Texto y fotografía: Jesús Guerrero
18 de octubre del 2019
Iguala
Herido, según la versión del gobierno federal, un cabo del 27 batallón accionó su arma y mató él sólo a los 14 civiles armados con los que el Ejército se enfrentó en la calle principal de Tepochica, comunidad de Tepecoacuilco, muy cerca de Iguala.
Este jueves 17 de octubre, en el 27 de batallón del Ejército de Iguala, a ese cabo le rinden homenaje. Son las 11 con 35 minutos de un día lluvioso y fresco. Algo inusual en esta ciudad de clima caluroso en extremo.
El cabo que acabó con 14 civiles la tarde del martes 15 de octubre despertó la curiosidad de la sociedad igualteca.
La gente que espera conocer al “héroe” escucha trompetas, tambores y una descarga de balas de salva. Es parte del homenaje al soldado que cayó en la batalla.
«Sí, sí fue un héroe, se echó a 14 malvados, eso no lo hace ni Rambo», festeja una mujer en la puerta del cuartel.
«Solo quería curiosear, leí en los periódicos y lo vi en los noticieros de televisión lo que ocurrió aquí cerca de la ciudad», agrega.
Un taxista que también quería saber quién era el cabo afirma: «otra vez, ya somos noticia nacional e internacional».
El trabajador del volante hace alusión a lo que ocurrió la noche del 26 y madrugada del 27 septiembre del 2014 con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y los seis asesinatos aquí en Iguala.
Originario de una comunidad del municipio de San Marcos, en la Costa Chica, el trabajador del volante que ya tiene 22 años radicando en esta ciudad, señala que lo que ocurrió este martes en la comunidad de Topochica causó sobresalto en la gente.
«La gente ya está más tranquila después de lo que pasó hace cinco años, pero lo que ocurrió el martes, otra vez como que volvió el miedo», dice.
Aunque desde el 2014 no hay toque de queda, oficialmente, la gente ya no sale de noche a divertirse. Un hombre con una pierna amputada y montado en una motoneta dice a la gente que espera afuera del cuartel: «del otro lado va a salir la carroza con el cuerpo del soldado».
Al fondo, en el corredor de las instalaciones militares, hay una fila de soldados rasos. Ya terminó el homenaje luctuoso al cabo de 31 años. Despedido por sus compañeros como un «héroe».
Los mandos militares no permitieron el ingreso a las instalaciones de gente que no fueran familiares del soldado fallecido, sólo pasaron el alcalde de este municipio, Antonio Jaimes Herrera y el secretario de Administración y Finanzas, Marco Tulio Pérez Calvo, quien asistió en representación del gobernador Héctor Astudillo Flores.
«Fue para cuidar la integridad de los familiares por eso no se permitió la entrada a más gente», señaló una fuente.
El cabo dejó en la horfandad a una niña.
Después de las trompetas, tambores y la descarga del acceso posterior de las instalaciones del 27 Batallón de Infantería, en la avenida Federal a Taxco, sale una carroza. Ahí va el ataúd con los restos del soldado.
Atrás de la carroza, van dos camiones militares repletos de los familiares y vecinos del cabo. También otros dos camiones con militares. Se dirigen a un panteón particular para dar sepultura al soldado, quien vivía en una colonia con pocos servicios y lejana del centro. El hombre de la pierna amputada arranca su motoneta y sigue el contingente. Dice el resto de la gente que es familiar del cabo, el que, de acuerdo a la versión del gobierno federal, él solo y herido, accionó la metralleta de la patrulla militar y mató a 14 civiles armados.
Este trabajo fue elaborado por el equipo de Amapola. Periodismo transgresor. Se autoriza su reproducción siempre y cuando se cite claramente al autor.