Informar en medio de la propia supervivencia

Texto: Margena de la O

Acapulco

15 de noviembre del 2023

 

Uno de los sectores sociales afectados por el huracán Otis son los periodistas locales de Acapulco, quienes además de enfrentar sus propios daños deben informar el saldo y los estragos de la devastación, aun con las imposibilidades mismas de comunicar.

El huracán categoría cinco dejó por días aislado a Acapulco. Los servicios de energía eléctrica y telefonía y los caminos y carreteras quedaron suspendidos por los daños que acarreó la intensidad del aire y el agua desde las primeras horas del 25 de octubre que ocurrió el huracán.

Hasta ahora, 23 días después, hay colonias que no tienen luz eléctrica, y aún cuando la telefonía móvil y el internet fue reactivado por las compañías, el servicio no es eficiente.

Una de las consecuencias de la falta de estos servicios fue que los periodistas locales no pudieran reportar lo que ocurría en el puerto, además de que debían decidir entre informar o, como cualquier habitante afectado de Acapulco, enfrentar la devastación. La mayoría de los comunicadores debieron sobreponerse pronto, aun cuando algunos perdieron su equipo, y a la vez resolver cómo enviar su información.

“No te puedes dar el lujo de quedar desempleada”, comenta Karla Benítez, una periodista local de 26 años, al momento de reflexionar sobre la falta de condiciones laborales que tiene ella y la mayoría de sus colegas en Guerrero. Los reporteros o periodistas en general que reportan desde las calles, no es el caso de la mayoría de los dueños de medios de comunicación, son un gremio con la función social de informar a la ciudadanía, desde una condición precarizada, porque la mayoría no cuentan con prestaciones laborales.

Karla tiene seis años de experiencia laboral y en ninguno de los medios de comunicación con los que colabora, un multimedios de cobertura nacional y una televisora local, tiene prestaciones de ley. Lleva la mitad de los gastos en su casa, la que Otis dejó inundada, sin barda perimetral ni cristales en las ventanas, y sin aparatos electrónicos funcionales. A ella, en particular, la dejó hasta sin ropa.

El fotoperiodista Javier Verdín, quien también vivió los estragos del huracán, comparte en sus redes sociales el 3 de noviembre pasado esta imagen de colegas reunidos en un punto de «la costera destruida» donde había un pequeño generador de luz y señal de internet.

Fue el 27 de octubre que Karla pudo hacer contacto con los coordinadores del multimedios para el que colabora y dar un reporte. Viajó a la ciudad de Chilpancingo, la capital de Guerrero, ubicada a menos de horas del puerto, aunque ese día les llevó más de seis; salió junto a su padre a buscar víveres y agua.

Alguien, en algún lugar de la ciudad, le permitió cargar su teléfono y se comunicó. Después, recuerda, dio un reporte que en realidad era su testimonio personal de cómo enfrentó la contingencia y lo que ella había visto de la tragedia y los daños, como los 14 cadáveres con los que se topó a las horas siguientes que bajó de su casa para buscar comida y ayuda en general.

Aunado a todos los impedimentos de informar por la misma catástrofe, las instituciones oficiales tampoco hacen fluir de manera eficiente la información de los daños, según algunos periodistas.

Con la imposibilidad de la comunicación desde Acapulco, los primeros reportes periodísticos no salieron de los periodistas locales, donde hay colaboradores para medios de comunicación de todas las dimensiones (locales, nacionales e internacionales). Lo hicieron quienes son de fuera de la ciudad.

Las primeras imágenes aéreas conocidas durante la mañana siguiente después del paso de Otis las dio a conocer una de las televisoras nacionales más grandes del país. Otros reportes salieron esa misma tarde porque periodistas de Chilpancingo, como Ángel Galeana, llegaron a Acapulco minutos antes del huracán, y hallaron hoteles que tenían servicio de internet aun cuando la señal era muy débil.

Otra información se conoció por la noche y al día siguiente porque otros tantos periodistas viajaban de Chilpancingo al puerto, y volvían, con todas las dificultades del camino, para mandar información.

Periodistas que trabajan para el periódico estatal El Sur en la capital, por ejemplo, viajaron durante los primeros días hacia Acapulco para recabar datos, porque las oficinas centrales están en el puerto y no había manera de que informaran, ni siquiera sabían cuáles eran las condiciones personales de algunos reporteros.

Algunos reporteros reunidos en una oficina pública en plaza Marbella. Foto: Margena de la O.

Los periodistas locales acapulqueños, aunado a sus afectaciones particulares, quedaron en desventaja de informar sobre Otis ante la infraestructura de grandes empresas, como las televisoras.

“La verdad me daba mucha envidia porque estaban llegando los enviados nacionales de las grandes empresas, con equipos, estructuras y estaban transmitiendo. Yo no sabía lo que pasaba en la televisión, porque no estaba viendo televisión, porque no tenía electricidad en mi casa, todavía no tengo teléfono y por eso me bajo aquí a trabajar”, dice en entrevista el periodista Misael Habana de los Santos en un punto de plaza Marbella, frente a la escultura de La Diana.

Un grupo de comunicadores aprovecha la cobertura de internet y parte de las instalaciones de unas oficinas públicas para enviar su material, porque hasta hoy ningún servicio público está resuelto por completo en el puerto.

Los periodistas de Acapulco deben buscar también la manera de resolver la incomunicación. “De la crisis y la necesidad había que informar, había que hacer algo”, agrega Misael Habana después de compartir que salió de su casa al tercer día, primero, porque debió asumir la catástrofe y recontar parte de los daños, aun cuando no pudiera resolverlo.

Segundo porque todo el tiempo estuvo solo y debió esperar a su compañera, que estaba fuera de Acapulco el día del huracán, para no dejar sola la casa, por el riesgo de que saquearan la vivienda como lo hicieron muchos con las tiendas y negocios establecidos, otro problema que empujó a los habitantes del puerto a tomar sus propias medidas.

Los periodistas, se documentó antes, como todos los habitantes, viven las mismas necesidades y enfrentan las mismas circunstancias que todos en Acapulco.

A diferencia de muchos periodistas de fuera, que van y vienen o que están por algunos días en el puerto y se retiran, los locales deben de enfrentar que en sus casas faltan, además de los servicios para la comunicación, otros tantos básicos, como el agua, o el transporte público que, aun cuando circulan algunas unidades no son todas, porque también el combustible escaseó.

Para resolver la incomunicación el esfuerzo es doble. “Porque nunca es el mismo día, o sea hoy tienes internet aquí en la iglesia, pero mañana se puede descomponer, entonces vete al Infinitum de Calinda (un hotel de zona dorada), como puedes estar ahí, como no puede haber internet. El Copacabana (otro hotel de la misma zona) lo cerraron el 30 de octubre y había una fuente de internet, pero por una clave que me pasó una amiga. Entonces, yo lo comparo con los videojuegos, ya ves que los personajes llevan una moral, tu ánimo sube o baja de acuerdo con las circunstancias”, comparte Héctor Briseño, otro periodista del puerto.

El periodista Héctor Briseño se sienta a descansar en una glorieta frente al Centro Internacional Acapulco donde vuelve a captar señal de internet, después de enviar su información. Foto: Adriana Suárez.

Los comunicadores en busca de señal de internet han hecho de algunos espacios centros de trabajo y los han convertido en sitios de reencuentro para saberse cómo están ellos o cómo están los otros colegas. Algunos han coincidido, por ejemplo, en la acera de los establecimientos al otro lado de lo que quedó de Galerías Acapulco; otros en las inmediaciones del hotel Hotsson Smart, donde hay una fuente de señal de internet u otros en la plaza Marbella.

Desde «la oficina improvisada» frente a Galerías Acapulco fue que el fotoperiodista Javier Verdín, a quien sus colegas buscaban después del huracán, subió una foto a su perfil de Facebook con la que se reportaba y, a la vez, aprovechó para narrar parte de lo que sentía. «Cuando amaneció después de la noche del huracán Otis bajé para hacer fotos a la costera, caminando desde Cumbres de Llano Largo, me cayó un árbol de ceiba con espinas grandes y me dañó la pierna y eso me menguó; tardé cinco horas en subir el cerro de regreso a la casa destruida. La verdad es que a todos nos fue mal, pero también considero que es un buen momento para reflexionar, organizar, repensar, volver a soñar, desde el caos volver a sacar la belleza y hacer poesía», es sólo un fragmento de lo que compartió.

Las complicaciones para comunicar han orillado a algunos periodistas a ajustar sus propias maneras de difusión. El equipo del programa de radio de Al Tanto Guerrero, que coordina Misael Habana, al no funcionar las ondas electromagnéticas que transmiten la señal de radio, hacen su programa sólo a través de las redes sociales desde un pasillo de la plaza donde les facilitan internet, que antes sólo eran otra vía de difusión del programa que hacen de dos a tres de la tarde. “Estamos trabajando sin nada, porque no tenemos nada”, agrega Misael.

En medio de todo esto se debe informar aun con todo lo emocional que acarreó una manifestación natural como Otis.

“Me ha costado tanto hacer una nota”, dice Héctor Briseño al compartir que lo más duró del huracán es la afectación emocional.

Así están otros de sus colegas. En el encuentro para la entrevista, Karla Benítez, lo primero que hace es disculparse de manera anticipada por si se desbordaba en la conversación, porque tiene claro que no ha procesado lo que vivió como cualquier otro habitante. Misael Habana compartió también que él no pudo evitar derrumbarse la primera vez que se asomó de casa para ver los daños.

Aun así, había que informar, aun cuando se trate de narrar parte de su propia supervivencia.

Familiares de tripulantes de embarcaciones exigen al gobierno que busque a capitanes desaparecidos la noche del huracán Otis

Texto: Amapola Periodismo

Fotografía: Oscar Guerrero 

Acapulco

15 de noviembre del 2023

 

Cerca de las 12 de la noche del 25 de octubre, cuando el huracán Otis con sus vientos y lluvia alzaba olas a grandes alturas, el pescador Ulises Castillo Hernández, El Ceviche, no midió las consecuencias y se tiró al mar para amarrar los cabos de su embarcación que estaba lejos del muelle El Paseo del Pescador.

El Ceviche no quería que su cayuco, al que bautizó como Valeria Abigail se lo tragara el mar, porque era el único patrimonio y sustento económico de su familia.

El Jerry, un amigo de Ulises, lo apoyó tirándole las luces desde su camioneta. El Jerry vio cuando Ulises se tiró al mar y se perdió entre las olas. Es la fecha que no aparece.

Familiares de tripulantes de embarcaciones desaparecidos cuentan que al amigo de Ulises Castillo le dio mucho miedo y se alejó del lugar y dejó abandonada su camioneta para ponerse a salvo de los vientos y el agua que ya inundaba la avenida Miguel Alemán, cerca de la playa Tlacopanocha.

Desde el 25 de octubre, la señora Yazmín Hurtado Alarcón y Valeria Castillo Hurtado, esposa e hija de Ulises Castillo se plantan al pie de un árbol en la rotando de Los Hombres Ilustres, cerca del muelle del Paseo del Pescador en espera que las autoridades les den noticias de que ya hallaron a su familiar.

Yazmín y su hija Valeria llegan desde las ocho de la mañana a este lugar al igual que familiares de otros tripulantes de yates y lanchas que llevan 21 días desaparecidos.

Yazmín de vez en cuando se para y camina hacia el muelle y fija su mirada en algún punto del mar donde ella supone que su esposo y la embarcación se perdieron entre las olas.

Sobre los troncos de los pocos árboles que quedaron en pie cerca del muelle están pegados carteles con las fotografías y los nombres de algunos de los tripulantes de embarcaciones que siguen desaparecidos.

Yazmín Hurtado se sienta en una piedra recargada de un árbol donde está pegada el cartel con la foto de su esposo Ulises.

“No todavía no aparece y estamos a la espera de que nos den información”.

Valeria Castillo, hija de Ulises, acusa al gobierno de no informar la verdad de la tragedia que ocurrió durante la entrada de Otis en Acapulco.

“Si el gobierno está diciendo que hay más de 600 embarcaciones y que la mayoría fueron destruidas y entonces dónde están los tripulantes?, pregunta Valeria.

De acuerdo con el compromiso que suscriben los tripulantes con el dueño de las embarcaciones, éstos deben de cuidarlas en todo momento aun cuando se registren tormentas o huracanes y en caso de que no lo hagan es motivo para una demanda judicial en su contra.

Eso lo establece un documento que, según los familiares de las víctimas, firman con los empresarios.

Los familiares de capitanes y marineros realizaron una nueva protesta el pasado domingo afuera de las instalaciones de la Zona Naval para exigir a las autoridades que busquen a sus familiares desaparecidos.

“Aquí en esta zona murieron muchos tripulantes solo hay que ver como quedaron las embarcaciones que quedaron encalladas en varios lugares como en el Club de Yates o en La Marina”, dijo Valeria Castillo, hija de Ulises.

 

Alfonso Arguello Benítez quien tres de sus familiares que la noche del 25 de octubre estaban en el yate Rose Mary siguen desaparecidos contó que hay testigos que se dieron cuenta que el miércoles 26 al menos diez cadáveres salieron a flote en el mar cerca del muelle del Paseo del Pescador.

“Obvio que en estos momentos ya no van aparecer los cuerpos flotando porque ya reventaron y se encuentran en el fondo del mar pero la Marina no los busca”, denunció Alfonso Arguello.

Los familiares desaparecidos que tiene Alfonso Arguello es su suegra, María Delgado Valdovinos, así como el hijo y nieto de ella, Luis Sebastián Herrera Delgado, de nueve años y Luis Alberto López Sarabia, de dos años.

La señora, su hijo y nieto acompañaron ese día a su esposo el capitán del yate Rose Mary, Inocente Herrera, el único que logró sobrevivir esa noche del 25 de octubre.

“Mi suegra acompañaba a su esposo en el yate porque le ayudaba y pues la verdad creo que no se esperaba fuera así de fuerte el huracán”, menciona Alfonso Arguello.

Dice que Sebastián Herrera, el pequeño de nueve años y nieto de su suegra María Delgado, le gusta mucho andar en el mar porque su sueño es ser capitán de una embarcación como su padre.

Alfonso Argüello criticó a las autoridades de los gobiernos federal y estatal el no haber obligado a los dueños de las más de 600 embarcaciones (yates y lanchas) que sus trabajadores no acudieran a al mar para cuidarlas.

“El gobierno ya sabía cómo venía de fuerte el huracán Otis y no tomó medidas preventivas para evitar muchas muertes en el mar y tierra aquí en Acapulco”, criticó Alfonso Argüello.

Desde el paso del Otis, los dueños de los yates y lanchas no se han acercado con los familiares de sus trabajadores que no aparecen.

“En el caso del dueño del yate Rose Mary no nos apoya en nada y la búsqueda la están haciendo buzos privados a quienes se les está pagando”, dijo Alfonso Argüello.

Menciona que un familiar que trabajaba en el yate Orca ya fue hallado muerto.

En el tronco de otra palmera de la Rotonda de los Hombres Ilustres está pegado una cartulina con la fotografía de Gustavo Hurtado Carranza, de 39 años, que estaba en una embarcación llamada Bacchus. La última vez que se le vio fue en la playa Icacos, la noche del 25 de octubre, el día del huracán.

Otro grupo de familiares de tripulantes de embarcaciones desaparecidos se instala frente a la playa Tlacopanocha.

En la página de Facebook del Club de Yates se pide la colaboración de las autoridades y la ciudadanía para la localización de 13 tripulantes de embarcaciones desaparecidos durante el huracán Otis.

A las dos de la tarde, Valeria Castillo y su madre Yazmín Hurtado se paran de su lugar y después de despedirse se dirigen para tomar el autobús que las llevara a su casa en la colonia La Laja. Hoy, otra vez, no tuvieron noticias.

Reactivación económica, basura y malos olores conviven en Acapulco ante la necesidad de recuperación

Texto: Margena de la O

Fotografía: Oscar Guerrero / Archivo

Acapulco

14 de noviembre del 2023

 

La reactivación económica ya se percibe en Acapulco, en particular en la costera Miguel Alemán, donde ya hay negocios abiertos y puestos ambulantes establecidos con comida, pero en la zona también hay malos olores y las moscas vuelan alrededor.

La basura, producto de la magnitud de la destrucción del huracán Otis en Acapulco, sigue apilada en las calles. Es basura de todo lo que derribaron los vientos, pero también la materia orgánica descompuesta de lo que no perduró por la falta de energía eléctrica. Aun cuando la Comisión Federal de Electricidad (CFE) reporta que ya se restableció la energía en los hogares, muchos habitantes se quejan de la falta de servicio.

En la costera Miguel Alemán, que congrega la zona dorada del puerto, una de las tres áreas turísticas más importantes, conviven estos dos rasgos: la necesidad de los prestadores de servicios de reabrir y retomar sus actividades y los montones de basura que ahora distinguen la costera.

Momentos en que personal del Ayuntamiento de Acapulco recoge escombros y basura sobre la costera.

Esta mañana, a la altura de Galerías Acapulco, pero del lado del hotel Ritz en adelante, los trabajadores del Ayuntamiento de Acapulco levantaban con palas parte de los cerros de basura, y aun cuando con eso despejaron la zona, quedó un olor penetrante a materia orgánica descompuesta.

Los trabajadores siguieron sobre esa franja recogiendo la basura con sus posibilidades, porque no llevaban equipo especializado. En algunos tramos intervino maquinaria pesada para recoger escombros y desechos más pesados.

En esa misma zona de costera se observó muy temprano a jóvenes de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), distinguidos porque llevaban ropa y accesorios, como gorras, con el logo y siglas de la institución, pero en particular porque llevaban impreso el nombre de Javier Saldaña, el rector universitario que acaba de comenzar su tercer periodo y se ha distinguido por sus aspiraciones permanentes de contener por un puesto de elección popular.

En la imagen cerros de basura en la costera Miguel Alemán después de 20 días del impacto del huracán otis en el puerto

En medio de esta contingencia por el huracán Otis sobran políticos, porque también se atraviesa por un proceso electoral, que aprovecharon el desastre para promocionarse. El rector de la Uagro, quien es cercano a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, y ha vestido muchos de sus actos con universitarios acarreados, no dejó pasar la oportunidad.

La Uagro como institución puso sus camiones institucionales para trasladar personas de Chilpancingo a Acapulco y viceversa. Este martes había una de esas unidades al lado de los universitarios que colaboraron con remover algunos escombros y basura; después se retiraron.

Los empresarios, comerciantes y prestadores de servicios turísticos, de acuerdo con lo que reportó Amapola Periodismo, anticiparon que reactivarán sus negocios lo más pronto posible, en particular el próximo periodo vacacional de diciembre. Llamaron a los turistas a que vengan a Acapulco, porque dependen de ello para tener ingresos.

Lo que se percibe hoy en gran parte de la zona turística dorada son los malos olores, aun cuando no se esté cerca de un cerro de basura, porque los vientos los dispersan.

La Secretaría de Salud en sus redes sociales no han alertado de los riesgos sanitarios de que los establecimientos de comida convivan con estas condiciones.

Sólo han difundido a los habitantes que de presentar “fiebre, dolor de pecho, diarrea de seis o más evacuaciones o que tengan moco o sangre, deshidratación, ojos hundidos, dolor abdominal, somnolencia, entre otros; o si tienes una herida que requiere curación acudan a una unidad de atención o brigada médica”.

El tema acá también es que el tiradero de Acapulco ya no tiene capacidad, de acuerdo con lo que alertaron autoridades estatales.

Por otro lado, todo el personal que participa en la reactivación de Acapulco busca dónde comer u otros servicios elementales, y eso beneficia a prestadores de servicios turísticos afectados.

Afectados por Otis reciben refrigeradores pero no tienen luz eléctrica

Texto: Jesús Guerrero

Foto: Óscar Guerrero

Chilpancingo

14 de noviembre del 2023

Familias de la colonia La Poza afectadas por el huracán Otis recibieron enseres domésticos de parte del gobierno federal pero algunos artículos como el refrigerador, la licuadora y el ventilador no podrán utilizarlos a la brevedad porque en sus casas siguen sin suministro de luz eléctrica.

«No tenemos luz, agua y comida. Hay un comedor, pero mucha gente ni va», dice María Nogueda, vecina de La Poza, quien hizo fila para recibir sus enseres domésticos.

Las familias de La Poza, colonia ubicada por el aeropuerto internacional Benito Juárez, en Acapulco, empezaron a llegar a la calle El Pino, desde las siete de la mañana, para recibir su refrigerador, estufa, colchón, licuadora, ventilador y vajilla, parte de los apoyos que entrega desde hace una semana el gobierno federal a los afectados por Otis.

Con el papelito del censo en la mano que les entregó un servidor de la nación de la Secretaría del Bienestar las mujeres se formaron en la fila y como muchas de ellas se percataron de que la espera sería larga se llevaron un banquito o una silla para descansar mientras llegaba su turno.
Varios camiones del Ejército llegaron con la carga de los enseres domésticos.

«A ver hoy solamente vamos a entregar los paquetes (enseres domésticos) a los de la colonia La Poza y a los rezagados y los demás que estén aquí se les avisará el día les tocará su turno», le gritó a la gente un militar que iba acompañado por varios servidores de la nación.

En la estrecha calle había una fila de unas 300 personas y a las 11 de la mañana los militares dijeron que solamente entregarían 40 paquetes.

Mujeres de las colonias Las Delicias, Alfredo B. Buenfil y de la comunidad de Barra Vieja llegaron desde las siete de la mañana para recibir sus enseres domésticos, pero se fueron con las manos vacías después de esperar tres horas bajo el sol.

«Oiga, no es justo. Yo aquí traigo mi censo y me citaron para hoy», le dice una señora de la colonia Las Delicias a una mujer del grupo de los servidores de la nación.

Casi a las 12 del día termina la entrega de 40 paquetes de electrodomésticos a los afectados por Otis de la colonia La Poza donde viven tres mil familias, según María Nogueda.

A los que sí se les entregó su refrigerador, estufa, licuadora, colchón y vajilla tuvieron que alquilar un diablito o una camioneta para llevarlos a su casa.

El alquiler de un diablito para llevar el refrigerador y la estufa era de cien pesos.

Un adulto mayor espera en la esquina de la calle El Pino, en la colonia La Poza, en Acapulco, este 13 de noviembre del 2023.

Algunos hombres que acompañaron a su esposa o a su mamá para recoger el paquete de artículos electrodomésticos cargaron en hombros el colchón, refrigerador o estufa.

Aunque otras familias afectadas alquilaron una camioneta para que les llevaran su mobiliario.

Un joven de la colonia Arroyo Seco, ubicada al otro extremo de Acapulco, acudió a la colonia La Poza para ayudar a su mamá con el traslado de sus enseres domésticos.

«Allá en mi colonia de Arroyo Seco nos fue muy mal aunque apenas hace tres días nos llegó la luz, pero seguimos con muchas carencias como el agua», dijo el joven.

María Nogueda llegó desde las siete de la mañana y trajo su silla en espera de que la nombraran para que recogiera el apoyo.

La gente calculó que los cinco artículos tienen un costo de alrededor de 12 mil pesos.

«Seguro esos refris y estufas el gobierno las compró en Elektra o Aurrerá porque los dueños de esas empresas son amigos del presidente Andrés Manuel López Obrador», dijo uno de los afectados por el huracán Otis.

María Nogueda se ríe cuando se acuerda que por el momento no podrá utilizar el refrigerador y la licuadora que le dio el gobierno porque en la colonia La Poza, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) no ha reconectado el suministro de energía eléctrica.

Aunque el gobierno de López Obrador y la gobernadora Evelyn Salgado Pineda han dicho que en Acapulco ya casi está al cien por ciento con la reconexión de luz eléctrica, hay zonas incluso del centro de este puerto que se quejan de que en sus domicilios les llega el servicio un momento, pero luego se va.

La colonia La Poza es una demarcación que antes de que se fundara la exclusiva zona Diamante (durante el gobierno de Carlos Salinas, hace más de 30 años) estaba constituida por grandes extensiones de huertas y sembradíos de cultivos básicos como maíz y frijol.

«Antes de que el gobierno fundara zona Diamante esto eran solo huertas y manglares pero todo esto se devastó y por eso cada vez que hay una lluvia medio fuerte se inunda todo», dijo uno de los habitantes de La Poza.

Doña María Nogueda dice que ella vivió lo del huracán Paulina, la tormenta tropical Manuel y el huracán Ingrid y que las consecuencias no fueron tan devastadoras como Otis.

«Yo sentía que me moría», recuerda María la noche del martes 24 de octubre, cuando los vientos y la lluvia arreciaba en todo Acapulco.

De acuerdo con la versión que dio un mando militar, los paquetes de enseres domésticos ya se están repartiendo en distintas colonias y fraccionamientos de esta zona de Acapulco.

A 20 días del paso del huracán Otis, en esta zona de Acapulco, se nota el movimiento de trabajadores de la CFE y ambulancias médicas de la Secretaría de Salud.

Sin embargo, en cada cuadra aún hay postes, árboles o espectaculares tirados, así como basura acumulada en banquetas y calles.

«Aquí ya llegó la luz, pero cada rato se va», cuenta un vecino de la colonia Luis Donaldo Colosio en cuya entrada hay un gran charco de aguas de drenaje.

Un hombre afectado por el paso del huracán Otis lleva la estufa que recibió por parte del gobierno federal el 13 de noviembre del 2023 en Acapulco.

Diputada de Morena que aspira a la presidencia municipal de Acapulco reparte despensas con ayuda de la Marina

Se trata de la presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, Yoloczin Domínguez Serna


Texto: Amapola periodismo

Fotografía: Redes

Chilpancingo

13 de noviembre del 2023

 

Durante la entrega de despensas a familias afectadas por el huracán Otis que realizan elementos de la Marina y en donde está la presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso Local, Yoloczin Domínguez Serna, una mujer les grita que la ayuda sea para todos.

“Esa Yoloczin se quiere parar el cuello”, grita una mujer al identificar a la morenista Yoloczin Domínguez quien es diputada por el distrito III de Acapulco y que está parada en la parte trasera de un camión de La Marina durante la entrega de despensas.

En un video que se difundió en las redes sociales se ve parada en el camión de la Marina a Yoloczin Domínguez, quien con un megáfono grita los nombres de las personas a las que se les dará su despensa. Al lado de la legisladora están dos elementos de la Marina.

“Magdalena Zapata”, grita Yoloczin al leer los nombres que tiene en una lista y al lado de ella están dos elementos de la Marina quienes de varias cajas de cartón sacan casilleros de huevos.

Varios elementos de la Marina organizan las filas de las personas que van a recibir la ayuda.

La diputada local Yoloczin Domínguez quien es aspirante de Morena a la alcaldía de Acapulco para las elecciones del 2024, viste una blusa roja, pantalón de mezclilla azul deslavado y lentes oscuros.

Una mujer que al parecer no le quieren dar el apoyo identifica a la diputada morenista y grita: “ay, es Yoloczin, se quiere parar el cuello. Tiene que ser para todos la despensa”.

El lugar donde está la legisladora acompañada por elementos de la Marina es en una colonia de la zona suburbana de Acapulco y el video fue grabado este viernes 11 de noviembre.

El jueves 10 de noviembre, la diputada Yoloczin Domínguez escribió en su perfil de Facebook que estaría en las colonias La Frontera, Rinconada, Costa Azul y El Veladero.

“Quiero expresarles que no soy partidaria de exponer las condiciones tan lamentables en las que se encuentran las miles de familias acapulqueñas y por respeto a ello no subiremos fotos”, escribió la legisladora.

“Seguiremos trabajando de la mano de todos ustedes para que juntos levantemos Acapulco”, dice Yoloczin Domínguez.

El pasado 8 de noviembre, la dirigencia de Morena en Guerrero divulgó un spot en el que promociona al gobierno federal, a través de la Secretaría del Bienestar, entrega los apoyos a las familias afectadas por el huracán Otis en Acapulco.

En el video se ve a una mujer de la comunidad de Barra Vieja que recibe un refrigerador, estufa, colchón, licuadora y una vajilla.

«¡Hola! Soy Mariana, de aquí del pueblo de Barra Vieja, agradezco al gobierno por el apoyo que nos está dando y esperamos que nos sigan dando más apoyo porque la verdad muchos de nosotros nos quedamos sin techo”, dice la mujer en ese spot.

A más de 20 días del paso del huracán Otis, no solamente políticos de Morena que tienen aspiraciones para un cargo de representación popular han intensificado sus recorridos en las zonas afectadas de Acapulco.

También han visitado estos colonias y comunidades de este puerto el ex gobernador Héctor Astudillo y su grupo político, entre ellos, su hijo Ricardo Castillo Calvo, quien es diputado local, Mario Moreno Arcos, ex candidato a la gubernatura de la alianza PRI-PRD, el alcalde de Tlapa, Gilberto Solano Arreaga.

Otro que también recorre las zonas afectadas por Otis es el ex senador priísta y ex delegado de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Héctor Vicario Castrejón, quien fue investigado por la Secretaría de la Función Pública (ASF) por presuntas irregularidades en el manejo de recursos públicos destinados a la reconstrucción de las obras por la tormenta Manuel y el huracán Ingrid que pegó a Guerrero en el 2013.

Se mantiene otra semana suspensión de clases en Acapulco y Coyuca de Benítez

Texto: Jesús Guerrero

Fotografía: Oscar Guerrero / Archivo 

Acapulco

12 de noviembre del 2023

 

La Secretaría de Educación Guerrero (SEG) dió a conocer que por otra semana más se mantiene la suspensión de clases en los municipios de Acapulco y Coyuca de Benítez por las afectaciones del huracán Otis.

En una circular este domingo, la SEG indica que no existen las condiciones para el regreso a clases del 13 al 17 de noviembre en Acapulco y Coyuca de Benítez.

La Secretaría llamó a los maestros, personal administrativo, padres y madres de familia, así como a los estudiantes, a realizar labores de limpieza en las escuelas para generar las condiciones adecuadas.

Según la SEG, el huracán Otis, dañó 336 escuelas de Acapulco y Coyuca de Benítez, en donde reciben clases 125 mil 53 estudiantes.

Reyna Bello de Jesús, coordinadora sectorial de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG), dijo que hasta el momento la SEG no ha informado los daños materiales que ocasionó el huracán Otis a los centros educativos de Coyuca y Acapulco.

«Tenemos información que nos han dado los profesores de que muchas escuelas quedaron inservibles y no solamente se les volaron las ventanas».

La dirigente sindical mencionó que también está el problema de que muchos profesores, personal administrativo e incluso estudiantes no regresarán a las actividades porque forman parte de la población que resultó afectada por el huracán.

Reyna Bello dijo que a más de dos semanas del paso del huracán Otis, muchos profesores aún no son localizados.

Según la dirigente de la CETEG por el momento tampoco existen las condiciones del regreso a clases de manera virtual porque en muchas colonias y comunidades de Acapulco y Coyuca de Benítez no hay la reconexión del suministro de luz eléctrica, internet y de telefonía celular.

«Si no hay las condiciones para el regreso a clases de manera virtual, menos en forma presencial», aseguró.

Autoridades de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro) informaron que se alargarán más días la suspensión de clases en las unidades académicas de Acapulco y Coyuca de Benítez.

Una de las escuelas universitarias que sufrió más daños es la Facultad de Turismo, ubicada en la avenida Ruíz Cortines, cerca de la zona de hospitales.

El esfuerzo de reactivar Acapulco en medio del desastre

Los empresarios y prestadores de servicios turísticos en Acapulco, que viven del funcionamiento del puerto, están en la vía de reactivarlo lo más pronto posible, porque es la única manera de tener ingresos.

Aun en la evidente destrucción por el huracán Otis, muchos de ellos hacen todo lo posible por conseguirlo, y han reabierto sus espacios y reactivado sus actividades en las playas.

El llamado que hacen a los turistas es que vuelva a Acapulco lo más pronto posible.

Aquí esta una serie de imágenes que expone sus esfuerzos por lograrlo.

– En la playa Papagayo algunos prestadores de servicios comienzan a reactivar sus negocios, después del paso del huracán Otis. En el lugar se observaron unas 18 sombrillas donde esperan albergar a visitantes aun en medio de los daños.

-Una persona se baña en la playa Papagayo donde los prestadores de servicios reconstruyen sus negocios.

-Con lonas de techo y en medio de trabajos de reparación, el restaurante La Bocana reabrió sus puertas al público. Es uno de los pocos lugares reabiertos en este punto.

-Un vendedor ambulante da sus recorridos por esta playa y ofrece pescadillas a las pocas personas que llegaron. Las personas que ofrecen comida y productos a los bañistas se han convertido en un elemento distintivo del puerto.

-Una persona toma el sol en la playa Condesa.

-Dos personas de abrazan en la playa hornos, detrás de ellos maquinaria trabaja para tapar pozos que dejó el huracán Otis.

-El restaurante el amigo Miguel, ubicado en playa Hornos, reabrió al público

-Prestador de servicio de la playa Hornos guarda sus sombrillas, porque la tarde del viernes llegó poca gente a la playa.

-Con el paso de Otis las playas quedaron desniveladas, con montones de arena alrededor, por todo lo que arrastraron el agua y los vientos. En la imagen, una retroexcavadora empareja la franja de arena.

-En la playa Hornos las palapas que ofrecían los restaurantes a sus clientes siguen destruidas tras el paso del huracán

 

 

Identifican cadáver de capitán de yate desaparecido durante el huracán Otis

Texto: Jesús Guerrero

Fotografía: Oscar Guerrero

Chilpancingo

10 de noviembre del 2023

 

Alma Aracely Gallegos recibió el cadáver de su pareja, el capitán del yate Said Say, Luis Martínez Balbuena, quien estaba desaparecido desde el paso del huracán Otis en Acapulco el pasado 25 de octubre.

Le informaron oficialmente de la muerte de Luis después de que hizo varias protestas con las que exigía a las autoridades su búsqueda.

Este viernes la Fiscalía General del Estado (FGE) le notificó vía telefónica que los resultados de ADN de familiares de su pareja coincidían con los de un cadáver que está en las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo), ubicadas en la comunidad de El Quemado, en la zona rural de Acapulco.

«Desde hace 17 días estaba el cuerpo de mi pareja sentimental, pero en el Semefo no me decían nada», dijo en entrevista Alma Aracely.

Ella, al igual que otros familiares de tripulantes de yates y lanchas que desaparecieron derivado del huracán Otis, realizaron protestas para exigir su búsqueda.

«La última vez que hablé con Luis le dije que estaba muy preocupada, pero ya después no me contestó porque supongo que estaba luchando en el mar», narró Alma Aracely Gallegos.

Este miércoles 7 de noviembre, Alma Aracely se trasladó a Chilpancingo y colocó una cartulina en la puerta principal del Palacio de Gobierno, sede sel Ejecutivo estatal.

«Se busca», se leía y en la misma cartulina estaba la imagen del capitán del yate Said Say, Luis Martínez de 23 años.

Escoltas de funcionarios estatales que estaban en Palacio de Gobierno trataron de arrebatarle la cartulina a Alma Aracely; al final logró pegarla en la puerta.

Alma Aracely estuvo aquí en Chilpancingo para tratar de hablar con la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y pedirle su intervención para la búsqueda de su pareja sentimental.

«Durante 17 días me tuvieron en la zozobra porque yo tenía la esperanza de que a Luis lo halláramos vivo», dijo.

Luego de que este miércoles familiares de tripulantes de embarcaciones que están desaparecidos arreciaron sus protestas para exigir su búsqueda, la titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), Sandra Luz Valdovinos Salmerón, informó que hay varios equipos de búsqueda en distintos puntos de la bahía de Acapulco.

Familiares de tripulantes de embarcaciones que están desaparecidos acuden todos los días a las instalaciones del Club de Yates para esperar informes.

Hay versiones de familiares de que hay muchas personas desaparecidas que la FGE no ha dado a conocer.

Según la fiscal general hay 48 personas desaparecidas que, presuntamente, estuvieron en tierra y mar.

Pobladores de colonias de Acapulco afectados por Otis retuvieron a trabajadores de la CFE, exigen suministro de luz

Texto: Amapola periodismo

Fotografía: Óscar Guerrero

Chilpancingo

10 de noviembre del 2023

 

Habitantes afectados por el huracán Otis, de al menos seis colonias de la periferia de Acapulco, retuvieron por más de tres horas a trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en la carretera federal Acapulco- Chilpancingo, en demanda del suministro de energía eléctrica en sus domicilios.

«Llevamos 20 días sin luz y la CFE nos sigue engañando», denunció una mujer que se identificó con el nombre de Lucero y que participó en la protesta en esta vía federal, a la altura de la comunidad de Paso Limonero.

En el bloqueo hubo familias de las colonias Plan de Ayala, Linda Vista, Genaro Vázquez, Sol Azteca, Roberto Esperón y Roberta Cerón, ubicadas en la entrada de Acapulco y que desde el paso del huracán Otis, el pasado 25 de octubre, se quedaron sin el suministro de energía eléctrica, agua y sus viviendas sufrieron daños además de que perdieron sus pertenencias.

«Aquí no ha llegado nada, solo comida, pero de los demás servicios nada», reprochó Lucero.

Momento en que habitantes de varias colonias de Acapulco retienen a trabajadores de la CFE para exigirles atención.

Los inconformes dijeron que hace días los trabajadores de la CFE visitaron sus colonias para darles la instrucción de que abrieran pozos en donde se colocarían los postes de luz.

Los habitantes ya abrieron los pozos pero las cuadrillas de trabajadores de la CFE no han regresado para realizar los trabajos, de acuerdo con las versiones que contaron los colonos durante la protesta en la vía federal.

Inicialmente, los manifestantes retuvieron dos camionetas y un camión de la CFE con varios trabajadores a bordo.

Después de un diálogo que los colonos tuvieron con un mando de la Guardia Nacional (GN) dejaron el paso libre al camión, pero no a las dos camionetas y tres trabajadores de la CFE.

El bloqueo en el carril sur-norte de la carretera fue de manera intermitente.

Durante la protesta, varios hombres que participaban en la protesta encararon a un mando de la GN a quien le gritaron que se estaba comportando de manera prepotente.

El mando de la Guardia Nacional le pedía al grupo de manifestantes que no cerraran la vía federal.

«Tienen que buscar el modo para que los escuchen y les den el apoyo», les decía el militar a la gente.

«Viene de manera prepotente», le gritó un hombre al de la GN.

Mientras un grupo de inconformes mantuvo el bloqueo en la carretera, otro contingente se llevó a los trabajadores de la CFE a las colonias para que supervisarán el lugar donde ya están los pozos para los postes.

Los manifestantes denunciaron que a 20 días del paso del huracán Otis no hay patrullajes de las fuerzas de seguridad y eso ha provocado los asaltos a las casas habitación.

«Aquí en donde vivimos no viene la Guardia Nacional, Ejército ni la Policía estatal y eso es aprovechado por los delincuentes que se meten a nuestras casas para robarnos lo poco que nos dejó el huracán», dijo uno de los colonos.

Entrevistados durante la protesta, los colonos dijeron que ante la inacción de las autoridades ellos vigilan las calles en las noches para protegerse de la delincuencia y que ya lograron la detención de dos de ellos.

«Durante la noche no podemos dormir porque tenemos miedo de que nos hagan algún daño», relató uno de los manifestantes.

Las colonias donde vive este grupo de manifestantes son de las más marginadas del puerto.

El grupo de aproximadamente cien personas denunció que hasta el momento no les han entregado los enseres domésticos que prometió el presidente Andrés Manuel López Obrador a las familias afectadas por el huracán.

Desde hace días, en la conferencia mañanera, el presidente López Obrador anunció que su gobierno entregará un refrigerador, una estufa, un colchón, vajilla y una licuadora a cada una de las familias que perdieron sus pertenencias.

Este lunes 5 de noviembre, el gobierno federal difundió varios videos donde personal de la Secretaría del Bienestar entrega enseres domésticos a familias de la comunidad de Barra Vieja, en la zona rural de Acapulco.

A las dos de la tarde, los manifestantes liberaron la vía federal, las dos camionetas y trabajadores de la CFE después de llegar al acuerdo de que mañana sábado iniciarán los trabajos para que haya suministro de energía en sus colonias.

Los estragos de Otis en la educación: familias de Acapulco no saben cuándo volverán los niños a la escuela

Ante el daño en escuelas y la inexistencia de una fecha para su reapertura, familias alistan maletas para dejar el puerto de Acapulco y que niños, niñas y adolescentes puedan continuar con sus estudios.


Texto: Andro Aguilar y Marcela Nochebuena / Animal Político 

Fotografía: Oscar Guerrero / Archivo

10 de noviembre 2023

La señora Elvira Vidal Carrillo y su familia decidieron que, ante el cierre de escuelas, dejarán Acapulco para que sus hijos puedan seguir estudiando.

“Con esto de que cierran las escuelas es una noticia muy pesada y más para ellos, que de por sí tengo dos que ya van de salida, el de sexto y la de la secundaria, que ya van a cambiar de nivel, entonces como para que la cierren…. es muy difícil”, cuenta.

A esto se suma que dos semanas después del huracán, los saqueos, la falta de servicios y el cierre de escuelas han generado un cúmulo de estrés en sus hijos.

“Mi hija la grande anda como con ansiedad, porque se la pasa come y come y come. Le digo ‘Ay, Andrea, ya deja de comer’; pero yo pienso que es por lo mismo de que tiene la ansiedad, de que andan estresados y que no es lo mismo que se iban a la escuela, llegaban a hacer tareas… Ahorita andan estresados, como cuando paso con el Covid, así más o menos”.

La señora Elvira ve lejana la atención a la salud emocional de sus niños, ya que 17 días después del huracán, en la colonia Barrios Históricos donde viven carecen de luz y agua, por eso toda la familia acarrea el líquido desde un pozo en cubetas de distintos tamaños. Otros vecinos, señala, también se han ido.

“Hace una semana se fue mi vecina. Nos estamos quedando solitos y te quedas como: ¿Qué está pasando? Se están yendo. Se quedan las personas que ya no tienen hijos, que pues no les afecta tanto el agua, la luz, y pues uno que tiene hijos, por eso se van, por las enfermedades que llegan a venir y por el agua y por la luz”.

La familia de los hermanos Andrea Elena y Paco planeaban que terminaran de estudiar la secundaria y la primaria en Acapulco, pero la familia decidió dejar el puerto ante el cierre de su escuela por los daños que le dejó el huracán.

Este jueves, en su comparecencia ante el Senado, la secretaria de Educación Pública, Leticia Ramírez, informó que no existe una fecha definida para un posible regreso a clases en Acapulco. La funcionaria federal destacó que antes se debe atender la salud emocional de los estudiantes.

Andrea, una adolescente de 14 años de edad, explica que regresar al Estado de México, donde vivieron muchos años, para poder continuar sus estudios es una decisión ya tomada.

“Se llegan rumores de que las van a abrir para febrero o van a tardar más. Nos vamos a regresar para el Estado de México mi papá, mi mamá y mis tres hermanos”, comenta la estudiante.

“(Terminar la secundaria) se siente bonito porque es un paso más, pero con lo que pasó todo cambia. Sí quiero seguir estudiando y por eso nos vamos a regresar para allá”, añade.

La niña confiesa que extraña a sus actuales compañeros de la escuela, pero explica que lleva poco tiempo conviviendo con ellos y que la crisis que enfrenta Acapulco está fuera de su alcance.

“No puedo hacer nada, y aparte dicen que se vienen cosas peores, por eso nos vamos a regresar para allá, no importa”.

La familia vive a unos metros de la escuela Felicitas V. Jiménez, en la zona centro de Acapulco; desde su vivienda se alcanzan a ver algunos de los salones, que resultaron dañados por la fuerza del huracán.

Su hermano, Paco de 11 años de edad, cursaba su último año en la primaria. La familia recuerda que las autoridades informaron que en dos semanas la reabrirían, pero hasta la fecha no le han dicho nada.

“Hace rato me encontré a un amigo y me dijo que él también, para seguir su escuela, se va a ir a otro lado… y muchos de los compañeros que teníamos acá ya se fueron para otros lados a estudiar”, dice Paco.

El niño comenta que han sido días difíciles sin poder ir a la escuela y lidiando con el impacto de Otis.

“No estamos en la escuela y aparte estamos limpiando, como ahorita que no tenemos agua, estamos acarreando y así muchas cosas las limpiamos”.

—¿Van a volver a Acapulco cuando se recupere?— se les pregunta.

—No— dice Andrea, tajante.

Refugio vacío

El gobierno de Guerrero incluyó la escuela Felicitas V. Jiménez en la lista de refugios temporales para enfrentar los estragos del huracán Otis y subió un listado de personas damnificadas, con actualización hasta el 3 de noviembre.

Los vecinos de la colonia, sin embargo, niegan que haya funcionado como un refugio.

El señor Miguel Gómez Santana, cuya vivienda está a aproximadamente a 15 metros de distancia, dice que solo se puso a disposición, pero no se usó.

“Nunca, nunca dijeron, cuando son albergues ponen (una señalización) ahí, pero ahí no. El director de ahí dijo que la gente de por acá que quisiera irse a refugiar pudiera, pero nadie fue, nadie quiso”.

Él tiene cuatro sobrinos entre seis y doce años de edad que se quedarán sin ir a la escuela. La mamá de ellos, añade, es maestra, por lo que les está poniendo actividades en casa.

“Las ponen a estudiar, les ponen tarea. Otros niños, quién sabe verdad, los dejan que anden en la calle y todo así…”.

El señor de 72 años, sin embargo, reconoce que sus sobrinos ya anhelan volver.

Una familia observa el mar desde el malecón.

“Ellos normal, ya quieren ir a la escuela. Dicen que ya quieren ir. No saben que va para largo. Les decimos ‘ya mero, ya mero’”.

El miércoles pasado, las autoridades de Educación estatal y federal informaron que 336 escuelas fueron dañadas por el huracán.

La suspensión de clases por los daños en escuelas de Acapulco y Coyuca de Benítez afecta a 214 mil 716 alumnas y alumnos de todos los niveles escolares.

Infancias y adolescencias, las más vulnerables

En días recientes, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) advirtió que tras el impacto de Otis, los niños y adolescentes son quienes principalmente pueden enfrentar carencias de alimentación adecuada, acceso limitado al agua potable, riesgo de enfermedades relacionadas con estancamiento de agua, deshidratación y atención médica reducida.

El organismo advierte que los daños a hogares e infraestructura crítica, como hospitales y escuelas, representan un riesgo especial para la población infantil y adolescente.

Ante ello, Juan Martín Pérez García, coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, llama la atención en torno a que en los 20 puntos que contempla el plan de reconstrucción presentado por el gobierno mexicano no existe ninguno dirigido específicamente a las infancias y adolescencias.

“Lo primero y más preocupante es que se repita la pésima experiencia de gestión de la pandemia de covid-19, donde recordaremos que los niños y niñas quedaron totalmente fuera de la estrategia del gobierno federal, con efectos muy graves que se tradujeron en afectaciones en el rendimiento escolar, incremento de trabajo infantil, pero sobre todo incrementos de delitos de violencia contra ellos”, advierte en entrevista.

Para el especialista, es evidente que tras un desastre natural o emergencia sanitaria las personas más afectadas son las infancias, adolescencias y mujeres, y en este caso no se está reconociendo que las niñas y niños tienen derechos propios ante la falta de un enfoque de derechos humanos y de atención al principio del interés superior de la niñez.

“No se está reconociendo a la población más afectada, tampoco se están haciendo visibles las afectaciones a otros municipios y no se está considerando que en la reconstrucción se aprenda de los errores ya cometidos en lo que ahora es un desastre en Acapulco… Hay una cantidad de decisiones que la reconstrucción tiene que considerar y que tienen que ser explícitas desde ahora, pero específicamente involucrar a niños y niñas, y personas jóvenes”, señala Pérez García.

Las infancias y adolescencias tienen que ser partícipes, añade, tanto del proceso de atención a la emergencia como del de reconstrucción, por lo que hace un llamado a que se convoque a una sesión del Sistema de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes (SIPINNA) de Guerrero, que está presidido por la gobernadora Evelyn Salgado, para que se articulen respuestas institucionales.

Del mismo modo, agrega, sería importante realizar un censo para conocer la situación de los niños y niñas, y llevar a cabo acciones de restitución de derechos para prevenir el abandono escolar, el trabajo infantil de sobrevivencia, así como la violencia física y sexual, y cuidar la salud básica y la vacunación de las infancias ante su susceptibilidad a enfermedades.

“Esos temas sanitarios inmediatos, como acceso al agua, vacunas y otro tipo de infecciones que se van a dar por el tema de basura al aire libre, pero recordemos también la precondición que tienen niñas y niños de sobrepeso, obesidad, desnutrición en estas zonas, que son pobres en general, van a impactar inmediatamente en su calidad de vida y su salud al verse afectados por agua y alimentación”, apunta.

Empresarios condenan declaratoria de fin de la emergencia en Acapulco

Texto: Jesús Guerrero

Foto: Oscar Guerrero / Archivo

Chilpancingo

9 de noviembre del 2023

 

Empresarios de Acapulco consideraron como apresurado y fuera de lugar que la Coordinación Nacional de Protección Civil haya dado por terminada la emergencia en Acapulco y Coyuca de Benítez por la ocurrencia de lluvias y vientos que trajo el huracán Otis hace 16 días.

“Vaya que tipo de ocurrencia tuvieron. Aquí en Acapulco seguimos viviendo en emergencia ya que aquí en muchas partes de la ciudad no hay luz, agua y servicio de internet”, dijo Fernando Álvarez Aguilar, dueño del emblemático restaurante La Cabaña, ubicado en la playa Caleta.

El pasado 25 de octubre el huracán Otis devastó Acapulco y Coyuca de Benítez y a 16 días de la devastación, este jueves la CNPC emitió un aviso dando por terminada la emergencia.

Dicha declaratoria provocó opiniones de molestia del sector empresarial de Acapulco.

Fernando Álvarez dijo que si Acapulco ya no estuviera en emergencia no habría miles de toneladas de basura en las calles y las familias tendrían agua, luz eléctrica y otros servicios como el transporte público.

El empresario e integrante de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac) contó que en el caso de la zona de las playas Caleta y Caletilla las autoridades no han enviado cuadrillas de trabajadores para retirar la basura en las calles.

“De qué sirve que nosotros hayamos hecho la limpieza de nuestros negocios si las autoridades no han retirado los desechos sólidos que están en las vías y banquetas”.

El restaurante La Cabaña, ubicado en la entrada de la playa Caleta, funciona desde hace 70 años y el huracán Otis lo devastó.

El dueño de este negocio afirmó que los restaurantes de estas dos playas ya están listos para darle el servicio a los turistas porque ya limpiaron sus establecimientos, pero falta que el gobierno haga su parte.

“La gente no podrá entrar a nuestros restaurantes si las autoridades no envían a gente para que realice el retiro de la basura acumulada en las calles y banquetas”.

El empresario de la industria restaurantera afirmó que ellos ya están listos para reiniciar sus actividades pero requieren de la ayuda urgente del gobierno, apresurando la reanudación de los servicios públicos.

“No podemos decirle al turismo que ya venga cuando no tenemos agua y suministro de luz eléctrica al cien por ciento”.

A los pocos días del paso de Otis, los trabajadores de este negocio de comida realizaron labores de limpieza.

“Todos los trabajadores sufrimos pérdidas materiales en nuestras casas pero esto ya pasó y ahora es necesario reconstruir este restaurante que es nuestra fuente de trabajo”, dijo Pedro Sandoval, quien lleva 33 años laborando en La Cabaña.

Por su parte, el dirigente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios Turísticos (Canaco-Servitur) Alejandro Martínez Sidney calificó de “irresponsable” la declaratoria de retiro de emergencia de Acapulco y Coyuca de Benítez.

“En Acapulco seguimos muchas familias sin agua, sin luz y sin ningún tipo de ayuda”, expresó Martínez Sidney.

De acuerdo con la versión del líder de la Canaco-Servitur, en estos momentos hay un aumento de personas que tienen enfermedades gastrointestinales derivado de los focos de infección que hay en las calles por la basura tirada.

Alejandro Martínez pidió al presidente Andrés Manuel López Obrador que corrija ese error que cometió la Coordinación Nacional de Protección Civil para que se dé marcha atrás el aviso en que se declara el fin de la emergencia en Acapulco y Coyuca de Benítez.

El alcalde morenista de Coyuca de Benítez, Ossiel Pacheco Salas, dijo que el levantamiento de la emergencia en su municipio y Acapulco significa que solo se cumple una etapa y viene la otra que es la reconstrucción que implica la realización de obras y la entrega de más apoyos a las familias afectadas.

“Solo se cumplió una primera parte y ahora viene la otra etapa con obras de infraestructura”, explicó el edil de Coyuca.

Mencionó que en el caso de su municipio ya se están desmantelando los comedores comunitarios porque el gobierno está recibiendo víveres, además de que ya se restableció el servicio de suministro de agua.

Reactivarán en diciembre servicios turísticos en Acapulco, aun en medio de los daños

Texto: Margena de la O

Fotografía: Oscar Guerrero

Acapulco

9 de noviembre del 2023

 

Acapulco salía este 2023 de un atolladero después de dos años de receso en el turismo por la pandemia de la Covid-19, sumado a la merma por la inseguridad que desde hace años pega en el puerto, pero el huracán Otis, con todos los daños, dejó a los empresarios, comerciantes y prestadores de servicio en un lugar nunca antes experimentado.

El huracán puso el piso parejo para todos. En la misma condición de pérdida –no en las mismas proporciones ni en el mismo contexto– están los empresarios de la costera Miguel Alemán que los prestadores de servicio de Caleta y Caletilla, las playas más populares del puerto que vive del turismo y alimenta en gran porcentaje al estado con los ingresos que genera.

La comparación puede seguir con los negocios más modestos.

La destrucción generada por el huracán Otis, ocurrido hace 16 días, desde los primeros minutos del 25 de octubre, se ve por todos lados en Acapulco. Hay zonas que antes fueron atracciones turísticas y que ahora es complicado hasta reconocer, como ocurre con el Parque Papagayo, una de los proyectos recreativos y turísticos más conocidos del puerto, donde no quedó juego infantil, pista, cancha y uno que otro árbol de pie. La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semaren) indicó que Otis derrumbó el 80 por ciento del arbolado.

Esto también ocurre, por ejemplo, en la costera Miguel Alemán, que congrega la zona dorada del puerto, donde las fachadas de los hoteles, los bares, tiendas departamentales, mercados, restaurantes, establecimientos de ropa y demás artículos y alimentos están destruidos.

Después del paso del huracán Otis por Acapulco, muchos prestadores de servicios perdieron su mobiliario, en la imagen sillas apiladas en la playa Caletilla.

En la zona conocida como la Condesa, llena de establecimientos de comida y bares, de la que son propietarios los Rodríguez Escalona, una de las familias del puerto más conocidas, casi todo está derribado, ni siquiera se distingue donde estaba el conocido Barba Roja, sólo porque mantienen un puesto de bebidas y comidas.

En ese mismo perímetro había otros empresarios que rentaban algunos espacios y supervisaban qué podían hacer o rescatar.

Estaban, por ejemplo, los nuevos administradores del bar Mangos, que ha tenido varias temporadas en los últimas dos décadas, quienes compartieron en una plática que seis meses antes lo habían remodelado y que en unas horas perdieron todo. Y sí. El techo está en el suelo. De hecho, de no ser porque uno de ellos dijo que ese espacio era el Mangos, sería complicado distinguirlo. Lo peor, comentó él mismo, que el apoyo que ofrece el gobierno federal no les alcanzaría ni para pagar la nómina.

Cecilia Rodríguez Escalona, quien estaba en la Condesa, también en la supervisión de daños, dijo que en todos los años que llevan al frente de los negocios –fundados por su padre en la zona–nunca vieron algo así, porque todos lo perdieron todo, desde los trabajadores, administradores, arrendatarios y, como ellos, dueños de los espacios.

“Nos dolido demasiado esto, porque, para empezar, es la primera vez en la vida que nos sucede algo así y, segundo, porque estamos en vísperas de diciembre y todos teníamos muchísimas esperanzas de estar mejor que nunca. Acapulco se estaba levantando y todos estaban invirtiéndole en sus negocios y, éste sí, es un golpe muy duro, porque perdimos todo”, dice en entrevista.

Ella, hace unos días, dijo en entrevista que veía complicado, por el nivel de destrucción, que volvieran a prestar servicios turísticos para la temporada de diciembre, pero ahora la postura que se difunde de la mayoría de los gremios que dependen del turismo es la reactivación inmediata.

Una familia observa el mar desde el malecón.

Desde hace días circulan en redes sociales ciertos movimientos en los que convocan a las personas dentro y fuera del país a que sus próximas vacaciones sean en Acapulco, como una manera de incentivar la ayuda al sector turístico.

El titular de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, Roberto Arroyo Matus, reportó después del huracán que hubo daños en las fachadas en un 80 y 85 por ciento de los hoteles. “Es un completo desastre”, comentó horas después de la manifestación natural.

Esto ya ha tenido repercusiones. El Hotel Dreams Acapulco Resorts & Spa, ubicado en la playa Icacos, informó a las agencias de viaje que se mantendrá cerrado por tres años, es decir, hasta diciembre de 2026, “debido a las afectaciones causadas por el paso del huracán Otis por las costas de Guerrero”.

El gobierno federal contabilizó la rehabilitación de 373 hoteles, de acuerdo con e comunicado oficial del plan de reconstrucción de Acapulco.

La Asociación de Bares, Discotecas y Restaurantes de Acapulco informó que de los 300 negocios agremiados, todos reportan pérdidas totales. Fue un “100 de pérdidas; en tres horas 40 minutos (tiempo que duró el huracán) la vida nocturna de Acapulco cambió”, comentó la presidenta de la asociación, Sofía del Ángel Mata Corona.

Aun así, informó, 11 ya prestan servicio, entre ellos La Patrona, restaurante Oleaje, Tarascos Condesa, una parte de Barba Roja (sólo en comida), porque su gremio tiene un plan de reactivación de la vida nocturna del puerto pronta y con recursos propios.

A los 10 días de Otis, en algunas playas del puerto había bañistas. La imagen corresponde a la playa Tlacopanocha.

Como parte del plan, expuso, para diciembre abrirán, como estén, al menos 50 establecimientos, porque confían en que recibirán turistas en Acapulco. Colaboradores de los establecimientos, dijo, trabajan todos los días durante las 24 horas para levantarlos y abrir en los próximos días; uno de estos casos es Terraza Palladium.

La reactivación económica de Acapulco urge a todos los que dependen del turismo. Rosa Bravo Muñoz, una vendedora de artesanías de la playa Papagayo, está en la misma postura de reactivar en diciembre. “Lo que queremos también es que los turistas vengan, aunque sea para medio levantar un poco Acapulco”, mencionó.

Pero tiene claro que la destrucción del puerto no es un asunto de pronta compostura. “Esto va para la largo. No vamos a tener blanca Navidad, pero lo que queremos es activarnos en diciembre”, agregó Rosa Bravo.

Con ella coinciden otros trabajadores de negocios de la playa, como Aquileo Nava Solís, quien es empleado del restaurante Los Anafres, ubicado en el tramo de Las Hamacas. “Esperemos que sí haya recuperación de la economía aquí en Acapulco, va a ser muy difícil, pero hay que tener esperanza”.

El comentario de Rosa Bravo sobre la Navidad puso en duda el pronóstico del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien dijo que “no habrá amarga Navidad” para las familias acapulqueñas, al parecer en referencia a la ayuda institucional que planeó su gobierno.

Pero lo cierto es que el plan de recuperación y reconstrucción para Acapulco no satisfizo a todos los empresarios locales. El gobierno federal informó que invertirán para todo 61 mil 313 millones de pesos.

Unos de los 20 puntos anunciados de este plan es un apoyo de 45,000 pesos para locales comerciales afectados. A esta cantidad se refería el administrador de Mangos cuando dijo que no le alcanzaría ni para la nómina.

Hay otros puntos del plan que podría beneficiar a los empresarios y comerciantes, como los créditos a la palabra de Financiera para el Bienestar; la “exención” de impuestos (IVA e ISR) al SAT y del servicio de luz de octubre 2023 a febrero 2024”; el “apoyo por parte de la SHCP (Secretaría de Hacienda y Crédito Público) en el pago de la mitad de los intereses de créditos de la banca comercial a 373 hoteles de Acapulco”.

Algunos insistieron en que no hay apoyo real para el nivel de la devastación. “Se está burlando del puerto que más le dio”, comentó Mata Corona por teléfono, al exponer que López Obrador tiene en Acapulco la mayoría de las simpatías y que no correspondió a ellas.

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