Tezquitzin ropa artesanal, un emprendimiento de artesanas guerrerenses que exportan a Estados Unidos

Texto y foto: Alberto Ramirez 

Lunes 24 de junio del 2024
Chilpancingo


Tezquitzin, ropa artesanal, es un negocio familiar de prendas para vestir y bisutería hechas a mano por personas originarias de Chilapa y sus alrededores.

La tienda se ubica en Chilpancingo y va a cumplir cinco años de vestir a niñas, niños, hombres y mujeres del estado, del país e incluso del extranjero.

Cada una de las prendas son confeccionadas, bordadas o pintadas por alrededor de 10 personas que laboran en Tezquitzin.

Una ingeniera civil creó este emprendimiento. Se trata de Mariela Morales Román, de 27 años. Mariela emprendió este negocio en el año 2019 cuando una persona le encargó cinco camisas elaboradas en la región Montaña baja, sin embargo, las prendas nunca las recogieron por lo que se tuvo que quedar con ellas.

En esas fechas ella no había planeado tener su propio negocio, pero como las camisas no las usaría y ya había invertido en ellas, decidió ofrecerlas a través de Facebook en los grupos de venta.

Sin saberlo aún, en ese momento, inició un negocio que le cambiaría su futuro en el ámbito económico y laboral.

De las cinco camisas que le habían encargado y que no recogieron vendió unas piezas y otras le quedaron, pero la gente le empezó a preguntar sobre otras prendas diferentes, así fue como a Mariela le surgió la inquietud de emprender, además su familia y ella saben confeccionar, bordar, elaborar bisuterías y eso era un plus que le ayudaría en su negocio.

El primer año realizó las ventas en línea, pero al siguiente decidió abrir un local para que la gente que le compraba tuviera más confianza y existiera la posibilidad de que pasaran los clientes a ver de manera física las prendas.

Otro motivo que la llevó a dar ese paso fue que se convirtió en mamá y quiso darse un respiro para ella y para su hijo ya que en el lugar que laboraba como ingeniera civil le demandaba mucho tiempo.

A diferencia de muchos negocios, Tequitzi no cerró sus puertas en la pandemia, al contrario, de acuerdo con Mariela, tuvo muchas ventas, pero se efectuaron en línea y exportó muchas piezas a Estados Unidos, lo que le permitió no cerrar su local.

Las redes sociales, principalmente Facebook, fueron de gran ayuda para que su negocio creciera, mucha gente la contactó por ese medio para conocer más acerca de sus prendas, le preguntaban acerca de vestidos para quince años o para novias, de blusas y accesorios y fue así como agregó nuevos productos a su negocio.

Las camisas fueron el principal producto que empezó a vender, luego la gente le pedía “duos” que son prendas para parejas hechas con los mismos colores y diseños.

La emprendedora comentó que lo que le permitió crecer y que muchos de los clientes elijieran sus productos es la atención que les da y que, por lo menos en la plaza donde se ubica, es la única que se dedica a la confección.

“Lo que el cliente necesita se elabora sin ningún problema, a veces me dicen que vieron una prenda en Facebook, pero quieren que le quite o le agregue algo y lo hago”.

Mariela contó que sabe confeccionar un poco gracias a que veía como su mamá lo hacía, que incluso cuando ella y sus hermanas eran niñas su mamá les hacía sus uniformes.

En Tezquitzin su tía es la que se encarga más de eso porque es la que sabe y la que estudió, su mamá también se está preparando con cursos en ese ámbito para hacer los trabajos de la tienda.

*Ser emprendedora en Chilpancingo*

Mariela lamentó que los mismos guerrerenses no valoren el trabajo de sus paisanos porque hay ocasiones en las que preguntan por el precio de alguna prenda, se les hace cara y regatean, pero no conocen el trabajo que hay detrás de esa prenda o aunque lo conozcan pretenden que debe de ser más barato. Devalúan lo hecho a mano, aunque es precisamente lo que lo hace especial, lamenta.

“A veces quiero decirles (a las personas que regatean) que intenten hacer una prenda para que vean que no es fácil como creen y que lo hecho a mano es más complicado aún”.

Los principales materiales que usan para elaborar las prendas son la tela, los hilos y las agujas.

El proceso de elaboración y el precio de las prendas varía de acuerdo con el diseño o el tipo de prenda; una camisa cuesta desde 750 hasta mil 800 pesos.

El tiempo de elaboración de una camisa puede ser de tres semanas, dependiendo de la complejidad de la prenda o los detalles, un vestido para quince años o de novia pueden tardar en elaborarlo hasta seis meses.

Esos aspectos no los valoran muchos de los clientes y pretenden que las artesanas bajen el costo de las prendas.

La violencia que se vive en la ciudad es otro problema que afecta en gran medida en su negocio, Mariela recordó que en los días en los que Chilpancingo se paralizó por la violencia contra los conductores del transporte público casi no tuvo ventas porque la gente no tenía cómo desplazarse o tenía miedo de salir de sus casas.

Lamentó la situación que se vive en el tema de la seguridad porque a los emprendedores les afecta demasiado.

«Tenemos que pagar renta y los demás servicios sin importar que haya tenido ventas o no, es un gasto que se tiene que cubrir».

*Metas y logros de Mariela*

Mariela quiere regresar a ejercer su carrera, su meta es hacerlo, pero no dejar su negocio, sino que quiere que crezca más, que más gente lo conozca.

De las cosas que se siente orgullosa es ser patrocinadora de pasarelas y concursos como Míster Turismo, Señorita Turismo, entre otros, lo que le permite que la gente conozca más de su trabajo y sus prendas.

Tezquitzin patrocina con sus prendas a Miss Earth Guerrero que está concursando a nivel nacional, le realizan una sesión de fotos y esa es la manera en que más personas conocen las prendas que venden.

Miss Earth es un concurso de belleza femenina que se realiza cada año y donde se califican la belleza, la inteligencia, seguridad, elegancia y porte que poseen las candidatas.

A Mariela la contactan a través de redes sociales para preguntarle sobre ciertas prendas que vieron en esos concursos y eso ayuda que sus ventas aumenten.

Tezquitzin ropa artesanal está ubicada en la Plaza Alcatraz en el andador Emiliano Zapata número 11 en el centro de la capital.

Tierra y arte, un espacio de refugio emocional y arte

 

Texto y foto: Andrea Mendoza

Viernes 14 de junio de 2024

Chilpancingo

 

Tierra y arte es un espacio feminista pensado como un refugio emocional para las mujeres, donde por medio del arte puedan expresar sus emociones y sensaciones.

En una acogedora casa, ubicada en la colonia Ruffo Figueroa, al oeste de la ciudad, la artista plástica Frida Vizcaino, decidió crear una comunidad donde talleristas y artistas como ella enseñaran a otras mujeres un oficio para autoemplearse, con su propio punto de venta.

Esta idea le surgió Frida Vizcaino hace algunos años, cuando entró a trabajar a una empresa privada en la Ciudad de México, donde presenció el hostigamiento laboral y el acoso sexual. Tenía varias compañeras que, además, estaban en relaciones tóxicas y no podían salir de ellas por la dependencia económica.

 

Frida desde pequeña tuvo aptitudes artístcas; pintaba y dibujaba. Después de esa desagradable experiencia ya en su faceta de adulta, le surgió la idea de crear un espacio entorno al arte, que aunado a los propósitos primarios de autoempleo, fuera una terapia para las mujeres que han atravesado por algo complicado.

Tomó su arte y su equipaje y regresó a la ciudad de Chilpancingo para comenzar este proyecto. Tierra y arte está destinado para que talleristas, mujeres y emprendedoras puedan vender sus productos de una manera segura y en un lugar acogedor y, además, compartan con otras lo que saben.

Un espacio de autocuidado

La casa donde abrió Tierra y arte es de Adelita, una mujer de 60 años, quien la prestó para que naciera el proyecto. Adelita vivía sola y con su gesto halló una nueva red de mujeres.

Frida se considera una mujer feminista y desde esa mirada abrió el espacio.

“Yo quiero que todas las mujeres se sientan cómodas de estar aquí, que se sientan seguras de estar en un espacio donde no serán acosadas”, comenta.

Tierra y arte es un espacio donde las mujeres pueden hablar de lo que ellas deseen sin el miedo a ser juzgadas. Donde no existe el temor al acoso.

Hasta el momento, Tierra y arte ofrece talleres de crochet, tejido y pintura.

En el pequeño vestíbulo de la casa, varias chicas llevaron prendas de estilo vintage para vender. Lo adornaron con una bicicleta y estantes que hallaron en sus casas para un segundo uso.

“Porque además de ser un espacio feminista, también somos ecológicas y consientes del medio ambiente”, agrega la artista con una gran sonrisa.

Los talleres que imparte son accesibles, rondan entre los 100 y 150 pesos. Frida comenta que la intención es que las mujeres aprendan un oficio.

En una sala se instala Adelita para recibir la clase de tejido. A este taller acuden mujeres de entre 50 a 70 años, quienes entre pláticas y bordados escuchan música de sus años de juventud.

Hay una mesa grande y cuadrada de madera donde ofrecen la clase de pintura. El día que se visitó Tierra y arte acudió Nancy y su hijo Toñito; pintaron una taza gigante con una ave.

Toñito dice que le gusta mucho ir a sus clases con la maestra Frida, porque “puede jugar a ser artista”. A las talleres sólo entran mujeres y niños.

Tierra y arte apenas lleva un mes en funciones, y Frida y Adelita confían que este espacio sea importante para las mujeres del municipio.

La inauguración formal de Tierra y arte será mañana 15 de junio; además de los talleres habrá bazares de ropa y venta de bisutería artesanal.

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