La Danza de los Manueles y cómo visibilizaron las injusticias en la época novohispana

Texto: Andrea Mendoza
7 de febrero del 2024
Chilpancingo

 

La Danza de las Manueles cuenta la historia de Don Manuel, un hacendado español que vivía en la Nueva España. Era una persona injusta y déspota con su gente: los indígenas y negros.

Don Manuel era alcalde de la zona sur de Nueva España, según las historias que cuentan danzantes como Jorge Alberto Brito Guzmán, maestro de danza folklórica en la ciudad de Taxco, Guerrero. El hacendado vivía con su esposa, una joven castellana, quien tampoco era querida por la población marginada. Trataban mal y eran consideradas personas avaras.

En uno de sus cumpleaños, los negros e indígenas, cansados de los malos tratos de don Manuel y su esposa, hicieron una danza con toques de protesta y burla hacia ellos.

Se personificaron con ropa parecida a la de los españoles y utilizaron máscaras con cara de viejos blancos, mejillas rosadas y bocas chimuelas, haciendo alusión a estos dos personajes.

La caracterización de Don Manuel consistió en un traje negro parecido al de los gachupines, un puro en la boca y una víbora en forma de bastón.

Mientras que la caracterización de Manuela, como se le conoce actualmente al personaje de la esposa, se basó en una ropa similar a la de una española adinerada; vestido largo y unas cuantas joyas, trenzas largas y la máscara de vieja blanca con tan solo un par de dientes.

Danza de los Manueles, una sátira a los ancianos españoles que prevalece hasta nuestros días. Foto: Cortesía

La danza estuvo acompañada de tambores, panderos y jarana; todos bailaron al son de la música.

Al término de la fiesta, don Manuel preguntó el significado de la danza y una persona de su confianza comentó que era para burlarse de ellos.

Don Manuel no se tomó esto como un insulto e invitó a la población a bailarlo en cada uno de sus cumpleaños.

Esta es una de las versiones más contadas por maestros, estudiosos y cronistas de la danza mestiza en Guerrero, actualmente, la Danza de los Manueles recibe el nombre de Danza de los Viejitos en algunas zonas de Guerrero y parte del estado de Oaxaca.

Se baila en fiestas patronales, religiosas y carnavales. La danza se caracteriza por las máscaras de viejos blancos y Manuela, quien siempre lleva trenzas largas y blancas.

Danza de los Manueles, una sátira a los ancianos españoles que prevalece hasta nuestros días. Foto: Cortesía

La mayoría de las danzas de orígenes novohispanas tienen una carga de burla y la exhibición de injusticias por medio del baile.

Era la única forma de los indígenas de mostrar su disgusto al mal gobierno por medio de la sátira, según la opinión del historiador Óscar Mazín Gómez en su libro Iberoamérica. Del descubrimiento a la Independencia.

En Guerrero existen 14 danzas, de acuerdo con el portal oficial del gobierno estatal, entre ellas, las que más destacan, son la danza de los Tlacololeros, la Danza de los Diablos y la Danza de los Manueles.

Estas danzas tienen orígenes prehispánicos y novohispanos, además de una influencia negra e indígena.

La Virgen de don Roque Villa

Millones de peregrinos llegaron a la Ciudad de México, para rendir culto a la virgen más entrañable del país. Extranjeros y gente de otras entidades hicieron un gran periplo para cumplir mandas, pedir algo, dar las gracias o a vender tazas…


Texto y Fotos: Camilo Ocampo / Pie de Página 

12 de diciembre 2023

 

CIUDAD DE MËXICO.- En una calle aledaña a la Basílica de Guadalupe, Roque Villa, descansa en una banca, después de haber caminado durante días con la virgen a cuestas. El hombre de 42 años, viene desde Cacaloxúchitl, Puebla.

La Virgen de Guadalupe que lleva Villa es casi de su tamaño. El hombre apenas y puede con ella, solo se la desamarra de la cabeza y la espalda para poder dormir.

El hombre casi dormita mientras lo entrevisto, está cansado. Pero me alcanza a platicar que desde hace 16 años viene a la Basílica y desde hace 9 lo hace caminando.

-Vengo caminando, salí desde el 7 de diciembre, me hice 4 días- Menciona Roque, mientras se recarga en los muslos para descansar.

Roque Villa debe cumplir con su palabra, hace la manda para agradecer un milagro, que asegura, le hizo la virgen:

-Estoy acá, por porque está viva mi hermanita-

Al igual que Roque, millones de personas arriban de todos los estados de la República. Desde hace 492 años se celebra la aparición de la Virgen de Guadalupe. Parece que toda la ciudad se vuelca hacia Cerro del Tepeyac.

Según datos del gobierno capitalino este año asistieron once millones de personas para celebrar a la virgen más popular del continente.

La alcaldía Gustavo A Madero montó un operativo donde desplegó a 5 mil policías, 6 ambulancias. Además de motocicletas del Escuadrón de Rescate y Urgencia Médica (ERUM).

Con expresiones de dolor, acompañado de resiliencia en el rostro, algunas personas hacen el recorrido avanzando únicamente de rodillas, provocando raspones y desfallecimientos.

En algunas ocasiones las personas ya no pueden más y acuden a las carpas de servicio médico ubicadas junto a la Calzada de Guadalupe, en donde grupos voluntarios especializados en primeros auxilios, brindan ayuda a los peregrinos.

En la Calzada de Guadalupe, dos chicas jóvenes llevan a un hombre en silla de ruedas, que lleva un globo azul con una virgen. Ellos me platican que hicieron dos horas caminando, desde la alcaldía Venustiano Carranza.

Alejandra Paredes, comandante del grupo Mandrágora, perteneciente al ERUM, se dedica a auxiliar a las personas que visitan la Basílica y comenta, que las lesiones más comunes entre los peregrinos son luxaciones, fracturas, ampollas y descompensaciones físicas.

El grupo Mandrágora, es el único puesto de ayuda que cuenta con intérpretes para personas sordas, atención especializada en niños y atención a mascotas

Durante el recorrido sobre la calzada que históricamente es el punto de reunión de millones de feligreses cada año, las personas de la capital aprovechan para ofrecer productos relacionados con la virgen. Desde playeras de 45 pesos, tazas, collares y pulseras. Además, algunos negocios rentan el servicio de sanitario por 10 pesos.

Por otro lado, familias enteras, se organizan para regalar comida y agua a quienes visitan a la Virgen de Guadalupe.

Conforme me acerco a la Basílica de Guadalupe me encuentro a muchas personas de rodillas o cojeando, por el cansancio.

En cuanto la gente llega a la entrada de la Basílica, la gente se persigna en forma de agradecimiento por haber llegado a su deseado destino.

Despiden a sus muertos entre música, cantos, cohetes, incienso y flores

Texto y fotos: Marlén Castro

Ocotequila / Copanatoyac

4 de noviembre del 2023

 

Después de pasar cerca de dos días con sus muertos, a las cinco de la tarde del 3 de noviembre, es hora de ir a dejarlos al panteón de nuevo.

En un arroyo, a la entrada del panteón, ocurre la despedida.

A las cinco de la tarde, las familias salen de sus casas para congregarse afuera de la iglesia.

Para cada muerto de la familia preparan un tanate con comida para que éste la lleve consigo.

Con el paso del tiempo, la tradición se ha modificado un poco, pero mantiene la esencia.

En Ocotequila, una comunidad nahua del municipio de Copanatoyac, a las cinco de la mañana del 3 de noviembre, es hora del chocolate y pan con los muertos.

Los tanates, una especie de morrales circulares hechos de palma, los sustituyeron por morrales de plástico. Cada tanates cuesta alrededor de 80 pesos y los morrales alrededor de 20. Los tanates ahora son caros porque la mayoría de la gente que los tejía ya murió y porque la palma ya no abunda.

Los habitantes de Ocotequila dejan a sus muertos en una procesión colectiva.

En otros pueblos nahuas esto pasó a ser una acción individual, cada familia, de acuerdo con sus tiempos, lleva de regreso a sus muertos.

En Ocotequila se convoca a todos a reunirse a las cinco en punto. Las familias salen de sus casas de forma apresurada, porque a algunas se les hace tarde con los tamales que llevarán sus muertos a su regreso.

Una habitante de Copanatoyac apegada a la tradición lleva la comida para sus muertos en tanates que por la escasez ahora son un artículo muy caro.

Los días 2 y 3 de noviembre que conviven vivos y muertos. Los habitantes vivos y los muertos van y vienen del panteón a la casa familiar para compartir alimentos y convivir.

A las seis de la tarde del 2 de noviembre, llevan alimentos para cenar en el panteón. Después de un tiempo, la gente retorna a sus hogares.

A las cinco de la mañana del 3 de noviembre regresan al panteón para tomar chocolate con los muertos. Con el paso del tiempo esto pasó a ser simbólico. Ya no llevan el chocolate humeante a las tumbas. Sólo unas barras de cacao hechas en casa que colocan en canastas para que los muertos degusten.

Regresan a sus casas, se supone que los vivos y los muertos, después les dan de almorzar los tamales del día anterior recalentados. Los vivos también los comen así.

Para la despedida, hacen de nueva cuenta tamales. Ahora son de masa y de frijol, o nejos, solo de masa con ceniza. Algunas familias, las de mayor posibilidad, agregan mole. La mayoría hacen el bastimento para los muertos solo con tamales.

Esos tanates de palma los han sustituido por morrales de plástico.

 

Así inician la procesión para llevar de regreso a los muertos al panteón.

 

Aquí se despiden de sus muertos. Depositan las flores que durante estos dos días animaron el reencuentro.

Celebran muertos con pocas flores tenkayatzin, por falta de lluvias en la Montaña

Texto y fotos: Marlén Castro

Copanatoyac/Montaña alta

2 de noviembre del 2023

 

La tradicional celebración de Día de Muertos en la Montaña alta se celebró este año con pocas flores de cempasúchil, debido a las lluvias tardías y escasas.

Las flores subieron el doble de precio. Un ramo pequeño de 10 flores de cempasúchil que hace un año costaba 10, este año costó 20 y la maleta (le llaman así a un ciento de flores) hace un año costaba 200, ahora 300.

Las lluvias tardías y menguadas también afectaron el crecimiento de las flores silvestres más usadas en las comunidades nahuas de la Montaña alta.

En esta área de la Montaña acostumbran adornar los altares a los muertos con una florecita pequeña, de color y olor igual al cempasúchil, llamada tenkayatzin (que quiere decir eso, florecita pequeña) la cual ahora fue escasa y por lo mismo el precio subió al doble. Un ramo chico costaba 5 pesos, este año 10.

Los altares a los muertos tienen pocas flores, aunque están caras no deben faltar en las ofrendas. Lo que hicieron los creyentes católicos para recibir a sus muertos sin alterar la tradición fue comprar pocas.

«Lo demás para hacer las ofrendas ha subido lo normal, las flores sí subieron mucho y, además, hubo muy pocas», contó Emilia Ramírez Luna, en la comunidad de Ocotequila, municipio de Copanatoyac.

Los arcos en las puertas para recibir a los muertos lucen con pocas flores porque fueron escasas y caras.

Tradición de muertos entre los nahuas de Ocotequila

Texto y fotos: Marlén Castro

Ocotequila

2 de noviembre 2023

 

Cada 2 de noviembre, los habitantes nahuas de Ocotequila, municipio de Copanatoyac, a las 12 en punto del día, salen de sus casas rumbo al panteón para reencontrarse con sus muertos.

En la iglesia de Ocotequila a los muertos que, por diversas circunstancias, no los esperan en sus casas.

Una vez, ocurrido el reencuentro, regresan en procesión a la iglesía, donde rezan para que vivos y muertos pasen un buen día. En la iglesia, la gente tiene ofrenda para los muertos que, por diversas circunstancias, nadie espera en casa.

De ahí, cada familia regresa a sus casas. Se cree que cuando lo hacen sus muertos ya van con ellos.

Ofrenda colectiva en Ocotequila.

En casa les espera lo que más les gustaba en vida: elotes, atoles, pan, café, tamales y frutas.

Los muertos pasan todo el día 2 de noviembre y parte del 3 de noviembre con los vivos, pues hasta cerca de las cinco de la tarde, los llevan de regreso entre flores, velas e incienso.

Para el reencuentro con los muertos no debe faltar la música de tambora.

 

Una habitante de Ocotequila prende incienso para recibir sus muertos, los que se cree caminan por una alfombra de flores de cempazuchilt.
Cuando van por sus muertos al panteón, los traen en procesión entre rezos, incienso, cohetes y música de tambora.
Aspectos de la procesión al salir del panteón, a donde acudieron a reencontrarse con sus muertos.

La catrina y el jumil, rasgos de identidad que convergen en celebración a los muertos en Taxco

14,000 plantas de cempasúchil de campesinos locales son utilizadas en la octava edición de la catrina

 

Texto y Foto: Margena de la O

Taxco

22 de octubre del 2023

La catrina monumental de Taxco de este año, hecha con 14,000 plantas de cempasúchil de campesinos de la comunidad de El Ejido, orientada como una atracción de esta municipio en el contexto de la celebración del Día de Muertos, lleva en su mano huesuda un jumil, el insecto que dota a los taxqueños de rasgos culturales y de identidad.

La más grande tradición de México, coincide en Taxco con la del Día del Jumil, que celebran en esta ciudad el primer lunes de noviembre; este año será el 6. Los habitantes suben ese día al cerro del Huixteco a recoger los insectos que yacen a los pies de los encinos para después usarlos en la gastronomía local como condimentos en ciertas preparaciones, como salsas.

La congregación de los habitantes en el cerro, en realidad forma parte de una celebración mayor, donde hay danzas tradicionales en torno al jumil, lo que provee al acontecimiento de otros matices culturales.

La importancia de esta celebración está presente en la figura de la catrina con la que en Taxco comenzaron a celebrar a los muertos; es una continuidad de celebraciones.

Esta es la octava edición de la catrina monumental –comenzó en 2016– montada sobre plaza Borda, frente a la catedral de Santa Prisca y, aun cuando tiene más elementos de atracción turística, los taxqueños convergen en su creación de diferentes maneras y le imprimen más que su talento.

En la explanada de Taxco se observa la catrina monumental hecha con 1,400 plantas de cempasúchil este domingo 22 de octubre.

Fue expuesto que los cultivadores de la flor de cempasúchil sólo son locales, de una comunidad ubicada a 15 ó 20 minutos de la cabecera municipal. De acuerdo con el área de Comunicación Social del Ayuntamiento de Taxco, la decisión tomada fue adquirir sólo la flor que se dé o produzca en Taxco. Fueron usadas flores con diferentes tonalidades: naranja, rojizo y amarillo.

El diseño de la catrina monumental también es de un oriundo del municipio. El autor es Jared Galindo Giles, de 18 años, que estudia el primer semestre de la carrera universitaria de Diseño Industrial de la Escuela Superior de Diseño y Arquitectura de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro). Resultó ganador, por la votación del público a través de redes sociales, de la convocatoria que lanzó el Ayuntamiento sobre el diseño de catrinas.

Jared combinó de manera intencional las dos tradiciones. “Lo que quise es involucrar a este insecto a la catrina para que las personas que quieren conocer Taxco se cuestionen qué es y le den un seguimiento”, comenta en entrevista.

La catrina monumental está en la principal explanada de Taxco desde el 19 de octubre, día de la inauguraron, pero los trabajos comenzaron desde dos días antes, el 17, a las ocho de la mañana, y duraron 48 horas, con la colaboración de hasta 250 personas, porque hubo equipo para diferentes procesos.

De acuerdo con los datos de Comunicación Social del Ayuntamiento de Taxco, el mayor número participó en el montaje de la catrina basándose en el diseño de Jared; hubo tres turnos con equipos distintos a lo largo del día. La Secretaría de Turismo estima sólo en este proceso a unas 100 personas a cargo.

Las flores de cempasúchil para la elaboración de la catrina monumental son de producción local, de la comunidad El Ejido, a 20 minutos de Taxco.

Pero hubo otros grupos, como el que se ocupó de la selección de las 14,000 plantas, y otro del traslado de la comunidad a la plaza. Además la ciudad está tapizada de esta flor de muerto.

La catrina monumental, debido a que forma parte de las actividades turísticas de la ciudad, está enmarcada en un festival que inició el 19 de octubre y que está previsto concluya el próximo 2 de noviembre, el día más grande de la celebración a los muertos, donde las autoridades prevén repartir entre la población todas las plantas para que sean colocadas en los altares de las familias locales.

El festival tiene otras actividades contempladas, una de ellas son las grandes proyecciones de video de animación sobre la fachada de Casa Borda, donde retrataron la vinculación de los taxqueños a la celebración a los muertos, a la que llamaron Luces del recuerdo. A través de este material honran a los artistas y personajes destacados del municipio y a su propia historia.

Uno de los datos que documentaron en el material que es proyectado todas las noches es que la emblemática película mexicana llamada Macario, que da cuenta de la conexión de los pueblos mexicanos con la muerte y el respeto que deben guardarle, fue filmada en escenarios de Taxco. El Centro Cultural Casa Borda es uno de los lugares desde donde Macario atendió a sus pacientes.

La catrina monumental y el festival en sí es la mayor atracción actual de esta ciudad turística y las autoridades locales lo miden con todas las personas que han subido al puente provisional que montaron para sacar una fotografía de la imagen de flores: 12,696 personas del 19 de octubre hasta ayer domingo.

Lánzate a ver catrinas gigantes en Atlixco este Día de Muertos

Texto: Abigail Caramillo/ Animal Político

Fotografía: Animal Político

12 de octubre 2023

 

Hay lugares de México donde festejan Día de Muertos a lo grande. Una de esas celebraciones involucra catrinas gigantes en Atlixco, Puebla. Te contamos por qué es vale la pena el viaje.

El Día de Muertos en México es una tradición prehispánica y tiene tanta importancia que hasta es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad desde 2008.

Cada región del país tiene su propia forma de celebrar. La famosa Alumbrada en Mixquic, Tláhuac; la limpia de restos en Pomuch, Campeche; o el Festival Valle de Catrinas 2023 en Atlixco.

Atlixco, Pueblo Mágico

La verdad es que Atlixco es un destino maravilloso en cualquier época del año.

Este Pueblo Mágico es una aventura llena de colores gracias a las flores que adornan su paisaje. Además, el pueblo es siempre vigilado por el Popocatépetl.

Además, se ubica muuuy cerca de la ciudad de Puebla, por lo que muchas personas aprovechan para quedarse ahí y darse la vuelta de un día por Atlixco.

Y sí, aunque uno de sus eventos más famosos es su Villa Iluminada, aguántate tantito y antes disfruta de este evento de muertos.

Sorpréndete con las catrinas gigantes en Atlixco

Para celebrar Día de Muertos, Atlixco se llena con catrinas monumentales que adornan distintos lugares del Pueblo Mágico.

Este 2023 se realizará la tercera edición del Valle de Catrinas que cuenta con calaveras, inspiradas en la famosa figura de José Guadalupe Posada, que miden entre tres y cuatro metros de altura.

Este años serán diez catrinas que fueron elaboradas y pintadas por manos 100% atlixquenses.

¿Cuándo es el Festival Valle de Catrinas 2023?

La 3ª edición del Festival Valle De Catrinas se realizará del 14 de octubre al 5 de noviembre en Atlixco, Puebla. Así que ve preparando tu escapada.

Toma en cuenta que al ser colocadas en el espacio público, es un evento gratuito. Lo único es que tienes que estar pendiente de la ubicación de las diez catrinas gigantes en Atlixco para ver y tomarte foto con todas. Aquí te estaremos compartiendo el mapa una vez que lo publiquen.

Esto te servirá para conocer distintos puntos icónicos e importantes del Pueblo Mágico.

El año pasado, por ejemplo, se montó una catrina monumental en un campo de cempasúchil que representaba a una Frida Kahlo florista. También tuvimos un enorme Charro Negro en el Panteón Municipal y un diablito de San Miguel en la Plazuela Fray Toribio.

Cómo llegar a Atlisco desde Ciudad de México

• En autobús

No hay autobuses directos de Ciudad de México a Atlixco. Así que lo que tienes que hacer es tomar uno hacia Puebla, que salen desde la TAPO.

Ojo: escoge una ruta que te deje en la Central de Autobuses CAPU, en Puebla, pues desde ahí sí puedes tomar un autobús con destino a Atlixco.

• En carro

Desde la Ciudad de México son unas 2 horas 40 minutos a Atlixco, Puebla. Claro que todo depende del tráfico a la salida de la ciudad y de que no haya inconvenientes en la carretera.

Deberás seguir las indicaciones que primero te lleven hacia la ciudad Puebla. Así que tomarás la Autopista México – Puebla/México 150D.

Desde Puebla a Atlixco son como 40 minutos y justo a esa altura deberás tomar la salida que te redirige al Pueblo Mágico.

Por eso te decimos que también es útil buscar alojamiento en Puebla por si solo quieres darte la escapada a ver las catrinas gigantes en Atlixco.

 

 

 

 

Barrio de San Antonio, la sede del tlacololero de región Centro  

Cada primer sábado de junio, antes de las celebraciones del santo del barrio, han decidido reunir a la mayoría de los danzantes de esta representación que muestra las labores agrícolas; uno de los objetivos principales es acabar con la confrontación entre barrios de la capital pero, a la vez, mostrar las variaciones en la ejecución de la danza y el diseño de las máscaras


Texto y fotografía: José Miguel Sánchez 

4 de junio del 2023

Chilpancingo 

 

Por las calles del barrio de San Antonio las flautas, el tambor, los chirrionazos y los grandes sombreros se lucieron para comenzar el 20 Encuentro Tlacololero, como parte de las fiestas patronales en honor a San Antonio de Padua.

La tarde de este sábado 4 de junio participaron 34 grupos de danzantes de todo Chilpancingo, además de dos grupos invitados.

Un de los grupos invitados y que llamó la atención fue el de los Tlacololeros de Tecoanapa, conocidos como Zoyacapoteros que, al igual que las otras representaciones, muestra las labores agrícolas, sólo que en ésta hay variaciones en la ejecución y el diseño de las máscaras.

Los participantes usan máscara negra con algunas facciones en rojo. “Son representaciones de las principales personas del pueblo y son talladas por artesanos locales”, explicó uno de los danzantes.

Al encuentro acudieron 34 grupos de Chilpancingo, el de Tecoanapa y uno de Zumpango, que aunque son tlacololeros hay estilos diferentes de bailar esta tradicional danza de petición de lluvias, con presencia en varios municipios, principalmente de la región Centro.

A los Tlacololeros de Zumpango los distingue el sombrero decorado y tapizado completamente de flores amarillas de cempasúchil.

“Esta tradición inicia desde hace 20 años con los mayordomos, iniciamos con actividades culturales, y en aquel entonces surge el auge de los chinelos, una danza de Morelos que comenzaba a enraizarse aquí, y luego los tlacololeros se estaban acabando y de ahí pensamos en cómo hacer que la danza perdure y es así como comenzamos a generar un encuentro”, recordó el presidente de la Asociación Cultural del Bario de San Antonio, Alfonso Nava Hernández.

“Los tlacololeros son una danza tradicional cuyos orígenes se remontan a la época prehispánica, que combinada con la cultura española dio origen a este baile de petición de lluvias que tiene un carácter pagano religioso”, mencionó el promotor cultural Juan Carranza Soriano.

Se desconoce el origen de está danza, los habitantes de San Antonio aseguran que fue en este barrio donde comenzó la tradición.

Existen versiones que cuentan que el origen de los tlacololeros viene del municipio de Chilapa, para otros tienen su origen en el municipio de Leonardo Bravo y Chilpancingo.

Fue la Asociación Cultural de San Antonio la que instituyó un día para celebrar dicha danza y es el primer sábado de junio, ocho días antes de la fiesta patronal de San Antonio, por lo que esta celebridad marca el inicio de los festejos.

De acuerdo con Nava Hernández otro de los objetivos de este encuentro de tlacololeros fue acabar con la confrontación entre danzantes de los diferentes barrios de la capital. “Una de las más emblemáticas rivalidades era entre el barrio de San Antonio y Tequicorral, donde se encontraban los tlacololeros, era porque había chirrionazos, hoy puede haber 34 grupos de tlacololeros que cada quien va tronando su chirrión pero viviendo su fiesta del Día del Tlacololero”, dijo .

Desde hace 20 años la Asociación Cultural San Antonio realiza este Encuentro de grupos de Tlacololeros, una de las danzas más emblemáticas de Chilpancingo.

Una vez terminado el recorrido por las principales calles del Barrio de San Antonio, cada uno de los grupos bailó uno de los 14 sones que componen esta danza y recibieron un reconocimiento por su participación.

 

Migración de jóvenes en pueblos indígenas pone en riesgo pérdida de conocimiento ancestral, especialista

Texto: José Miguel Sánchez

Fotografía: Tlachinollan Centro de Derechos Humanos de La Montaña

Chilpancingo

Con la migración de jóvenes de pueblos indígenas hay un riesgo de la pérdida de los conocimientos ancestrales que sus antepasados cuidaron por siglos, advirtió la especialista en biología y antropología Natividad Herrera Castro.

La especialista cree que después de estar fuera de sus comunidades por varios años de frente a otros contextos y formas de vida «se olvidan de sus raíces».

«Para empezar no están aquí y cuando llegan ya están desvinculados totalmente de la forma de pensar de su pueblo originario, que si la conocen, la oyen, pero no la practican», dijo.

Herrera Castro ofreció la ponencia Riqueza Biocultural y Oportunidades para la Conservación, en el ciclo de conferencias Acciones por nuestra naturaleza y cultura, realizado por Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro) por el Día Internacional de la Biodiversidad

Ahí abordó que está en riesgo el conocimiento milenario de los pueblos indígenas desde desde aspectos agrícolas, medicinales, culturales hasta alimenticios.

Otro factor que, dijo, contribuye a la pérdida de identidad y el conocimiento es que en los pueblos indígenas las nuevas generaciones ya no se dedican al campo. En Guerrero hay cuatro pueblos indígenas: ñuu savi, me’phaa, ñomndaa y nahua.

«El ser campesino, sembrar tener su milpa vincula al territorio fuertemente, porque viven su comunidad, caminan por la tierra, llegan a su sembradío y trabajan, ahí desarrollan muchos vínculos, no sólo con la plantas, con la tierra, con la lluvia y el entorno físico, entonces cuando los jóvenes ya no hicieron eso se rompe ese vínculo».

«Después de que pierden su identidad, de ya no reconocer su territorio, estos jóvenes ya no lo defenderán como lo hicieron sus antepasados, porque ya no les representa nada», advirtió Herrera Castro.

Es esa cosmovisión la que advierte Herrera Castro está en riesgo de desaparecer por los nuevos procesos sociales que sacan a los jóvenes de sus comunidades ya sea ppr necesidad o por gusto.

«Cada vez hay menos gente que maneja esa información ancestral de para qué sirve una planta, si cura algunas enfermedades o muchos ya no se identifican porque se han desarraigado de su comunidad, de su cultura y aunque la piensan y la llevan un poco, a veces los elementos más profundos de ese conocimiento las abandonan», mencionó.

Herrera Castro es la directora del Herbario Universitario, un espacio de la Uagro para la conservación e investigación científica de las plantas que hay Guerrero.

La colección del Herbario consta de 12,000 plantas secas que son almacenadas para tener un registro histórico de la flora de Guerrero.

Muchas de las plantas fueron recolectadas con ayuda de pobladores de comunidades rurales, «quienes tienen toda una cosmovisión y conocimiento sobre biodiversidad».

El ciclo de conferencias Acciones por nuestra naturaleza y cultura, realizada por el Día Mundial del Medio Ambiente se realizó en vestíbulo del Palacio de la Cultura, en el centro de Chilpancingo y fue organizado por el departamento de Sustentabilidad de la Uagro.

Además de las ponencias que seguirán hasta el miércoles próximo, hay venta de productos artesanales y orgánicos.

 

Los festejos del Día de la Cruz y la petición de los albañiles por trabajo y bienestar

Texto: Itzel Urieta

Fotografía: Oscar Guerrero

03 de mayo del 2023

Chilpancingo

Bajo el sol caliente de mayo, Chuy Gómez, Isaac Luján y Fredy Gómez arman castillos con alambres y varillas dentro de una excavación que pronto se convertirá en una casa.

Es 3 de mayo, en un costado de la construcción, sobre un par de tinacos, está una cruz de madera decorada con papel crepe de colores verdes.

La tradición católica marca que este día se celebra el Día de la Santa Cruz. También se considera como el día de los albañiles.

Por esa razón Chuy, Isaac y Fredy tienen su cruz, la cual para ellos, como trabajadores de la construcción, representa una petición para que nunca falte el trabajo y sean protegidos de cualquier accidente.

Chuy es quien más tiempo lleva como albañil, 10 años. Empezó en este oficio cuando tenía 15 años, ahora tiene 25, y el trabajo de la albañilería es su único sustento económico.

Lo que hoy construyen estos tres trabajadores próximamente será una casa habitación, con una accesoria y una cisterna que estará ubicada en una de las calles de la colonia Plan de Ayala, al poniente de Chilpancingo.

Ellos nunca han tenido un accidente en su trabajo, pero saben las dificultades y el peligro que representa ser albañiles.

Aún desconocen de cuántos pisos será la vivienda que construyen, pero por la cimentación que llevan creen que será de tres pisos.

Esta construcción, ubicada en la esquina de una ladera, pudo tener más avances, pero de acuerdo con los trabajadores la máquina excavó mal los cimientos y a pico y pala corrigieron los errores.

Por ser día del albañil los tres trabajadores laboraron solamente hasta medio día.

Posteriormente los trabajadores de “cuchara”, como también se les conoce, gozaron de una rica comida acompañada por cervezas y mezcal.

La cruz la colocaron en un poste de madera que es el punto más alto de la construcción y lo hacen con la fe de tener más trabajo y bienestar, dijo Isaac.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A golpes, pobladores nahuas de Acatlán piden por buen temporal

Texto: José Miguel Sánchez

Fotografía: Oscar Guerrero

Acatlán

A golpes y vestidos de tigres, mujeres y hombres nahuas de Acatlán, municipio de Chilapa, en la Montaña baja de Guerrero, piden y ofrendan por una buena temporada de lluvia y abundancia para sus cosechas.

Esta es una tradición milenaria, los pueblos originarios la enseñanza generación tras generación para que no se pierda la costumbre de pedir todos los años a la Santa Cruz un buen temporal de lluvias.

Los primeros días de mayo, desde las cuatro de la mañana, los pobladores de Acatlán emprenden una caminata de cuatro horas de camino.

Esas horas son de subida por un sinuoso camino que lleva hasta la cima del cerro del Cruzco, el punto más alto de la zona.

Una vez arriba comienza un ritual que incluye peleas de tigres, comida, rezos y mucho humo de copal, y es llamado Atlzazilistle. La comida es el resultado del sacrificio de decenas de gallinas que los mismos pobladores ofrendan.

Otro elemento muy característico de este ritual de petición de lluvia son las peleas entre mujeres y entre niñas y niños.

Como una sacrificio donde ofrendan su fuerza, los peleadores se enfrentan a puño limpio. En las peleas, los golpes son una ofrenda para que las lluvias lleguen a tiempo y puedan cosechar buena cantidad de maíz y frijol, los principales cultivos de la región.

Benjamín Calzada Terrero, comandante de la Comisaría de Acatlán, contó que estos rituales son milenarios y siempre tuvieron el objetivo de pedir porque haya buenas lluvias, y como consecuencia abundancia en maíz, frijol, chile y calabaza.

«Aquí la gente viene a dejar pollos, comida, todo como una ofrenda, y aquí los señores de antes y ahora nosotros venimos a ofrendar a las cruces», mencionó.

Las ofrendas de comida van desde tamales, mole, caldo de pollo, que después de ofrecerlo a las cruces, los participantes y visitantes los degustan.

Las tripas y visceras de los pollos se colocan y se cuelgan de las ramas de los árboles como una ofrenda a la naturaleza.

«Las pelas de tigre son para que pedir que la temporadas de lluvias llegue bien y las personas que siembran tengan buenas cosechas», mencionó Benjamín.

Este ritual es uno de tantos que realizan las comunidades nahuas de la zona Centro de Guerrero para pedir por una buena temporada de lluvias.

Acatlán, es un pueblo originario ubicado a 15 minutos de Chilapa, cabecera de este mismo municipio.

El ritual y las peleas en lo alto del cerro iniciaron casi a las tres de la tarde y concluyeron unas dos horas después.

 

Inician rituales de petición de lluvias en las comunidades nahua del estado

Texto: Itzel Urieta

Fotografía: Carlos Navarrete Romero / Portada Archivo

Chilpancingo

 

Este 23 de abril comenzaron los rituales de petición de lluvias en las comunidades nahuas de la zona Centro del estado, tradiciones ancestrales que son el resultado del sincretismo religioso de cientos de años.

Los rituales de petición de lluvias datan de la época prehispánica y muchas comunidades nahua de Guerrero aún mantienen estos rituales vigentes.

Uno de los lugares donde realizan su ritual de petición de lluvias es Apango, cabecera municipal de Mártir de Cuilapán.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ya no considera a Apango como población originaria, pero la realidad es que muchas de sus tradiciones son preservadas por la población, entonces, esta categoría discrepa con el entorno actual.

En Apango todo comienza con las cruces, un elemento católico, las cuales están a cargo de un mayordomo, quien las resguarda durante un año. Estas cruces son llevadas en procesión a cuatro cerros distintos para hacer la petición de lluvias; son zonas generalmente alejadas de los pueblos.

En esta procesión van los mayordomos, y detrás los representativos tigres de la región Centro, quienes cargan la ofrenda.

“El tigre es el que lleva el alimento al cerro. Llevan ofrenda, llevan frutos y granos como maíz y frijol”, mencionó la promotora cultural e investigadora de los pueblos originarios, Tonantzin Beltrán Cortés.

Hoy 24 de abril suben a Oztotempa, un lugar ceremonial para los pueblos nahuas, un espacio donde convergen más de 38 poblados sólo para ofrendar “al pozo”.

En Oztotempa hay un gran cráter, ahí ofrendan comida, animales, flores y pan para pedir por un buen temporal de lluvia y cosecha.

El rito de petición de lluvias que se realiza en varios municipios de la entidad, “actualmente emana de un sincretismo religioso, por la presencia en ellos de aspectos de la cosmovisión prehispánica mesoamericana y gestos religiosos principalmente del catolicismo”, dijo Beltrán Cortés.

Estos rituales se dan principalmente en los meses de abril y mayo, antes de que comience la temporada de lluvia.

Este tipo de rituales no son exclusivos de los pueblos nahuas, hay registros que los me´phaa y ñu savi también tienen sus propios rituales.

Pobladores de Apango ayer domingo 23 de abril, el primer ritual de petición de lluvias de este año en zona nahua. Fotografía: Tonantzin Yei Beltrán

En algunos rituales en los pueblos originarios combaten cuerpo a cuerpo, hay ofrendas de alimentos y aves para la tierra, a los aires y a los guardianes de los lugares sagrados que permitirán un buen temporal.

“Es una cosmovisión mesoamericana todavía vigente, pero al mismo tiempo rezan a la santa Cruz, se añaden a estas prácticas imágenes religiosas y rosarios elementos principales de la religión católica”.

Para Beltrán Cortés, este tipo de rituales demuestran la capacidad de las pueblos originarios de persistir en sus cultos sagrados y su vínculo con la naturaleza.

Con el paso de los años estos ritos se transformaron para perdurar en el tiempo.

“Las comunidades indígenas adoptaron estrategias frente a la imposición eclesiástica de la iglesia católica, aceptando los símbolos de la religión dominante, pero manteniendo prácticas de cultos tradicionales como es el de petición de lluvias”.

Con estos rituales se concluye que “el occidentalismo no ha podido lograr la desarticulación del pensamiento mítico y su relación con la interpretación del cosmos y de la vida”.

En Oztotempa convergen varios pueblos originarios, de acuerdo con Sixto Tecorral Sánchez, habitante nahua de la población de Tixtla, para pedir por un buen temporal.

Tecorral Sánchez tiene 70 años y asiste al ritual de petición de lluvias a esta comunidad desde que tiene ocho.

Recuerda que acompañaba a su abuelo y, desde entonces, no ha falta ningún año, a excepción del 2020, por la pandemia de la Covid-19.

Sixto conoce bien la tradición y el ritual. Lo que más admira y le gusta es la originalidad que ha mantenido el pueblo.

“Han querido guardar la originalidad de las cosas, esto lo han hecho nuestros padres, nuestros abuelos y bisabuelos y así se va a seguir haciendo”, comenta.

Pobladores de Apango ayer domingo 23 de abril, el primer ritual de petición de lluvias de este año en zona nahua. Fotografía: Tonantzin Yei Beltrán

“Nuestra cultura debe sobrevivir al embate de la globalización, es una tarea ardua, pero el involucrar a los más jóvenes para heredarles esta importante labor es una raíz de esperanza que nos hace sentir que nuestro destino, encaminado a la extinción como pueblos indígenas, aún puede cambiarse”, agrega.

De acuerdo con la antropóloga Rosa Icela Robles Jiménez, para estos pueblos los rituales de petición de lluvias son muy importantes. “Es una ceremonia ligada al ciclo agrícola, con un grado de sincretismo importante porque se fusiona la cosmovisión prehispánica y la religión católica”, comentó Robles Jiménez.

Estos rituales implican un sistema de símbolos, como el jaguar, la cruz y la ofrenda. Con estos se pide por el agua, se ofrenda el sacrificio y se agradece por lo ya dado.

“La petición de lluvia está vinculada también a la protección de los recursos naturales, en este caso el agua, y en estas ceremonias se involucran deidades prehispánicas, como Tláloc, Chalchihuitle y otros”, agregó.

Los rituales que aquí mencionados son sólo una muestra de los que ocurren en las comunidades de Guerrero.

Todos los rituales, aun cuando no todos son iguales, su realización depende del lugar, creencias y cultura de los pueblos, persiguen el mismo fin, las buenas lluvias.

 

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