“Nos toca demostrar que somos un buen equipo y a la afición ir”: Los Avispones

Texto: José Miguel Sánchez

Fotografía: Oscar Guerrero 

Chilpancingo

 

El presidente del Club Deportivo Avispones de Chilpancingo, Sergio Alcaraz Soberanis, informó que el gobierno del estado cumplió con remodelar el pasto sintético de la cancha donde juegan y reconoció que falta mucho por hacer de parte de los jugadores y la afición para justificar la necesidad de remodelar el estadio.

Explicó que el próximo sábado Los Avispones jugarán su partido de presentación en casa, como equipo de segunda división, contra un equipo del estado de Michoacán.

“El primer paso fue hacer lo de la cancha y la gobernadora nos apoyó en eso, ahora nosotros tenemos que demostrar y la afición ir, porque de nada sirve tener un estadio para 15,000 si van 4,000”, mencionó Alcaraz Soberanis, al término de la ceremonia de entrega de uniformes a Los Avispones.

Con el pase de Los Avispones a la Liga Premier (Segunda División), la Federación Mexicana de Futbol pide como requisito a los equipos una serie de adecuaciones a sus estadios.

Entre esas adecuaciones están un pasto sintético de primera calidad, aumentar la capacidad de las graderías y mejoras en los vestidores.

De esas adecuaciones, el gobierno del estado apoyó en un primer momento con la instalación del pasto sintético, el cual prometen terminar antes de este sábado; día del partido de presentación de Los Avispones.

Hasta el día de ayer, el Polideportivo, lugar donde se ubica la cancha de Los Avispones, estaba cerrada por las remodelaciones.

“Para que el gobierno pueda hacer la siguiente parte de la inversión se tiene que ver si es suficiente, por eso, hacemos el llamado a la gente para que llenemos el estadio”, dijo Alcaraz Soberanis.

Actualmente, las graderías del estadio tienen una capacidad para 4,000 personas, el requisito de la Federación Mexicana de Futbol para un equipo de segunda división es tener capacidad mínima para 14,000 asistentes.

La cancha donde juegan Los Avispones y la que pretenden sea remodelada lleva el nombre de David Josué García Evangelista, joven de 13 años, asesinado el 26 de septiembre de 2014, la noche que crimen organizado y fuerzas policíacas desaparecieron a los 43 normalistas de Ayotzinapa. El autobús de Los Avispones regresaba de un partido, en Iguala, cuando fueron atacados a balazos.

El debut de Los Avispones en el torneo de la Liga Premier fue la semana pasada en Cancún, donde no anotó ningún equipo.

El día de hoy se realizó la entrega de los uniformes oficiales con los que Los Avispones jugarán en el torneo.

En la ceremonia estuvo Alma Rocío López Bello, directora del Instituto del Deporte de Guerrero (INDEG); el primer síndico procurador de Chilpancingo, Andrei Marmolejo y, en representación de la gobernadora, la secretaria de Desarrollo y Bienestar Social, Maricarmen Cabrera Lagunas.

 

Arlette, una joven de Acapulco que fue seleccionada en un proyecto para la NASA

Texto: José Miguel Sánchez

Fotografía: Oscar Guerrero 

Chilpancingo

 

Arlette Pamela Silva Hernández tiene 25 años, y es parte de 60 jóvenes seleccionados de todo el mundo para participar en el Programa Internacional del Aire y el Espacio de la NASA en Alabama, Estados Unidos.

Fue por un proyecto para realizar procedimientos oncológicos no invasivos y al vacío que Arlette logró ser seleccionada por la NASA.

El proyecto fue su tesis por el que se graduó de ingeniera bioquímica del Instituto Tecnológico de Acapulco.

El tema de procedimientos oncológicos no invasivos fue porque tuvo una perdida familiar a causa del cáncer y veía los complicados tratamientos que utilizan para tratar a los pacientes.

En febrero pasado Arlette fue seleccionada para participar en el Programa Internacional del Aire y el Espacio de la NASA en donde hará una estancia para desarrollar su proyecto.

Si su proyecto tiene éxito y es funcional para la NASA Arlette tendrá la posibilidad continuarlo con el financiamiento de este organismo estaunidense.

Este viernes Arlette participó en el Parlamento Juvenil organizado por el Congreso del estado donde pidió a las autoridades dotar de recursos y apoyo a las instituciones dedicadas al arte, la ciencia y la tecnología.

Entrevistada al término del Parlamento, Arlette mencionó que su propuesta es porque ella vive en carne propia la falta de apoyos para los jóvenes.

“Tuvimos que tocar muchas puertas y pedir el apoyo a todas las instituciones para lograr recaudar el dinero para el traslado a Estados Unidos”, comentó.

Hasta el momento el Congreso del estado, la Secretaría de Educación Guerrero (SEG) y la Secretaría de Migrantes y Asuntos Internacionales la han apoyado.

Se necesitan 3,950 dólares para cubrir sus gastos, los cuáles reconoce es difícil de conseguir.

Al principio Arlette pensó en no participar por falta de recursos, pero se animó y a través de diversas solicitudes y oficios dirigidos a las instancias de gobierno pretende juntar el dinero requerido.

Arlette es originaria de Agua Caliente, comunidad de la zona rural de Acapulco. Dijo que en las comunidades rurales existen jóvenes talentosos que por falta de herramientas no pueden desarrollar su conocimiento.

“En Guerrero somos muchos jóvenes talentosos, por eso mi propuesta de que se debe apoyarlos con todo el recurso necesario”, afirmó.

Este viernes, la joven se reunió con la titular de la Secretaría de Migrantes y Asuntos Internacionales (SMAI), Celeste Mora Eguiluz.

En las oficinas de esa dependencia Arlette recibió un recurso para su traslado a Estados Unidos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Lupita Soto: a un paso de la competencia internacional

Texto: Carlos Navarrete Romero

Fotografía:

30 de junio de 2022

Chilpancingo

 

La guerrerense Lupita Soto Miranda ganó el Campeonato Nacional de Artes Marciales Mixtas celebrado la semana pasada en Monterrey, Nuevo León.

Después de una destacada participación en la justa deportiva, avalada por la Federación de Artes Marciales Mixtas (FAMM), la originaria de Chilpancingo se hizo del primer lugar en el podio de la categoría avanzados, peso mosca.

En breve entrevista, Lupita Soto dijo que está a la espera de que la FAMM informe sobre el ranking nacional y reiteró su interés por representar a México y a Guerrero en competencias internacionales, como lo dijo en una entrvista previa publicad en Amapola periodismo.

«Me siento muy contenta, es algo que había estado buscando. El entrenamiento, la voluntad y la disciplina, todo relacionado, hizo que esto se volviera realidad”, comentó.

Lupita Soto tiene actualmente 29 años y es cinturón negro tercer grado de Kung Do Lama, arte marcial de la que es maestra, y cinturón azul en Jiu Jitsu brasileño.

Además de ella, el guerrerense Gibran Hernández logró el subcampeonato nacional en la categoría avanzado, peso walter.

Sanzekan Tinemi: el mezcal colectivo

Sanzekan Tinemi busca a través de proyectos de reforestación de maguey, de producción del mezcal y elaboración de artesanías con diferentes tipos de palma, crear mejores condiciones económicas para la población dedicada al campo.


Texto y fotografía: José Miguel Sánchez

Chilapa

 

Sanzekan Tinemi, palabras en náhuatl que significan en español siempre juntos, es una asociación civil campesina que ha establecido un trabajo colectivo, comunitario y sustentable en apoyo, principalmente, a los productores mezcaleros de Guerrero.

Su principal producto es el mezcal, el trabajo es colectivo a través de 32 fábricas ubicadas en la región Centro del estado que se aglutinan en la marca Sanzekan Tinemi con la intención de comercializar y dignificar la tradición del mezcal.

El mezcal y su marca son lo más visible de la asociación, sin embargo Sanzekan Tinemi apoya a los campesinos en la construcción de huertos familiares para garantizar un sistema de alimentación sustentable, sistemas de riego, proyectos de reforestación, talleres para la creación de abono e insecticida orgánico y la conservación de alimentos tradicionales.

“La organización cuenta con 1,200 agremiados a los cuales el apoyo les beneficia directamente, pero cada uno de ellos tiene familia y si lo vemos de esa manera al final resultan beneficiadas 30,000 personas”, explica la presidenta de Sanzekan Tinemi, Sofía García.

Sanzekan Tinemi también apoya en la confección de artesanías con palma: bolsas, tortilleros y sombreros, así como en su comercialización dentro y fuera del estado.

García cuenta que esta agrupación surgió en 1990 con el objetivo de organizar y garantizar a los campesinos de la región los apoyos económicos a los que difícilmente podían acceder, como el fertilizante y productos de Diconsa y créditos.

Ahora, a través de Sanzekan Tinemi, los campesinos se organizan para gestionar fertilizante gratuito, así como de una caja popular, tiendas rurales y la cría de pollos o puercos.

Mezcal en colectivo

Dentro de la marca Sanzekan Tinemi hay 32 mezcales. Todos son diferentes. De entrada porque lo elaboran maestros mezcaleros diferentes.  Cada uno lo produce de forma distinta: unos utilizan el agave cupreata (papalote), otros el espadín y unos más los endémicos de la región.

De esta forma se protegen las tradiciones de las distintas familias que desde hace siglos trabajan el maguey, cada una con sus propias recetas.

La etiqueta del mezcal es genérica pero respeta la identidad de cada productor: viene el nombre y firma del maestro mezcalero que lo elaboró, además de nombre de la localidad de origen, la cosecha y el número de hornada de producción, todo eso está escrito a mano en color rojo.

El objetivo es hacer patente que se trata de una elaboración artesanal.

En las oficinas centrales, ubicadas en la ciudad de Chilapa, hay estantes con botellas de todos los tamaños, desde los 100 mililitros hasta los 750.

El precio puede variar, de 300 pesos a granel a  750 y los 950 el envasado, dependiendo de la cosecha y el tiempo de maduración. La cosecha más antigua es del 2007.

Emiliano Cerros Nava es fundador de Sanzekan Tinemi, actualmente dirige el área de producción de mezcal. Explica que los precios fueron establecidos de esa manera porque cuentan con todos los permisos oficiales para su venta al mercado.

Cada maestro mezcalero produce su mezcal, a su gusto y condiciones, a partir de 100 litros se lo vende a Sanzekan Tinemi y la organización se encarga de certificarlo luego lo envasa y lo comercializa.

A las afueras de Chilapa,  se ubica la cava de Sanzekan Tinemi, un monumental edificio construido exclusivamente para resguardar alrededor de 1,800 litros de mezcal que producen al año.

La bodega tiene forma piramidal, una altura de alrededor de veinte metros y en la puerta principal recibe una pintura de Mayahuel, Dios del mezcal.

Dentro, la temperatura es de diez grados, “para resguardar las propiedades del mezcal, además de cuidar la temperatura se tiene que tener lo mínimo de luz”, explica Cerros Nava.

El mezcal es almacenado en garrafones de vidrio, en altos estantes, todo tiene un tamaño descomunal, la razón: conservar el frío y la oscuridad

Cada garrafón tiene todos los datos del maestro mezcalero que lo elaboró.

Cerros Nava cuenta que todo el proceso de producción del  mezcal es supervisado por los propios agremiados.

Desde la semilla

El maguey que se utiliza para el mezcal tarda en madurar entre siete y trece años, y se reproduce únicamente por semillas, por lo que Sanseka Tinemi cultiva plantas en sus propios viveros y tienen un sistema de reforestación que garantiza su uso sustentable.

“Para su producción utilizamos magueyes papalote silvestres (agave cupreata), esta especie es endémica de la zona y su crecimiento se da entre los 1,400 y los 2,000 metros sobre el nivel del mar, entre encinares pastizales y selvas bajas. El maguey papalote necesita entre siete hasta trece años en madurar y se reproduce únicamente por semillas, por eso aquí en Sanzekan cultivamos plantas en viveros y cuenta con un programa de reforestación”, explica Cerros Nava.

A través de proyectos de reforestación de maguey, de producción del mezcal y para la elaboración de artesanías con diferentes tipos de palma, Sanzekan Tinemi pretende crear mejores condiciones económicas para la población dedicada al campo.

Sanzekan Tinemi agrupa a maestros mezcaleros de Chilapa, Zitlala, Ahuacuotzingo y Tixtla.

“Los mezcales de la marca colectiva Sanzekan Tinemi son elaborados de manera artesanal siguiendo la tradición de siglos, la cual se ha ido transmitiendo y respetando de generación en generación”, comenta el fundador.

Sanzekan Tinemi se considera una empresa responsable, apuestan por el manejo racional y sustentable de los recursos naturales.

Cuenta con un programa de reforestación de maguey donde anualmente reforestan 1,5 millones de plantas, construye obras de conservación de suelos y retención de agua, el bagazo que resulta de la producción del mezcal lo utiliza como abono en los campos y cada una de las fábricas cuenta con biofiltros para el tratamiento de aguas residuales.

La esencia de Sanzekan Tinemi es el trabajo colectivo y responsable.

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Lupita, la campeona de las artes marciales de Chilpancingo en la ruta de títulos internacionales

La primera vez que peleó era una niña de tres años: hacía sparring (peleas de entrenamiento) en las salas donde entrenaba a otros jóvenes su padre. Dos años después participó en su primer torneo de artes marciales en Veracruz, donde ganó después de derrotar a todos sus adversarios, la mayoría niños. 


Texto y fotografía: Carlos Navarrete Romero

Chilpancingo 

 

Lupita Soto tenía tres años la primera vez que se puso los guantes, cinco cuando participó en su primer torneo de artes marciales y entre 13 y 14 cuando impartía su primera clase de Kung Do Lama. Ahora que tiene 29 años ya es cinturón negro tercer grado en Kung Do Lama y cinturón azul en Jiu Jitsu brasileño. Antes fue campeona nacional de Full Contact (2013) y subcampeona de Shootfighting (2016) y busca conquistar el Campeonato Nacional de Artes Marciales Mixtas de los próximos días en Monterrey, Nuevo León.  

De conseguir este último título significaría la posibilidad de Lupita de representar a Guerrero y a México en torneos internacionales de artes marciales.

Lupita es originaria de Chilpancingo, es la tercera de cuatro hermanos (un hombre y tres mujeres) en una familia donde todos practican Kung Do Lama, una arte marcial mixta creada por el mexicano Rigoberto López y de la que su padre, Silvestre Soto Contreras, es precursor en Guerrero. 

La primera vez que peleó era una niña de tres años: hacía sparring (peleas de entrenamiento) en las salas donde entrenaba a otros jóvenes su padre. Dos años después participó en su primer torneo de artes marciales en Veracruz, donde ganó después de derrotar a todos sus adversarios, la mayoría niños. 

Estaba habituada a combatir contra niños. En los 90, la presencia de mujeres en los deportes de contacto era mínima y los entrenamientos y peleas de Lupita casi siempre fueron con varones, incluso más grandes, lo que le permitió desarrollar habilidades para enfrentar a personas más altas, pesadas y corpulentas. 

Lupita recuerda que por ser mujer muchos de sus adversarios minimizaron su habilidad y fuerza durante las competiciones, lo que, al principio, le generó malestar, después le sacó ventaja. Porque no hay nada más errado que un advesario confiado.

“Siempre me pasaba que en los torneos los niños se ponían atrás de mí, porque como era niña pensaban que me iban a ganar, pero se llevaban su sorpresa. Era parte del bullying por ser niña, a veces me hacían caras o decían cosas, yo me acuerdo que me daban ganas de llorar, pero mi hermano o mis papás me decían que tenía que aguantar. Así que cuando yo entrenaba mi papá me hacía caras y me sacaba la lengua, lo hacía para prepararme mentalmente, para que eso ya no me afectara, y sí me sirvió”, comparte en entrevista.

Con 26 años de experiencia en las artes marciales es difícil llevar la cuenta de todas las peleas y todos los triunfos, pero son muchos. En cada competencia ha logrado un lugar en el podio; tiene medallas y trofeos de sobra. 

En 2019 llegó al segundo lugar del ranking nacional femenil de peso mosca, en la categoría de avanzados, posición que le permitió ser seleccionada para el campeonato Panamericano que se celebraría en 2020 en Cancún, sin embargo éste fue cancelado por el confinamiento de la pandemia por la Covid-19.

Este año retomó el camino de las competencias, ahora en busca de representar a México y a Guerrero en las ligas internacionales de Artes Marciales Mixtas (MMA por sus siglas en inglés).

El año pasado intentó mantenerse en el ranking, que es la antesala de cualquier torneo internacional, pero por  falta de patrocinadores y apoyo gubernamental no pudo participar en el Torneo Nacional de MMA que se celebró en Monterrey, lo que le hubiera permitido defender su puntaje.

Hoy dice sentirse en excelente forma para recuperar su posición, por lo que participará en el Campeonato Nacional que se llevará a cabo en Monterrey entre el 24 al 26 de junio.. Hace unos días publicó un video en sus redes sociales pidiendo apoyo de patrocinadores a fin de solventar los gastos que implican su preparación física.

“He estado trabajando duro, he estado entrenando fuerte, me siento fuerte, me siento segura, voy contra personas que son experimentadas, pero en lugar de que eso me haga sentir con miedo o desmotivada, me siento con ganas de poner en práctica todo lo que he estado entrenando. Estoy muy emocionada de regresar a la competencia y poner otra vez al estado en un buen lugar”, comenta.

La evidente buena condición física y mental de Lupita no es casualidad. En su preparación la acompañan un entrenador físico, un psicólogo deportivo, un nutriólogo y un profesor de artes marciales.

 

La disciplina también ha jugado un papel importante: todos los días inicia su entrenamiento a las ocho de la mañana. Durante casi cuatro horas realiza ejercicios enfocados a deportes de contacto para mejorar la técnica y la fuerza de sus golpes, perfeccionar sus derribes y manejar la explosividad, muy necesaria en las MMA. Para a las 11:30 horas.

Por la tarde retoma sus ejercitación desde otta posición. De cinco de la tarde a ocho de la noche es maestra de Kung Do Lama de estudiantes desde los cuatro hasta los 30 años, y de las nueve a las 22:30 horas entrena Jiu Jitsu brasileño. A veces le agrega una hora más de combate con costal.

De ganar el próximo Campeonato Nacional en Monterrey, Lupita pelearía contra la actual campeona para disputarse la representación del país en el siguiente Campeonato Panamericano o algún otro torneo internacional. 

La siguiente competencia es muy importate para Lupita no sólo por el título, porque el triunfo le interesa más allá. De ganarlo su historia serviría de inspiración para que más mujeres ingresen a las filas de las artes marciales.

“Es necesario que haya más niñas, más mujeres inmersas en este deporte, porque a veces tienden a pensar que una mujer que hace artes marciales pierde su feminidad, pierde cosas estéticas y para nada, una puede ser fuerte sin perder la estética que la hace mujer. Buscamos ser un punto de referencia para que ellas puedan ver que las mujeres pueden estar en ese tipo de eventos”, agrega.

Lo que debe saber Lupita es que ella ya es una referencia.

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Emilio Barrera continúa tejiendo la tradición del rebozo

 

Texto y fotografía: Luis Daniel Nava 

Chilapa 

 

Emilio Barrera es el último rebocero de Chilapa, Guerrero.

Hace 33 años, la tradición del rebozo se pudo terminar cuando Emilio, entonces un joven de 25 años, pensó en probar suerte en Estados Unidos. Era el único de los cuatro hermanos que le ayudaba en el taller de rebozo a su padre, don Cirilo Barrera.

Esa vez, don Cirilo le dijo que desconocía a qué iba al norte pero que ya estaba grande para saber qué hacer con su vida.

Emilio se despidió de su padre y amigos pero el plan se frustró esa misma tarde. Las personas que lo recibirían avisaron que no había trabajo en aquel país debido a una nevada. Decidió ir a tomarse unas cervezas y regresó a su casa por la madrugada.

Por la mañana, Emilio entró al taller. Don Cirilo trabajaba y al verlo abrió los ojos y la boca sorprendido. Enseguida vino un semblante de felicidad.

–¡Ora qué cosa, cabroncito!, ¡yo ya te hacía en no sé dónde!

–Pues si, fíjese que no se pudo, pero el sábado ahora sí.

–¡Pues órale!, ¿ya almorzaste?

–No, respondió Emilio en plena resaca.

La alegría de su padre detuvo a Emilio de otro intento de partir. Recibió su primer telar de pedal, una redila, dos paquetes de hilo y tres kilos de tinta para trabajar por su cuenta. Desde entonces elaborar rebozos es su oficio. Ahora a sus 58 años es el único rebocero en Chilapa.

* * *

En los años 30 y hasta principios de los 80, Chilapa era la sede de la industria del rebozo de bola en Guerrero, llamado así porque el algodón, su materia prima, venía en bola. Casi 90 por ciento de la población participaba en el proceso de elaboración que va desde deshacer la hilaza, deshilar la madeja en un carrete, encanillar –juntar hilos de la madeja–, teñir, urdir o preparar los hilos para tejer, tejer, atar, repasar y vender.

Los talleres eran propiedad de hombres adinerados que contrataban gente para todo su proceso y ellos se encargaban de su venta, pero también eran de familias donde participaban todos sus integrantes; las viviendas eran pequeñas fábricas y las calles donde se ataba la hilaza talleres comunitarios.

Jesús Meza Pineda, quien ha seguido con atención los cambios sociales en la ciudad, rememora que hace más de 50 años, la sociedad chilapense era muy apegada a la religión católica y vivía en un ambiente sano, de calma. De la casa al trabajo y viceversa, los sábados eran de raya o de cobro y los domingos se asistía a misa en familia.

El rebozo, asegura, era una prenda imprescindible en la vida de los pobladores. Era usado para cargar a los recién nacidos, guardar dinero, ir a misa y hasta para envolver a difuntos. Para las familias de abolengo el rebozo de tejido fino era un accesorio de lujo.

Jesús Hernández Jaimes, profesor de Historia de América Latina en la Universidad Nacional Autónoma de México, explica que a finales del siglo XVIII en Tixtla y Chilapa se empezó a producir manta en telares, con la ventaja de que en las costas se producía algodón en grandes cantidades.

“Durante la guerra de Independencia, en los meses en que las tropas insurgentes encabezadas por (José María) Morelos estuvieron asentadas en Chilapa, en 1811, se pusieron a producir en todos los talleres mantas para vestir a las tropas. Esta producción se va a extender a lo largo del siglo XIX.

“Mi hipótesis es que aprovechando esa experiencia local en algún momento, por ahí de finales del siglo XIX o principios del XX se introdujo la actividad de los rebozos en Chilapa.

“Y se empezó a producir el rebozo que satisfizo la demanda de toda la región e incluso gran parte de la producción se enviaba a Puebla y a la Ciudad de México”.

* * *

Emilio es el menor de los seis hijos de Cirilo Barrera, dos mujeres y cuatro varones. Las primeras se volvieron profesionistas y de los cuatro que se iniciaron en el taller, dos se hicieron maestros y uno mecánico. Sólo Emilio continuó el oficio al que se adentró a los 13 años.

Cirilo Barrera empezó como tejedor en los 40 en uno de los muchos talleres que existían en Chilapa. Después de los 50 le propusieron realizar el rebozo conocido como acateco o de cocol y a ese se dedicó hasta que falleció a los 71 años.

El acateco, a diferencia del de bola, en el que intervienen unas 10 personas de principio a fin, se puede realizar con la ayuda de hasta una persona. Don Cirilo sólo empleaba a tejedores, él y sus hijos se encargaban del resto.

A más de medio siglo, el taller de don Emilio conserva tres telares: El Bronco, el Gavilán y El Cobarde. Don Cirilo trabajó en El Bronco que se lo había vendido un tío, quién lo recibió de su patrón. El aparato tiene al menos 100 años y está hecho con la madera del pino Ayacahuite.

* * *

Hubo otro momento en que Emilio estuvo a punto de dejar todo. Después de la muerte de su padre en 1998.

Los clientes pensaron que con el fallecimiento de don Cirilo el taller había cerrado. Emilio no sabía dónde vivían. Poco a poco los rebozos se fueron acumulando. Emilio decidió terminar la hilaza y la tinta que le quedaban para dedicarse a otra cosa.

Un día apareció la señora Basilisa Abundis, una cliente de la comunidad de Acatlán radicada en la Ciudad de México.

–¿Con quién puedo hablar?… mira yo le quedé a deber a tu papá 100 rebozos y vengo a pagar, pues. No quiero tener cuentas con difuntos.

–¿Y sigues trabajando?

–Sí, sigo trabajando

–Ahora nomás vine a pagar, no traigo dinero, pero si no desconfías…

Emilio pensó: “¿qué más muestra de honradez que venir a pagar una deuda a un difunto”:

–Si, pues si quiere…

–¿Tendrás 50?

–Sí

–¿100?

–Sí, hasta 200 si quiere

–Le digo que no venía a comprar, nomás me llevo 100.

La comerciante llevó los rebozos a Acatlán y a la Ciudad de México para su bordado. Ahí los clientes se dieron cuenta que se seguían elaborando rebozos en Chilapa y regresaron.

“No, ya pura chingada. Ya no me fui. Ya había chamba y me rete rogaban, tienen una forma muy sencilla de decirte las cosas”, cuenta Emilio.

“Yo ya le fui a amarrar sus patitas a san Dimas para que no te vayas y si te vas para que regreses luego. No nos vayas a dejar, don Cirilito”, le dijo doña Basilisa.

Es la tarde del 16 de octubre del 2021. Emilio escucha de fondo la canción Perdida de Agustín Lara. Descalzo, con un short futbolero y una camiseta del Atlas, se da tiempo de hablar, de deshilar recuerdos, los trae al presente como si ocurrieron ayer.

También muestra las etapas de la elaboración del rebozo y las faldas de acateca. Y hasta cuenta la historia de una bicicleta que le empeñaron. No deja de trabajar y lo hace con gusto.

Tiene dos hijos Emilio de 16 años y José Miguel de 18, quien ahora le ayuda.

“En su descanso le está entrando, me ayuda a tejer, sabe hacer varias cositas, le falta mucho. No lo quiero inquietar tanto por si quiere seguir estudiando pero sino pues aquí en el taller se va a venir quedando”.

 

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El herbario de la Uagro, un espacio de memoria sobre la conservación verde de Guerrero

La colección de plantas con las que cuenta el herbario van desde plantas conocidas en el centro de Guerrero, como el toronjil, el huamuchil, el lináloe y diferentes tipos de maguey, hasta las menos conocidas, como pega hueso, limoncillo, cascalote, temanicatzin que crecen en el campo y que identifican los campesinos y lugareños o, en su caso, especialistas; pasan desapercibidas para muchas personas.


Texto y foto: José Miguel Sánchez

13 de mayo del 2022

Chilpancingo

 

En un rincón de Ciudad Universitaria en Chilpancingo se ubica el Herbario de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), un espacio de conservación y divulgación científica que pretenden convertir en un “centro de referencia de la flora de Guerrero”, de acuerdo con su directora, Natividad Herrera Castro.

Entre los edificios grises de las facultades de Ingeniería y Filosofía y Letras se abre un camino empedrado donde hay un letrero en el que se lee “Jardín botánico de la Uagro”. Está lleno de plantas, flores, arbustos y árboles como si se tratara de un cuento. Al final hay un pequeño edificio de dos plantas, rodeado de más vegetación, es el Instituto de Investigación Científica Área de Ciencias Naturales adscrito a la Uagro; en su segunda planta está el herbario universitario.

El edificio alberga varios proyectos que, a la vez, representan uno colectivo, el jardín etnobiológico que contempla un jardín botánico, un museo paleontológico y un herbario. El herbario está considerado como un espacio de conservación científica donde resguardan plantas endémicas o representativas de la región, con el objetivo de realizar investigaciones, estudios o análisis de una zona o especie de planta determinada para conocer su identidad taxonómica, es decir a qué familia pertenece, y con información de en qué zona se reproduce y el uso que puede darle la sociedad.

En estos sitios suelen conservar las colecciones de plantas secas –usualmente una rama con flores y frutos, depende de las particularidades de cada planta–, que son prensadas entre cartón corrugado y papel secante deshidratado en secadora y una ficha con los datos más importantes de cada especie. También la información de las especies es debidamente sistematizada y organizada para ser consultada de manera eficiente.

En el caso particular del Herbario de la Uagro, las hojas con las plantas ya prensadas y montadas en cartulinas blancas están en folders que son resguardos en grandes gavetas que abarcan todo el espacio. La colección actual es de 12,000 plantas únicas del estado, colección exclusiva a nivel estatal.

En México cada estado cuenta con uno o varios herbarios locales y a nivel nacional el referente es el Herbario Nacional de México (Mexu), donde su colección de plantas asciende a un millón 500 mil ejemplares en conservación. La colección oficial data de hace 100 años, pero hay plantas recolectadas de 200 años atrás.

“Para el estado de Guerrero queremos tener una muestra bastante representativa de su riqueza”, menciona Herrera Castro.

La directora reconoce el esfuerzo de la colección de 12,000 plantas a los estudiantes que realizan tesis sobre etnobotánica o taxonomía, porque son quienes recolectan las plantas y al término de la investigación depositadas para su resguardo en el Herbario.

Otra forma de obtener plantas es a través de intercambios o donaciones que realizan con herbarios de otros estados y universidades.

También Herrera Castro y Elvia Barrera Catalán, ambas encargadas del proyecto, hacen recolección de plantas por cuenta propia; muchas veces a través de proyectos e investigaciones que les financian las institución de investigación científica, y aprovechan su trabajo de campo para hacerlo.

Por la inseguridad y las condiciones geográficas del estado hay regiones como Tierra Caliente o la Sierra donde es riesgoso el acceso para recolectar plantas.

La colección de plantas con las que cuenta el herbario van desde plantas conocidas en el centro de Guerrero, como el toronjil, el huamuchil, el lináloe y diferentes tipos de maguey, hasta las menos conocidas, como pega hueso, limoncillo, cascalote, temanicatzin que crecen en el campo y que identifican los campesinos y lugareños o, en su caso, especialistas; pasan desapercibidas para muchas personas.

“Aquí hay plantas que muchas personas no conocen, pero en comunidades originarias tienen un gran valor, nuestro trabajo es preservar esas plantas ligadas al conocimiento antiguo”, dijo Herrera Castro.

Historia del herbario universitario

En Guerrero, el herbario universitario lo iniciaron los biólogos Manuel Blanco y Carlos Toledo entre 1977 y 1978 quienes trabajaron en un proyecto de investigación sobre las burseras lináloe y copal de la depresión del Balsas en la región Norte del estado.

La Bursera linanoe es una planta endémica de la región sureste del país, crece en los estados de Guerrero, Puebla y Oaxaca. En Guerrero, pueblos de la Montaña utilizan la madera de este árbol para realizar artesanías como las populares cajitas de Olinalá.

Los biólogos se retiraron y dejaron el primer antecedente de una colección de plantas que fue el primer paso para crear lo que hoy es el herbario universitario.

Herrera Castro recuerda que fueron alrededor de 100 ejemplares con los que se inició la colección, principalmente de árboles como lináloe, pochote y distintos tipos de agaves.

Aquella colección propició muchos intentos para darle continuidad al proyecto, pero la falta de expertos en el tema, como curadores de la colección del Herbario y la crisis universitaria de 1984, cuando el gobierno federal y el estatal encabezado por Rubén Figueroa retuvo el presupuesto a la Uagro, como una medida de contención a la institución que en aquella época apoyó a diferentes movimientos de izquierda en Guerrero y su estrecha vinculación con la sociedad guerrerense.

Sin más personal capacitado para las colecciones de plantas y sin presupuesto para los especialistas terminaron por guardar el proyecto.

Herrera Castro, quien realizó su servicio social registrando las plantas en el herbario, regresó de una maestría en 1992 y reactivó el herbario universitario. “Empezamos de cero, tuvimos que ver lo que había y tratar de sacar adelante el proyecto, logrando recuperar 600 plantas”, comenta.

El Herbario de la Uagro ha tenido varias etapas (la de 1970 y la de 1993). En la actualidad está registrado oficialmente a nivel internacional en el Índice de Herbarios Internacionales (Index Herbariorum) donde le asignaron las siglas UAGC como acrónimo que lo identifica; es único apuntado de todo Guerrero.

A pesar que otras dos unidades académicas de la Uagro cuentan con colecciones de plantas estas aún carecen del registro en el Index Herbariorum.

Por la riqueza natural del estado, al herbario universitario llegan investigadores de países como Brasil, Polonia o Estados Unidos para conocer las especies de plantas regionales, con el avance de las comunicaciones el herbario presta servicio de consulta enviando fotos de las especies de interés.

Algunos de los envíos fueron al el Mexu, al Centro de Investigaciones de Yucatán (CICY) y la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).

Herrera Castro recuerda que en una ocasión se acercaron al herbario investigadores de la Universidad de Guadalajara para preguntar sobre una planta denominada Aximifilum sagitalobum, la cual se creyó extinta porque el único registro que había era de principios del siglo XX.

La sagitalobum resultó ser una especia endémica de Guerrero, que fue hallada en la Sierra de San Miguel Totolapan, en la región de Tierra Caliente.

Aunque la planta no sea tan conocida ni relevante para muchas personas, para los especialistas en botánica o taxonomía resulta ser un objeto de estudio muy importante, y constituye la herramienta principal y pretende ser el puente entre los especialistas y las especies de plantas.

El esfuerzo por un archivo digitalizado

El herbario universitario es un pequeño salón de clases adaptado, está lleno de grandes gavetas que van del piso al techo del edificio. En otro rincón tienen plantas en papel periódico, que pasan por todo un proceso de investigación antes de entrar a las gavetas.

Dichas gavetas están ordenadas de manera alfabética y por familia botánica, lo que permite tener un orden al momento de buscar alguna planta específica.

Los herbarios modernos tienen ya un registro digital de las etiquetas de información de sus colecciones para facilitar la investigación. Ante ese panorama, Herrera Castro y Barrera Catalán se dieron a la tarea de digitalizar la colección del Herbario de la Uagro y próximamente piensan en digitalizar las imágenes de cada ejemplar para su consulta en línea.

Las académicas, en algunas ocasiones, son ayudadas por estudiantes apasionados por la biología que realizan su servicio social y prácticas profesionales en el lugar.

El herbario creció de la mano de estudiantes y con proyectos de investigación científica que consiguen las académicas. Es la manera en que se financian para adquirir gavetas, aire acondicionado o deshumidificadores para reducir la humedad, importante para conservar las colecciones de plantas, así como algunos recursos para  realizar las colectas en campo.

Las academias esperan el apoyo institucional para el crecimiento de las colecciones científicas del Instituto de Investigación.

Con este panorama en medio de necesidades institucionales, las académicas buscan convertir el herbario universitario en un espacio de consulta para la sociedad guerrerense, y lograr que la población conozca las plantas potencialmente útiles para fines curativos, alimentarios, entre otros

El proyecto pretende que el conocimiento sobre plantas no se pierda.

“El día de mañana que una persona requiera información sobre plantas de su comunidad ésta pueda estar debidamente ordenada para su consulta y resguardo”, comenta Herrera Castro.

En busca de un nombre

El herbario universitario no cuenta con un nombre oficial y está en proceso de ser nombrado, pero Herrera Castro sabe que no es una tarea fácil.

La directora pretende que el nombre que lleve el herbario sea un homenaje a los defensores del medio ambiente que son asesinados defendiendo su territorio.

Texto patrocinado por la Uagro

Tixtla: productor de flores y hortalizas de Guerrero

Don Casimiro un sembrador de estos cultivos cuenta su historia


Texto: Beatriz García

Fotografía: Amílcar Juárez

25 de abril del 2022 

Chilpancingo

 

Las tierras de siembra de Casimiro Romero Cosme, ubicadas a un lado de la parte baja de la laguna en Tixtla, están repletas de margaritas y matsumoto moradas y blancas, y surcos de cebolla, quelites y lechugas.

En Tixtla, durante el año, los campesinos conocen cada una de las épocas donde venderán sus productos, como los días de las Madres, de Muertos, de la Virgen de Guadalupe.

En el estado, este municipio sobresale porque los campesinos hacen producir sus tierras todo el año, en temporada de riego y en tiempo de lluvias. La venta de hortalizas y flores es uno de los principales sustentos económicos de las familias, y aunque han tenido que pasar días buenos y otros malos, siempre buscan la manera de retomar esta actividad agrícola.

Además de ser sustento económico principal de las familias, las siembras de hortalizas de este municipio son fundamental en la alimentación saludable de los lugareños, no solo de Tixtla, si no de la región Centro. Se sabe por los pobladores, que Chilpancingo, es uno de los principales lugares donde se distribuyen las cosechas de esa cabecera municipal, y entonces podría decirse que estas hortalizas siempre están presentes en las mesas de las familias. 

En el caso de las flores son un símbolo importante para los rituales religiosos y otras celebraciones de las familias en esta región, como se mencionó al principio en diferentes fechas del año.

Al llegar al centro de la cabecera municipal de Tixtla está el mercado municipal. Lo primero que salta a la vista es el verde de las lechugas frescas, manojos de quelites y las calabacitas tiernas recién cortadas por los sembradores. También hay coles blancas y moradas, elotes y cebollas.

El olor de romero, albahaca y ruda se perciben en el ambiente. Al igual que de las nubes, matsumoto, margaritas moradas, blancas y rosas en distintos tonos.  

De acuerdo con el registro del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) en el estado, durante 2021, en Tixtla sembraron los campesinos tanto de riego como de temporal 4,888.99 hectáreas de tierra, y cosecharon la misma cantidad. En lo que va del 2022 han sembrado 827.84 hectáreas y  han cosechado hasta ahora 40.76 hectáreas, posiblemente porque el resto de la siembra sigue en crecimiento.

Mientras Daría Morales López guarda las margaritas blancas y moradas que llevó a vender al mercado la mañana del 8 de abril pasado. Casimiro Romero, su esposo, trabaja en sus terrenos de siembra. Ella, en medio de la venta, todavía se da el tiempo para llevarle almuerzo a su esposo hasta los terrenos de siembra.

El camino del centro de la cabecera municipal, donde está el mercado, a la parte baja donde están las tierras de labor, se ven las hileras de hortalizas, lechugas, coles, albahaca, romero, y los puntos rojos de los rábanos.

Casimiro Romero, con 54 años, es sembrador desde hace 30. Le colabora su esposa en el trabajo con la tierra, además que se hace cargo de la venta de los productos y de otras partes de proceso. Ambos sacaron a sus dos hijas adelante con su labor en el campo.

De lunes a domingos, desde temprano, el campesino toma su bicicleta y se traslada a las tierras que siembra para regarlas, revisarlas y limpiarlas.

El sembrador no tiene tierras propias, desde 1990 le prestan poco más de media hectárea para sembrarla. Antes fue migrante en Estados Unidos. El trato que tiene con el dueño de las tierras es que por cada cuatro surcos que siembra, le entrega uno a manera de pago.

Esa mañana, Casimiro, con los pies y las manos embarradas de tierra, mostró los surcos de los terrenos, principalmente de margaritas. Las hortalizas comenzaban a salir de la tierra; en un mes estarían cosechando cebolla, pipitza (o pipicha), lechugas, col y cilantro. Los rábanos y la albahaca ya estaban listas para el corte.

Casimiro heredó el oficio de sus padres Pedro Romero y Eugenia Cosme. Recordó que de niño veía como las personas acarreaban agua de los pozos con latas para regar su siembra, porque no había motores que permitieran trasladar en mangueras el agua hasta los surcos.

Cuando regresó a Tixtla de los Estados Unidos decidió sembrar la tierra para tener sustento económico, así como lo heredó de sus padres y la actividad que les da de comer en el municipio, de manera principal en la cabecera a unos 1,000 habitantes, de acuerdo con los cálculos de Casimiro. 

Casimiro y Daría siembran rábano, pipitza, cilantro, col, albahaca, cebolla, pápalo, lechugas. Además de flores de temporada, como margarita, matsumoto, nube, cempasúchil y terciopelo.

El sembrador compartió que sembrar la tierra es de tiempo, cuidado, dedicación y amor. Técnicamente algunas cosechas las obtiene más rápido que otras. Por ejemplo, para el cilantro, después de regar la semilla sembrada espera 28 días para que retoñen las plantitas; el rábano  da frutos en un mes, mientras que la lechuga tarda mes y medio para convertirse en pachole –brotes que después serán trasplantados en un lugar más amplio–, luego otro mes y medio para que crezca.

En días pasados, en las tierras que siembra el campesino abundaban las flores, por la cosecha para la temporada de Semana Santa. También brotaban las hortalizas.

“Se aprovecha la humedad de la laguna que está enfrente, aprovechamos que la tierra es fértil, tenemos bastante agua, porque en la parte alta hay mucho animalito (plagas) y se necesita mucha medicina (pesticidas) y sale muy caro para lograr la siembra”, menciona.

Para Casimiro Romero sembrar la tierra es sinónimo del sustento familiar, y entre más bonitas crezcan las flores y hortalizas mejor demanda tendrán en el mercado, comparte mientras camina entre los surcos de su siembra.

La jornada de trabajo en prticular del sembrador es desde que amanece hasta que anochece, pero cuando se trata de cosechar la flor lo hace por la noche para que amanezca fresca.

El destino de las hortalizas y las flores

Dentro del mercado de Tixtla están los negocios de comidas y en medio de las mesas casi nunca faltan los quelites y rábanos que se producen en sus tierras.

En la región Centro se consumen mucho las hortalizas, principalmente de Tixtla, aunque otros municipios, como Chilapa, también las siembren. Son la compañía de los tacos de pollo y las enchiladas ahogadas, tostadas y quesadillas de especial sabor en la región.

En las iglesias del municipio también están las flores que los sembradores oriundos cultivaron en su territorio.

Así como Casimiro y Daría, el resto de los sembradores venden sus productos en el mercado municipal de Tixtla para propios y foráneos.

Daría espera a los compradores a mayoreo provenientes de Chilpancingo, quienes sueleven revenderlos en otros mercados fuera de Tixtla.  Los sembradores salen a vender al mercado de Tixtla desde las tres o cuatro de la mañana.

Casimiro recordó que en los años noventa llegaba a Tixtla una pareja de Acapulco y compraba a los campesinos lo de dos camiones llenos de flores y hortalizas. Pero, “ese mercado ya nos lo quitó Puebla hasta parte de Chilpancingo, hasta Tixtla. Que según es más barato”, comenta.

Consideró que es “una invasión” porque los campesinos locales necesitan su mercado local para vender las cosechas.

El campesino mencionó que cuando deja de llover, como hay humedad, se dan plantas más bonitas, además porque no hay plagas como en temporada de calor.

 De hecho, de acuerdo con su experiencia, esta época es la más complicada, porque deben cuidar minuciosamente las plantas por las plagas; eso provoca que los precios de sus productos aumenten. Una de las plantas delicadas en este tiempo es el cilantro. Casimiro cree que pronto encarecerá su precio en el mercado. 

En el caso de las flores, las margaritas puede costar en 30 pesos por racimo, pero hay veces que baja hasta 10 pesos, por la abundante demanda en Tixtla.

En los 30 años que lleva en la siembra, Casimiro ha pasado buenas como malas épocas no sólo con los costos, también con los desastres naturales, como las lluvias de 2013 con las que perdió sus cosechas y los motores que utiliza para el riego. Aun con todo lo ocurrido seguirá en este oficio que le concede a su municipio el lugar de productor de hortalizas y flores para la región Centro.

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Gobierno de Morelos le otorga galardón a guerrerense

Texto y fotografía: Amapola Periodismo

19 de abril del 2022

Chilpancingo

 

Delia Gamboa Guerrero, directora del IMSS en Cuernavaca, fue una de las personalidades que por su aporte, esfuerzo y compromiso con la ciudadanía recibió este martes el galardón de la Venera «José María Morelos y Pavón» por parte del gobierno del estado de Morelos.

Gamboa Guerrero, originaria de Chilpancingo recibió este reconocimiento de manos del gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco Bravo en un acto que se desarrolló en el Centro Cultural Teopanzolco (CCT) en Cuernavaca, capital de esta entidad.

Este reconocimiento que recibió Delia Gamboa en la categoría de Servicio Público fue con motivo del 153 aniversario de la creación del estado de Morelos.

En esta ocasión otorgaron la distinción a los ganadores de 2021-2022, debido a que el año pasado no se pudo llevar a cabo la premiación derivado de las restricciones por la emergencia de la Covid-19.

El gobernador Cuauhtémoc Blanco expresó su reconocimiento a las galardonadas y galardonados por su valioso aporte a la sociedad.

A cada uno de los galardonados les entregaron una presea de plata ley 0.95 con la efigie de José María Morelos y Pavón en su anverso y en el reverso el escudo del estado de Morelos, además una roseta de oro en forma de botón con la misma efigie y la leyenda «Morelense de excelencia».

También les entregaron un diploma.

Al evento asistieron titulares de las diversas secretarías de la administración estatal así como los titulares de los poderes Judicial y Legislativo.

Las categorías de los premiados son: arte y cultura, deporte, desarrollo humanístico, desarrollo comunitario, educación investigación, justicia y derechos humanos, modernización tecnológica, salud, seguridad y medio ambiente, servicio público y valor civil.

En la categoría de deporte le otorgaron el premio póstumo a Pablo Larios Iwasaki quien fue portero del equipo de futbol de la selección nacional y jugador del Zacatepec.
Pablo Larios, falleció el 31 de enero del 2019.

La doctora Delia Gamboa Guerrero, una de las premiadas en la categoría Servicio Público tiene una larga trayectoria en el servicio público en el sector salud de Morelos.

 

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El artista empezó a exponer sus obras en galerías de México. Luego fue más conocido y lo invitaron en países como: Rusia, China, España y Estados Unidos


Texto: Beatriz García

Fotografía: Cortesía  

10 de febrero del 2022

Chilpancingo

Al fondo del pueblo hay unas montañas en tonos grisáceos que sobresalen bajo nubes blancas. De los trazos en tonos cálidos como el rojo, naranja, amarillo y escarlata, el pintor nos adentra a una fría mañana en una comunidad con una plazula, de cuyos puestos resaltan coloridas lonas. Descienden de los cerros casas diminutas con tejados. Hay una torre de iglesia y una mujer con una niña caminando hacia el tianguis tomadas de la mano.

Este paisaje en acuarela llamado “Camino al mercado”, lo plasmó el pintor Moisés Medrano Guevara. La obra retrata la capilla de Santa Mónica del pueblo mágico de Malinalco, Estado de México.

Moy Medrano, como es más conocido, expuso esta pintura en el concurso internacional de acuarelistas Premio Tláloc 2021 el pasado 23 de noviembre, en el Museo de la Acuarela en Toluca, Estado de México.

De 390 participantes Moy fue seleccionado entre los 12 mejores acuarelistas y premiado con una mención honorífica, además es el más joven de todos.

Fue desde el 31 de diciembre del 2018 que hizo un cambio radical a su vida y habló con sus papás. Les dijo que abandonaría el trabajo que tenía en una empresa, donde desarrollaba lo que había estudiado, administración de empresas, para dedicarse completamente al oficio de la pintura. Aunque sus papás no lo aprobaron, lo hizo.

En este cambio tomó clases con profesores internacionales.

El 6 de julio del 2019 expuso sus obras en Bulgaria, en la modalidad Petit Pale que organiza la IWS (International Watercolor Society). Aprovechó, se quedó un mes, y tomó clases con el pintor indio, Amit Kapoor.

También ha tomado clases en la Ciudad de México con el italiano, Igor Sava y recientemente, en línea, con el norteamericano, Andy Envansen.

Aunque destaca en la técnica del acuarela, también pinta al óleo, acrílico, pastel. Sus pinturas se basan, principalmente, en el realismo figurativo, similar a una fotografía. Tarda en hacerlas de un día a un mes, depende de la complejidad.

El artista empezó a exponer sus obras en galerías de México. Luego de que fuera más conocido lo invitaron en países como: Rusia, China, España y Estados Unidos, mediante la IWS.

En sus pinturas plasma paisajes, rostros, partes del cuerpo, figuras humana y arte erótico. La obra más cara que ha vendido es la de unos elefantes, en 60 mil pesos, acá en Chilpancingo.

De administrador a pintor

Moy tiene 34 años, aunque nació en Iguala de la Independencia, a los tres años se mudó con su familia a la capital del estado, él se considera chilpancingueño. A los 25 años nuevamente se mudó con su familia, ahora, a Cuernavaca, Morelos.

El pintor y administrador de empresas, tiene una maestría en Administración y una especialidad en Negocios Internacionales.

Sin embargo siempre tuvo empatía con el arte. Desde niño leyó sobre el pintor italiano Leonardo Da Vinci, él fue su primera inspiración, contó desde Cuernavaca.

A los 25 años decidió tomar una acuarela, trazar, pintar y descubrir su talento que fue a través de su hermano Maximiliano.

Maximiliano, cuando estudiaba arquitectura, le contó a Moy que tenía una maestra que le está enseñando a hacer render –representación gráfica- con acuarela, que es el instrumento más rápido porque seca de inmediato y es fácil de usar para los arquitectos. Entonces le mostró a su hermano las pinturas que también hacía su maestra y quedó impactado, porque eran imágenes hiperrealistas.

A los 26 años Moy tomó las acuarelas de su hermano e intentó plasmar un pez que en tenían de mascota en casa, pero la pintura resultó un fiasco, admitió Moisés.

En ese momento llegó su hermano y le mostró cómo se utilizaba una acuarela, con la técnica “aflojar el color”.

“Empecé a ver cómo se aflojaba el color y cómo el color viajaba en el agua y ahí fue un impacto para mí, mágico. Dije: ¡Órale, qué chido, vi algo extraordinario!”, contó el artista, porque ese fue el inicio de su oficio como pintor.

Poco a poco adquirió su propio material, acuarelas de diferentes colores, papel y pinceles. Vio videos sobre acuarelistas, cómo hacían rostros, paisajes. Así pasaba las noches en vela. Después ya tenía dentro de un folder las pinturas que había hecho y siempre las llevaba consigo.

Un día llegó a una tienda de arte, y el dueño le pidió que le mostrara sus dibujos. Le dijo que tenía talento. Lo recomendó con un pintor, al boliviano Huascar Taborga, que vive en Cuernavaca y que ahora Moisés sabe que es de los mejores pintores que hay en el mundo. Y sí, se decidió y llegó con el pintor.

La sorpresa de Moy fue que el pintor le hizo demasiadas observaciones sobre sus pinturas, le faltaba perspectiva del color, difuminados, abstracción, técnica de color, perspectiva de pintura. No le creyó mucho, pero aceptó hacer los ejercicios que le recomendó.

Vivir del arte

Moisés imparte clases a chicos y grandes, a profesores que manejan otras técnicas distintas a la acuarela. Retomó la administración de un negocio propio, pues dice, que sí le gusta su profesión, entonces combina ambas actividades. Tiene la certeza de que si se dedicara exclusivamente al arte no se moriría de hambre.

Después de muchas pruebas, se quedó con animales. Es lo que más disfruta plasmar. Por ejemplo un elefante.

El elefante lo pintó bajo las indicaciones de Huascar Taborga. Mientras Moy estaba acostumbrado a hacer una pintura en un día, con las indicaciones del profesor tardó semanas.

“Dame tu pintura, aléjate”, le dijo Huascar a Moy mientras le mostraba el elefante que pintó.
Moy vio la pintura y quedó impactado por los detalles que observó.

El pintor le dijo: enmárcala y véndela.

Moisés no creyó venderla, pero la expuso en el restaurante que en ese entonces tenía con su hermano. Lo vendió en 3 mil pesos.

“La pintura realmente tiene su chiste, es extremadamente compleja, aquellos que son famosos, son famosos porque hacen ver la pintura tan fácil que uno ni siquiera la puede entender. Con el tiempo, con la experiencia, práctica, conocimiento, estudio, empiezas a ser bueno”, cuenta.

Así comenzó otro de sus caminos, meterse a concursos. A los 29 años participó en su primer concurso, en el Certamen de la Sociedad de Acuarelistas de Morelos, por un voto no obtuvo el primer lugar pero sí Mención de Honor.

Huascar lo alentó. Le dijo que era muy bueno, que lo que estaba logrando en poco tiempo, él lo había hecho en 10 años y le insistió que tenía una capacidad impactante en la acuarela. Este impulso ha llevado a Moy a querer trascender sus propios límites

Su siguiente paso: ganar los premios de los concursos de acuarela en los dos museos más importantes de México, en el Museo Nacional de la Acuarela en Coyoacán, Ciudad de México y en el Museo de la Acuarela del Estado de México.

Zeyder, el artista que difunde las tradiciones a través de su pintura

Texto: Itzel Urieta

Fotografía: José Miguel Sánchez

Chilpancingo

 

La fotografía de una pintura de la pelea entre dos niños durante la tradicional petición de lluvias celebrada cada año en Zitlala, un municipio ubicado al norte de la capital, se viralizó en redes sociales por los detalles y la técnica de la pintura plasmada sobre óleo.

El autor de la pintura es Rolando César Esteban Bartolo, conocido en el mundo del arte como Zeyder, tiene 18 años y es originario de Zitlala. Es el mayor de tres hermanos.

Zeyder vivió los primeros años de su infancia en los campos agrícolas de Sonora. Sus padres viajaban a ese estado a trabajar en el corte de jitomate, práctica común en pobladores de la región.

Zeyder inició con su inquietud por la pintura cuando estudiaba la secundaria en Zitlala. Pintaba a lápiz los personajes de las caricaturas que le gustaban, como Dragon Ball, la que más influyó en su arte.

Inspiración

Cada artista tiene su inspiración y Zeyder no es la excepción. Hubo una artista que lo inspiró a querer aprender sobre el mundo de la pintura de manera profesional. Se trata de Osbelit García, a quién Amapola. Periodismo transgresor entrevistó en agosto de 2019, cuyo trabajo se dio a conocer también a través de redes sociales.

Osbelit tenía 14 años cuando se dio a conocer una pintura realizada con la técnica gis pastel seco donde plasmaba las manos de una anciana entrelazando palma.

“Cuando vi lo de Osbe en Facebook y se viralizó yo le escribí. Hace un año ella me platicó sobre su maestro, sobre cómo empezó y me dijo puedes escribirle al maestro Saúl (maestro de Osbelit) y decirle que te de algunos consejos”, recuerda Zeyder.

En febrero de 2020 Zeyder le escribió al maestro Saúl Meza, le comentó sobre su gusto por la pintura y su inquietud por aprender sobre la técnica gises pastel con la que trabaja Osbelit.

El maestro Saúl Meza le comentó a Zeyder que trabajaba en Chilapa que estaban cerca, que podría ir a verlo, mostrarle sus dibujos y hacerle observaciones.

Zeyder llevó sus dibujos con el maestro Saúl y recuerda que el maestro le dijo: “Vas muy bien”. En ese encuentro lo invitó a unos cursos de pintura que se impartían en la casa de la cultura de Tixtla.

Zeyder asistió una semana y posteriormente inició la pandemia y los cursos se suspendieron.

“El maestro me regaló un lienzo y unas pinturas con eso yo comencé”, comenta Zeyder.

Zeyder aún mantiene comunicación con Osbelit y su pasión por el arte los hizo amigos. Se han encontrado en exposiciones, suelen platicar por medio de mensajes y se animan mutuamente a seguir en el mundo del arte.

Mostrar su cultura a través de la pintura

A Zeyder le gusta plasmar en sus pinturas cosas relacionadas al lugar donde vive: Zitlala. Hasta ahora todas sus pinturas tiene ese toque tradicional.

Zeyder quiere dar a conocer la cultura y tradiciones de la zona donde vive. Para realizar sus pinturas se basa en el trabajo de fotógrafos reconocidos que asisten a su comunidad principalmente en el rito de petición de lluvias.

En Facebook busca fotografías que tengan ese toque de tradición. Así ha encontrado diversos fotógrafos del estado a quiénes les pide permiso para plasmar sus fotografías en pintura, con algunos de ellos ya ha entablado una amistad.

“No todos conocen la diferencia entre un tigre de Zitlala y uno de Chilapa, a veces ni la misma gente de la comunidad”, comenta.

Antes de plasmar algo relacionado a tradiciones suele investigar para tener conocimiento de lo que está pintando, pregunta a las personas de su comunidad para entender mejor lo que pinta y explicarlo a quiénes le preguntan sobre su trabajo.

En busca de su sueño

El camino en el mundo de la pintura no ha sido fácil para Zeyder, viene de una comunidad que carece de algunos servicios públicos, donde hay pobreza y  donde es difícil conseguir los materiales que él necesita para hacer sus pinturas. Tiene que viajar a Tixtla para conseguir el material.

Zeyder es un joven que siempre ha trabajado para ayudar a su familia y solventar sus propios gastos, ha trabajado en diferentes cosas. Como vendedor de ferretería y  lo más reciente, conductor de un bici- taxi en Chilapa, trabajo en el que estuvo los tres años de su nivel bachillerato. 

En agosto de este año Zeyder decidió dejar Zitlala y venir a probar suerte a la capital. Sin conocer a nadie se aventuró y buscó un empleo ese mismo día. No tuvo éxito en su búsqueda y optó por llamar a José Luis de la Cruz, uno de los fotógrafos con los que tiene amistad, para pedir apoyo.

José Luis de la Cruz lo puso en contacto con Ramiro Reyna Aguilar,  fotógrafo chilpancingueño y creador de la cafetería La Galería, un espacio ubicado en la capital del estado para artistas donde se produce y exponen obras de arte.

Ramiro no dudó en apoyarlo cuando vio el trabajo de Zeyder. Le propuso quedarse en la galería, trabajar con él un proyecto en el que algunas de sus fotografías serán plasmadas en óleo sobre lienzo por las manos de Zeyder.

Zeyder ahora trabaja en ese proyecto, Ramiro le permite quedarse en su casa, le brinda comida, techo y los materiales para desarrollar su trabajo. Tiene unos días de descanso para viajar a Zitlala y ver a su familia y se regresa a Chilpancingo a seguir trabajando.

Zeyder trabaja en 25 fotografías de Ramiro, al terminarlas serán expuestas en La Galería.

Las dificultades

La cuestión económica es lo más complicado, no tener la facilidad de conseguir materiales, no tener acceso a cursos de pintura o a un maestro que le enseñe.

El no tener un espacio en su hogar dificultó su proceso y el poco apoyo por parte de su familia.

“Mi papá me decía que dejara de pintar”, comenta.

Después al ver que realmente le apasionaba el arte fue su padre quien le hizo su primer caballete.

Un tiempo tuvo que abandonar sus estudios para apoyar económicamente en los gastos familiares, y por la pandemia sus clases en línea se dificultaban, sus maestros al conocer sus talentos, y sus ganas de superarse le brindaron su apoyo y pudo concluir su bachillerato.

También ha tenido que enfrentarse al regateo de las personas. El considera que es porque no conocen todo el trabajo que existe detrás de una pintura, afortunadamente todas las pinturas que ha realizado ha logrado venderlas.

El dinero que ocupa lo invierte en material y cosas personales.

Ser inspiración

Zeyer considera que salir de Zitlala a buscar oportunidades en el mundo del arte fue un acierto, pero no fue fácil dejar a su familia y su comunidad.

“Si lo hubiera pensado más, yo creo que no me vendría”.

Ha tenido la oportunidad de convivir con diferentes artistas y de todos ha tenido aprendizaje. “Me gusta pedirles consejos, yo tomo todo lo que me dicen, todo me ha servido”.

El arte también le ha permitido conocer y hacer amistades dentro de este espacio.

Gracias a la pintura ha podido conocer partes del estado, pintó junto al artista Javier Téllez un mural en la Marina, en el puerto de Acapulco.

Zeyder desea dedicarse ciento por cierto a la pintura y posteriormente apoyar a su familia económicamente. “Con lo que gano todavía no me alcanza para apoyar mucho a mis papás, pero a veces los invito a comer”.

Zeyder sabe que la pintura es su pasión y disfruta pintar, ha tenido que aprender a no hacer caso a quiénes le dicen que deje de pintar y busca sus sueños. Dentro de su lucha por conseguir su sueño de ser un artista reconocido, también tiene otros objetivos. “Yo quiero ser inspiración para los jóvenes de mi comunidad”.

Sin límites. Kevin, el adolescente que rompe estereotipos desde la gimnasia rítmica en Guerrero

Texto: Beatriz García

Fotografía: Cortesía 

Chilapa

 

Kevin junto a sus compañeras se preparan para ingresar al pódium del Pabellón Olímpico de la Unidad Deportiva Mario Vázquez Raña (UDMVR), en Puebla, para la competencia.

Sus compañeras comienzan a entrar sin problemas, pero a Kevin le impiden la entrada porque, le dice una mujer, sólo pueden ingresar las niñas. Una madre de familia aboga por él y dice que también competirá con las niñas en el evento La Magia de la Gimnasia 2017.

Fernando Kevin Miranda González, tiene 14 años y es originario de Chilapa, y desde hace casi cinco años crea un precedente en la gimnasia rítmica varonil en el país desde Guerrero.

En el estado es el único gimnasta hombre, y en las distintas competencias que se realizan en diferentes partes de México, su nombre se posiciona al ser un deporte lleno de prejuicios para los hombres; la gimnasia rítmica la atribuyen casi de manera exclusiva a las mujeres.

El 6 de abril. Amapola. Periodismo transgresor publicó la primera parte de esta historia: Jorge Luis, el primer entrenador nacional de gimnasia en Guerrero está en Chilapa.

En aquella historia hablamos de Jorge Luis, de 26 años, fundador de la  Escuela de Gimnasia Rítmica y Gimnasia Estética de Grupo en Chilapa, de quien su sueño es que este deporte se conozca en el estado y que a la selección nacional lleguen niños y niñas de Chilapa para ganar copas internacionales.

Al final de la historia mencionamos a Kevin, el hermano de Jorge Luis, quien se ha enfrentado a los estereotipos de género. Es momento de contar su historia.

Pionero en la gimnasia rítmica varonil en Chilapa

Kevin está por cumplir 15 años, desde hace cinco le despertó la inquietud de probar con la gimnasia, donde halló una manera de expresarse. En ese momento su hermano Jorge Luis llevaba tres años impartiendo clases de gimnasia rítmica, entonces decidió sumarse.

En entrevista en el salón de prácticas en Chilapa, Kevin acompañado de su entrenador y hermano, contó su travesía en el mundo de la gimnasia rítmica, donde sigue sin ser bien visto que los hombres lo practiquen, al menos en este país.

“La gimnasia rítmica es uno de los pocos deportes puramente femeninos donde reina la plasticidad, la gracia y la belleza. Este deporte nace en la antigua Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS), en una época caracterizada por la Revolución Industrial, donde se permitió una variedad de pensamientos nuevos que impulsaron la participación de la mujer más allá de lo habitual en todos los campos sociales, el de la investigación, en el profesional, en el laboral y por supuesto en el deportivo”, se lee en la página oficial de la Federación Mexicana de la Gimnasia. Quizá este sea la resistencia de que los hombres lo practiquen.

Cuando Kevin decidió asistir a una clase de gimnasia rítmica con su hermano fue porque, de entrada, lo que le interesaba era bailar. Pero descubrió que tenía habilidad y facilidad para hacer los ejercicios. Poco a poco su visión por la gimnasia le cambió, entonces, le apasionó.

Desde que Kevin se adentró al mundo de la gimnasia rítmica lo señalaron por ser hombre que se asociaba a una práctica de mujeres. Hasta algunos amigos se alejaron de él. Ahora dice que eso ayudó a distinguir entre las personas a quién vale la pena conservar a su lado.

El adolescente tiene claro que para conseguir buenos resultados hay que enfrentar obstáculos.

Aun cuando Kevin es su hermano, Jorge Luis trata de enfocarse en su papel de entrenador. De hecho, nunca creyó que su hermano tuviera interés por la gimnasta.

“Ni siquiera me di cuenta cuándo dio el salto, no me doy cuenta fácilmente porque los veo diario (a sus alumnos), pero de momento ya estaba haciendo acrobacias, después ya estaba estirándose, y le gustó”, cuenta Jorge Luis.

Sabe que su hermano no tiene condiciones natas en la gimnasia, entonces, lo hace trabajar a diario.

“Soy su hermano pero él sabe que a partir de que entra a su clase soy su entrenador”, comenta Jorge Luis mirando a Kevin.

Los esfuerzos de Kevin y el impulso de su familia

Kevin reconoce que se mantiene en la gimnasia rítmica principalmente por el apoyo moral y económico de sus papás y sus tres hermanos, quienes lo animan para no desistir y hacer oídos sordos a las críticas destructivas.

“Mis papás me apoyan mucho, me dicen que si quiero hacerlo lo haga bien”, expresa con timidez Kevin.

La gimnasia es un deporte que además del apoyo moral que una persona puede recibir necesita de un sustento económico que le permita solventar gastos como vestuario, herramientas para hacer los ejercicios, pago de inscripciones a competencias y los viáticos para asistir.

En la entrevista pasada, Jorge Luis explicó que este deporte es muy costoso. Los leotardos cuestan desde 300 hasta de 2,500 pesos y 10,000 pesos; lo más caros son los profesionales con bordados, pinturas, con cortes, plumas, cristales, ideales para una competencia. También las pelotas que usan van desde los 300 hasta los 3,000 pesos y las clavas cuestan unos 800 pesos.

Kevin recibe apoyo de sus papás y de sus hermanos pero también le inculcaron que debe de hacer esfuerzos para obtener sus propios recursos y adquirir su material, por lo costoso y porque no siempre podrán apoyarle.

Kevin empezó a ahorrar su propio dinero.

Justina González Díaz, madre de Kevin, compartió que si su hijo quiere lograr algo debe echarle ganas.

Ella cuenta que siempre está para Kevin cuando se lesiona, le compra pomadas, lo cura, y lo manda a descansar si es necesario, porque después debe de trabajar en la panadería para juntar su dinero y solventar algunos de sus gastos.

Cuando estaba de vacaciones, todos las mañanas, Kevin iba a la comunidad de Acatlán, municipio de Chilapa, a vender. Ahora que comenzó sus clases virtuales de primer año de preparatoria, por las tardes ayuda a hacer pan.

Justina insiste que su hijo debe ser disciplinado, porque si algo lo va a hacer lo tiene que hacer bien. A ella no le interesa que digan que este deporte es para mujeres, porque la gimnasia no hace menos ni más hombre a Kevin.

“Lo bueno cuesta. Si tú tienes éxito, nosotros también, porque es de familia”, dice Justina.

Jorge Luis expresa que mientras Kevin quiera él estará ayudándole a disciplinarse en la gimnasia rítmica y a derrumbar los prejuicios que hay alrededor.

“Como dicen mis papás, si te vas a meter métete de lleno, no quiero tonterías o que la vayas a regar. Si lo vas a hacer lo vas a hacer bien”, agrega el entrenador.

Las competencias: rompiendo estereotipos

Aquel noviembre del 2017, cuando a Kevin le quisieron impedir la entrada al pódium de competencia, lo ovacionaron.

“Me sentí nervioso porque era la primera vez que competía en lo individual, sí tuve algunos errores, era la primera vez y tuve un buen resultado. Dicen que se pusieron de pie, que me aplaudieron, yo estaba muy nervioso, no vi”, dice Kevin al recordar ese día.

Fue el único hombre participante entre unas 500 niñas.

Jorge Luis evalúa que a partir de que Kevin se ha dado a conocer en diferentes escenarios en el país, otros niños en otros lugares se han animado, pero son contados.

“Hay cuatro niños en México que yo sé que apenas están empezando, es Guerrero, que somos nosotros, Veracruz que tiene a Santi, está México que tiene a Diego, Aguascalientes. Apenas los estamos descubriendo porque Santiago apenas empezó a competir. Pero fue a partir de que nosotros comenzamos a salir a las competencias”, expone.

Kevin, por ser niño no puede participar en las competencias que se organizan desde la Federación Mexicana de Gimnasia, porque de acuerdo a los estatutos sólo pueden participar mujeres. Por esa razón, Jorge Luis está pendiente de las competencias que organizan clubes particulares, sólo ahí participa.

Ha tenido la oportunidad de participar en competencias en estados como Yucatán, Veracruz, Puebla y estado de México. En octubre se avecina una competencia de Puebla, después de casi dos años por la pandemia de la Covid-19, esta vez sí será presencial. Kevin ahora practica y trabaja para reunir los 900 pesos que necesitará para la inscripción.

Kevin también está reuniendo junto a su familia 6,000 pesos para costear un traje de competencia profesional, que esté repleto de cristales y brille como lo requiere la gimnasia al momento de hacer los movimientos.

Por lo pronto el adolescente gimnasta ya se compró unas clavas que le costaron 2,400 pesos, una maleta, sus cubos y rodilleras, material básico para competir.

En un futuro y por las ganas que se le ven a Kevin de permanecer en la gimnasia, Jorge Luis pretende canalizarlo con un psicólogo deportivo, sobre todo por este camino de prejuicios que sabe no terminará pronto.

Además, Jorge Luis, no descarta que pronto comience el debate en el mundo para que la gimnasia rítmica varonil se incluya en los juegos olímpicos, de ser así, cree que Kevin podría participar representando a América en 2024 o 2028.

 

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