Aceptan desplazados por la violencia en Guerrero que los reubiquen fuera del estado

Texto: Beatriz García

Fotografía: Arturo de Dios / Archivo

19 de abril del 2021

Chilpancingo

 

Joaquina Cantor Gasparillo huyó de la violencia de Tlatempanapa, municipio de Zitlala, hace casi tres años junto a 21 de sus familiares, entre ellos sus dos hijos y su madre. Hasta ahora las autoridades le prometieron a su familia y a 135 familias más desplazadas por la violencia que les destinarán un espacio para construir una comunidad. Tienen la esperanza de vivir en paz, aun cuando estén lejos del lugar donde nacieron.

 

Ella y cerca de 450 desplazados, donde están contabilizados sus parientes, algunos habitantes de la Sierra de Leonardo Bravo y de Heliodoro Castillo, están dispuestos a reubicarse en Chilpancingo, o en cualquier parte de Morelos, Puebla, Hidalgo y del estado de México, pero para eso necesitaban apoyo institucional. Las autoridades les dijeron que simplemente no pueden volver a sus lugares de origen.

 

El 3 de noviembre del 2018 que Joaquina salió de su pueblo sólo pensó en salvar su vida, la de sus hijos, 12 años y ocho años, y la de su madre.

 

Ella tiene 49 años y es madre soltera y el único sustento económico de su familia; esto la hace no desistir, aun cuando el desarraigo le duela.

 

En entrevista, Joaquina recordó que antes de huir de su pueblo fue al ayuntamiento de Zitlala para buscar al alcalde, Rogelio Ramos Tecorral, y pedirle ayuda para llevarse algunos artículos de primera necesidad, pero nunca la atendió.

 

Cuando la mujer regresó a su comunidad se organizó con otros habitantes, y la noche de ese mismo día 3 de noviembre salieron de su comunidad.

 

Todos se refugiaron en una cancha techada de la cabecera municipal de Copalillo.

 

Después, integrantes del Centro Regional de Defensa de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón (Centro Morelos) los visitaron y ella, junto a otros desplazados de la Sierra se instalaron en Chichihualco, cabecera municipal de Leonardo Bravo.

 

“Ahorita que estamos viviendo estos dos años con lo que nos están apoyando (las autoridades) de alimentación y renta. Yo sembré en las aguas, y me prestaron un pedazo de terreno, y me puse a sembrar con mis hijos, nos regaló Diosito unos costales de maíz, de eso nos estamos manteniendo, estamos completando pues”, dijo Joaquina.

 

Joaquina y el resto de desplazados ven difícil regresar a sus casas, porque la violencia continúa. La única opción que tienen en reubicarse en otra zona y juntos construir una nueva comunidad.

 

 

Las acciones de los desplazados

Es la segunda vez que los desplazados hacen un plantón en la Ciudad de México. El primero, en 2020 fuera de Palacio Nacional y ante el incumplimiento de promesas, regresaron este 5 de abril pasado, pero fuera de la Segob.

 

El pasado martes13 de abril lo levantaron, luego de una reunión con el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas Rodríguez, y las familias volvieron a sus hogares del desplazo, es decir, a donde se mudaron por la violencia.

 

La promesa en esta ocasión es la reubicación. La ocasión pasada les prometieron devolverlos a sus lugares de origen, ahora el acuerdo fue buscar un lugar de reubicación para los desplazados, porque simplemente no hay manera de que vuelvan.

 

La directora del Centro Morelos, Teodomira Rosales Sierra, reveló que ya tienen identificados algunos lugares posibles en Puebla, Hidalgo, Morelos, Ciudad de México y Chilpancingo. El siguiente paso será que las autoridades verifiquen las zonas, porque deben ser seguras para las familias.

 

Aunque para ellos sean zonas alejadas de sus lugares de origen aceptaron la reubicación con tal de vivir en paz.

 

Además, esta semana dialogarán con el delegado federal en el estado, Iván Hernández Díaz, para determinar temas como la salud, porque entre los desplazados hay quienes requieren especialistas para tratar sus enfermedades.

 

 

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