Pandemia Covid-19 sobreexpone el racismo estructural y las desigualdades contra población afromexicana

Texto: Beatriz García

Fotografía: Franyeli García

22 de julio del 2021

Chilpancingo

 

Las mujeres afromexicanas en el país, de estados como Guerrero, están inmersas en violencia y desigualdad social, económica, laboral y de salud, que se ha agudizado durante la pandemia por la Covid-19, de acuerdo con censos de trabajos de mujeres afromexicanas activistas.

El 25 de julio se conmemora desde 1992 el Día de la Mujer Afrolatinoamericana, un día para reafirmar la lucha y resistencia de las mujeres negras, para la articulación política, de sensibilización y concientización de la opresión de género y étnico racial que experimentan.

En este contexto activistas afromexicanas integrantes de la Colectiva de Mujeres Afromexicanas en Movimiento, que la integran mujeres afros de Guerrero y Oaxaca, realizaron un foro virtual que denominaron: Mujeres afromexicanas luchas y estrategias de resistencia colectiva, en el que describen la situación en la que están inmersas.

En su participación, la integrante de la Alianza Cívica Pinotepa A C y de la Colectiva, Mayra Rita Herrera Hernández, resaltó que están sumando esfuerzos desde su cosmovisión para lograr avances entre ellas.

“Trabajamos de manera comprometida por el avance de nuestras problemáticas, impulsando principalmente la participación de niñas y mujeres afromexicanas, así como la reafirmación de nuestra identidad, cultura e historia”, manifestó la mujer.

Los principales retos que enfrentan las mujeres afrodescendientes en México, en Guerrero y en Oaxaca, son el racismo por el color de piel, cabello, por la forma de hablar, de expresarse y hasta por cómo se visten.

Las comunidades afros, explicó la activista, están rezagadas en temas de salud, por ejemplo, en el Centro de Salud no hay medicamentos o no hay un horario de atención de 24 horas; también hay rezago educativo, principalmente en las mujeres.

Siguiendo con su explicación de los resultados de los censos, en estas comunidades es común que las mujeres sólo terminen la secundaria y después no tengan la oportunidad de salir a estudiar fuera de sus localidades.

El empleo es nulo o no es bien remunerado, pero sí es exigente. Por ejemplo, los hombres afros sólo tienen la posibilidad de trabajar en el campo y el trabajo “es matado”, y en el caso de las mujeres tienen que trabajar en el comercio en relación a los productos que se dan en la región.

En seguridad alimentaria, hay familias que no tienen qué comer, incluso tienen que pedir prestado para poder llevar alimentos a casa.

La participación política de estas comunidades afros, en cuanto a la paridad de género, hay algunos avances, pero mínimos, dijo Mayra Rita. En el caso de Pinotepa, explicó, sólo una de sus compañeras es parte del Cabildo, pero acompañada de diversos problemas, porque la alejan de la mayoría de las decisiones importantes y recibe menos pagos.

 

Afromexicanas en datos

La activista y secretaria del Consejo técnico afromexicano de Tutepec, Oaxaca, Deima Bernal Juárez, habló sobre el censo 2020 de INEGI en comunidades afromexicanas. Guerrero y Oaxaca que son los estados con el mayor número de esta población.
 
En México habitan 126 millones 14,024 personas, de las cuales se reconocen como afrodescendientes el 2 por ciento, que representan 2 millones 576,213 personas, de las cuales un millón 297,617 son mujeres, quienes habitan en Guerrero, Oaxaca, Baja California sur, Yucatán, Quintana Roo y Veracruz.
 
De acuerdo a INEGI, Guerrero y Oaxaca tienen mejores condiciones de vida un 40 por ciento de la población pero, explicó Bernal Juárez, esto dista con la realidad que se viven en las comunidades.
 
 

 

Mujeres afromexicanas y la Covid-19

La integrante del Consejo Indígena de Ometepec y mujer afroamuzga de Guerrero, Maribel Santiago Arellano, expuso una encuesta que se hizo a mujeres del estado, Oaxaca y migrantes de 25 a 65 años de edad y su impacto con la actual pandemia.
 
“La pandemia del Covid-19 ha puesto en evidencia el racismo estructural y las profundas desigualdades que enfrentan pueblos y comunidades afromexicanas, debido a la invisibilidad histórica no existen datos desagregados sobre la proporción de personas afromexicanas afectadas por la enfermedad”, dijo Santiago Arellano.
 
Algunos de los resultados son los siguientes:
Un 29 por ciento de las mujeres entrevistadas, debido a la pandemia, tuvieron que cambiar de residencia. Un 79 por ciento tienen hijos e hijas de 1 a 11 años. Sus principales fuentes de ingresos son el trabajo formal en un 39 por ciento de ellas, y el comercio en un 36 por ciento.
 
Un 43 por ciento de las mujeres manifestaron que sus ingresos disminuyeron, y 21 por ciento que se redujo de manera considerable. 68 por ciento de ellas tuvieron que llevar a cabo otras actividades, como ventas de productos, alimentos y actividades del campo. Un 75 por ciento de las entrevistadas manifestó que han tenido un aumento de carga de trabajo, como cuidar hijos, apoyar a menores en tareas, quehaceres en la casa, lavar y planchar, cocinar y en el cuidado de adultos.
 
En el caso de la violencia familiar, un 11 por ciento de ellas consideró que aumentó, un cuatro por ciento que ha aumentado considerablemente y que presentan los mismos niveles que antes de la pandemia. En relación a la violencia de género, un 39 por ciento dijo que es igual que antes, un 21 por ciento que ha aumentado y un 14 por ciento que ha aumentado considerablemente.
 
Maribel Santiago expuso que todos esos porcentajes medibles ha generado altos niveles de tristeza, ansiedad, depresión y un menor grado de felicidad entre este grupo de mujeres analizadas.
 
Un 71 por ciento de las entrevistadas expuso que es menos feliz. 32 por ciento manifestó que sus expectativas del futuro son pesimistas y otro 32 por ciento dijo que a veces está optimista y a veces pesimista.
 
“Esta pandemia me vino a incrementar mis cargas de trabajo, mi estado emocional y por ende la violencia se hizo presente y con todas las personas que integramos la familia.
Los costos de la educación gratuita se incrementaron al igual que los productos de la canasta básica, sin que hubiera programas de apoyo para las familias afromexicanas; la brecha de desigualdad se hizo mayor al igual que la brecha digital y educativa”, comentó Santiago Arellano.
 
La promotora de las juventudes afromexicanas e integrante de La Colectiva de Mujeres Afromexicanas, Rosa María Hernández Mendoza, comentó sobre las mujeres estudiantes de entre 14 y 23 años de secundaria, preparatoria y universidad.
 
Quienes reciben clases virtuales son un 40 por ciento de las encuestadas, de manera semipresencial 50 por ciento y 10 por ciento vía mensaje de celular.
 
Un 70 por ciento cambiaron de residencia por causa de la pandemia. Sólo 40 por ciento cuenta con celular y un 60 por ciento tiene celular y computadora.
 
Quienes cuentan con internet vía Wifi son un 30 por ciento, por antena satelital 60 por ciento y por datos de celular 10 por ciento.