Lucio cabañas: el héroe de Atoyac

Este lunes 2 de diciembre se cumplen 45 años de la muerte del comandante guerrillero de la comunidad de San Martín de las Flores, municipio de Atoyac. En los años setenta del siglo pasado, Lucio se levantó en armas en contra del gobierno. Como cada año, organizaciones sociales y estudiantes de la Normal de Ayotzinapa conmemoran el aniversario luctuoso


 

Texto: Kau Sirenio/ Pie de Página

Foto: Colectivo Más de 131

02 de diciembre del 2019

 

 

Hace 45 años, la columna guerrillera de Lucio Cabañas Barrientos se enfrentó contra el Ejército Mexicano en El Otatal, municipio de Tecpan de Galeana. Ahí cayó abatido el maestro normalista. Y desde entonces, nada ha cambiado para bien.

Por el contrario. La persecución y represión en contra de las organizaciones sociales en Guerrero se ha recrudecido en estas décadas; y en especial en el periodo de gobierno del expriista Ángel Aguirre Rivero.

 

La versión oficial

En su libro Lucio Cabañas, el guerrillero sin esperanza, Luis Suárez narró que, tras la muerte del guerrillero, la Secretaría de la Defensa Nacional emitió un comunicado:

“Alrededor de las 9 de ese día, en la región El Otatal, municipio de Tecpan de Galeana, a unos 20 Kms. (sic), al NO de esta última población, fuerzas militares tuvieron un encuentro con el grupo delictivo del secuestrador y asaltante Lucio Cabañas Barrientos, en el que éste resultó muerto en compañía de otros 10 maleantes que los acompañaban”.

 

El niño de Rafaela y Cesáreo

Hijo de Rafaela Barrientos y Cesáreo Cabañas Iturio, Lucio nació el 12 de diciembre de 1936; estudió la primaria en El Cayaco, municipio de Coyuca de Benítez. Después hizo la secundaria y el bachillerato en la escuela Normal Rural de Ayotzinapa.

A la edad de 23 años fue electo secretario general de Comité Estudiantil Ricardo Flores Magón de la Normal de Ayotzinapa. Al surgir el movimiento estudiantil universitario que luchaba por la autonomía de la Universidad de Guerrero, que antes era Colegio del Estado), Lucio consultó a la base estudiantil si había condición para apoyar a los universitarios.

La asamblea de ese día determinó que sí. Que Ayotzinapa se incorporaría a la protesta, esa que a la postre derrocó a Raúl Caballero Aburto de la gubernatura.

 

La FECSM

Un año después, la reunión de base eligió a Lucio como secretario general de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM). Ya como dirigente de esta organización estudiantil –que aglutina a las normales rurales de todo el país–, dejó un año sus estudios para abocarse a resolver el conflicto interno de la separación de algunas normales, como El Mexe, en Hidalgo.

Al regresar a Ayotzinapa, Lucio recibió al dirigente de Asociación Cívica Guerrerense (ACG), Genaro Vázquez Rojas, con quien tuvo cercanía durante el movimiento popular de 1960.

Al egresar de la Normal, el atoyaquense recibió la plaza de maestro de primaria, en la localidad de Mexcaltepec, parte alta de Atoyac. Ahí encabezó su primera protesta a lado de los ejidatarios contra Silvicultora Industrial S. de R. L., por la tala inmoderada de los bosques que a la comunidad no le dejaba ningún beneficio. Los madereros entonces presionaran al gobierno estatal, que transfirió a Cabañas a la escuela primaria Modesto Alarcón, Atoyac.

Sin embargo, Lucio no se retiró del movimiento agrario. Por el contrario, fundó la Delegación de la Central Campesina Independiente en esa región.

Así inició su trabajo con los pueblos, bajo la premisa: “Ser pueblo, hacer pueblo y estar con el pueblo”.

 

Lucio y Genaro

La lucha política de Lucio en Guerrero se fortaleció, al unirse al líder de ACG, Genaro Vázquez Rojas, y al dirigente de Movimiento Revolucionario del Magisterio (MRM), Othón Salazar. En ese entonces se oponían al gobernador Raúl Caballero Aburto.

Sin dejar de lado el movimiento en Guerrero, Lucio Cabañas, se incorporó al Movimiento de Liberación Nacional (MLN) y al Partido Comunista (PC). Desde ahí asesoró y organizó la protesta campesina a nivel nacional.

En el libro arriba citado, Luis Suárez consigna que el maestro rural decía a la gente:

“…que había maestros del pueblo que estamos dispuestos a orientar, no sólo en la educación, sino en su lucha como partes del pueblo; padres de familia, partes del pueblo contra todo el régimen, contra el gobierno, contra la clase rica”.

Para en 1965 –advierte Luis Suárez–, por el activismo político de Lucio, el gobernador Raymundo Abarca Alarcón lo transfirió a la escuela rural de Tuitán, Durango, junto con Serafín Núñez. Pero las protestas de maestros del MRM en Guerrero obligaron a Abarca Alarcón a gestionar ante el secretario de Educación Pública, Agustín Yáñez, el regreso de Cabañas a su centro de trabajo, la escuela primaria Modesto Alarcón.

A su regreso, Lucio Cabañas retomó la lucha que enarbolaba antes de ser expulsado. Ahora centró sus acciones en contra de los abusos de los talamontes, los terratenientes, las autoridades municipales y estatales, así como de los directores de escuelas que abusan de su puesto.

 

La huida

El 18 de mayo de 1967, a las 8:00 de la mañana, los maestros de la escuela primaria Juan N. Álvarez se presentaron a laborar como de costumbre. Sin embargo en las inmediaciones del edificio escolar ya había un grupo de padres de familia que impedían el paso, la judicial y la motorizada respaldando a la directora de la escuela Julia Paco Piza.

Ante la presencia de agentes policiacos, la gente se enardeció al grado de impedir que los judiciales y motorizados ingresaran a la escuela.

Estaba el forcejeo, cuando llegó Lucio. Tomó un micrófono para dar indicaciones a los padres de familia inconformes; en ese instante el comandante de la motorizada intentó arrebatarle el micrófono a balazos. Entre la confusión de los padres de familia y maestros que apoyaban a Julia Paco Piza, se soltó la balacera dejando un saldo de 11 muertos. Como los agentes policiacos intentaban culpar a Cabañas por los acontecimientos, éste se refugió en la sierra para defenderse de la persecución gobiernista.

Ese día por la tarde, Lucio llegó al ejido de San Martín y desde ahí organizó su lucha armada, que duró siete años, en la sierra. Entre los matorrales y las balaceras del Ejército, que a su paso quemaba pueblos enteros para quitarle base social al maestro normalista, refiere Laura Castellanos en su libro México armado.

Con condiciones, sin condiciones

En una parte de su libro, Luis Suárez da voz a Lucio. Ahí, el guerrillero planteaba que no importaba que hubiera o no condiciones para hacer la revolución; que “cuando matan al pueblo, hay que matar enemigos del pueblo. Y de ahí parte la revolución, de ahí parte toda revolución”.

La rebelión en la sierra de Atoyac y Tecpan de Galeana se da desde lucha ideológica, así como a partir de la transformación de las condiciones de vida, opresión y miseria de los campesinos. “…Lo que sí es cierto, es que con una matanza nos decidimos a no esperar otra. Y hemos dicho aquí: para que un movimiento armado empiece, necesita varias condiciones: que haya pobreza, que haya orientación revolucionaria, que haya un mal gobierno, que haya un maltrato directo de los funcionarios. Todas esas cosas se pueden aguantar, pero lo que no se aguanta es que se haga una matanza, eso sí no se puede aguantar… La forma de nuestra lucha, es la guerra de guerrillas, nuestra manera de enfrentar a los caciques será venadeándolos, cayéndoles de repente; también para los guachos, los tiras, los traidores. Nunca presentarnos en combate frontal”.

Así fue como Lucio fundó en la sierra la Brigada Campesina de Ajusticiamiento, brazo armado del Partido de los Pobres. En las faldas del cerro La Patacua, zona de El Porvenir, en Atoyac de Álvarez, se insta la base de la Brigada.

Desde ahí organiza el campamento y prepara el ataque a un cuartel del 49 Batallón de Infantería.

 

Los 13 de la brigada

La primera célula de la Brigada la integran 13 milicianos, unos fijos otros transitorios. La táctica de la guerrilla hace que algunos permanezcan unos dos meses en la sierra y luego regresen a su lugar de origen. El dinero para su movimiento lo obtienen mediante secuestros y robos a oficinas gubernamentales.

El siguiente paso de Cabañas es la constitución del comité de autodefensa. Esto lo obliga a recorrer toda la sierra para coordinar con los ejidos y comunidades de campesinos, logrando así conformar varios “Comités de Lucha”.

Suárez, quien fue jefe de redacción de la revista Siempre, registra: “Dos años después de que Lucio subió a la sierra, la Brigada ajusticia al ingeniero Fierro en el arroyo Las Parotas, por [su] participación en la masacre del 18 de mayo de 1967; En diciembre del mismo año, atacan a la policía judicial entre Atoyac y el Rincón de las Parotas, en esta emboscada hay dos bajas de la policía judicial. Semana después asaltan el Puente del Rey, apoderándose de 23 mil pesos.

“En 1970 secuestran al ganadero, Juan Gallardo, de San Jerónimo, en su rancho ubicado en la carretera Atoyac-Acapulco. Al año siguiente, el 29 de junio, con 16 miembros de la Brigada Campesina de Ajusticiamiento emboscan a militares, pero varios de los milicianos mueren en el combate. Al día siguiente, en otra celada caen 16 soldados y varios oficiales. En junio de 1972, secuestran a Cuauhtémoc García Terán, en lugar de su hermano Ulises.

“El 30 de mayo de 1974, la Brigada logra secuestrar a Rubén Figueroa Figueroa, candidato a gobernador de Guerrero por el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Mientras mantenía en cautiverio al empresario de transporte, el ejército mexicano dirigido por el general Eliseo Jiménez Ruiz desata la campaña militar a ras de tierra para aislar las comunidades de los guerrilleros; el 8 de septiembre, en un enfrentamiento sangriento, Figueroa es liberado y el saldo es de 23 rebeldes muertos y un soldado herido.

“Los operativos contrainsurgentes no terminan ahí, al contrario, la persecución se intensifica hasta dar muerte a Cabañas. El 30 de noviembre otros 17 rebeldes caen abatidos, la muerte del comandante cada día está más cerca, el 2 de diciembre, el general Cuenca Díaz, secretario de la Defensa Nacional, informa que en Otatal, Guerrero, varios grupos militares se enfrentaron con los rebeldes, resultando muertos Lucio y los alzados “Roberto”, “Arturo” y “René”, en tanto que el ejército sufrió dos bajas. Fue sepultado en el panteón municipal de Atoyac de Álvarez por los militares de manera clandestina”.

 

El héroe de los pobres

Los restos mortales del guerrillero fueron exhumados en 2003, del panteón municipal de Atoyac —donde fue enterrado en secreto el 3 de diciembre de 1974 por soldados de 49 Batallón de Infantería pertenecientes a la 27 Zona Militar— para depositarlos al pie del obelisco que se le construyó en el zócalo de Atoyac, último sitio donde estuvo públicamente Lucio Cabañas tras la matanza de padres de familia del 18 de mayo de 1967.

 

 

 

 

 

 

 

Este trabajo fue elaborado por el equipo de Pie de Página y lo reproducimos como parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie.

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