Texto y foto: Luceli Pastrana
Viernes 24 de mayo del 2024
Chilpancingo
La lucha libre forma parte de la cultura mexicana y en el estado de Guerrero se reconocen a varios grandes de este deporte que se divide en rudos y técnicos.
Muchos de los luchadores utilizan una máscara para ocultar su identidad; creando una imagen que les da una personalidad especial.
En Guerrero, sobre todo en Chilpancingo, las mujeres que se dedican a la lucha libre enfrentan un doble reto, ser reconocidas como mujeres en una actividad que hasta hace poco era sólo para hombres y aguantar los golpes de sus pares que, en las luchas mixtas, se pegan sin distingo.
En Chilpancingo, la dinastía Diablo es una de las más conocidas. Esta dinastía de luchadores y luchadoras cuenta con 30 integrantes, una de ellas es Diosa Guerrera, quien sostiene que la lucha la lleva en la sangre. “Ser una inspiración para los demás y sentir el cariño del público y de los fans es algo que no cambiaría jamás. La lucha libre es un deporte chingón”, afirma Diosa Guerrera.
A pesar de divertir y servir de desfogue colectivo, la lucha libre es un deporte poco valorado. Los patrocinadores invierten poco cuando llevan una exhibición a alguna parte del estado, la mayoría de veces no les pagan sus gastos de traslado a las luchadoras y luchadores pero ellas y ellos van a donde los contraten porque este deporte es su vida.
La lucha libre es un entretenimiento sano para toda la familia y sectores sociales. Este deporte, además, genera derrama económica y es el sostén de muchas familias.