Clavellina, el árbol con propiedades curativas que está por desaparecer en Chilpancingo

Texto y foto: Alberto Ramírez Santos
6 de febrero del 2024
Chilpancingo

Clavellina, cabello de ángel o la escobetilla es un árbol nativo de México y de países de Centroamérica, pero en Chilpancingo, donde hace años había varios, ahora existen muy pocos.

Las flores de este árbol son como pequeños cepillos de color rosa, blanco o rojo. Florecen en las ramas desnudas.

El ingeniero forestal Gabriel Pintor Alcaraz indicó que el uso que dan los habitantes de las comunidades a la Clavellina es diverso, dependiendo de la parte que necesiten, algunos lo ocupan como medicina, otros como adorno.

Las flores son utilizadas para controlar el asma, la bronquitis y la tos, también para tratar las úlceras, la gastritis y los riñones dañados; para controlar los niveles de azúcar en la sangre utilizan la corteza y la raíz.

En algunos lugares, el árbol lo utilizan para quemarlo como leña en fogones o chimeneas, otras personas lo usan para hacer artesanías con su madera.

Por la belleza de las flores, algunas culturas la utilizan como planta ornamental para adornar sus casas y las iglesias.

Los árboles de clavellinas de Chilpancingo empiezan a florecer en estos días. Foto: Alberto Ramírez Santos

Pintor Alcaraz comentó que no hay un estudio científico que avale que el árbol de clavellina sirva como medicina, sin embargo, las personas que lo utilizan para este propósito de manera empírica, aseguran que sí funciona.

La clavellina también es conocida comúnmente como cabello de ángel, clavellina, escobetilla, entre otros nombres, esto depende del lugar donde crezca.

Su nombre científico es Pseudobombax ellipticum (Kunth) Dugand.

La planta se reproduce de manera sexual, es decir, por medio de las semillas y también de forma asexual; por estacas (palo verde sin raíces).

Pintor Alcaraz, egresado de la División de Ciencias Forestales de la Universidad Autónoma de Chapingo, mencionó que este árbol es una especie dominante pues su diámetro llega a medir hasta dos metros y puede alcanzar de siete a nueve metros de altura.

El ingeniero explicó que, como todas las plantas, al cortarla influye de manera negativa en el ecosistema porque el bosque pierde su estructura original y queda solo la vegetación secundaria y tarda mucho para recuperarse.

“Es importante no extraerla porque es un árbol en el que viven pequeñas especies de animales, sobre todo, algunas aves cómo el pájaro carpintero, algunos mamíferos, iguanas, lagartijas, serpientes, insectos, entre otros animales”.

En el estado de Guerrero crecen principalmente en las regiones de Tierra Caliente, Norte y en algunas partes de Acapulco. En menor medida, crecen también en las costas de la entidad.

Pintor Alcaraz dijo que personalmente ha visto que en la zona Norte del estado de Guerrero es donde más se venden partes de este árbol en los mercados.

En la ciudad de Chilpancingo, específicamente, hace algunos años había muchos árboles de clavellinas, sin embargo, por la urbanización, muchos de ellos fueron talados para construir en ese espacio, casas, calles o algún edificio.

“Cuando era pequeña jugamos con las flores dándoles vueltas, como si fueran faldas de muñequitas, antes había muchos árboles, ahora he visto como cuatro nada más porque los cortaron para construir”, contó con una expresión de nostalgia en su rostro Silvia Martínez, vecina de la colonia San Antonio.

En la ciudad capital solo se visualizan alrededor de 5 a 10 árboles de clavellinas en diferentes puntos, todos los demás fueron talados desde hace tiempo.

Los árboles de clavellinas de Chilpancingo empiezan a florecer en estos días. Foto: Alberto Ramírez Santos

Que en la actualidad haya muy pocos de esos árboles en la ciudad, de acuerdo con el ingeniero forestal, significa que hubo una fragmentación de hábitat con la urbanización, la misma población saqueó esta especie y por ende se fue perdiendo poco a poco.

El tipo de suelo en el que crece, por lo general, son zonas rocosas, principalmente en los bosques tropicales caducifolios, es decir, en bosques con clima cálido dónde dominan las especies de árboles que pierden sus hojas en la época seca del año.

La floración de la clavellina es común verla desde febrero hasta marzo, hay quienes dicen que anuncia la llegada de la primavera.

Su fruto se observa de abril a junio.

El árbol se llena de hojas en la temporada de lluvias.

El ingeniero forestal mencionó que hasta el momento este árbol no se clasifica en ninguna categoría de riesgo, de acuerdo con las normas que rigen el cuidado de la flora del país.

Considera que las autoridades correspondientes no hacen mucho y no le da la importancia necesaria a esta especie.

“Las autoridades actúan ya que las especies casi no tienen existencia en el ecosistema“, lamentó.

La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) solo actúa cuando las especies se clasifican en algún tipo de riesgo o en peligro de extinción.

El listado de especies en estas categorías se actualiza cada cinco años y la clavellina no la han estudiado a fondo para ingresarla a esta lista.

El ingeniero forestal recomendó a las personas que hacen uso de este árbol para fines comerciales o uso propio, que no extraigan en su totalidad las flores ni las semillas, que dejen algunas para que cumplan su ciclo de reproducción y así no extinguir esta especie o ponerla en algún riesgo.

Sugirió que si se trata de extraer corteza que solo le quiten una pequeña parte y no por todo el diámetro del árbol ya que por esa acción los nutrientes ya no llegan a las demás extremidades como son las ramas, por lo tanto, no se efectúa el proceso de fotosíntesis.

Los árboles de clavellinas de Chilpancingo empiezan a florecer en estos días. Foto: Alberto Ramírez Santos

No cortar las raíces también fue una de las sugerencias del ingeniero, pues de ellas también depende el que los nutrientes lleguen a toda la anatomía del árbol.

También sugirió a la población que en la medida de lo posible planten estos árboles, pues por reproducirse de forma sexual y asexual hay más posibilidades de que crezcan y no sea una especie candidata a extinguirse o a estar en riesgo.

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