Irma perdió a su bebé después de ser golpeada por su expareja; fue sentenciada a 40 años de prisión y hoy busca amnistía

En 2005, Irma perdió a su bebé tras ser golpeada por su pareja, quien argumentaba que ella la engañaba. Irma quedó presa y fue condenada a 40 años de cárcel. Ahora, busca quedar en libertad.


Texto: Dalila Sarabia  / Animal Político

Fotografía: Especial

 

Hace 17 años, la madrugada del 22 de febrero de 2005, Irma Rafael Esquivel, en ese entonces de 25 años, fue golpeada por su entonces pareja quien la tiró de la cama, la tomó del cabello y la arrastró rumbo a una barranca colindante a la casa en donde vivían en el municipio de Ixtlahuaca, en el Estado de México. Irma estaba embarazada, a días de tener a su tercer hijo.

Zenaida, la madre de Irma, cuenta que ya en la barranca la expareja de su hija la golpeó, se subió en ella y siguió agrediéndola. A raíz de ello le hizo perder al niño,argumentando que “él no quería ese engendro” porque, de acuerdo con Zenaida, toda su familia le había llenado la cabeza con ideas de que Irma, con quien ya tenía dos hijos -un niño de 4 años y una niña de 3 años-, lo engañaba.

Sin la presencia de un abogado, a Irma se le tomó su declaración en el hospital a donde su mamá la llevó para recibir atención médica. Horas después fue trasladada al Centro Preventivo de Readaptación Social Ixtlahuaca y meses más tarde fue condenada a 40 años de cárcel por el homicidio de su bebé.

Han pasado 17 años desde aquella madrugada. La expareja de Irma tramitó inmediatamente un amparo y desapareció. De acuerdo con Zenaida, nunca volvió al pueblo, mientras que Irma suma años en la cárcel -en los que no pudo ver crecer a sus hijos- pagando por un delito que ella no cometió.

“Su proceso está concluido totalmente. Ya hubo una sentencia, ya se apeló la sentencia, ya hubo un amparo que fue negado. Las tres instancias que tendríamos posibilidad de buscar están agotadas, concluidas y perdidas”, explica la abogada de Irma, Leticia Fernández, de la Fundación Mujeres Construyendo.

La publicación de la Ley de Amnistía del Estado de México en enero de 2021 representó un aliciente para darle trámite a este tipo de casos en los que se han violado los derechos fundamentales.

La madre de la víctima contó que al revisar el expediente, las abogadas advirtieron que a ella se le tomó su declaración en el hospital sin la presencia de un abogado. De hecho, supuestamente es ahí cuando Irma se declaró culpable, por lo que las defensoras consideran que esto constituye una violación a sus derechos.

Desde la aprobación de la Ley de Amnistía estatal, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem) ha recibido 3 mil 224 solicitudes. De estas, 305 han sido peticiones de mujeres.

En entrevista, la presidenta de la Codhem, Myrna García, detalló que mil 169 expedientes han sido concluidos y el resto se encuentra en estudio.

En el último año la Codhem ha emitido cuatro pronunciamientos favorables a mujeres privadas de su libertad que han resultado en la liberación de tres de ellas. El cuarto caso fue turnado al Tribunal de Justicia estatal para que lo analice y emita una resolución.

“El bebé está muerto”

Zenaida, de 60 años de edad, y quien quedó a cargo de sus nietos, no ha podido visitar a su hija desde hace dos años. Primero por la emergencia sanitaria por COVID-19; y  ahora por falta de dinero, ya que Irma fue trasladada al Reclusorio Femenil de Tepozanes, en Nezahualcóyotl.

En entrevista telefónica con Animal Político, Zenaida rememora la tragedia ocurrida en la madrugada del 22 de febrero de 2005.

“Viene este fulano (la expareja de Irma) y me dice que mi hija no está, que posiblemente se había ido con otro wey. Yo le dije: no, Abel, a mí se me hace que tú le hiciste algo porque ¿a dónde se va a ir a estas horas de la noche?”, recordó la mujer.

La casa de Zenaida estaba como a un kilómetro de distancia de donde Irma vivía con su pareja y sus dos hijos, por lo que de inmediato la mujer salió rumbo al lugar para buscar a su hija y ver a sus nietos. Su sorpresa fue que al llegar encontró todas las pertenencias de Irma: su bolsa, sus zapatos y su chamarra.

Zenaida entró, salió y regresó varias veces al domicilio. Preguntó a los vecinos y familiares que vivían en las cercanías si habían visto a Irma, pero nadie tenía noticias… otros ni siquiera le abrieron la puerta.

“Hasta la tercera vez que fui a su casa, mi nieto, que en ese entonces tenía 4 años y meses me dijo: ¿buscas a mi mamá, abuelita?, ten una lamparita”.

Zenaida no entendía qué sucedía y por qué su nieto le estaba dando una lámpara de baterías. Inmediatamente, la entonces pareja de Irma tomó la lámpara y salió caminando rumbo a la barranca que estaba a unos 400 metros de distancia. Ella no lo siguió porque se quedó con sus nietos.

Al poco rato, él regresó a la casa. Estaba sentado en la sala y respiraba con dificultad, parecía que había hecho un esfuerzo grande. Zenaida salió del cuarto en donde estaba con los niños para rogarle que le dijera qué había pasado con su hija.

“Cuando veo hacia la puerta ahí estaba mi hija, tenía la mirada perdida; veía sin ver. Yo vi que mi hija se moría (…) en ese momento yo pensé que le había pegado y que estaba a punto de perder a su bebé. Le dije a él que me dijera qué había pasado, le pregunté por el bebé y él me dijo que estaba muerto”, narró la mujer.

De inmediato, Zenaida le pidió que prendiera el carro y las llevara al hospital. Cuando llegaron, él se fue argumentando que tenía que ir a su trabajo a pedir permiso para faltar. Esa fue la última vez que se le vio.

“Las lesiones que tenía mi hija le llegaban hasta el muslo, algo cruel que hicieron con ella. Había un charco de sangre y el doctor me dijo que no la podía atender, que necesitaba la ayuda de un ginecólogo”.

Mientras Zenaida esperaba que atendieran a su hija, al hospital llegaron unos policías que le preguntaron si conocía la barranca de Santa Cruz. Ella asintió y los llevó a ese lugar.

De acuerdo con lo que recuerda, ella y las autoridades revisaron el lugar dos veces, pero no encontraron nada más que un charco de sangre. Fue hasta la tercera ocasión, en unas grietas, cuando encontraron una bolsa plástica; el bebé estaba dentro.

Cuando las autoridades preguntaron quién iba a reclamar al bebé, Zenaida y su familia decidieron no hacerlo, por lo que la familia de la entonces pareja de Irma fue quien lo reclamó.

La mujer quiso llevarle flores, ver dónde estaba sepultado el bebé, pero nunca supo dónde lo enterraron o qué hicieron con el cuerpo.

Zenaida asegura que Abel, expareja de su hija, se juntó con su familia para pagar un abogado y lograr ampararse.

“Después de víctima que era mi hija terminó siendo la responsable… desgraciadamente terminó siendo ella quien pagara por el homicidio de mi bebé (su nieto)”, reclamó Zenaida entre lágrimas.

“Quise defender a mi mamita”

Unos 20 días después de todo lo sucedido; y cuando Irma ya estaba en prisión señalada por el homicidio de su bebé, Zenaida recuerda que estaba dándole de comer a sus nietos cuando el mayor le dijo: “abuelita, yo sé por qué mi mamá no está”.

Según Zenaida, el niño le narró con  lujo de detalle lo que ocurrió esa madrugada.

“Mi papá la tiró de la cama, la jaló del cabello y se la llevó a las espinas, porque por ahí hay mucho nopal; yo quise defender a mi mamita, le pegué a Abel con el palo de la escoba, pero él se quitó el cinturón y me pegó, me dijo que me durmiera”.

La familia de Irma buscó la posibilidad de que el relato del menor pudiera ayudar a liberar a su madre; sin embargo, el abogado les informó que eso no sería posible por ser menor de edad.

“La opinión del médico no contó, ni sus lesiones, nadie la escuchó…”, reclama Zenaida.

“Pido me ayuden, fue una injusticia lo que hicieron con ella porque aparte de haber perdido a su hijo que todavía no había nacido, perdió a los otros chiquitos que se quedaron solos. Si no me los hubiera traído yo, ¿dónde hubieran quedado mis nietos?”

“Mi hija está pagando por un delito que no cometió, pero hay un Dios y tarde o temprano la justicia divina los ha de alcanzar”, sentenció Zenaida.

En busca de la amnistía

La abogada Leticia Fernández y la Fundación Mujeres Construyendo, a la cual pertenece, alistan la presentación del expediente directamente a la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem) para que en el ámbito de sus facultades analice el caso y emita un pronunciamiento a favor de Irma.

“Tenemos que centrarnos en el área de competencia estatal porque es un delito del fuero común y por tanto solo tendrán competencia las autoridades del Estado de México”, subrayó Fernández.

En entrevista, la titular de la Codhem, Myrna García, explicó que desde la Comisión se dieron a la tarea de hacer una interpretación sistémica de esta ley y otros ordenamientos para entender claramente cuál era el objetivo de los legisladores con respecto a la amnistía y cuál era el papel que desempeñaría el organismo a su cargo.

Al revisar la legislación advirtieron que la fracción 12 del artículo 4 de la Ley hacía mención de la atribución que tenían para pronunciarse y hacer recomendaciones de amnistía a personas que están privadas de su libertad y a quienes se les violaron sus derechos humanos o se les violó el debido proceso, por lo que comenzaron con el trabajo de recepción y análisis de expedientes.

“(Esta atribución) nos permite que cierta exclusión, que cierta desventaja de cierto grupo de personas se mire con un distinto crisol y como una nueva oportunidad para reconstruir una vida”, subrayó García.

Desde que llegó a la presidencia de la Codhem, en agosto de 2021, han estado en posibilidad de pronunciarse de forma positiva por la amnistía de tres mujeres que estaban en prisión por delitos de alto impacto.

Las tres mujeres han sido liberadas y se tiene un expediente con opinión positiva que se envió el 1 de junio pasado al Poder Judicial del Edomex para que lo valore y en su caso, como en los otros tres, conceda amnistía a una cuarta mujer.

Este texto fue elaborado por el equipo de Animal Político y lo reproducimos con su autorización.

 

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