Entre las víctimas hay tres niños, que probablemente serían víctimas de reclutamiento, y una mujer, madre de un policía
Texto: Marlén Castro
Foto: Oscar Guerrero / Archivo
Chilpancingo
Viernes 14 de febrero del 2025
Estos días previos al 14 de febrero, día del amor y la amistad, fue una semana de varios eventos violentos en Guerrero que dejaron 11 víctimas asesinadas, entre ellas, tres niños y una mujer, y varios heridos en ataques armados en distintos puntos de la entidad.
En contraste a toda esta violencia, el jueves 13 de febrero, en las plazas públicas de Chilpancingo y Acapulco se casaron en bodas comunitarias 556 parejas, 336 de ellas en Chilpancingo y 220 en Acapulco, originarias de las diferentes regiones de la entidad.
En las bodas colectivas celebradas en la capital estuvo presente la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, a quien habitantes de los pueblos nahuas de la región Centro pidieron “dar la cara” porque a ellos los asesinan y los secuestran sin que las autoridades ministeriales tengan ningún detenido.
Aunque la cantidad de 11 víctimas en una semana no es una de las cifras más altas de jornadas violentas en Guerrero, resaltan estos eventos por el asesinato de tres niños, entre 12 y 15 años, quienes de acuerdo con las circunstancias de sus muertes, podrían haber sido víctimas de reclutamiento forzado.
Desde el viernes 7 de febrero, en Chilpancingo, Iguala y Acapulco se registraron varios eventos violentos, la mayor cantidad de víctimas ocurrió en la capital.
La más reciente víctima de esta jornada violenta previa a este 14 de febrero se registró la noche de este jueves en Chilpancingo. La víctima fue un señor que toda su vida la dedicó a la venta de tacos, afuera del mercado Baltasar R. Leyva Mancilla, conocido como El Güero, de aproximadamente 50 años.
Este ataque ocurrió alrededor de las 9:30 de la noche, sobre la avenida Insurgentes, esquina con la central de abastos de la capital. De acuerdo con la versión de testigos, El Güero fue atacado por la espalda, por un par de hombres armados a bordo de una motocicleta. El hombre murió al instante. El ataque ocurrió mientras despachaba tacos a su clientela y con la presencia de varios familiares que eran parte del negocio familiar.
Mientras elementos de la Guardia Nacional resguardaban la escena del crimen, los familiares se llevaron a El Güero, antes de que llegara personal del Servicio Médico Forense. Con llantos y gritos, lo levantaron del camellón donde quedó tirado después de los impactos de bala, lo subieron a una camioneta y se lo llevaron.
Así comenzó esta semana previa al 14 de febrero
Cerca de las diez de la noche del lunes 7 de febrero, en Chilpancingo, ejecutaron a un hombre sobre la calle Insurgentes, entre las colonias La Independencia y La Pradera. Horas después fue identificado como Jesús Ovando Jiménez, de 40 años, quien era conductor de la Urvan 278 de la ruta Mercado-PRI y cuatro años atrás fue agente de tránsito municipal.
Cerca de las cinco de la mañana del sábado 8, en Chilpancingo, ejecutaron a balazos a un joven en la calle Nicolás Catalán, casi esquina con bulevar Vicente Guerrero, en la colonia Juan N. Alvarez. A varios vecinos de la calle los despertaron las ráfagas. A este joven lo asesinaron con un arma AR-15. Las detonaciones se escucharon en varias calles de la ciudad.
En Chilpancingo, la tarde del sábado 8 de febrero, un joven de aproximadamente 25 años fue ejecutado a balazos sobre el antiguo libramiento a Tixtla, en la entrada de la colonia El Encanto. En este hecho, hubo dos heridos, quienes se trasladaron por su cuenta a hospitales para su atención médica.
No hubo una versión oficial de parte de la Fiscalía General del Estado (FGE) acerca de este hecho, sólo testimonios de vecinos de las colonias. De acuerdo con estas versiones, el joven que quedó muerto atacó a otro hombre que a bordo de un auto salía de la colonia El Encanto y se incorporaba al libramiento, quien sacó su arma y disparó a su atacante. El joven que iba en la moto derrapó y cayó sobre la calle, su casco quedó por un lado y una pistola, con la que habría disparado, al otro costado. Dijeron que el hombre del auto también quedó herido, pero no se quedó ahí después de responder la agresión, siguió manejando. Una tercera persona fue herida, pero no quedó claro, si se trató de alguien que acompañaba al joven de la moto que murió en el lugar, quien también herido y por su propia cuenta salió del perímetro donde se registraron los hechos.
El viernes 7 de febrero, en Juchitán, de la región Costa Chica, en un camino de terracería asesinaron a otro joven de entre 22 y 25 años, a quien encontraron cerca de una camioneta incinerada, que podría haber sido suya.
El 9 de febrero, en el centro de Ometepec, en la región de la Costa Chica, un joven identificado como Salvador, de 25 años, fue asesinado.
En Acapulco, el lunes 10 de febrero, un policía municipal, acompañado de su mamá y su papá, fue atacado en un vehículo cuando circulaba por Viaducto Diamante. El policía murió en el lugar del ataque y su mamá al llegar al hospital para su atención. Horas después se identificó al policía como Jacobo Elías Silverio, hijo del catedrático universitario Nahum Silverio Niño, quien también resultó herido. A la fecha continúa hospitalizado.
En Iguala, se registraron actos violentos relacionados con la cercanía de la Feria de La Bandera, que a pesar del riesgo y el asesinato de César, de 15 años -a quien de acuerdo con la información disponible fue torturado, le obligaron a escribir el mensaje de su propia muerte, y le cortaron las manos– las autoridades municipales y estatales continúan con los planes de inaugurarla hoy 14 de febrero por la tarde.
César estudiaba tercer año en la Secundaria Técnica 213 Bandera Nacional, cerca de donde se instala la feria. Su cadáver apareció mutilado de las manos y éstas sobre unas cartulinas con los mensajes de que la feria se cancelaba.
César apareció en un video en el que se ve que lo obligan a escribir en una cartulina que lo usaron para generar sicosis para que no hicieran la feria.
El mismo 12 de febrero, en la región Centro de la entidad, dos niños de Xochitempa, municipio de Chilapa, fueron asesinados. Los cadáveres de Porfirio Morales Xochitempa, de 12 años, y Mateo Francisco Reyes, de 14, fueron hallados la mañana del miércoles 13, pero los familiares reportaron que un día antes salieron de sus casas a las parcelas de cultivo de sus respectivas familias y ya no volvieron. Los niños fueron asesinados esa misma tarde. Los pobladores de Xochitempa escucharon detonaciones, pero no relacionaron esas balas con la salida de los niños al campo, hasta otro día que un campesino avisó que había dos cadáveres de menores.
La CRAC-PF emitió un comunicado sobre los crímenes de los niños, en el que acusa de este hecho a la presidenta municipal de Chilapa, Mercedes Carballo Chino, de quien señala que es familiar del jefe del grupo criminal Los Ardillos, Celso Ortega Jiménez y al excomisario de San Jerónimo Palantla, Constantino Merino Calvario.
La policía comunitaria de estos pueblos nahuas exigió a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda “dar la cara a los pueblos”, porque los están matando y desapareciendo sin que haya un solo detenido.
Los asesinatos de Porfirio y Mateo fueron reportados por la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Pueblos Fundadores (CRAC-PF), organización que tiene presencia en Xochitempa, una comunidad anexa de San Jerónimo Palantla, cuyos habitantes están incorporados a la Policía Comunitaria Francisco Villa, contraria a la CRAC-PF.
Además de víctima de asesinatos, estos tres niños pudieron ser víctima de reclutamiento forzado, César de un grupo del crimen organizado con intereses económicos y políticos de la región Centro-Norte y Porfirio y Mateo, de la Policía Comunitaria, un grupo armado para la defensa de las comunidades.