Al 30 por ciento de su capacidad abren restaurantes en Pie de la Cuesta

16 restaurantes, de 30, ubicados en la zona de Pie de la Cuesta abrieron desde este sábado. A pesar de las medidas de sanidad uno de los restauranteros reconoce que la población aún tiene miedo de salir. Propietarios y trabajadores se capacitaron para la reapertura. Los clientes aún no pueden hacer uso de la playa, es lo primero que se les informa al llegar.


 

Texto: Jacob Morales Antonio

Fotografía: @GuerreroenFoto

20 de junio del 2020

 

Tío Markos es uno de los 30 restaurantes ubicados en Pie de la Cuesta, en Acapulco. Este domingo estará de festejo por su sexto año de servicio. Los últimos tres meses ha estado en silencio total por el cierre obligado por la epidemia de la Covid-19.

 

A pesar de que Guerrero está en semáforo rojo y en alerta máxima por los más de 4,000 casos de Covid-19 acumulados, los restaurantes de la zona poniente de Acapulco, zona conocida como Pie de la Cuesta, abrieron desde este sábado 20 de junio.

 

Las puestas de Sol en Pie de la Cuesta tienen la fama de ser espectaculares. Las nubes se pintan entre un rojo-naranja, y un rosa-gris. El sol parece un planeta en el cielo azul que se funde con las aguas saladas.

 

Marcos Flores Muñoz es el propietario del restaurante Tío Markos, negocio del que depende su familia, compuesta de 12 integrantes, y dos empleados. Durante los últimos tres meses la pequeña alberca, la terraza y la zona de playa del lugar estuvieron en pausa total.

 

Pero este sábado abrió sus puertas junto a otros 15 inmuebles y permitió que sus clientes pudieran estacionar sus automóviles bajos las palmeras de coco. Pero el restaurante no está operando a toda su capacidad, las autoridades del municipio le han permitido abrir al 30 por ciento.

 

Marcos dice que es un alivio. La espera fue larga y aún hay temor de que el virus que ya ocasionó alrededor de 460,000 muertes en el mundo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo obligue a cerrar de nuevo los próximos meses.

 

Antes de la epidemia, el lugar era visitado por unas 80 personas. Este sábado debería estar a reventar por las vacaciones de verano, pero a las 12 del día sólo había cinco personas.

 

Marcos dice que antes de abrir y llegar a un acuerdo con las autoridades municipales, se capacitaron junto a propietarios y trabajadores de 15 restaurantes. Él recibió un curso en línea de la plataforma del gobierno federal Guerrero.limpio.covid19, otros, dice, se capacitaron con el colectivo Aislados pero Unidos.

 

 

Las playas de Acapulco continúan cerradas por disposición oficial; abren hasta el próximo 30 de junio. 

 

Comenta que el curso fue virtual y ahí les dieron a conocer las nuevas medidas que deberán tomar negocios, como los restaurantes, y otros lugares de concentración; la higiene es primordial.

 

Consciente de lo que implica la responsabilidad de abrir y no propagar el virus que provoca la Covid-19, en el restaurante todos portan cubrebocas, y quienes tienen contacto con los turistas, careta y guantes.

 

A los visitantes antes de acceder se les toma la temperatura con una pistola infrarroja. Fue lo más caro que compró el señor Marcos, 1,500 pesos le costó. A pesar de la inversión en material sanitario dice que es necesario, su familia y la familia de los empleados tienen que llevar de comer casa.

 

Pero en su reapertura el restaurante lució casi vacío. Al llegar, a los clientes se les avisa que tienen prohibido acceder a la zona de playas, cerradas hasta el 30 de junio, por disposición del gobierno del estado.

 

El menú del restaurante es basto en platillos de mariscos, desde un pescado frito, hasta un pescado a la talla, o un ceviche. Todo se ve apetecible y los olores que emanan de la cocina abren el apetito. El platillo fuerte del lugar es la paella de mariscos que se sirve en pedidos especiales.

 

Marcos asegura que a él la contingencia y el cierre de los negocios no lo tomó desprevenido como a otros vecinos. Sus ahorros le permitieron abastecer el refrigerador y comprar todos los insumos para que no exista un contagiado de Sars-Cov-02 en su restaurante. El señor reconoce que a pesar de las medidas sanitarias, los vacacionistas o familias que ya no aguantan el encierro, tienen miedo de ir a los restaurantes.

 

 

Aislados pero Unidos

Mareli Gorjón Ibarrondo fue una de las primeras en reaccionar al cierre de restaurantes en Acapulco. Con un grupo de restauranteros echó a andar un espacio en redes sociales #AisladosPeroUnidos, donde comenzó a promocionar la venta de comida local, en la plataforma digital Menú Acapulco, creado en 2011, y que suma 163 negocios.

 

En el chat que armó en la red de mensajes Whatsaap, los integrantes manifestaron su preocupación ante la falta de información de el gobierno para la reapertura de sus negocios, la forma en que tendrían que trabajar ante la denominada “nueva realidad” y la convivencia con el virus que no tiene cura aún.

 

De ahí surgió la necesidad de implementar una capacitación a los propietarios y trabajadores de los restaurantes de Pie de la Cuesta. Para el taller se convocaron a especialista en la materia y del sector salud. “Como sociedad nos tenemos que preparar para ser responsables del cuidado”, enfatiza.

 

La dueña del hotel Rocío, Nely Cienfuegos, se encargó de reunir a los que aprenderían todo sobre la nueva normalidad y las medidas preventivas para recibir en sus negocios a los clientes y turistas.

 

Esas medidas son el uso de cubrebocas, guantes, caretas, tomar la temperatura a los comensales, las mesas a una distancia de un metro y medio. Fueron en total 40 personas las capacitadas que este sábado comenzaron a reabrir sus negocios.

 

En los encuentros surgieron otras necesidades, como la condonación del pago del agua, apoyos para los desempleados y créditos, que el colectivo solicitó al ayuntamiento de Acapulco, del estado y la federación.

 

Mareli Gorjón dice que estaría encantada de llevar el taller a otras zonas de Acapulco como Barra Vieja y Puerto Marqués. Espera una respuesta de las autoridades de turismo, del municipio y del estado, para la promoción al puerto.

 

“De entre lo malo, lo bueno”, dice Mareli Gorjón.

 

“La pandemia también es una oportunidad para los establecimientos para manejar estándares de calidad, de servicio y atención a los turistas que van a la zona”, agrega.

 

Indicó que el colectivo también ha enviado comida a los médicos, y enfermeras de los hospitales de Acapulco donde se lucha contra la Covid-19.