Condena Apeg campaña de desprestigio hacia Alina Navarrete

En un contexto de violencia feminicida académicos y académicas del estado, el país y fuera de éste se pronuncian a favor de Camilo Valqui Cachi doctor de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), acusado de permitir agresiones, acoso sexual y proteger a quienes las realizan, y con ello comenzó una campaña de desprestigio y hostigamiento contra reportera que dio cobertura a las denuncias


 

Equipo Amapola Periodismo/ Alina Navarrete

13 de marzo del 2020

 

Después de que Alina Navarrete Fernández, colaboradora del medio digital Réplica de Guerrero, asentara en una nota periodística denuncias de acoso, violencia y hostigamiento sexual en la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), académicos y académicas del estado, el país y fuera iniciaron campaña de desprestigio a su persona.

Este jueves, durante el Coloquio de la maestría en Humanidades, la reportera recordó que el 3 de marzo se realizó la Jornada Marea Violeta: yo te creo compañera, donde se relataron distintos casos de acoso y hostigamiento sexual, uno de los señalados fue el emérito de la facultad, Camilo Valqui Cachi.

Luego de ello, ante el contexto de violencia hacia las mujeres que se vive en el estado, y es un tema en la agenda periodística, en la página oficial de Facebook de la Cátedra Internacional Carlos Marx se publicaron seis cartas en respaldo al doctor Camilo, donde en general le exigen a Alina presente las pruebas correspondientes de las acusaciones que ahí se hacen, o de lo contrario se retracte o se disculpe públicamente.

La situación violenta el trabajo de Alina Navarrete y es una interpelación directa al gremio periodístico, cuya confidencialidad de sus fuentes, está sustentada en la ley. Es decir, los periodistas no están obligados a revelar sus fuentes.

Ella se asesoró con el área de abogados de la organización internacional de defensa de libertad de expresión Artículo 19, quien hizo una alerta al respecto, reprobando se haya hecho una campaña de hostigamiento en su contra, y con la que exige a la Universidad   investigue los casos y de dónde viene esta campaña.

“Voy a hacer llegar esta alerta a las instancias correspondientes de la Universidad, Derechos Humanos. Aquí se va a dejar una copia en la Coordinación y voy a esperar se resuelva en las instancias correspondientes. Esta alerta está basada en mis derechos como mujer, como estudiante y como periodista”, sentenció.

Sin embargo, al término del evento, integrantes de cátedra interrumpieron dándole la espalda para continuar la denostación y hostigamiento.

A continuación Amapola. Periodismo transgresor presenta la relatoría de cómo se han desarrollado los hechos, de acuerdo a la afectada, Alina Navarrete:

El martes 3 de marzo estuve en el auditorio de la Facultad de Filosofía y Letras donde se llevó a cabo la Jornada Marea Violeta: Yo te creo compañera, organizada por estudiantes y egresadas de la Universidad Autónoma de Guerrero. Ese día, previo a la clausura de las actividades – gracias al ambiente de confianza y sororidad que se creó – las mujeres comenzaron a relatar casos de acoso y hostigamiento sexual. Como periodista decidí retomar los testimonios para hacer una nota.

Al redactar cuidé cada uno de los testimonios que retomé para evitar revictimizar o exponer a las afectadas, quienes de manera particular señalaron que el Dr. Camilo Valqui Cachi permite que se den este tipo de agresiones y protege a quienes las realizan. La nota se publicó el 4 de marzo en Réplica, El Diario Digital de Guerrero.

El 5 de marzo, una persona que quiero y que me ha apoyado me llamó para avisarme que los integrantes de la Cátedra Internacional Carlos Marx – que coordina Valqui Cachi – me iban a demandar. Se les escuchó estar indignados por la nota e incluso alguien dijo: “¿cómo se atreve a denunciar?”, en ese momento me puse en alerta no sabía si me demandarían o no, pero decidí hablarlo con mi familia, con mi pareja, con el medio que publicó la nota y opté por esperar.

Al día siguiente, 6 de marzo, otra persona decidió llamarme para decirme que maestros de la Licenciatura en Filosofía, al parecer habían redactado un documento en mi contra aunque no sabía si se trataba de la demanda que ya me habían mencionado antes.

De acuerdo a lo que me enteré, una maestra dijo que yo tengo “problemas mentales” y que por eso ataqué a Valqui Cachi en mi nota, como si yo lo hubiese señalado de manera personal.

Nuevamente advertí a las personas de mi confianza, esta vez me acerqué a las organizadoras de la Jornada y dado que soy estudiante de la Maestría en Humanidades, también lo hablé con mi Comité Tutorial, otra vez esperé, no sabía ni cuándo ni cómo darían a conocer el texto ni en qué sentido iba éste.

No pasó nada, seguí con mis actividades de manera normal.

El miércoles 11 de marzo por la mañana, asistí a la inauguración de un edificio de la Unidad Académica Preparatoria 33 en Chilpancingo, donde estuvo el rector Javier Saldaña Almazán. Ahí varios periodistas entrevistamos al rector al respecto de los casos de acoso en las escuelas de la Universidad, de manera particular le pregunté qué haría al respecto de los señalamientos que indicaban que Valqui Cachi permitía y protegía a agresores. El rector dijo que “hablamos con las autoridades de la Universidad, con el Tribunal Universitario, con la Comisión de Derechos Humanos y Universitarios, Jurídico, que cualquier señalamiento pueda ser abordado de manera oficiosa aunque no haya una denuncia y así estamos acudiendo para atender de manera integral todos los asuntos en lo que se aprueba el Reglamento y Protocolo sobre Género”.

Después del evento, me despedí de mis colegas y decidí irme a casa. Todavía no llegaba cuando comencé a recibir mensajes de varias personas, amigas y amigos, en los que me compartían un link hacia un comunicado que la Cátedra Internacional Carlos Marx publicó en su cuenta oficial de Facebook, sin la firma de ningún responsable de la publicación ni de sus integrantes.

Pero no sólo estaba en esa página el comunicado, había otras cinco cartas en respaldo a Camilo Valqui Cachi, una era del Dr. José Ramón Fabelo Corzo, Investigador Titular del Instituto de Filosofía de Cuba, Coordinador de la Maestría en Estética y Arte y Director de la Colección La Fuente de la Facultad de Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla; otra del Dr. Edgardo Romero Fernández de la Universidad Central “Marta Abreu” de las Villas; una de la Mtra. Tereza Nava Alfaro de la Universidad Tecnológica de la Región Norte de Guerrero; otra del Dr. Manuel Góngora Prado y el Dr. Anibal Campos Rodrigo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima, Perú); y por último, una firmada en una hoja membretada de la UAGro por el Cuerpo Académico Consolidado No. 100 Problemas sociales y Humanos con las firmas de 22 profesores y maestras de distintas escuelas; entre ellos Elino Villanueva González también señalado como acosador por estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Comunicación.

En las seis cartas se me acusa de haber iniciado una campaña anticomunista en contra de Valqui Cachi, de haber usado a las víctimas para atacarlo directamente, me llamaron “resentida social” y “lengua suelta”. No conformes con eso me exigieron presentar pruebas ante las instancias correspondientes por “mis acusaciones”, revelar mis fuentes y que me disculpe y retracte públicamente por haber dañado al maestro emérito.

Lo primero que hice fue hablar con el equipo de Réplica, consideré en un principio responder todas y cada una de las cartas, pero optamos por buscar asesoría legal con Artículo 19; las abogadas de la organización me explicaron el escenario y otros posibles que podría haber a partir de la situación, sobre todo me dijeron que la manera en que actuaron en mi contra sí es una campaña de hostigamiento y desprestigio, fuera del marco legal del derecho a réplica que argumentaban tener todos los académicos e integrantes de la cátedra.

Si yo contestaba las cartas habría validado la  manera errónea con la que optaron por responder a la nota publicada.

El 12 de marzo tenía que presentar los avances de mi investigación de tesis en el Sexto Coloquio de la Maestría en Humanidades, antes de comenzar mi participación académica informé al auditorio que acudí a Artículo 19 y que acudiría a las instancias correspondientes de la Universidad para denunciar la campaña en mi contra. Traté de ser puntual y breve debido a que el evento académico tenía un propósito y no era precisamente confrontarme o debatir con nadie al respecto.

Sin embargo, cuando finalizó la mesa (fui la última en exponer) integrantes de cátedra encabezados por Túpac Amaru y Canek Sánchez Luna interrumpieron abruptamente el evento diciendo que harían uso de su derecho a réplica, lo hicieron parados frente a los asistentes y de espaldas a mí aunque aludiendo a mis palabras y la situación. Yo no dije nada más.

Estudiantes, egresadas y maestras dijeron que su actitud no era la correcta, señalaron la ausencia del principal implicado; una de ellas acusó directamente a Canek por haberla atacado y su respuesta fue “demándame”, todos estaban en una postura amenazante, retadora, por demás provocativa.

Ante la situación, el Dr. Gil Arturo Ferrer Vicario les pidió que dejaran que el evento académico continuara, ellos se negaron a ceder la palabra, fue entonces que el profesor dijo “vámonos” y la mayoría del auditorio salió. Adentro sólo se quedaron los integrantes de la cátedra y los allegados de Valqui Cachi. Después se retomó el evento. Ese mismo día cerca de las 4 de la tarde, no sé con qué fines, Canek estuvo grabándome cuando yo estaba en la cafetería al lado del auditorio.

Hasta el momento en que termino esta relatoría, 12:50 del día 13 de marzo, no ha vuelto a ocurrir otro incidente, ni los académicos que firmaron han dado una respuesta directa a la Alerta que Artículo 19 publicó el 12 de marzo y que varios medios retomaron hoy.

Quiero manifestar de manera puntual que:

1.     Como estudiante legalmente inscrita me preocupa la situación de vulnerabilidad en la que me encuentro a raíz de esta situación, es decir que los maestros que firmaron las cartas o los miembros de la cátedra o el propio Valqui Cachi traten de agredirme u hostigarme de otras formas, por ejemplo obstaculizando o perjudicando mi estatus dentro de la Universidad.

2.     Desde que regresé a la Universidad para cursar la Maestría (estudié Literatura en Filosofía y Letras, generación 2008-2013) me he dedicado a la academia y eventualmente colaboro con Réplica y otros medios independientes, pero no recibo ningún pago por las notas y en su mayoría me dedico a la cobertura de la violencia de género que está directamente relacionada con mi tema de investigación, o bien que son de interés público como el cobro de cuotas en las escuelas de la Universidad, jornadas de búsquedas de desaparecidos en Guerrero, entre otros.

3.     Llevo 9 días viviendo a la expectativa, ¿por qué no decirlo? Hasta con miedo de lo que puedan hacer o decir en mi contra por mi trabajo periodístico. Me siento perseguida, me siento hostigada, vulnerada, bajo la amenaza de que pueden emprender acciones legales sino cedo a sus exigencias. Tengo familia dentro de la Universidad y me preocupa que también sean afectadas por esta situación. Es por eso que decidí asesorarme y denunciar lo que hicieron en mi contra.

4.     Me enerva que académicos y académicas de las distintas instituciones educativas que firmaron esas cartas hayan optado por respaldar a un hombre señalado como permisivo de violencia sexual en la UAGro pues deberían, por principios, estar a favor de las víctimas y de que los casos se investiguen, sin importar quiénes están involucrados.