Continúan bloqueos en Acapulco por menores desaparecidas

Texto: José Miguel Sánchez

Foto: Cromática 

Martes: 13 de febrero del 2024

Chilpancingo

 

Nelly Alitzel Longares Bedolla, de 17 años, desapareció la mañana del jueves 8 de febrero cuando se dirigía al Instituto Tecnológico de Acapulco, donde estudia el segundo semestre de la Licenciatura en Administración de Empresas.

La familia de Nelly, que esta mañana bloqueo la avenida Costera Miguel Alemán, a la altura del Monumento a la Diana, contó que la menor salió a las nueve de la mañana de su hogar, ubicado en la unidad habitacional El Coloso, tomó un taxi colectivo y ahí fue donde perdieron toda comunicación.

Desde ese 8 de febrero Nelly está en calidad de desaparecida y la familia denunció que ninguna autoridad ha realizado alguna labor de búsqueda.

Nelly Alitzel Longares Bedolla, de 17 años, desapareció la mañana del jueves 8 de febrero cuando se dirigía al Instituto Tecnológico de Acapulco, donde estudia el segundo semestre de la Licenciatura en Administración de Empresas.

La protesta en la Costera Miguel Alemán es para exigir a las autoridades la búsqueda inmediata y localización con vida de Nelly.

La madre de Nelly, Áurea Celene Bedolla, dijo durante la manifestación que su hija tenía miedo de andar sola en el transporte por el acoso y desapariciones de mujeres en Acapulco. “Siempre tratábamos de acompañarla a todos lados, no es una niña que se va de fiestas, por eso a nosotros nos extrañó que no haya regresado”.

La madre y padre de Nelly contaron que ya marcaron a su celular y las llamadas se dirigen al buzón de voz.

Sus compañeros también desconocen los motivos de su desaparición y paradero.

“Ya no sabes si te van siguiendo, no es seguro ni para una mujer adulta mucho menos para una jovencita estudiante”, dijo la madre de Nelly.

Familiares de la menor Nelly Alitzel Longares Bedolla, desaparecida desde el 8 de febrero, protestan en el Monumento de la Diana para exigir a las autoridades su búsqueda, este 13 de febrero del 2024. Foto: Agencia Cromática

La protesta de hoy fue en el mismo punto donde ayer, familiares de la menor de 16 años desaparecida, Adilene Polett Lépez Hernández, se manifestó para exigir su pronta aparición con vida.

 

Los días 8 y 9 de febrero, en Acapulco, tres menores desaparecieron, Adilene, Nelly y Guadalupe García Vega.

Bloquean la costera Miguel Alemán para exigir la aparición con vida de la menor Adilene Polett

Texto: José Miguel Sánchez

Foto: Cromática 

12 de febrero del 2024

Chilpancingo

 

Familiares de la menor de 16 años, Adilene Polette Lépez Hernández, desaparecida el 9 de febrero cerca de la Plaza de la Mujer, en la zona centro de Acapulco, protestaron esta mañana en la avenida Costera Miguel Alemán para exigir su aparición con vida.

A las 10 de la mañana unas 50 personas, entre familiares, amigos y conocidos de Adilene, bloquearon un carril de la Costera Miguel Alemán, a la altura de la glorieta de la Diana Cazadora y exigieron a las autoridades estatales y municipales agilizar las labores de búsqueda para localizar a la menor.

Familiares de Adilene Polette Lépez Hernández bloquean la Costera Miguel Alemán para exigir a las autoridades su búsqueda y localización, este 12 de febrero del 2024. Foto: Cromática

La madre de Adilene, Elvira Hernández González, contó que su hija desapareció la tarde del viernes 9 de febrero.

Adilene guardaba la mercancía de su madre, quien tiene un puesto de ropa cerca de la Plaza de la Mujer, en la zona centro del puerto, cuando, de acuerdo con testigos, fue llevada a la fuerza por un vendedor de aguas conocido de la familia de nombre José Manuel Bravo Vicente.

Los hechos ocurrieron cerca de las siete de la noche y desde entonces Adilene está en calidad de desaparecida.

“Unas personas me dicen que sale de la bodega de donde mi mamá tiene su mercancía y se le lleva caminando este tipo (José Manuel), otros me dicen que la saco jaloneándola”, contó la hermana de Adilene.

José Manuel Bravo Vicente de 37 años de edad, señalado como el secuestrador de Adilene. Foto: Cromática

El presunto captor de Adilene es un vendedor de aguas que diariamente recorre las calles de Acapulco, desde el mercado central al zócalo, por lo que ya había entablado una amistad con Adilene y su familia.

“Abuso de la confianza de nosotros”, dijo la madre de Adilene.

“Mi hermana tiene déficit de atención múltiple y retraso mental, mi hermana no distingue de lo que es bueno y malo, es una niña en el cuerpo de una adolescente, mi hermana juega con muñecas y no pude ser que nadie haga nada por encontrarla”, agregó la hermana de Adilene.

Por la desaparición de Adilene se activaron tres fichas de búsqueda; la Alerta Violenta, Alerta Amber y Locatel.

A pesar de las tres fichas de búsqueda oficiales, la familia de Adilene denunció que ninguna autoridad realiza acciones de búsqueda.

La madre de Adilene contó que a pesar de levantar la denuncia ante la Fiscalía General del Estado (FGE) ellos han realizado las búsquedas y las indagatorias por cuenta propia, sin la presencia de policías ministeriales, Guardia Nacional o Policía Municipal.

Elvira Hernández González, madre de Adilene, exige a las autoridades la búsqueda de su hija, este 12 de febrero del 2024. Foto: Cromática

“Evelyn Salgado, por favor, voltea a ver a tu pueblo, todos los días se pierde una niña y hoy fue nuestra hermana”, dijo la hermana de Adilene.

El bloqueo se mantenía hasta las 11:30 de la mañana sin que alguna autoridad atendiera a la familia.

En la última semana tres menores desaparecieron en el puerto, entre ellas Adilene.

Las otras son Guadalupe García Vega, también de 16 años y Nelly Alitzel Longarea Bedolla, de 17.

En ese mismo punto, en la Diana Cazadora, otro grupo de manifestantes bloqueo la circulación para exigir al gobierno federal incluirlos en el censo de afectados por el huracán Otis.

Los familiares y amistades de la familia de Adilene quitaron el bloqueo minutos después de las 11:30 de la mañana, después de que funcionarios de la FGE llegaron y dialogaron durante unos minutos con los familiares, momento en que se comprometieron a realizar labores de búsqueda.

Trabajadores de los Yates Dinka y su resiliencia frente a Otis

“Es como un reinicio”, dice Martha Santos, ante la realidad de que se hundieron las tres embarcaciones con capacidad para unos 350 pasajeros y volvieron al servicio con una para 40 personas


Texto y foto: Marlén Castro

Acapulco

5 de febrero 2024

 

Aquel puntito blanco sobre la inmensidad azul del pacífico, frente al Parque de la Reyna, es el yate Dinkita. El diminutivo tiene una razón.

Esa embarcación que se acerca hacia el malecón y con alegría esperan los trabajadores es el que les permitió llevar otra vez el sustento a sus familias.

Es una embarcación pequeña, comparada con los tres barcos que se hundieron durante la madrugada que el huracán Otis tocó tierra en Acapulco, el 25 de octubre.

La Dinkita es para 40 pasajeros. Es pequeña porque la Dinka original era para 160 personas, la Dinka l era para 100 y la tercera embarcación, la Reyna María, para 80. Las embarcaciones Dinka operan en el puerto desde 1989. Las tres se hundieron durante el huracán y varios días no supieron de la suerte de los capitanes y los oficiales a bordo. Afortunadamente, ninguno se hundió en sus barcos, cuando la comunicación se restableció supieron cómo les fue a todos.

“Es como un reinicio”, dirá Martha Santos cuando baje.

Martha Santos, trabajadora del Dinkita, al término de un viaje a la isla La Roqueta. Foto: Marlen Castro

Para dar el servicio a los turistas que querían viajar a la Isla Roqueta, los yates Dinka tenían entre 25 y 30 trabajadores.

Este es el primer fin de semana largo del año, del 3 al 5 de febrero. Los trabajadores saben que los ingresos de esta embarcación pequeña no se comparan con lo de las tres embarcaciones anteriores, por lo mismo, sólo siete trabajadores permanecen.

A un lado del embarcadero de los Yates Dinka se desarrolla, aunque con poca gente y sin mucha difusión, el famoso Festival Internacional Acapulco La Nao de China. Es pequeño porque otros años, sin Otis de por medio, el puerto se llena de turistas, por las diversas actividades y espectáculos programados. Este año, a tres meses de Otis, no es así. El puerto todavía no se repone del embate del huracán más fuerte de su historia y de la historia misma de los huracanes, aunque ya hay ramas en las palmeras y en los árboles ya es visible el nuevo follaje, Acapulco todavía no es el mismo.

Mientras la embarcación se acerca más, las trabajadoras que quedaron en tierra se afanan en meter las fotografías a un marco de cartón azul que funciona como recuerdo de la visita al puerto más resiliente. La venta de fotografías a los paseantes completa el ingreso. El recuerdo cuesta 50 pesos.

Esta embarcación y los siete trabajadores volvieron al servicio, el 1 de enero, lo hicieron porque ya tenían dos meses y cinco días sin ingresos.

El Dinkita llega al malecón en el Parque de la Reina, en Acapulco, el pasado 3 de febrero. Foto: Marlen Castro

Martha Santos es la fotógrafa y la que sube a cada viaje para tomar fotos a los turistas. Una vez que toma la foto, la envía por mensajería a sus compañeros, quienes las imprimen y las montan en los marcos azul intenso, tipo Océano Pacífico.

La embarcación llega. Como es un fin de semana largo, el barco fue y regreso lleno a su viaje a La Roqueta. Los turistas descienden. Comparten parte del viaje. Diego se mareo, Antonia por poco y se cae. En el malecón los espera su foto impresa. Muchos de ellos se alegran al verse y pagan los 50 pesos sin parpadear, otros la ven, pero no pagan la cantidad, tampoco reciben la oferta de un precio menor, y pasan de largo.

Martha Santos, una de estos siete trabajadores baja de la embarcación. Tiene claridad sobre lo que están viviendo. “Este es un reinicio”.

Martha tiene toda una vida como fotógrafa de embarcaciones en Acapulco, la heredó de su padre. El 1 de enero que volvieron a altamar a bordo del Dinkita, dice que agradeció a Dios seguir con vida, volver a trabajar y que a pesar de la desgracia del hundimiento de los tres barcos, los dueños, hayan decidido volver al negocio y compraron esta embarcación pequeña.

“Pensé que era como hace 25 años, como cuando empecé a trabajar, así que este es como un reinicio”, dice Martha.

En este primer fin de semana largo aumentaron los viajes a La Roqueta, en enero, comenzaron con uno o dos al día, y ahora ya aumentaron a seis. El futuro parece prometedor aunque la embarcación pequeña lleva pocos pasajeros.

Los turistas que abordaron El Dinkita llegan al malecón, el pasado 3 de febrero. Foto: Marlen Castro

Cuando inician cada viaje, Martha agradece a los turistas, por venir de visita así como está Acapulco.

Los visitantes, por su parte, piden aplauso para los trabajadores, por reponerse y seguir adelante.

Martha réplica. “El aplauso es para ustedes, porque gracias a ustedes, estamos de pie”.

El Acapulco olvidado: zonas rurales enfrentan falta de servicios, problemas de salud y ausencia de apoyos tras Otis

El Salto, Hilamos, El Carrizo y Yetla son cuatro de las más de 300 comunidades rurales que hay en Acapulco y Coyuca. A tres meses del huracán Otis aún padecen la falta de agua, problemas de salud y pérdidas de temporadas completas de cosechas. Algunas, además, se quedaron esperando el censo.


Texto: Marcela Nochebuena/Animal Político 

Foto: Luis Madrid/Animal Político 

25 de enero del 2024

 

Las comunidades rurales de Acapulco ya vivían en el olvido, pero el paso del huracán Otis el 25 octubre de 2023 vino a empeorar todo. Hoy algunas sobreviven del agua de un arroyo casi seco, con casos de dengue que se multiplican, sin certeza de cuándo podrán recuperar sus cosechas o empleos, y otras incluso sin haber sido censadas para recibir enseres y apoyos económicos.

Esa madrugada, el agua llegó a tal nivel que cubrió sus casas casi hasta la mitad, reventó muros o sistemas de abastecimiento, los dejó sin vías de traslado a otras comunidades o zonas urbanas donde compraban insumos, acabó con la producción de casi todo un año y desbordó los afluentes. Tres meses después, el agua se ha ido, pero no los efectos de la devastación.

El Salto: “Para todos, no alcanza”

El Salto es una comunidad rural que pertenece al municipio de Acapulco de Juárez, a cerca de 20 kilómetros –casi una hora– del centro del puerto. Colinda con los bienes comunales de Cacahuatepec, una ruta donde hay más de 48 poblados afectados por el paso de Otis.

Perteneciente al ejido de Tres Palos, una buena parte de sus habitantes vive de la producción de cultivos básicos, sobre todo maíz, frijol, jamaica, chiles y hortalizas.

El arroyo que atraviesa la localidad es igualmente fundamental para sus habitantes, cuenta Marichuy, productora y docente. Con la crecida del agua –que superó el metro o metro y medio–, las casas que se distribuyen a lo largo de la orilla resultaron muy dañadas.

“Hubo muchas cuestiones de afectaciones en cuanto se destruyó la parte de galeras, algunas cuestiones de infraestructura, refrigeradores, la parte de camas, son algunas de las carencias que varias de las personas de aquí de las comunidades, porque se inundaron, tienen actualmente, a parte del recurso agua”, dice.

Habitantes del Acapulco rural usan el agua de un arroyo ante la falta de agua potable. Foto: Luis Madrid

El Salto cuenta con una planta artesanal de distribución de agua potable, pero la corriente destruyó los tubos, por lo que hasta ahora siguen sin abastecimiento. A sus espaldas, Marichuy señala el arroyo al que ahora apenas le queda agua. Alrededor, algunas de las viviendas que sus propios habitantes han ido limpiando y acomodando aún conservan la marca del nivel del agua de aquella madrugada.

El otro gran problema que sigue enfrentando la comunidad es que gran parte de sus cultivos quedaron destruidos. En el caso del maíz tuvieron pérdidas de hasta dos hectáreas, mientras que las palmas de coco quedaron tiradas. A los productores les preocupa no recuperar sus terrenos y cultivos.

“Aparte de ello, las enfermedades que se han venido: ha habido presencia de dengue, de enfermedades respiratorias, yo misma he tenido muchas complicaciones desde el Otis en los pulmones, los bronquios, y ahorita el oído muy tapado que lo tengo. Llevo ya casi dos meses con eso”, relata. Los niños –añade– han sido mucho más afectados.

Los habitantes de comunidades rurales enfrenta dificultades para conseguir materiales para reconstruir sus viviendas. Foto: Luis Madrid

“Nadie vino a limpiar”

Aunque los daños poco a poco se están reparando –explica Marichuy– con los apoyos de la Secretaría de Bienestar “nunca alcanza, lamentablemente para todos no alcanza”. Es la misma gente organizada la que ha abierto los caminos, dice mientras señala los senderos destrozados que usaban para la distribución de sus productos agrícolas. Nadie fue a limpiar.

Las autoridades llegaron un par de veces a entregar despensas, pero no han vuelto. Ahora que ya hay puntos fijos en la costera, los habitantes de El Salto tienen que trasladarse hasta allá. A eso se suman los apoyos de fundaciones y organizaciones de la sociedad civil que sí llegan a la zona.

Falta muchísimo, remarca. La escasez de la mano de obra ha sido otro factor que en algunos casos ha impedido iniciar las reparaciones. “Nunca se va a volver a tener lo que se tenía antes; si antes había carencias, ahora va a ampliarse más. Mucho se comenta que después del Otis —y aquí en Acapulco se está viendo— no va a haber trabajo”, lamenta.

Las enfermedades han incrementado en comunidades rurales de Acapulco; sociedad civil ha llevado medicamentos. Foto: Luis Madrid

En El Salto viven también personas que trabajaban en los sectores turísticos del puerto o haciendo limpieza en condominios. En tanto, quienes sembraban el campo aún están limpiando sus terrenos, frente al desplome de producciones como la del coco. Muchos dependían de ingresos diarios, no de un salario fijo.

Quienes ya estaban inscritos a algún programa de apoyo al campo han recibido 7 mil 500 pesos tras los daños de Otis –para pérdidas que pueden implicar hasta un año completo de cosecha–, pero quienes no siguen a su suerte. Les han hablado de un censo específico de daños a los cultivos, pero todavía está pendiente.

“Si antes carecíamos, ahorita estamos careciendo de muchísimas cosas más. No quiero decir con esto que nos estamos derrotando, seguimos adelante, caminamos adelante, y el campo ahí está. Es entrarle a trabajar, pero también se necesita de mucho apoyo en cuanto a la producción, alternativas y estrategias de distribución y comercialización, para volver a vender y seguir creciendo, mejorar la sustentabilidad de los recursos”, insiste.

Hilamos: “Estamos en la ruina, tanto en la cosecha como en las viviendas”

La comunidad de Hilamos también forma parte de los bienes comunales de Cacahuatepec. Sus 200 habitantes viven en hogares –la mayoría con techos de lámina– que se ubican a pocos metros del Río Papagayo, cerca de La Concepción, donde se pretendió construir la presa La Parota. Por lo menos 20 comunidades subsisten a plena orilla del río.

Viven de cosechas de maíz, frijol, calabaza, jamaica y otros, que se perdieron casi en su totalidad. “Estamos en la ruina, pues, tanto en la cosecha como en las viviendas, aunque ya están ahorita un poco más o menos arregladas”, lamenta Leandro García, gestor en los bienes comunales. Reclama que además del apoyo económico de 7 mil 500, en granos no han recibido nada.

Los recursos para la reconstrucción de las casas –dos entregas de 17 mil 500–, dice, no alcanzan para ponerles loza, porque ahora, además, el material y la mano de obra están muy caros: los albañiles cobran entre 700 y mil pesos por día. Para conseguir arena, grava, cemento y varilla hay que trasladarse hasta el centro de Acapulco. En camioneta particular se llega en una hora, pero en las de pasajeros se hacen dos o más.

Al menos recuperaron el agua y la luz después de un mes. Sin embargo, todavía hace falta que el gobierno federal cense a varias personas. En Hilamos, específicamente, hay quienes estaban trabajando; después, los servidores de la nación ya no volvieron. Por otras ni siquiera han pasado: Huamuchitos, Apanhuac, El Cantón, Espinalillo, El Carrizo, Rincón, Las Cruces y Apalani.

Las despensas llegan a cuentagotas. De enseres no han recibido nada y hacen mucha falta. “Hay rumores de que nos los van a venir a entregar en estas comunidades, pero hasta la fecha no hemos tenido nada, ninguna respuesta”, cuenta.

Leandro contrajo dengue hace poco, y apenas unos cinco días atrás empezó a recuperarse del dolor de huesos, la fiebre y la tos. Fundación Origen y Brigada Otis les han apoyado con medicamentos, pero el único centro público de salud está en La Concepción, a varios kilómetros, y el médico asignado se dedica a su propia clínica particular.

Hoy solo pide que el gobierno federal no se olvide del apoyo a las comunidades –porque el gobierno municipal ni siquiera tiene con qué–, y que los servidores de la nación hagan bien su trabajo.

El Carrizo: “Tristemente, no nos tocó lo del censo” 

Para llegar a la comunidad de El Carrizo desde La Concepción hay que cruzar en panga (embarcación pequeña) el Río Papagayo. Para una parte de sus habitantes, que perdieron algunas de esas pequeñas lanchas con la crecida del río por el impacto de Otis, esa es incluso una fuente de ingresos en sus días libres de otras labores, como la producción agrícola: a 10 pesos el cruce.

Mientras va en la embarcación –ahora en aguas muy bajas que podrían cruzarse caminando en estos días–, Óscar Mendoza, habitante de El Carrizo, explica que hay tres vías de acceso: el tramo Parotillas-Crucero de Cayaco, la más rápida hacia el centro de Acapulco con todo y el cruce del Papagayo. Las otras son vía San Juan Chico, rumbo a San Marcos, y El Cortés. Ambas son más largas y solo de terracería, menos recomendables.

No siempre es posible cruzar el Río Papagayo: esta temporada lo permite porque el nivel del agua ya descendió, pero en tiempos de lluvias, por la profundidad, los habitantes de El Carrizo –unos 300 en 72 viviendas– pueden quedarse semanas completas impedidos de atravesarlo.

Hasta esta localidad no llegaron los helicópteros de la Marina –con el pretexto de que no había dónde aterrizar– y el Ejército dejó hace un par de semanas despensas del otro lado del río, apenas en su primera visita desde el paso del huracán, pero no han vuelto luego de que se enfrentaron al atascamiento en la arena de sus vehículos. A la presidenta municipal, que no está a una distancia tan larga, la siguen esperando.

“Nosotros consideramos nuestra zona, la zona olvidada de Acapulco, o el Acapulco olvidado”, dice Óscar. El trabajo principal en su localidad es la agricultura, la cosecha del maíz, el limón, el coco, la jamaica y, en algunos casos, ajonjolí. La cercanía con el Río Papagayo les permite también aprovechar otros terrenos para cultivarlos por temporada.

Entre los árboles derrumbados, hablitantes del Acapulco rural reciben ropa donada. Foto: Luis Madrid

“Fue una tristeza”

Aunque están distanciados del centro de Acapulco, desde las 8:40 de la noche del 25 de octubre de 2023 percibieron las primeras señales de la llegada del huracán. Se refugiaron en las pocas casas que tienen loza. No hubo ningún árbol del que no se desgajara al menos una rama. El río, en particular, les preocupaba, pero el nivel del agua empezó a subir hasta las 9 de la mañana, por lo que alcanzaron a darse cuenta de lo perdido.

“Fue una tristeza cuando nos topamos en esa parte de nuestros corrales, como comúnmente les llamamos aquí, ver todo devastado, pareciera que hubiese una persona pasado con un peine: todo al suelo, nuestras cosechas. Y lo peor del caso: como no había ningún árbol que no hubiera caído, la mayoría cayeron sobre las cercas, todas abajo”, cuenta Óscar.

La poca cosecha que quedó tuvieron que compartirla con los animales, que andan libres por los terrenos. En pocos días, las dos tiendas de la comunidad se quedaron sin artículos y durante ocho no pudieron cruzar el río. Conseguían alimentos hasta Huamuchito, caminando durante dos horas y media para llegar, y las mismas de regreso con la carga.

Una de las consecuencias que persiste y más les preocupa es la generación de moscos que provocan dengue, sumado a enfermedades estomacales y en vías respiratorias. La comunidad tiene un solo centro de salud, que está sin servicio.

La ausencia del maíz, que es su cosecha primordial, les hace enfrentarse a la escasez alimentaria, pues lo ocupaban también para ellos mismos. Aunque tenían reservas del año pasado, a tres meses del huracán ya es notoria la merma, y conforme pasa el tiempo mucho más. La mayoría de los productores tendrán que esperar hasta la siguiente temporada, cuando comiencen las lluvias, para obtener la cosecha hasta octubre o noviembre.

El agua de consumo se extrae de un pozo, pero la bomba no tiene la capacidad para sacarla constantemente. Con una eléctrica, se ayudan de tres pozos adicionales. Tres fundaciones –World Central Kitchen, Gilberto, Fundación Rotaris y Fundación Origen– les han llevado agua embotellada, que Óscar ha priorizado para sus hijos de 6 años y de 6 meses.

En estos tres meses, a los helicópteros solo los han visto pasar, y ni el Ejército llegó hasta allá. “Tristemente, no nos tocó lo del censo, ningún habitante de esta localidad fuimos censados. Estamos a unos cuantos metros, solo el río nos divide con la localidad de Parotillas. Parotillas toda fue censada, ya recogieron sus enseres; nosotros seguimos en espera”, lamenta.

Yetla: “Toda la red quedó devastada”

Yetla es una comunidad de poco más de mil habitantes que pertenece al municipio de Coyuca. En automóvil, se hace aproximadamente una hora desde el centro de Acapulco. Ahí la mayoría de las casas perdieron sus techos de lámina; otras de adobe quedaron totalmente destruidas y unas más dejaron de existir.

Las más afectadas fueron las de la parte alta del cerro, pero también las de la más baja del poblado, a orillas del arroyo que lo atraviesa. En ese punto, el impacto fue doble porque el aire del huracán se llevó todos los techos, pero al mismo tiempo la creciente del afluente llevó el agua hasta el interior de las casas y echó a perder todos sus muebles.

Sumado a eso, en Yetla toda la infraestructura de suministro de agua quedó destruida. A la orilla del arroyo, el comisario Ronald Pineda muestra la zona donde creció a tal nivel que reventó los tubos y muros de la red de agua potable, que se distribuía con tanques de la localidad a las casas.

Los tubos del agua potable de Yetla quedaron dañados tras Otis. Foto: Luis Madrid

“Necesitamos principalmente que las autoridades federales, y a nivel estatal, regresen a ver a la localidad de Yetla para que observen toda la red cómo quedó devastada, para diseñar un proyecto para la reconstrucción y abastecer a este pueblo que no tiene agua”, pide Pineda.

Calcula que un 85% de los habitantes ha recibido los beneficios económicos para la reconstrucción, pero enfrentan el mismo problema que en el resto de las zonas afectadas: es difícil abastecerse de material y de mano de obra por la alta demanda, los precios y los retrasos que prevalecen en estos días.

La red de agua potable quedó devastada en Yetla. Foto: Luis Madrid

El Ejército ha llegado solo dos veces con despensas. Personal de la Cruz Roja que sigue acudiendo a la comunidad a llevar apoyos señala que últimamente han tratado de priorizar a estas poblaciones porque las autoridades federales permanecen ya casi todo el tiempo solo en puntos específicos de la costera.

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Tres meses después del paso del huracán Otis, escenas similares se repiten a lo largo de lo que queda del arroyo de Yetla —ahora con un nivel apenas perceptible sobre la superficie—: personas acarreando agua para beberla, llegando a la orilla con cubetas para lavar ropa o para bañarse ahí mismo. Ya es agua sucia, casi estancada de tan baja, por donde todo el tiempo pasean los cerdos y otros animales.

Lenta recuperación tras Otis: escasez y altos costos para conseguir materiales para la reconstrucción de Acapulco

Tras el paso del huracán Otis, habitantes de las colonias altas de Acapulco, pero también pequeños y medianos empresarios de la costera, enfrentan la escasez y encarecimiento de materiales para la construcción. Algunos esperan poder reparar antes de que llegue la temporada de lluvias; otros han dejado la entidad para conseguir más recursos.

Texto: Marcela Nochebuena/Amapola Periodismo

Foto: Luis Madrid
22 de enero del 2024
De las colonias altas de Acapulco hasta las inmediaciones de la costera, habitantes y comerciantes del puerto enfrentan escasez y altos costos para conseguir materiales y personas trabajadoras –e incluso amenazas del crimen organizado– que les permitan reconstruir sus viviendas, negocios y restaurantes.
María, cuyo nombre fue cambiado por motivos de seguridad, vive con su hija en la colonia Ángel Aguirre, ubicada en la parte alta de Acapulco y con una fuerte presencia de bandas delictivas. Desde que algunas rutas de transporte comenzaron un paro en la ciudad, a esa zona siguen llegando taxis colectivos –y no las combis de pasajeros–, pero en hora pico puede tomar hasta tres horas la espera y el traslado.
En esa localidad, según relata, la mayoría de los techos de lámina cayeron con el impacto del huracán Otis la madrugada del 25 de octubre. En la parte más alta a donde llegan las viviendas, conectadas a las calles por andadores empinados sin pavimentar, aún hay restos de ramas y árboles tirados, láminas aventadas por el viento y algunos montículos de basura. Este servicio, acusan los acapulqueños, ya no se da abasto en toda la ciudad.
Foto: Luis Madrid
María cuenta que la llegada del huracán fue un hecho y un susto que no habían experimentado antes. Ella se refugió, junto con su hija, en una pequeña recámara que tienen. Todos sus muebles se mojaron esa noche, y casi 40 láminas se volaron. Ella prefirió quedarse en su domicilio porque, asegura, las autoridades no fueron claras respecto a la magnitud del fenómeno, y los refugios también sufrieron daños.
“Gracias a dios tengo un cuartito que tiene loza, porque lo demás está techado con lámina… Se perdió, ahorita está de improviso nada más”, aclara. Unos 20 días después de que las autoridades censaran su hogar, le hablaron por teléfono para el apoyo de limpieza de 8 mil pesos, después el de los enseres y finalmente los apoyos económicos que suman cerca de 35 mil. Sin embargo, no ha podido invertirlos.
“En las casas de material no hay suficiente, tiene que ir uno a cotizar, que te hagan la cotización y hacer un como sistema de apartado, porque no quieren que luego luego lo paguemos, porque igual el material va subiendo día a día, y hay que esperar a que te hablen por teléfono de que ya llegó tu material”, explica.
Incluso, en un principio, el gobierno federal pretendía condicionar la recepción del segundo apoyo a la comprobación de que el primero ya se había invertido en materiales de construcción, pero eso resultó imposible frente a la escasez y la alta demanda, representada en buena medida por los grandes hoteleros y comercios de la zona turística de Acapulco.
Espera de meses para tener material de construcción en Acapulco
Por lo pronto, María tiene previsto que le entreguen en mayo el material que necesita, y espera que así sea realmente, pues apenas estaría a tiempo para hacer las reparaciones. Después, vendrá la temporada de lluvias, que ya no lo permitiría. “No estamos preparados todavía para techar o poner la loza”, añade.
Foto: Luis Madrid
En este momento, muchas personas están poniendo lámina y madera provisional, pero para los tubulares hay que hacer también un sistema de apartado. Comprar ahora resultaría mucho más caro. En cuanto a los trabajadores de la construcción, además de la dificultad de conseguirlos, la mayoría está cobrando mucho más de su cuota habitual.
Además de la escasez y los altos costos para realizar las reparaciones de su vivienda, en la colonia Ángel Aguirre apenas se reguló el servicio del agua. De por sí, habitualmente se las hacían llegar cada uno o dos meses. Después de Otis, se quedaron completamente sin el servicio, y apenas hace 15 días –casi para cumplirse los tres meses del paso del huracán– volvieron a recibirlo. Mientras tanto, tuvieron que comprar pipas y almacenar.
La luz ya está funcionando bien nuevamente, pero para ello también esperaron dos meses. A eso se ha sumado la problemática del transporte en la última semana. “Los colectivos (taxis) sí funcionan, pero uno se va más a lo económico que son las urban… Queremos más seguridad, sentirnos un poco más tranquilos y salir con más confianza”, dice.
Habitantes de las colonias altas de Acapulco han señalado, además, que en días recientes han sido víctimas de extorsión por parte del crimen organizado al saber que tienen dinero tras la recepción de sus apoyos, una vez que les identifican por la etiqueta de “Vivienda censada” que coloca la Secretaría de Bienestar.

Confían en que Acapulco se levantará

María está convencida de que Acapulco se va a levantar, pero –asegura– falta mucho por hacer, como garantizar que funcionen los servicios más básicos y que haya suficientes carros para recolectar la basura, así como alumbrado público. Ella regresa de trabajar casi siempre por la noche –en este momento, le toma tres horas–, y sin suficiente luz, aumenta el riesgo.
“No habíamos sufrido nada de esto, yo ya tengo 35 años aquí en Acapulco (es originaria de Chilapa) y nunca había pasado. Nos dio mucho miedo perder la vida, que las cosas materiales se recuperan, pero ahora sí que salvamos la vida… Valorar la vida es lo principal. Nos cambió en muchos aspectos porque fue muy impactante todo esto que no lo esperábamos”, concluye.

Con más recursos, tampoco es suficiente

Aldo tiene varios pequeños y medianos negocios en la zona costera de Acapulco, no todos en el corredor turístico. Aun en una situación menos crítica que las colonias más rezagadas del puerto, enfrenta obstáculos similares para reconstruir, e incluso ha tenido que salir del estado para allegarse de suficientes recursos.
De su domicilio, perdió una pared completa, por lo que el viento y el agua acabó con los muebles, además de que el portón salió disparado a 200 metros de la propiedad. En su oficina y en una propiedad de la que rentaba los locales se perdió prácticamente la totalidad de los cristales y la cancelería. El mobiliario del restaurante del que era socio también resultó dañado en el centro de la Bahía.
Para reconstruir, se ha enfrentado, primero, a la tardanza para allegarse de insumos. “Compramos material, y tardaron cerca de un mes en surtirnos arena, cemento, grava, varilla, block y alambre recocido, para poder levantar este muro que se llevó la pared de mi departamento. Tenía a los trabajadores, contraté algunos albañiles, y se nos complicó el hecho de contar con el material”, señala.
Foto: Luis Madrid

Falta mano de obra para la reconstrucción de Acapulco

Otro factor es que la zona turística –dice– se limpió muy rápido, pero hay muchas colonias en las que el escombro permanece afuera de los domicilios. En su caso, tuvo que contratar servicios de volteo particulares para que se llevaran la basura y el escombro. Hasta ahora, ha gastado, calcula, unos 200 mil pesos en reparaciones, solo en limpieza, sueldos y compra de material. Faltan aún muchas otras.
“Es muy difícil encontrar aluminio, vidrio, tablaroca. Otro factor que está influyendo mucho es que como son pocos los herreros, albañiles, alumineros, hay mucha demanda y es muy poca oferta, y los precios también están siendo muy elevados” asegura. Por ejemplo, un albañil que antes cobraba 350 pesos el día, hoy lo está haciendo por 600 o 700, y en otros casos hasta mil.
Aldo asegura que los apoyos han contribuido, hasta cierto punto, a que haya circulante en el puerto, pero el diagnóstico del impacto estructural y económico aún no es certero. Él empezó a percibir un futuro no muy promisorio, pues sus arrendatarios ya no regresaron. Si bien no se atreve a usar la palabra “estancamiento”, percibe las señales de una “pausa” en el movimiento económico.
Aspecto de los los daños que dejó Otis en las viviendas. Foto: Luis Madrid

Buscan empleo fuera de Acapulco para ahorrar y regresar a reconstruir

Eso lo convenció de que la mejor manera de reactivar su propia economía en estos momentos era salir a buscar trabajo a otro estado. Un tiempo estuvo en Ciudad de México, después en Monterrey y ahora en Tijuana. Ese ingreso pretende invertirlo en su domicilio y sus negocios. Su estancia en otros lugares será provisional, advierte, pues su vida ha estado en Acapulco y ahí quiere regresar a recuperar lo que tenía.
Al igual que otras personas afectadas en diferentes niveles, él ya empieza a apuntar un aspecto del que, dice, todavía no se habla lo suficiente ante las necesidades más urgentes: las consecuencias emocionales del impacto de Otis. “No ha sido una prioridad, porque uno evidentemente está buscando proteger la fuente de ingresos; sin embargo, creo que el impacto emocional en un breve término va a ser algo que hay que atender…
“Si bien antes no estábamos del todo bien, creo que el huracán vino a dar una estocada y después de que pase esta época, al recrudecerse el tema económico, emocionalmente creo que la gente se va a empezar a dar cuenta de muchas cosas. Es algo que sí puede trastocar el ánimo de muchos, porque todo lo que trabajamos en toda nuestra vida, en dos o tres horas con el huracán se vino abajo”, señala.

Advierten problemas emocionales en damnificados por Otis en Acapulco

Naxhelli Ruiz, coordinadora del Seminario Universitario de Riesgos Socioambientales de la UNAM, explica que el desastre no es solo la destrucción material de las viviendas o edificaciones, sino que resulta un evento muy traumático porque las personas lo pierden todo o terminan desplazándose.
“Estamos ante poblaciones muy dolidas, con muchas dimensiones de la vida que están afectadas, desde las cosas más básicas, como alimentación, agua y vivienda, hasta cosas que van a repercutir seriamente en su salud física, mental, bienestar y perspectivas de vida”, asegura.
La vivienda es la primera vía para comenzar a solucionar todo lo demás, pero ni remotamente es lo único, aclara. Con la vocación económica del turismo como la principal, para las personas se vuelve muy evidente la pérdida de empleos, y esta debería ser la oportunidad –considera– para ampliar los medios de vida y la base económica de la ciudad en general.
Sus propios habitantes señalan eso en diferentes escenarios: en las colonias de la zona alta, en el Acapulco rural o en la prestación de servicios, se sabe que muchos de sus habitantes trabajaban y dependían de la economía de los grandes empresarios y de la zona turística. Eran quienes estaban a cargo del cuidado de las embarcaciones, se empleaban en la hotelería o proporcionaban transporte.

Los grandes negocios acaparan, pero también enfrentan escasez

Aunque los principales inmuebles que estaban asegurados en Acapulco son hoteles, condominios y grandes negocios, como cadenas comerciales, la realidad es que en el puerto persistía también un muy bajo nivel de aseguramiento. Aún así, la cantidad de reclamos evidencia que este es el segundo huracán con mayor impacto en daños a bienes.
La Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros estima más de 35 mil millones de pesos en daños, con más de 21 mil reclamaciones en seguros de viviendas, hoteles y restaurantes –que representan el 59%; el resto son automóviles– hasta el 11 de enero. La cifra aún podría incrementar conforme vaya finalizando el trabajo de los ajustadores, aclara Felipe Anzo, representante de la Asociación Mexicana de Agentes de Seguros y Fianzas (Amasfac) en Acapulco.
Los propietarios que han reclamado seguros también han manifestado que una de las principales problemáticas en este momento es que no hay materiales ni mano de obra para atender la alta demanda que hay en Acapulco. Además, quienes la acaparan son las empresas, grandes condominios y hoteles que sí tienen la posibilidad de contratar pese a los precios altos.
Felipe Anzo, representante de la Asociación Mexicana de Agentes de Seguros y Fianzas (Amasfac) en Acapulco. Foto: Luis Madrid

 

“Las personas que tienen su vivienda particular nos estamos enfrentando con esa problemática de que no hay albañiles, no hay plomeros, no hay herreros, no hay electricistas, y el material está elevado el costo, y no hay muchos lugares donde encuentres todo el material que se requiere. Había pocos, pero sí hay esa problemática en este momento con la mano de obra”, explica.
Policía vigila una casa de materiales en Acapulco. Foto: Luis Madrid

Sin fecha, la recuperación en Acapulco

El tiempo para la recuperación dependerá, en muchos casos, de cómo se vayan trabajando los ajustes para que los seguros puedan indemnizar con rapidez, por lo que hasta ahora no hay un periodo específico. Desde su perspectiva, la economía ya se está reactivando con los negocios que han reabierto hasta ahora.
A lo largo de la costera, son una constante los letreros que anuncian “Ya abrimos”, “Fuerza Acapulco” o “Próximamente”. Algunas plazas comerciales apenas funcionan o lucen “a medias”: con algunos restaurantes abiertos pero con accesos entre andamios, y pisos o zonas donde se llevan a cabo reparaciones.
Entre los hoteles, puede percibirse el inicio de incipientes reparaciones; ocupaciones de algunas habitaciones mientras otras siguen en limpieza y rehabilitación, y otros que más bien lucen en abandono. Algunos han anunciado su apertura incluso para 2025 o 2026.

Un Acapulco con rezagos para todo

Además de la reapertura de varios negocios –sobre todo pequeños y medianos, y algunas cadenas–, otros con pérdida total que aún no han comenzando su reparación, condominios con daños severos y hoteles cerrados o funcionando a medias, la otra constante en Acapulco –a casi tres meses del impacto del huracán Otis– son las largas filas para apoyos y trámites.
Lo mismo que para la recepción de enseres –que casi siempre implica pernoctar–, despensas y apoyos rezagados, hay largas filas por todas partes para los trámites regulares en Acapulco: a las afueras del Servicio de Administración Tributaria (SAT), del Instituto Nacional Electoral (INE) o del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadoras (Infonavit).
El rezago y la parálisis de los trámites, acusan los acapulqueños, se ha hecho evidente.
Foto: Luis Madrid
Además, ante un panorama donde la pérdida de empleos es una de las consecuencias más importantes, la Junta de Conciliación y Arbitraje ni siquiera está dando atención presencial. En la entrada de esta dependencia –con daños visibles, cerrada al público y solo con una persona de guardia en el interior– está pegado el decreto oficial que suspendió los plazos y términos desde el 30 de octubre.
En cartulinas escritas a mano por separado, se anuncia que la atención de primer contacto para cualquier duda o información sobre los trámites se hace por teléfono o vía correo electrónico. “Debido al paso del huracán Otis nuestra oficina permanecerá cerrada de manera temporal por razones de seguridad y precaución”, agrega otro letrero.
Los servicios presenciales de asesoría legal, acompañamiento en conciliación laboral y representación jurídica tanto en los tribunales laborales como en la junta especial no. 43 están suspendidos y serán atendidos “tan pronto sea seguro reanudar nuestras operaciones normales”. Junto con un mensaje de buenos deseos para la emergencia, la incertidumbre de quienes perdieron su empleo –además de lo material– se topa solo con invitaciones a recurrir a teléfonos, correo y redes sociales.
Foto: Luis Madrid
Ruiz, especialista en riesgos y desastres, insiste en que no se trata de que la reconstrucción no sea importante, pues lo es, pero el sufrimiento de las personas tiene muchas más facetas que deberían atenderse. Sin embargo, primero tendría que reconocerse que para poder hablar de una verdadera recuperación, es necesario ampliar las acciones a procesos más integrales.
“Ya vamos muy tarde para hacer este tipo de cosas, porque necesitan planeación, acuerdos financieros, estudios e investigaciones científicas para poder hacer las mejores propuestas. Ya que tenemos el desastre encima, y no tenemos esto medianamente platicado o avanzado, ya vamos tarde”, lamenta.

Espectaculares en Acapulco, el enemigo a vencer después de Otis

El Ayuntamiento tiene registrados 280 anuncios espectaculares, 200 son propiedad privada y están instalados en azoteas de casas y edificios


Texto: Itzel Urieta

16 de enero del 2024

Chilpancingo

 

Después del paso del huracán Otis en Acapulco, los anuncios espectaculares son el enemigo a vencer.

La ciudadanía, las autoridades municipales y desde el Congreso se pretende evitar que se reinstalen en los edificios por el daño que causaron a viviendas y calles del puerto durante el huracán categoría cinco que azotó Acapulco la noche del 24 y madrugada del 25 de octubre del año pasado.

En la casa de la madre de Arturo García Murguía, ubicada en la avenida Farallón, cayó un espectacular de más de 20 metros, la madrugada del 25 de octubre. Los vientos de Otis arrancaron el espectacular y lo depositaron en el techo de la casa.

Las fotos que compartió Arturo en las que se observa al espectacular sobre la vivienda se viralizaron días después de Otis.

Casa de la madre de Arturo García en la calle Farallón, en Acapulco. Foto: Muro de Arturo García.

Arturo denunció que varios familiares fueron heridos por la caía del espectacular y la empresa no se hizo responsable de los daños a las personas y a la casa, ni siquiera de retirar los escombros, fue el Ayuntamiento el que realizó esa labor.

El 23 de diciembre una grúa enorme llegó a la avenida Farallón a instalar de nuevo el espectacular. Los dueños de la vivienda montaron guardias durante las noches para evitarlo.

Al final no se instaló el espectacular, pero los trabajadores dijeron que regresarían para terminar el trabajo porque, aseguraron, tener todos los permisos del Ayuntamiento.

En el Congreso local se presentó una iniciativa para evitar por completo la instalación de anuncios espectaculares en zona donde existan riesgos de accidentes.

Aunque no existe un registro oficial de cuántas viviendas fueron afectadas por la caída de estos anuncios, en redes sociales varias personas publicaron sobre daños a sus viviendas, personas heridas y también hablaron de fallecimientos por esta causa.

A inicios de enero del 2024, una grúa cayó al intentar levantar un espectacular de una tienda comercial en la zona Diamante del puerto.

El accidente dejó al menos cuatro personas heridas entre trabajadores de la tienda comercial y operadores de la grúa.

En la sesión del 12 de enero, la diputada morenista Beatriz Mojica Morga presentó ante el pleno del Congreso local una iniciativa de reforma a la Ley de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano del estado para prohibir la instalación de espectaculares en zonas que sean vulnerables a sismos, huracanes u otros fenómenos naturales.

“La iniciativa que estoy presentando versa sobre los anuncios, espectaculares, estructuras que se convirtieron en un peligro para la vida humana durante el paso del huracán Otis», dijo Mojica Morga.

Explicó que de 280 anuncios de espectaculares que el Ayuntamiento de Acapulco tiene en un padrón, 200 son propiedad privada y están instalados en azoteas de casas y edificios.

“Estructuras que pueden agregar entre 10 y 12 toneladas de peso adicional a los inmuebles que, durante el paso de Otis, la mayoría de ellos provocaron daños a personas o vehículos que obstruyeron vialidades”, dijo Mojica Morga.

Una alternativa que dio Mojica Morga es que la publicidad se plasme de manera pintada en bardas, colocar mantas o lonas y no colocarlas en estructuras altas y pesadas.

Esta iniciativa pretende agregar un párrafo al artículo 12 de la Ley 790 de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano del Estado de Guerrero.

“En las zonas costeras y de riesgo no se permite la colocación de espectaculares, ni estructuras peligrosas que sean vulnerables a temblores, huracanes u otros fenómenos; toda la publicidad podrá pintarse, pero no colocarse en estructuras peligrosas”, es el párrafo que pretende agregarse.

La iniciativa se turnó a la Comisión de Desarrollo Urbano para su análisis y dictaminación.

La reforma al artículo 12 de la Ley no se limita solo a Acapulco, de acuerdo con Mojica Morga, aplicaría para toda la zona costera de la entidad y a lugares donde la colocación de espectaculares sea peligrosa.

Desde inicios de diciembre del 2024, el Ayuntamiento de Acapulco prohibió la renta de este tipo de anuncios.

A pesar de la prohibición muchos espectaculares ya oferten sus servicios.

En diciembre del 2023, la secretaria de Desarrollo Urbano y Obras Públicas de Acapulco, Luz María Meraza Radilla, informó que propietarios de 200, de un total de 286 anuncios espectaculares ubicados por varias partes del puerto, fueron notificados que deberían de retirar sus estructuras por ser consideradas como de alto riesgo.

A pesar de la prohibición, las estructuras siguen en función y son promocionadas para ser rentadas.

 

 

 

 

 

Este texto es patrocinado por el Congreso del Estado de Guerrero

Otis acelera la militarización planeada para Guerrero

Activistas sostienen que la cantidad de elementos y cuarteles son un riesgo para la garantía de los derechos humanos de los guerrerenses


Texto: José Miguel Sánchez

Fotografía: Amapola Periodismo/Archivo 

15 de enero del 2024

Chilpancingo

 

En Acapulco, después del paso del huracán Otis, operan 24,712 elementos de seguridad, entre militares, marinos y guardias nacionales, informó el secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio González, en una conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Antes del fenómeno meteorológico operaban 14,000 integrantes de todas las corporaciones.

De acuerdo con activistas defensores de derechos humanos, Otis solo adelantó la militarización que ya estaba en marcha en Guerrero con el pretexto de brindar seguridad pública.

Sandoval González, durante la pasada conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, comentó que para la aplicación del Plan DN-III, Plan Marina y Plan de la Guardia Nacional, en Acapulco permanecen 24,712 elementos; quienes se dividen en 14,712 miembros del Ejército, Marina y Fuerza Aérea y los 10,000 restantes corresponden a guardias nacionales.

“Estos 10,000 elementos, también continúan su trabajo de patrullaje, control de tránsito y seguridad a las colonias de aquí de Acapulco, a instituciones bancarias, casetas de cobro, centros comerciales, estaciones de gasolina y también a las dependencias que están participando en lo que es la reconstrucción de Acapulco”, dijo Sandoval González.

Agregó que ya cuentan con 21 predios para iniciar la construcción de los cuarteles de la Guardia Nacional y que en las próximas semanas ingenieros de la Sedena iniciarán las construcciones.

La directora del Centro Regional de Derechos Humanos, José María Morelos y Pavón, Teodomira Rosales Sierra, calificó los cuarteles como «elefantes blancos que no abonan a disminuir la violencia».

Actualmente, y de acuerdo con datos oficiales de la Guardia Nacional, dados a conocer por el presidente, en Guerrero hay nueve cuarteles de esta corporación, aparte de ocho instalaciones militares.

Acapulco, Tlapa, Chilpancingo, Zihuatanejo, Ciudad Altamirano, Cuajinicuilapa, San Marcos, Tepecoacuilco y Chilapa, son municipios donde ya hay cuarteles y los elementos de la Guardia Nacional que operan con ayuda del Ejército.

Elementos de la Marina y el ejercito resguardan las costas de Acapulco por la llegada de Otis, el 25 de octubre del 2023. Foto: Cromática/Archivo

Pretenden construir otros cinco cuarteles más para la Guardia Nacional, dos en el valle del Ocotito, zona rural de Chilpancingo; uno en Zumpango, cabecera de Eduardo Neri, uno en Pilcaya y otro en Iguala, en la región Norte.

La presencia del Ejército en Guerrero es la piedra angular de graves violaciones a los derechos humanos en la entidad.

La guerra sucia, periodo que abarca de 1960 a 1980, es una etapa en la historia de Guerrero marcada por la militarización y las violaciones a los derechos humanos.

Asesinatos extrajudiciales, desaparición forzada y saqueos a poblados cometidos por el Ejército son algunas de las situaciones que ocurrieron durante 20 años en gran parte de la entidad.

La Comisión Nacional de Búsqueda de Personas indica que entre 1964 y 1985 desaparecieron al menos 899 personas. Pero la realidad podría ocultar cifras mayores.

La Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de las violaciones graves a los derechos humanos cometidas de 1965 a 1990 en México, en su primer informe menciona que solo en Guerrero hay 788 testimonios de víctimas de tortura y de familiares de personas asesinadas y desaparecidas.

Esta estrategia militar, llamada también por algunos académicos como terrorismo de Estado, se focalizó en comunidades rurales de la Sierra de Guerrero para acabar con los movimientos guerrilleros de Lucio Cabañas Barrientos y Genaro Vázquez Rojas.

De acuerdo con el artículo Fuerzas armadas, contrainsurgencia y desaparición forzada en Guerrero en la década de los sesenta y setenta, escrito por el historiador Rodolfo Gamiño Muñoz, en Guerrero se realizaron dos operaciones militares que dejaron el saldo antes descrito.

“Con la Operación Amistad y Operación Telaraña varias regiones de Guerrero se militarizaron, principalmente la Costa Grande. De acuerdo con la FEMOSPP (Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado) en 1971 el Ejército tenía concentrado a 24,000 efectivos en el estado”, se lee en el artículo.

Hoy como ayer esos 24,000 elementos circulan solo en el puerto de Acapulco.

Dichas operaciones militares se crearon para eliminar todo rastro de la guerrilla. Aún después de los asesinatos de Lucio Cabañas y Genaro Vázquez, la guerra continuó contra la población civil, el Ejército tuvo permiso para torturar, desaparecer y ejecutar a quienes catalogaba como enemigos del régimen.

40 años después del término de la guerra sucia, los elementos militares vuelven a territorio guerrerense bajo el pretexto de la seguridad.

En Acapulco, hasta antes del paso de Otis, se pretendían construir cuatro cuarteles de la Guardia Nacional, uno con salida a la Costa Chica, otro con dirección a la Costa Grande, otro al norte del puerto de Acapulco y uno más en el centro

De acuerdo con Raymundo Díaz Taboada, integrante del Colectivo Contra la Tortura y la Impunidad (CCTI), tantos elementos y cuarteles no abonan a la seguridad pública, por el contrario, los consideró un riesgo para la garantía de los derechos humanos de los guerrerenses.

Díaz Taboada menciona que en Guerrero es común que las policías sean dirigidas por mandos militares o navales en permiso o en retiro y desde una visión de derechos humanos los que estén en esos cargos “deben ser personas con capacitación en el trato a las personas, que sepan que todos somos sujetos de derecho y no como un posible enemigo que es la visión que siempre tienen los militares”.

Elementos de la Marina y el ejercito resguardan las costas de Acapulco por la llegada de Otis, el 25 de octubre del 2023. Foto: Cromática/Archivo

Actualmente, el titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Guerrero, Evelio Méndez Gómez, es capitán de la Marina y la titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), Sandra Luz Valdovinos Salmerón, es teniente del Ejército.

De acuerdo con lo reportado por diversos medios nacionales como Animal Político y El Financiero, de 128,000 elementos que conforman la Guardia Nacional, sólo 23,000 son civiles y elementos de la extinta Policía Federal, el resto son soldados y marinos.

La estimación de El Financiero establece que siete de cada 10 elementos de la Guardia Nacional pertenecen a la Sedena o la Marina.

Aun cuando estos cuarteles, tanto de la Guardia Nacional como del Ejército, se ubican en zonas de violencia, no se garantiza la seguridad para la población.

«Estando ahí militares y Guardia Nacional hay enfrentamientos, y no vemos que la militarización sea una forma de detener el desplazamiento forzado interno, las desapariciones y los asesinatos”, dijo Rosales Sierra.

«No creemos que la militarización sea garantía de seguridad, ya vimos que el gobierno no ha hecho nada, en la Sierra siguen los desplazamientos, los enfrentamientos y en las ciudades aún con militares hay asesinatos», insistió.

“No sabemos nada”: familiares mantienen búsqueda de 24 desaparecidos en Acapulco tras 86 días del paso de Otis

Familiares continúan la búsqueda de 24 personas desaparecidas, quienes podrían estar debajo de las embarcaciones que siguen hundidas en el mar, pero que las aseguradoras se niegan a retirar.


Texto: Marcela Nochebuena/ Animal Político 

Foto: Luis Madrid/Animal Político 

18 de enero 2024

 

A 86 días del impacto del huracán Otis en Acapulco, familiares siguen en la búsqueda de 24 desaparecidos y no se sabe cuántos más podrían estar aún bajo los restos de más de 450 embarcaciones que siguen hundidas en el mar.

Son los mismos 86 días en los que Enrique ha buscado a su hermana Abigail incansablemente, con todos sus recursos físicos y emocionales. Afuera de la Base Naval, minutos antes de la reunión semanal a la que acude junto con las demás familias cada martes a la 1 de la tarde para ser informado por la Marina de México, cuenta que a veces ya hay una sensación de agotamiento, a veces desánimo, entre el grupo.

Esa es la razón por la cual –según ellas mismas revelan— cuatro mujeres, también familiares de personas cuya pista se perdió en el mar la noche del huracán, permanecen en unas sillas acomodadas bajo una carpa blanca, a la espera de que la reunión inicie, y prefieren ya no hablar públicamente.

 

Hermano de desaparecida por Otis narra cómo ha sido la búsqueda

En el día 86, Enrique Andrade accede a volver al punto regular de anclaje de la embarcación Litos, en la que trabajaba Abigail y donde desapareció la madrugada del 25 de octubre.

Mientras señala el lugar exacto donde habitualmente permanecía el Litos –ahora vacío al lado de un yate hundido del que solo se ve la mitad desde la superficie—, afirma con convicción:

“En Puerto Marqués nos encontramos. A quien estoy buscando es a mi hermana Abigail Andrade Rodríguez de la embarcación Litos. En la embarcación Litos se encontraban cuatro personas con mi hermana. Ese día, no nada más la embarcación Litos, sino muchas embarcaciones, se fueron a resguardar a la Base Naval”, relata.

Recuerda de nuevo que a las 12:20 la embarcación pidió auxilio en Punta Bruja, por lo que se ha sabido. En los primeros días, su búsqueda era simplemente caminar, porque no había cómo trasladarse a diferentes puntos. Con el tiempo, fue acercándose a más familiares con los que unió fuerzas.

Dueños de embarcaciones no han tramitado el seguro, por lo que las aseguradoras dicen que no pueden removerlas. Foto: Luis Madrid/Animal Político

Para el día 15 después del impacto del huracán, las familias fueron coincidiendo unas con otras, comenzaron a repartirse lugares, a acudir a hospitales, a los refugios y a los servicios forenses. Ahí también tuvieron que dejar sus muestras de ADN.

“Hasta el momento estamos ya en el día 86, y hasta el momento no sabemos nada. No ha aparecido en los hospitales, no ha aparecido en la Semefo; son 24 personas desaparecidas en el grupo que yo estoy, de diferentes embarcaciones, de las cuales a través de la Marina hacemos recorridos todos los días”, añade.

Enrique busca a su hermana Abigail que trabajaba en una embarcación la noche que Otis devastó Acapulco. Foto: Luis Madrid/Animal Político

De la Base Naval, describe Enrique, salen entre tres y cuatro embarcaciones, en las cuales abordan uno o dos familiares. Todos los martes se hace la reunión de la 1 de la tarde, se concentran en el punto y se hace mención de todo lo hallado –pertenencias personales o partes de las embarcaciones—, y los lugares donde se han hecho las búsquedas y los recorridos.

“Cuando nos muestran todo por imagen –porque todo es por imagen, no nos muestran la prenda de lo que recuperan presencial—, después de un proceso, la Marina lo entrega a Fiscalía, y los mismos familiares acudimos a Fiscalía para recuperar esa prenda personal de cada una de las diferentes personas desaparecidas”, cuenta Enrique.

 

Desconocen quién indicó a las embarcaciones ir a la Base Naval la noche del huracán

Hay otras personas, particulares, que se han sumado a la búsqueda con actividades de buceo. Algunos han hecho mayores hallazgos que la propia dependencia. Hasta el momento, se desconoce quién dio la indicación de que las embarcaciones se trasladaran a la Base Naval.

Sin embargo, el capitán Ricardo, quien sobrevivió, ha relatado que tras darse cuenta de que ahí corrían peligro, decidieron moverse con la intención de regresar a Puerto Marqués, pero en Punta Bruja –casi llegando—, Otis golpeó con toda su fuerza. Los vientos rompieron los cristales de la embarcación y las olas de más de cuatro metros los obligaron a saltar. En ese momento le perdieron la pista a Litos, que iba unos metros adelante.

A 86 días, se han encontrado solo partes de la embarcación, cerca de la isla de La Roqueta, no del lado donde llegan las embarcaciones, sino en el que corresponde al mar abierto. Una de ellas es, incluso, la moto acuática que transportaba el barco. La balsa de la embarcación Litos, para 12 personas, no ha sido encontrada, pero sí algunas prendas del uniforme de la tripulación –que no lo portaba aquel día—.

Restos de un barco en Acapulco. Foto: Luis Madrid/Animal Político

 

Piden mover los restos de embarcaciones

En la reunión del martes 16 de enero, relata el hermano de Abigail, la Marina les comentó que ahora sí van a mover las embarcaciones que todavía están hundidas, o unas encima de otras, para descartar que se encuentren ahí personas atrapadas. En esos casos, según les han dicho, la dependencia ha hecho búsquedas con drones y buzos.

Enrique revela que el dueño de la embarcación ha seguido pagando las quincenas a los familiares directos de las personas desaparecidas. Incluso, en los primeros días, preguntó en qué podía colaborar para las acciones de búsqueda. A la Marina, Enrique aún le pide una búsqueda a más de cien millas, mar adentro.

“La Marina me ha contestado que hay embarcaciones que están haciendo recorridos en los litorales donde ya no compete para ellos. Incluso hay embarcaciones pesqueras que están mar adentro, y que ellos, como ya notificaron la desaparición de las personas, a través de eso estamos esperando también una respuesta”, añade.

Las búsquedas también han tenido un costo para Enrique: un palo enterrado en la planta del pie, e infecciones en la piel o en el estómago. “Esta lucha ha sido muy dura… Yo voy a seguir adelante… La misma Marina me comenta que no tienen un submarino pequeño, que no tienen equipo más sofisticado para rastrear a una profundidad más adentro”, afirma.

 

Capitán sobreviviente vive sin apoyos de dueños de embarcación para la que trabajaba

Si en el caso del Litos el dueño estuvo pendiente y sigue pagando los sueldos de sus empleados, el capitán Vicente Herrera Carrillo, y único sobreviviente del Rosemary –del que estaba a cargo hace 9 años— se ha enfrentado a la situación opuesta: hasta la fecha, los dueños no se han acercado ni le han llamado ni han hecho ningún ofrecimiento de apoyo. Tampoco recibe ya ningún pago, que era semanal.

Su esposa, su hijo y su nieto desaparecieron en la madrugada del 25 de octubre, a bordo de la embarcación. “Esa es mi mayor preocupación, que queremos encontrarlos, ya sea el barco, pero hasta la fecha no hemos encontrado absolutamente nada, ni pistas de ese barco”, relata.

El capitán Vicente recuerda cómo se aferró hasta el último momento a la embarcación, pero la presión terminó expulsándolo. Después no supo nada, hasta que pudo agarrarse a un tronco. Dice que si hubieran tenido aviso del tamaño del fenómeno, habrían abandonado el barco. “Ni protección civil, capitanía de puerto ni la Armada de México no nos dio ningún comunicado”, asegura.

El capitán Vicente Herrera Carrillo sobrevivió a Otis, pero busca a su esposa e hijos desaparecidos esa noche del huracán. Foto: Luis Madrid/Animal Político

Aunque hay avances y pormenores en las reuniones, dice, no hay hallazgos. Vicente busca a María Hilaria Delgado Valdovinos de 55 años, Luis Sebastián Herrera Delgado de 9, y Luis Alberto López Sarabia de 4.

Un chaleco salvavidas del Rosemary y un tenis de su nieto mantienen su esperanza.

 

El “cementerio” de las embarcaciones

En el club de Yates, en la playa Caleta, en la Marina y en todo el litoral del Acapulco viejo, el escenario es el mismo a 86 días del paso de Otis: lanchas, yates y todo tipo de embarcaciones yacen a medio hundimiento, amontonadas unas sobre otras a lo largo de la costa, identificadas por boyas o con partes voladas a uno y otro lado.

Bajo los condominios y los hoteles adyacentes a la Marina es evidente a simple vista la pedacería, los contenedores que el viento aventó a tierra y un “cementerio” de embarcaciones que nadie sabe quién va a mover ni cuándo. Tampoco se sabe con exactitud si otros cuerpos yacen debajo.

Diego, integrante de la Brigada Otis –iniciativa de la sociedad civil para prestar ayuda a Acapulco— ha descendido a los puntos donde las embarcaciones permanecen hundidas, y asegura que hay personas fallecidas a quienes no se ha podido rescatar porque las aseguradoras se han negado a mover las embarcaciones.

“Han puesto de su parte (la Marina), no tanto como todos esperábamos que llegaran a hacerlo, pero tiene como un mes que hicieron el primer sobrevuelo con familiares a bordo y no se ha vuelto a hacer ningún otro, pero realmente el punto de inflexión han sido las aseguradoras”, apunta.

Cementerio de embarcaciones tras Otis. Foto: Luis Madrid/Animal Político

Muchos de los dueños de las embarcaciones no han hecho el trámite del seguro, por lo que las empresas aseguradoras prohibieron moverlas, tocarlas o acercarse a ellas; sin embargo, la mayoría de los cuerpos están debajo de los barcos.

“Yo estuve buceando desde el 28 a más o menos el 2 de noviembre, diario en esa zona, y te puedo decir de primera mano que es cierto, está repleto de cuerpos el club de yates, y el tema es que no se pudieron hacer labores de rescate debajo de esas embarcaciones porque las mismas aseguradoras no los pueden mover”, explica.

Además, hay muchas pertenencias ahí que pueden ayudar a identificarles, pero para ello sería necesario remover la mayoría de las embarcaciones, lo cual también presenta la complicación del escombro que hay en las zonas –vidrio, madera, astillas, láminas y contaminantes químicos—.

 

Las cifras de desaparecidos en Acapulco por Otis

Según el último informe de la Marina, se estima que en Acapulco se extraviaron 438 embarcaciones y en Puerto Marqués 20. Del total de 458, se han hallado 74 en Acapulco y 21 en Puerto Marqués. En quince barcos, según la dependencia, hubo personas desaparecidas; se han encontrado 11 y siguen buscando cuatro. Veinticuatro personas siguen desaparecidas, y 17 cuerpos han sido recuperados.

Para Diego aún hace falta que las actividades sean más transparentes, que los familiares tengan mayor acceso a las pertenencias halladas, así como equipo técnico y maquinaria especializada –sobre todo para la limpieza de los escombros— con los que ya no cuentan.

Enrique y el capitán Vicente solo piden que se agilice más la búsqueda, y que se llegue a una mayor profundidad.

Foto: Luis Madrid/Animal Político

Dice PRI que no postulará candidatos en municipios violentos, pero ya gobierna en varios

Texto y foto: José Miguel Sánchez

17 de enero del 2024

Chilpancingo

 

El presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, Alejandro Bravo Abarca, se sumó a la postura de otros partidos políticos de no postular candidatos en municipios violentos o donde los aspirantes sean amenazados, a pesar de que varios de esos municipios son gobernados por el partido tricolor.

En entrevista, al término del registro de Manuel Añorve Baños como el aspirante del PRI al Senado, Bravo Abarca declaró que sí hay zonas violentas en Guerrero y se refirió específicamente al caso de Acapulco.

“Sí hay zonas, el propio Acapulco, Chilpancingo, Petatlán, lo que acaba de suceder vemos hechos violentos y no vamos a arriesgar a ningún aspirante a hacer campaña”, dijo Bravo Abarca.

Alejandro Bravo Abarca en entrevista, este 17 de enero del 2024. Foto: José Miguel Sánchez

En el caso de Petatlán, el alcalde Javier Aguilar Silva inicio su administración bajo las siglas del PRI.

En el último año varios hechos violentos ocurrieron en este municipio costero y en su zona serrana hay denuncias de desplazamiento forzado por la violencia que hay.

El caso más reciente fue el del ataque armado en un palenque de gallos, que dejó un saldo de seis personas asesinadas, de acuerdo con la Fiscalía General del Estado (FGE), aunque el Ayuntamiento aseguró que fueron 13.

Varios municipios de la Tierra Caliente, donde Movimiento Ciudadano aseguró que no postulará candidatos por la violencia, es una región gobernada mayoritariamente por el PRI y el PRD.

Pungarabato es gobernado por el priista Cuauhtémoc Mastachi Agüario; Arcelia es gobernado por Bulmaro Torres Berrum; en Cutzamala Maite Arce Jaimes; Ajuchitlán por Víctor Hugo Vega Hernández.

El resto como Coyuca de Catalán, San Miguel Totolapan, son gobernados por el PRD, partido con el que va en alianza el PRI.

En esta zona los municipios de Zirándaro y Tlalchapa son gobernados por Morena.

De acuerdo con la dirigencia de Movimiento Ciudadano son 20 municipios en las regiones de la Costa Grande, Tierra Caliente y Norte donde la violencia les impide postular candidatos por seguridad.

«La prioridad es la integridad de los aspirantes» dijo Bravo Abarca, aunque especificó que hasta el momento ninguno ha recibido amenazas para no contender.

En la zona Centro también hay casos, el municipio de Chilapa, es gobernado por el PRI.

En la zona serrana de Heliodoro Castillo el diputado local es Olager Hernández Flores, también integrante del PRI y el alcalde es el también priista Serafín Hernández Landa.

Bravo Abarca agregó que hay un compromiso pendiente por parte de la Secretaría General de Gobierno con todos los partidos políticos de entregar un atlas de riesgo.

Por su cumpleaños, Félix Salgado pone a funcionarios estatales a limpiar playas de Acapulco

Texto: José Miguel Sánchez

14 de enero del 2024

Chilpancingo

 

Por su cumpleaños 67, el senador y padre de la gobernadora de Guerrero, Félix Salgado Macedonio, puso a varios funcionarios estatales a limpiar las playas de Acapulco, algunas ya fueron limpiadas anteriormente.

A invitación del senador, desde las siete de la mañana, varios funcionarios del gabinete estatal de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, trabajadores y simpatizantes de Salgado Macedonio se reunieron en el asta bandera de Acapulco, frente al Parque Papagayo.

Hoy 14 de enero es el cumpleaños de Salgado Macedonio y desde hace semanas difundió entre sus simpatizantes que lo celebraría con una limpieza de playas en Acapulco.

Salgado Macedonio reunió a unas 150 personas y desde ahí dio indicaciones para realizar la limpieza.

Ciudadanos acapulqueños que asistieron al evento de limpieza de playas, este 12 de enero del 2024. Foto: Captura de video/Facebook oficial de Félix Salgado Macedonio

Hizo equipos de 30 personas que se dispersaron por la avenida Costera Miguel Alemán y otra por la franja de playa para hacer la limpieza.

Además dispuso de dos camiones de volteo para retirar los residuos acumulados.

En entrevista con reporteros, al termino de su actividad, el senador dijo que convocó a las personas porque quiso celebrar su cumpleaños de esta manera para solidarizarse con el puerto de Acapulco afectado por el paso del huracán Otis en octubre del 2023.

Esta zona fue de las primeras en ser limpiadas por brigadas que el gobierno de la Ciudad de México mandó después del huracán.

La limpieza la realizaron en las playas Hornos, Papagayo y El Morro.

En la temporada vacacional de diciembre en esta zona de playas ya hubo actividad turística y comercial.

Lo que limpió el senador y sus seguidores era basura que se genera comúnmente en el día día, ya no fueron escombros de Otis.

“Ellos trajeron su carros de volteos, sus máquinas, sus rastrillos, sus escobas, ellos trajeron sus herramientas de trabajo nuevecitas, las compraron ellas y ellos, y vienen a apoyar al municipio, a la playa, a la presidenta municipal, a la gobernadora, al presidente de la República”, dijo Salgado Macedonio.

Entre los asistentes estuvo la presidenta del DIF estatal y hermana de la gobernadora, Liz Salgado Pineda; el director general del Colegio de Bachilleres, Jesús Villanueva Vega; el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Miguel Flores Morales.

También asistieron trabajadores de distintas dependencias estatales, como la Secretaría de Educación Guerrero (SEG), de Protección Civil, y del Bienestar estatal.

Simpatizantes y trabajadores que acompañaron a Félix Salgado Macedonio a limpiar las playas, este 12 de enero del 2024. Foto: Captura de video/Facebook oficial de Félix Salgado Macedonio

La actividad estaba planeada para que concluyera a las cuatro de la tarde, pero a las dos el senador se retiró y, poco a poco, los demás asistentes.

Acapulco continúa sin transporte público; también hay cierre de negocios y suspensión de clases

Texto: José Miguel Sánchez
12 de enero del 2024
Chilpancingo

El puerto de Acapulco continúa sin el servicio de transporte público en la mayoría de sus rutas, solo operan algunos taxis y colectivos que no recorren toda su ruta.

Desde ayer en la mañana la falta de transporte público fue evidente, ciento de acapulqueños caminaron a sus escuelas, centros de trabajo y ocupaciones por la falta de taxis, autobuses y colectivos que decidieron parar labores por amenazas del grupo del crimen organizado conocido como Los Rusos.

El puerto que el pasado 25 de octubre tuvo afectaciones graves por el paso del huracán Otis y que sigue en labores de recuperación tanto económica, social, turística y de infraestructura, desde inicios de semana comenzó a sufrir otro embate, el de los grupos del crimen organizado.

Durante toda la semana hubo quemas de unidades y ataques armados contra transportistas, lo que generó que ayer suspendieron todas sus labores.

De acuerdo con testimonios de algunos acapulqueños, desde ayer los traslados son de una hora, hasta tres, depende de la zona.

Hoy la situación fue la misma, no hay transporte a pesar de que el Ayuntamiento de Acapulco aseguró que hoy se restablecería el servicio.

A la falta de transporte se suma la suspensión de clases para escuelas en todos los niveles educativos.

Preescolares, primarias, preparatorias y planteles universitarios anunciaron desde la noche de ayer la suspensión de clases .

A pesar de que el titular de la Secretaria de Educación Guerrero (SEG), Marcial Rodríguez Saldaña, emitió un comunicado donde aseguró que no se suspendían las actividades en escuelas públicas y privadas.

Tiendas comerciales y departamentales anunciaron el cierre temprano de sus establecimientos.

La suspensión del transporte inició por un mensaje que fue enviado a varios choferes donde les avisan que tienen que dar una cuota semanal al grupo de Los Rusos y que de no ser así incendiarian las unidades.

Otro mensaje menciona que se obligó a los transportistas a suspender el servicio en el puerto por ocho días.

Los sitios de taxis tanto privados como colectivos lucen vacíos, no hay microbuses que recorran la avenida costera Miguel Aleman, ni la avenida Cuauhtémoc, las principales de la zona turística del puerto.

Habitantes del puerto se transportan en unidades particulares o en carros oficiales de varias instituciones. Foto: Cromática.

El Acabús opera de manera irregular, con tiempos de espera de hasta dos horas, de acuerdo con testimonios de los pobladores.

En la zona suburbana la situación es más complicada, en colonias como Renacimiento, Zapata, La Cima, Las Cruces y Llano Largo no hay ninguna unidad del transporte en servicio.

En la zona turística solo operan algunos taxis

Autoridades estatales informaron que se mantienen recorridos de elementos de seguridad para proteger a las pocas unidades que brindan servicio.

Rutas foráneas suspendieron también su servicio, es el caso de las rutas Chilpancingo-Acapulco y también la Atoyac – Acapulco.

Jornada violenta en Acapulco: ataques a balazos a transportistas y unidades incendiadas dejan sin servicio a los usuarios

Texto: José Miguel Sánchez

11 de enero del 2023

Chilpancingo

 

Esta mañana varios hechos de violencia en el puerto de Acapulco dejaron a cientos de usuarios sin transporte público, a pesar de que la Comisión de Transportes aseguró que el servicio se desarrolla con normalidad.

La suspensión del transporte, extraoficialmente, obedece a que el grupo del crimen organizado conocido como Los Rusos les exigió una cuota semanal para dejarlos trabajar.

Transportistas que solicitaron el anonimato contaron que a través de mensajes de texto Los Rusos exigieron un pago semanal o sus unidades serían incendiadas.

Los Rusos son un grupo del crimen organizado que, de acuerdo con la Fiscalía General de la República (FGR), desarrolla actividades delictivas en la zona.

A Los rusos se les refiere como grupo del crimen organizado porque además del tráfico de drogas mantienen un control comercial y político en Acapulco y municipios contiguos. Estos grupos a diferencia de los grupos de la delincuencia convencional se asocian para mantener el control político y económico en una región.

Por las amenazas que recibieron los transportistas, desde la mañana de hoy Acapulco amaneció sin transporte público, después de varios días donde algunos trabajadores del volante fueron víctimas de la violencia.

Usuarios del transporte público se quedaron sin servicio por las amenazas a transportistas de parte de un grupo del crimen organizado. Foto: Agencia Crómatica

Ayer un conductor de taxi fue asesinado en la avenida Constituyentes, en el estacionamiento de una tienda de refacciones para autos.

Durante la semana dos unidades más fueron incendiadas.

La mañana de hoy en un ataque armado asesinaron a un conductor de un autobús el transporte público de la ruta Hospital-Vacacional.

El ataque ocurrió cerca de las nueve de la mañana, en la avenida Andrés Urdaneta, debajo de la vía rápida, en el fraccionamiento Hornos.

En la zona suburbana de Acapulco, desde la siete de la mañana se notó la ausencia del transporte.

Cientos de personas, desde estudiantes y trabajadores de zonas como Ciudad Renacimiento, Zapata y la Cima esperaron el transporte público sin éxito.

En algunos puntos se reportaron peleas por los pocos taxis que circulaban. Se vio a patrullas de la Policía Municipal transportar a personas para acercarlas a sus destinos.

El Acabús opera de manera intermitente con espera de hasta una hora en sus estaciones.

A las 12 del día se reportó el incendio de una unidad del transporte en el Boulevard de las Naciones, en la zona Diamante del Puerto.

Combi incendiada por el crimen organizado en Acapulco, este 11 de enero del 2024. Foto: Captura de video/Redes sociales

Los primeros reportes mencionan que un grupo de hombres armados interceptaron la unidad, bajaron al chofer, lo despojaron de sus pertenencias y, posteriormente, prendieron fuego a la Urvan.

A pesar de todas las evidencias, la Comisión de Transportes del Estado aseguró en un comunicado que el sistema de transportes en Acapulco se desarrollaba con normalidad.

Después del huracán Otis, en octubre del 2023, esta jornada violenta es una de los más alarmantes en el puerto.

 

Al cierre del día

El Ayuntamiento de Acapulco, mediante un comunicado emitido alrededor de las siete y media de la noche, dijo que para mañana se restablecerá en su totalidad el transporte público en el puerto.

«Derivado de un esfuerzo conjunto entre autoridades de los tres niveles de gobierno que participan en la Mesa Regional para la Construcción de la Paz se ha logrado reestablecer el transporte público», se lee en el comunicado.

Durante todo el día no hubo transporte público para gran parte de la población.

El Ayuntamiento utilizó patrullas de la Policía Municipal para transportar personas y por la noche varios usuarios de autos particulares apoyaron en labores de transporte.

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