Texto: Amapola Periodismo
Fotografía: Oscar Guerrero
26 de mayo del 2021
Chilpancingo
Durante su visita al mercado central de esta ciudad, el Baltasar R. Leyva Mancilla, el candidato a la gubernatura por la coalición PRI-PRD, Mario Moreno Arcos, fue custodiado por una patrulla de la Policía Estatal.
Los cinco agentes estatales se colocaron discretamente fuera del mercado central y desde ese lugar esperaron hasta que saliera Moreno Arcos, quien recorrió estas instalaciones donde tuvo un frío recibimiento por parte de los comerciantes.
Unos 50 jóvenes que integran la porra de Moreno Arcos irrumpieron con sus gritos en los pasillos del mercado, donde desde hace una década los comerciantes han vivido en carne propia la violencia: pago de cuota, secuestros y asesinatos.
Moreno Arcos, fue alcalde de Chilpancingo durante el período 2012-2015, y fue cuando, según los comerciantes, se acentúo aún más la inseguridad en ese lugar.
Cuando Mario Moreno recorrió la nave 3 del mercado, donde están los puestos de carnes, una comerciante le pidió que si llegara a ser gobernador que resolviera el problema de la inseguridad del lugar.
“Usted bien sabe cómo está aquí en el mercado la inseguridad, le pedimos que la resuelva”, le dijo.
Una ruidosa banda de música de viento a cuyos integrantes les pagaron 2, 600 pesos por tocar dos horas, iba atrás del candidato a gobernador.
Moreno Arcos caminó por la empinada calle donde están los vendedores ambulantes.
Una de las integrantes de la campaña del candidato llevaba un racimo de cadenas de cempasúchil y se adelantaba a la comitiva para pedirle a una comerciante que le colocara una cadena al candidato.
A la vendedora que le dan esa orden la obedece, quizá pensaría que si no lo hacía caso, las autoridades administrativas del mercado ya no la dejarían vender.
Sonriente y saludando con el puño abierto a los comerciantes o a los compradores, Moreno Arcos avanza. Muy atrás de él, iba el perredista Alejandro Arcos Catalán, candidato a la alcaldía de esta capital por la misma coalición, la PRI-PRD.
Así fue como ambos abanderados caminaban a metros de distancia; parecía que hubiera un distanciamiento.
Cuando Moreno Arcos saludaba a los comerciantes de la nave 3, Arcos Catalán abandonó abruptamente el recorrido.
Una comerciante contó que hace dos días varios jóvenes del equipo de campaña de Moreno Arcos les pidieron a muchos de ellos que colocar en sus puestos imágenes del candidato a gobernador.
“La mayoría nos opusimos a ello; mira qué chulito salió Mario Moreno, pues, cuando fue presidente municipal nunca resolvió los problemas del desabasto de agua, fomentó el ambulantaje y la inseguridad estuvo al cien”, expresó una comerciante.
Agregó que si bien desde hace más de un año ya no han registrado balaceras, asesinatos o secuestros de comerciantes, los asaltos y el cobro de cuota siguen.
En su recorrido, Moreno Arcos fue arropado por un grupo de comerciantes que militan en las filas del PRI.
“¡Ay, mi candidato, qué bueno que bueno que vino!”, le dijo la dueña de la fonda Aurora.
Moreno Arcos junto a varios integrantes de su equipo de campaña y el candidato a la alcaldía, Alejandro Arcos, almorzaron.
Al final de su recorrido, dirigió unas breves palabras a petición del comerciante Hermes Morales.
Recordó que durante su niñez acudía a este mercado a trabajar cargando canastas o bien vendiendo leche de vaca.
Dijo que a él como a todos los comerciantes de este mercado le pusieron un apodo.
«Si aquí no tienes un apodo, es que no eres del mercado», dijo.
Se comprometió a que de ser el gobernar resolverá el problema de la inseguridad en el mercado y a construir una central de abastos.
En su visita a estas instalaciones ubicadas al norte de esta ciudad, Moreno Arcos fue acompañado por varios operadores de su campaña, entre ellos, César Flores Maldonado, ex asesor del gobernador Héctor Astudillo Flores.
Bonifacio Montúfar Mendoza, ex director de la Policía Auxiliar del gobierno de Astudillo y director de la Policía Municipal cuando Moreno Arcos fue alcalde en el período 2012-2015, también iba entre la comitiva.
Así entre tímidas porras y ya sin cadenas de cempasúchil, Moreno Arcos se subió a la camioneta Suburban blanca que estaba estacionada en la avenida Insurgentes.
Atrás de la unidad en donde viajaba Moreno iban tres camionetas con algunos escoltas vestidos de civil y un poco más distante de la caravana de vehículos una patrulla de la Policía Estatal.
