hizo porque conoces el peligro”

Nayeli, quien forma parte de la Colectiva Bravas, “morras artistas fronterizas” .
Ocupar las calles de Ciudad Juárez ya es un riesgo en sí, pero como mujer es común ser blanco de acoso sexual, que puede ir desde lo verbal hasta agresiones y abuso.

Solamente salir a la calle ya es una muestra de resistencia a la prohibición de poder transitar libremente por las calles, explica Nayeli, pero hacer gráfica urbana es la acción de responder a este ataque de violencia y es un arte contestatario en sí.

“Te dicen que no salgas de noche, y de que es peligroso es peligroso, pero el hecho de que te atrevas aún así a hacerlo, el hecho de responder y alzar la voz ya es un acto en sí mismo”, expresa la artista. “Es nuestra calle y también merecemos salir.”

La artista menciona que las mismas agresiones que podía recibir en la calle se presentaba en espacios artísticos dominados por hombres. No se sentía segura para aprender más técnicas o se sentía invisibilizada, al no ser tomada en serio en comparación con otros artistas que eran hombres.

“A algunas amigas les llegó a pasar que reciban acoso o escuchábamos que los vatos alababan a las mujeres por su apariencia y no su trabajo” dijo Nayeli. “Había vatos ofreciéndonos espacios para pintar ¿Pero a cambio de qué, verdad?”

 

De esta misma forma, la rapera feminista Karla Jiménez, consiente de la situación en la que las mujeres juarenses peligran en las calles, a raíz del acoso y agresiones de género, dice que desde joven buscó manifestarse. En el rap de protesta encontró un medio para expresar su rabia.

En eventos de micrófono abierto, Jiménez, conocida como Karma 656, también se encontró con ambientes muy machistas, donde no era tomada en serio por otros raperos. Ella recuerda comentarios sobre su forma de vestir, su apariencia y otras frases acosadoras que le dejaban claro que no era bienvenida en esos espacio.

“Decían cosas como: ‘aquí no hay lugar para las mujeres. Las mujeres son para traer a un lado y no para andar cantando’. Yo si he sentido que he tenido que ganarme mi lugar y en esta sociedad machista si ha sido muy difícil”, cuenta.

Por esta misma razón Jiménez buscó otras artistas que tuvieran ideales parecidos a los suyos y fue cuando se metió de lleno al feminismo y conoció a artistas gráficas, escritoras y poetas que también formaban parte de las colectivas con ideales feministas.

POR Y PARA MUJERES


Con los años, Jiménez notó como cada vez se hacía más latente la presencia de arte en los movimientos feministas a través de murales, pero también vio que había espacio para el rap de protesta.

Ella recuerda que las primeras manifestaciones a las que acudía siempre había un micrófono abierto y en una ocasión la animaron a presentar una canción.

“Desde entonces a cada manifestación que voy, yo me manifiesto con rap”, dice Jiménez, quien este año se ha sumado a eventos de preparación para la marcha 8M en Ciudad Juárez y planea asistir tanto como mujer feminista y como artista.

“Yo me reunía con ellas y conversando con todas nos damos cuenta de nuestras experiencias. Se me hacia muy fuerte que como mujeres no nos permitieran ocupar ciertos espacios artísticos”, dijo Jiménez. “Pero organizándote y teniendo espacios seguros por y para las mujeres llegamos a impulsarnos.”

Comúnmente los colectivos artísticos estaban formadas por puros hombres y se daban situaciones de menosprecio al arte hecho por mujeres, de acoso y eran ambientes muy competitivos en donde no se normalizaba compartir conocimientos o técnicas, explica la artista gráfica que usa el apodo ‘Poli No Police’, también integrante de la Colectiva Bravas.

Existía un sentir de invisibilización y falta de pertenencia que era compartido por muchas mujeres que se sentían solas en el ámbito artístico, cuenta.

“Hubo varias cuestiones que nos hizo crear la colectiva (Bravas) y una era la cuestión del aprendizaje y sentirnos que no teníamos un espacio y no sentirnos validadas en ese aspecto creativo”, menciona Poli. “A partir de este sentir empezó a formarse la colectiva y varias empezamos a usar la gráfica para expresar ciertas problemáticas que están pasando en la ciudad.

 

Como parte de Bravas, integrantes como Poli y Nayeli tuvieron la oportunidad de explorar distintas técnicas de gráfica urbana desde el paste up, stencil, graffiti y muralismo. Pero este aprendizaje no se quedaba entre las integrantes de la colectiva y buscaban compartirlo a la comunidad.

Además de la intervención callejera, Bravas realizó talleres que se llevaron a cabo en el espacio autogestivo CX16 y después con el apoyo de la Secretaría de Cultura estatal en el sur oriente de la ciudad. Los talleres que realizó la colectiva trataban temas desde la violencia de género a los derechos humanos con el propósito de generar espacios de diálogo.

“Creo que es muy importante llegar a otras mujeres que no han tenido este tipo de diálogos. (Nuestro activismo) no solo son estas intervenciones en las calles si no todo lo que hay detrás”, afirma Poli. “También nos importa mucho esta cuestión del proceso de compartir cosas, sentires y crear estas redes que impulsan a otras mujeres”.

Con los talleres, Poli también se dio cuenta que se sentía una energía diferente al hacer un trabajo colectivo y se sentía con más seguridad y fuerza. Para Nayeli, las intervenciones de la Colectiva Bravas, en las calles o través de talleres, siempre fueron consideradas como actos de activismo que traían consigo un sentimiento de catarsis.

“Casi siempre era la manera de sacar lo que traíamos ahí atorado”, dice la artista. “Lo plasmabas en papel y salíamos a la calle a pegarlo. Todo el proceso es liberador porque estas con personas que te entienden y que probablemente han pasado por lo mismo que tu y es una manera en que te sientes apoyada y escuchada”.

Los espacios de dialogo que abrían con las colectivas no solo servían como medios de activismo si no también como formas de auto-cuidado. Las integrantes de las Colectivas Xolas han colaborado con Bravas en la pinta de murales y otras intervenciones.

Sobre la calle Colombia existía un mural que las dos colectivas hicieron en colaboración. Además de permitirles pintar juntas, para Eloisa este fue un trabajo de transformación del espacio público que se hizo en conjunto con la comunidad del barrio.

“Se escuchaban rumores de la gente que pasaba por ahí y hasta entre nosotras mismas que se sentía distinta la calle. Eso fue muy satisfactorio, desde encontrar la pintura, las vecinas se involucraron, hubo comida, hubo música. Era un entorno muy de mujeres y muy seguro. Si se logró la unión y el efecto que queríamos crear”, recuerda Eloisa.

De la misma forma vieron un potencial de generar redes de apoyo y hermandad, dice Alavez, agregando que es necesario crear colectivas hechas por mujeres y para mujeres.

“Creo que también tiene que ver que la creación es como una forma de auto cuidado. Dentro de este espacio puedes crear algo que quizá no estabas segura de hacerlo al inicio y te da ese impulso de explorar o reflexionar otro tipo de cosas que antes no se podían concebir” afirma.

Entre las actividades que la colectiva ha llevado acabo incluye el muralismo, intervenciones de gigantográfia, talleres de poesía, escritura, creación de fanzines y han mantenido una participación en los bazares locales. Además de explorar temas de resistencia feminista y lesbiandad en sus obras, la Colectiva Xolas busca celebrar el amor entre mujeres, ya sea en relaciones sexo-afectivas como los lazos de hermandad.

Más que nada, el mensaje que Xolas busca compartir es decirle a otras, desde su experiencia como mujeres o lesbianas, que están acompañadas.

“Los mensajes puedes ser palabras, pueden ser símbolos, pero siempre es con una intención”, afirma Alavez “Creo que de alguna manera las personas que transitamos esta ciudad sabemos lo que significa la cruz rosa, si vemos el nombre de Isabel en el centro sabemos a que se refiere. Creo que es un decirle a las demás que no están solas y que estamos en las calles”.

Ser o no ser… mujer

¿De qué hablamos cuando decimos que se cosifican los cuerpos de las mujeres? A través de un collage mujeres cis y trans, trabajadoras sexuales, hicieron el ejercicio de responder qué significa ser mujer, de quién lo aprendieron, y cómo impacta eso en su trabajo


 

Texto: Maria Ruiz / Pie de Página 

Ilustración: Inimisqui 

Collages: Trabajos sexuales

24 de febrero de 2022

 

¿Para tí qué es ser mujer? Estaría bueno que lo pregunten”, me dijo Elvira Madrigal, fundadora de Brigada Callejera, en mayo de 2021, durante un encuentro que el equipo de Pie de Página tuvo con organizaciones que defienden y cuidan los derechos de las trabajadoras sexuales.

La pregunta surgió de una actividad en la que intercambiamos los roles: las reporteras dejamos de preguntar y fuimos entrevistadas por las trabajadoras sexuales.

Al ser parte de una generación que pugna por replantear las identidades de género que nos han impuesto, no pude responder la pregunta de Elvira, quien ahora me explica por qué es importante hacerlo: 7 de cada 10 personas que ejercen el trabajo sexual son mujeres.

De ellas, la mayoría son madres solteras que, además de cuidar a sus hijos, pueden tener bajo su cargo a algún otro familiar.

“Son guerreras, son cuidadoras. Ser mujer es ser bien pesada”, dice Elvira, al referirse a la fortaleza de sus compañeras.

Pero también  aclara: “hay que dejar de vernos como máquinas de retribución”.

* * *

¿Qué significa ser mujer? Intentar responder a esa pregunta en un país como México, donde cada día matan a 10 mujeres, dice Elvira, es complejo.

Mucho más difícil es hacerlo en una época en la que lo femenino, como construcción de género, está siendo cuestionado por los distintos movimientos feministas y por las diferentes luchas identitarias.

Discutirlo abona a la búsqueda de la autonomía que por años han peleado las trabajadoras sexuales, quienes argumentan que la explotación del cuerpo que hay en esa actividad es la misma que viven otras trabajadoras, como las jornaleras, y que si se criminaliza el trabajo sexual es por un asunto de moral sobre las prácticas sexuales.

Aunque el problema no es tan sencillo: en el trabajo sexual también se explota la idea de lo femenino como una forma de dominación. Pero, ¿qué significa eso?

Mujeres cis y trans -integrantes de las comunidades de Brigada Callejera, AMETS y La Casa Hogar Paola Buenrostro- hicieron el ejercicio de responder tres preguntas –¿Qué significa para ti ser mujer?, ¿de quién aprendiste a ser mujer?, ¿cómo impacta ser mujer en tu trabajo?– a través de un collage de imágenes que sacaron de revistas o de internet.

Este trabajo es el resultado de ese ejercicio

Anahí y Yaz, AMETS

 

“Una foto mía de bebé, una foto mía de hace unos años y una flor; me siento conectada con el medio ambiente, con el cuidado a mí misma y con cómo me veo”

Respondiendo a ¿de quién aprendí a ser mujer? De mi mamá y de las mujeres de mi entorno. Las personas que me criaron me enseñaron a tener mucho tacto por la naturaleza y sentirme parte de. Escogí esta imagen del «Codex Seraphinianus» que siento me representa.

Ser mujer es un acto de resistencia en este país. Ahorita por todas las olas de feminismos y por la academia se piensa que ya es muy fácil ser mujer cuando en realidad, en la calle, hay mucha discriminación.

Apenas leí la Teoría King Kong de Virginie Despentes donde habla de qué es ser mujer y cómo nos piden cumplir, como si fuera obligatorio, con ciertos estándares. Verte de cierta forma, etc. Entonces, encontrar nuestras propias formas de ser mujer y de ser nosotras mismas es un acto de resistencia. Muchas veces por eso te matan, por no ser a partir del deber ser, sobretodo siendo trabajadora sexual. Pero más allá de ser trabajadora sexual, porque también en el mundo del trabajo sexual hay distintos tipos de ser mujer, hay a quienes les gusta acatarse a ciertas formas de ser mujer y hay a quienes nos gusta hacer lo contrario, jugar con eso.

-Anahí

***

“Así ha sido mi pasarela del trabajo sexual, iniciar siendo puta y verme indudablemente femenina a evolucionar a alguien que se percibe más masculino pero sigue portando ropas femeninas”

Ser mujer lo siento como imposición, como algo que se da por hecho que me voy a identificar con eso, no tanto algo con lo que forzosamente yo esté representada. A veces puedo jugar con ello pero lo relaciono más con jugar con la feminidad que jugar a ser mujer.

Creo que mi trabajo se relaciona mucho con ser mujer más que el ser mujer con mi trabajo porque yo empecé a crear una construcción del ser mujer más por mi trabajo que en mi cotidianidad. Antes de ser trabajadora sexual no tenía tan presente que debía verme femenina, a partir del trabajo empecé a crear este imaginario de que yo era una mujer que usa vestidos o tacones y demás. Pero al mismo tiempo si no hubiera pasado no me lo estaría cuestionando. Escogí las imágenes del collage para reflejar la evolución y mi sentir más actual, que así ha sido mi pasarela del trabajo sexual, que es de alguien que se percibe más masculino pero sigue portando ropas femeninas.

Siento que así ha sido mi pasarela del trabajo sexual, iniciar siendo puta y verme indudablemente femenina a evolucionar a alguien que se percibe más masculino pero sigue portando ropas femeninas”.

Claudia y Gabriela, Brigada Callejera

 

“Escogí las imágenes porque yo soy muy vanidosa, muy glamurosa, me gusta andar arreglada y me alegro para mí. Trabaje o no trabaje siempre he pensado que arreglarme es para mí, no para los demás. El amor propio me ha enseñado que todas las cosas las hago para mí, no para los demás”.

Ser mujer es una lucha constante por no ser discriminada en ningún ámbito de la vida. Es ser guerrera, ser una luchadora del hogar todos los días, no nada más en la calle.

Aprendí a ser mujer de mi abuelita, aprendí a luchar y a ser mujer no significa nada más quedarse en casa y tener un marido. Que es bueno trabajar por lo que quieres, que una madre siempre saca adelante a sus hijos de la manera que ella puede, así sea vendiendo su cuerpo. Una mujer sabe luchar, no se queda esperando a que le den las cosas, una mujer trabaja, hace todo por estar bien.

-Gabriela

«Creo que de muchas maneras, nos denigran, hay mucha discriminación, nos denigran como mujeres, inclusive nos dicen que no valemos nada cuando valemos lo mismo».

Ser mujer lo es todo, es ser libre, luchadora, guerrera por tus sueños, por lo económico para salir adelante, tanto la belleza interior como la exterior, nos define lo que traemos dentro, los sentimientos, ser respetuosa, amable. Han pasado cosas en mi vida que me han hecho querer ser alguien, salir adelante, me puse estudiar porque quisiera superarme. Por quedar embarazada trunqué muchas cosas pero ahora que mis hijos hicieron su vida estoy estudiando. Va una aprendiendo de tu mamá, de tu abuelita, de las maestras, de todas ellas va una aprendiendo a ser mujer. De mi mamá se me quedó su carácter, siempre ir hacia adelante a pesar de los obstáculos.

-Claudia

Antonela y Talía, Casa Hogar Paola Buenrostro

 

«He decidido vivir mi vida como soy y como me gusta a mí, por eso usé para el collage fotos mías»

Yo quise representar el arte, los dibujos que hago, porque me encanta pintar y es lo que me hace vivir como mujer trans.

Me encantan las siluetas fem buenas y trato de demostrarlo en cada dibujo que hago.

Crecí con mi mamá, fue la que me enseñó a luchar por mis  sueños, aprendí a ser mujer de ella, como se vestía, cómo se maquillaba. También he aprendido de mis hermanas de la Casa Hogar Paola Buenrostro, son parte de mi crecimiento como mujer trans. De ellas he aprendido a ser fuerte, a ser una guerrera y que a pesar de que mis problemas sean muy grandes, sobrellevarlos y enfrentarlos, enfrentar la transfobia que hay afuera.

Me gusta el feminismo, me gusta defender mis derechos, ir a marchas a protestar y no quedarme callada porque para eso tenemos una boca y manos para protestar por los derechos que aún nos faltan. Por eso puse las fotos que me han tomado en las marchas, me quise enfocar más en mi porque veo muchos cambios tanto emocionales como físicos en este último año de mi transición. Aceptarme tal como soy me ha costado muchísimo pero al final me he encontrado a mí misma, me he amado y me siento segura con mi cuerpo porque es el que llevaré toda la vida. Los estereotipos de la gente no me hacen bien. He decidido vivir mi vida como soy y como me gusta a mi, por eso usé para el collage fotos  mías.

-Antonela

Ser mujer para mí es ser trabajadora, como mi mamá. Ella siempre se dedicó a lo que es el comercio. Mi mamá influyó mucho en mí, me enseñó a ser independiente, nos enseñó la cultura de la cocina.

-Talía

 

*Esta nota fue realizada por Pie de Página, medio aliado de la Red de Periodists de a Pie. Aquí puedes leer la original.

María, la niña me’ phaa a quien la Secretaría de Salud intentó convencer de no abortar

Viridiana Gutiérrez Sotelo, coordinadora del Observatorio Ciudadano de la Violencia hacia las Mujeres de Guerrero y promotora de la segunda Alerta de Violencia de Género por agravio comparado, documentó en 2021 por lo menos ocho casos en cuatro hospitales donde se negaron a interrumpir el embarazo a niñas, adolescentes y mujeres que fueron violadas


Texto: Arturo de Dios Palma

Fotografía: Oscar Guerrero

21 de febrero del 2022

Chilpancingo

 

La nombraremos María. Es una niña de nueve años que el 14 de febrero llegó junto con una familiar al hospital general de Chilpancingo, Raymundo Abarca Alarcón, a solicitar la interrupción del embarazo.

María fue violada.

La solicitud la hicieron conforme al artículo 159 del Código Penal del estado: con una denuncia penal por el delito de violación sexual y con la autorización expresa del Ministerio Público para la interrupción.

En el hospital se negaron, incluso, intentaron convencerla para que lo continuará. El caso trascendió a los medios de comunicación y obligó a que las autoridades de Guerrero reconsiderar la negativa.

Tres días después, en otro hospital, el de la Madre y el Niño Guerrerense, le interrumpieron el embarazo a María.

Este caso no es el único, en los hospitales de Guerrero es constante la resistencia por interrumpir embarazos productos de violación sexual.

Viridiana Gutiérrez Sotelo, coordinadora del Observatorio Ciudadano de la Violencia hacia las Mujeres de Guerrero y promotora de la segunda Alerta de Violencia de Género por agravio comparado, documentó en 2021 por lo menos ocho casos en cuatro hospitales donde se negaron a interrumpir el embarazo a niñas, adolescentes y mujeres que fueron violadas.

Gutiérrez Sotelo hace el recuento. En julio, al hospital de Chilpancingo llegó una joven me’phaa que fue violada sexualmente para solicitar la interrupción del embarazo y se lo negaron. Le dieron largas hasta que una médica, por su cuenta, le dio una pastilla.

Dos meses después, al hospital de Iguala llegó una niña de 14 años embarazada. Fue violada y presentó su denuncia ante el MP, sin embargo, personal del DIF municipal la convenció para que continuará con el embarazo.

En octubre, en Ayutla, una adolescente de 17 años solicitó la interrupción del embarazo, tras haber sido violada por su novio. En el hospital de ese municipio le negaron el servicio y organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres la acompañaron a la Ciudad de México a practicarse el aborto.

Ese mismo mes, llegó una niña de 13 años al hospital de Chilpancingo, después de que le negaran la interrupción del embarazo en un centro de salud en el municipio de Juan R. Escudero. Hubo resistencia y después de días, por la presión de organizaciones, accedieron a practicar el aborto.

En noviembre, una niña de 13 años que fue violada por su hermanastro, llegó al hospital de Taxco con la denuncia y la autorización del MP para la interrupción del embarazo. Se lo negaron. Al final accedieron, pero la enviaron a un centro de salud.

“Accedieron porque intervenimos, pero con mucha violencia. El director la envió al centro de salud a tomar el medicamento pues no quería que mancharan su hospital”, recuerda Gutiérrez Sotelo.

En diciembre, una mujer de 30 años con discapacidad cognitiva, solicitó la interrupción del embarazo en el hospital de Iguala. Fue violada por un vecino, un hombre de 70 años. Se lo negaron pero por la intervención de organizaciones practicaron el aborto.

La resistencia no sólo es del sector salud, en los MP también. Gutiérrez Sotelo recuerda el caso de una chica que a los 16 años fue violada por el amigo de su hermano en el municipio de Ometepec.

La chica decidió abortar y junto con sus padres y Viridiana, asistieron al MP a denunciar y a obtener la autorización para la interrupción del embarazo.

La agente trató de convencerla y después puso muchos obstáculos, incluso, ofreció adoptar al niño si decidía tenerlo, luego la hostigó. La amenazó con encarcelarla si descubría que no fue violada. Al final autorizó la interrupción pero envió patrullas al domicilio de la joven hasta que le practicaron el aborto.

En Guerrero se han declarado dos Alertas de Violencia de Género, la segunda por agravio comparado, que ordena homologar el Código Penal con la Norma 046 para garantizar que niñas, adolescentes y mujeres víctimas de violación sexual accedan a la interrupción del embarazo sin interponer una denuncia penal y, menos, tener la autorización de un MP.

Hace un mes, en el Congreso local diputadas de Morena presentaron una iniciativa para despenalizar el aborto. Es la tercera en la última década.

Como en las otras dos iniciativas, hay resistencia de diputados y grupos religiosos para que se despanalice el aborto, pero de igual forma existe la exigencia para que se legisle.

A días de la nueva iniciativa, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) llamó al Congreso de Guerrero a que modifique el Código Penal para despenalizar la interrupción del embarazo durante las primeras 12 semanas de gestación.

“En el tema de la interrupción legal del embarazo, el Estado mexicano tiene diversas observaciones de organismos internacionales que lo han instado a armonizar su marco jurídico a nivel nacional y subnacional conforme a los más altos estándares internacionales de los derechos humanos de las mujeres y con los que México se ha comprometido” dijo Inmujeres.

El caso de María hizo que volviera el tema de la despenalización del aborto al Congreso y mostró el nivel del debate. La diputada del PRI, Julieta Fernández Márquez dijo:

“Entonces no sabemos exactamente qué fue lo que le sucedió a esta niña, pero creo que esta historia es desgraciadamente el caso de muchas otras niñas que empiezan su vida sexual y reproductiva a los 10 años y que definitivamente por causa de violación o por causa de que así acostumbran en usos y costumbres, a casarse a muy temprana edad o a juntarse a muy temprana edad, y que tienen más de siete hijos por mujer”.

La primera vez que María y su familia solicitaron la interrupción del embarazo fue en el hospital básico comunitario de su pueblo ubicado en un recodo de la Montaña de Guerrero, de donde la remitieron directamente a Chilpancingo.

El hospital de su pueblo apenas cuenta con lo esencial; no tiene la infraestructura ni el personal especializado para atender un caso como el de María: una niña de nueve años, con pérdida de peso y de alto riesgo.

Eso no sólo ocurre en el pueblo de María sino en toda la Montaña, ninguno de los siete hospitales básicos ni el general de Tlapa tienen la infraestructura, ni cuentan con personal especializado.

En esta región, no sólo se trata de la resistencia permanente del personal médico por interrumpir el embarazo, el problema es estructural: son tantas carencias que no permiten hacerlo de forma segura.

Neil Arias Vitinio es abogada del Centro de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan. Atiende cotidianamente a niñas, adolescentes y mujeres que sufren las diversas violencias a las que son sometidas en la Montaña: los matrimonios forzados, las violaciones sexuales y la más extrema, el feminicidio.

Arias Vitinio ha acompañado varios casos de niñas y adolescentes que fueron violadas y que intentaron interrumpir el embarazo pero se toparon con las carencias de los hospitales, la negligencia en los MP y la asfixiante impunidad.

“Las autoridades de salud y los ministerios públicos no están a la altura para atender este tipo de casos y lo único que pasa es que ponen en riesgo la vida de estas niñas”, dice Arias Vitinio.

Estos son cuatro de los casos que ha documentado Arias Vitinio.

Hace dos años, una niña de 13 años de un pueblo de Cochoapa El Grande fue violada sexualmente por su cuñado, el esposo de su hermana. Cuando la niña tenía cinco meses de embarazo solicitó la interrupción.

Por el tiempo, superaba las 12 semanas que marca el Código Penal del estado para interrumpir el embarazo pero sobre todo por el riesgo, Tlachinollan pidió la intervención de la organización Católicas por el derecho a decidir para que la interrupción se practicará en la Ciudad de México.

“Esa vez nos pareció que por el riesgo que corría la niña era mejor que se lo hiciera en la Ciudad de México donde hay una atención más especializada, acá en la Montaña no hay forma”, explica la abogada.

Arias Vitinio fue testigo directo de la resistencia que existe también en los MP. Hace unos tres años acompañó a dos jóvenes a presentar la denuncia por violación y la autorización para la interrupción del embarazo.

El primer caso fue el de una joven que fue violada por el chofer de una camioneta cuando viajaba hacia el municipio de Alcozauca. Le dieron la autorización un mes después, es decir el embarazo avanzó cuatro semanas.

Cuando llegó al hospital hubo resistencia del personal médico.

“La atendieron porque hicimos un escrito explicando que está la Norma 046 para atender a las mujeres en estos casos de violación”, dice.

Al final aceptaron pero se toparon con la precaria condición de los hospitales de la Montaña: la joven tuvo que pagar, en clínicas particulares, los ultrasonidos porque le exigían dar con exactitud el tiempo de gestación. Luego le informaron que la interrupción la haría un médico general, porque no contaban con un ginecólogo. Tampoco recibió atención psicológica, ni de prevención para evitar una enfermedad de trasmisión sexual. Nada.

Arias Vitinio también acompañó a otra mujer que fue violada mientras iba a trabajar al campo en el municipio de Atlixtac. Interpuso la denuncia penal pero el MP tardó dos meses para autorizar la interrupción del embarazo.

“En este caso la mujer decidió seguir con el embarazo, cuando le entregaron la autorización ya había pasado el plazo y ya había gastado mucho en tanta vuelta”, dice la abogada.

Arias Vitinio documentó otro caso: en 2020 en un pueblo de Acatepec una niña de 12 años fue violada sexualmente por un hombre de 42. Era su vecino. La familia se enteró hasta que el embarazo fue evidente: tenía cinco meses.

El vecino amenazó a la niña, le advirtió que si decía algo asesinaría a su mamá y a su papá. La menor guardó silencio hasta que su vientre se lo permitió.

A este hombre, quien era un funcionario público municipal en ese momento, la familia lo denunció penalmente por la violación. En ese caso no ha pasado nada: el agresor está libre y la niña, ahora de 14 años, es madre.

“A la familia se le informó sobre la interrupción del embarazo, pero no quisieron, nos dijeron que no podían hacerlo por sus creencias: ‘somos pobres pero podremos sacarla adelante’”, explica.

 

Un picnic feminista para desmitificar el amor romántico

En el marco del 14 de febrero, la colectiva Vallarta Fem en Puerto Vallarta, Jalisco convocó a un picnic-conversatorio para desmitificar el amor romántico. Esta actividad separatista y abierta a mujeres de todas las edades buscó ser un espacio de confianza para que compartieran sus pensamientos ante una fecha atravesada por el sistema patriarcal.

En México al menos 44 de cada 100 mujeres han recibido algún tipo de agresión por parte de su pareja.


 

Texto y Foto: Leslie Zepeda / Zona Docs

14 de febrero de 2022

 

Sentadas sobre la arena y convocadas por la colectiva Vallarta Fem, un grupo de mujeres jóvenes reflexionaron este sábado sobre la idea del amor romántico a propósito del 14 de febrero, fecha popularmente conocida como el Día del amor y la amistad en México. Decidieron abrir este espacio a modo de un picnic-conversatorio para que las asistentes tuvieran la oportunidad de compartir, discutir y desmitificar en confianza las nociones que por años les han sido socialmente impuestas alrededor del amor de pareja.

Perla Fonseca, integrante de la colectiva, fue la encargada de guiar la conversación:

“El amor romántico son creencias que se nos han impuesto con el paso del tiempo, a través de los medios de comunicación e, incluso, se transfieren de generación en generación. Estas ideas que nos dicen “cómo debe ser el amor” terminan por llevarnos a enfrentar y experimentar una serie de violencias a lo largo de nuestras vidas” destacó la feminista.

 

 

Tanto las asistentes como las organizadoras coincidieron en que “el tema va más allá de una desilusión sobre lo que los medios de comunicación les enseñaron a las mujeres sobre el amor y las relaciones de pareja que mantienen”, puesto que, señalaron que su exaltación ha llevado a normalizar distintas formas de violencia que se experimentan en noviazgos o matrimonios:

“El amor romántico es parte de la cultura patriarcal, por lo que puede terminar en agresiones físicas y emocionales, entre otras” advirtieron.

Y es que, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) alrededor de 19 millones de mujeres han vivido violencia de pareja, actual o pasada, lo que representa el 48.2% de esta población en todo el país.

Mientras tanto, en Jalisco, la violencia dentro de las relaciones de pareja y cometida en contra de las mujeres quedó evidenciada en las 68 llamadas de auxilio diarias que fueron recibidas al 911, durante el 2020. A nivel nacional fueron contabilizadas cerca de 18 mil 482 llamadas, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Para Perla, estas violencias dentro de la pareja están atravesadas por mitos y construcciones que dificultan a las personas identificar y romper con patrones socialmente aceptados y convenidos bajo la engañosa idea del amor, como los celos o la “media naranja”: “es difícil detectarlo por lo mismo que ha pasado de generación en generación, está todo normalizado en nuestra sociedad, en nuestra cultura. Puedes engañarte con que así es el amor” dijo.

 

 

Aprovechó la oportunidad para manifestar que, nombrarse mujeres feministas, no significa que “no quieran recibir afecto o que no estén interesadas en mantener una relación de pareja”, sino que, por el contrario, desde posicionamiento apuestan por relaciones humanas y personales donde se sientan seguras, libres y en confianza.

A decir de la fundadora de Vallarta Fem, Herova Olmos, este picnic buscó resignificar el 14 de febrero para las mujeres o, al menos, para las que tienen en su entorno más cercano en Puerto Vallarta. En especial, advirtió que esto resulta necesario, pues en este municipio al interior de Jalisco hacen falta espacios de confianza donde las mujeres puedan compartir sus experiencias de vida y de violencia, ya que “muchas veces les hacen sentir que “están locas” cuando en realidad han sido víctimas de estas violencias”:

“Se trata de ver todas esas mentiras que nos han dicho a lo largo de nuestras vidas sobre cómo debe de ser una relación de amor y que muchas de estas mentiras nos hacen caer en círculos o dinámicas de violencia, de agresión hacia nosotras en las que obviamente perdemos el amor propio que nos dejan inmersas en relaciones abusivas.”

 

Finalmente, desde la colectiva aprovecharon para anunciar que llevarán a cabo distintas actividades en el marco del Día Internacional de la Mujer. Según informaron el 5 de marzo realizarán la tercera edición de la “Feria Sorora”, una actividad para mujeres emprendedoras de la región, donde además habrá talleres impartidos desde la perspectiva feminista, como: defensa personal, amor propio, tipos de violencia de género y cómo identificarla.

A la par de esta actividad, el día 8 de marzo convocarán a una marcha en contra de la violencia feminicida y machista que viven las mujeres en Puerto Vallarta.

“Soy visible”: una convocatoria para visibilizar y nombrar a mujeres, jóvenes y niñas tonaltecas

La colectiva Mujeres Visibles invita a mujeres, jóvenes, niñas y agrupaciones sociales de mujeres tonaltecas a participar en la convocatoria “Soy visible”, la cual tiene como propósito reconocer y nombrar a mujeres destacadas que residen en el municipio de Tonalá, Jalisco.


 

Texto: Aletse Torres Flores / ZonaDocs

7 de febrero de 2022

 

Mujeres Visibles es el nombre de la colectiva integrada por cuatro mujeres tonaltecas: Sonia, Natalie, Dalia y Arlette. Cada una, desde su trinchera, se unen para visibilizar a las mujeres del municipio de Tonalá desde lo que son, desde lo que aspiran y desde lo que aportan a la sociedad.

Por ello, el pasado 29 de enero lanzaron la convocatoria “Soy visible” en la que invitan a todas las mujeres, niñas, jóvenes y agrupaciones sociales de Tonalá a participar en alguna de sus 11 categorías:

  • Artesana visible.
  • Emprendedora visible.
  • Colectiva visible.
  • Originaria visible.
  • Diversa visible.
  • Niña visible.
  • Tastoana visible.
  • Creadora visible.
  • Científica visible
  • Profesionista o de oficio visible
  • Mujer visible.

Natalie indicó que cada una de las categorías fue pensada en las mujeres que integran sus círculos, pero también, en aquellas que no, con la intención de descubrir a todas las que “están fuera de sus ojos”. Así, la iniciativa pretende reconocer a las mujeres más destacadas de cada categoría.

Las integrantes de la colectiva explican que no se trata de una competencia, sino de un esfuerzo por dar visibilidad a todas las mujeres talentosas que habitan en esta ciudad y que deseen postularse para representar cada categoría.

En sus planes está que el evento se realice cada año para que todas las mujeres, jóvenes y niñas tonaltecas sean “visibles” a través de la convocatoria. Incluso, buscarán integrar nuevas categorías que sumen a nombrar a cada una de las distintas expresiones del ser mujer.

En ese sentido, Dalia manifiesta la importancia de tomar los espacios para nombrar a todas las mujeres diversas y exitosas, por ejemplo, a aquellas que defienden las tradiciones y a quienes están dentro del campo de la ciencia, porque “cada una a su manera representa una parte de Tonalá”.

Esperan que este evento haga crecer sus redes de apoyo y, a su vez, se logren generar espacios seguros y públicos que den cuenta del trabajo que diariamente realizan todas las mujeres en su ciudad.

En caso de que deseen participar o nominar a una “mujer visible” del municipio, se debe enviar un correo a: colectiva.mujeresvisibles@gmail.com anexando lo siguiente:

  1. Nombre completo
  2. Edad
  3. Colonia
  4. Teléfono personal y algún extra de localización.
  5. Carta libre en donde expresen sus motivos para participar en alguna de las categorías. Anexar evidencias solicitadas según la categoría a participar.
  6. Una breve semblanza de su desempeño e historia según su categoría.

La convocatoria cierra el 20 de febrero y el reconocimiento será entregado la ceremonia del día 5 de marzo, en el marco del Día Internacional de la Mujer y del 2do aniversario de la Colectiva Mujeres Visibles.

Pide Inmujeres a Congreso que apruebe despenalización del aborto

La iniciativa para despenalizar el aborto que presentaron las legisladoras de Morena, incorpora recomendaciones de tratados internacionales y los resolutivos históricos emitidos por la Corte sobre la descriminalización del aborto y el derecho a decidir


Texto: Jesús Guerrero

Fotografía: Oscar Guerrero 

18 de enero del 2022

Chilpancingo

 

El Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) pide al Congreso de Guerrero que apruebe la iniciativa de modificaciones al Código Penal para despenalizar la interrupción del embarazo durante las 12 primeras semanas de gestación.

Esta iniciativa que fue presentada el pasado 12 de enero por las legisladoras morenistas Nora Velázquez, Gloria Citlali Calixto y Beatriz Mojica Morga se encuentra en trámite legislativo en las comisiones de justicia y salud.

Mediante un comunicado, el Inmujeres, recuerda que la penalización del aborto no evita su práctica y mujeres, adolescentes, niñas y personas con capacidad para gestar quedan expuestas a realizar procedimientos inseguros, antihigiénicos y riesgosos que ponen en peligro su vida y vulneran sus derechos sexuales y reproductivos, así como el derecho a decidir sobre su cuerpo.

Menciona que, en el tema de la interrupción legal del embarazo, el Estado mexicano tiene diversas observaciones de organismos internacionales que lo han instado a armonizar su marco jurídico a nivel nacional y subnacional conforme a los más altos estándares internacionales de los derechos humanos de las mujeres y con los que México se ha comprometido.

El Inmujeres expone que la iniciativa para despenalizar el aborto que presentaron las legisladoras de Morena, incorpora recomendaciones de tratados internacionales y los resolutivos históricos emitidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sobre la descriminalización del aborto y el derecho a decidir.

Dicha iniciativa de decreto da elementos para cumplir con las recomendaciones dadas al estado de Guerrero en el marco de la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres por agravio comparado.

Menciona que en Guerrero todavía es una de las pocas entidades del país en el que las mujeres, adolescentes o niñas víctimas de violación deben tener autorización del Ministerio Público para interrumpir el embarazo.

Además de que este documento contempla como excluyente de responsabilidad penal el aborto por violación, así como inseminación artificial no consentida, riesgo de salud, alteración genética y por abortos espontáneos o accidentales y mantiene como delito el aborto forzado sin la voluntad de la mujer o persona gestante, dice el Inmujeres.

Esta iniciativa presentada por las tres legisladoras de Morena ha provocado protestas de los grupos religiosos que se han pronunciado en contra de que el Congreso la apruebe.

La legisladora local del PRI, Julieta Fernández, encabezó una protesta frente al Congreso local de un grupo católicos entre ellos el Provida y del Grupo Interreligioso de Guerrero exigiendo que no se apruebe la despenalización del aborto.

Según la diputada priísta en el Congreso hay asuntos más importantes en la agenda legislativa que impulsar estas adecuaciones al Código Penal de Guerrero que permite la despenalización del aborto.

También grupos activistas que han luchado por los derechos de las mujeres se manifestado a favor de esta iniciativa.

 

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