Texto: Jesús Guerrero
Fotografía: Amapola Periodismo
Chilpancingo
21 de septiembre del 2021
Apenas se levantaron de sus sillas el ex gobernador priista Héctor Astudillo Flores y la alcaldesa morenista de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez, cuando se escucharon las porras primero para él, luego para ella.
Ambos convivieron en una mesa con el ex alcalde de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva; el ex candidato a la gubernatura de la alianza PRI-PRD, Mario Moreno Arcos; el obispo emérito Salvador Rangel Mendoza y el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández.
Estos seis personajes con diferencias políticas que ellos mismo han hecho públicas, estuvieron juntos en una mesa donde comieron pozole y bebieron mezcal; era en un salón del atrio de la iglesia de San Mateo, en el barrio en el Chilpancingo con el mismo nombre, donde celebraron a este santo. Cada año lo festejan y asisten las autoridades del municipio y del estado.
La gobernadora Evelyn Salgado Pineda anunció que asistiría, pero de última hora canceló. Asistió a la homilía en honor San Mateo su madre, María de Jesús Pineda, quien en unos momentos se cruzó con la alcaldesa.
Terminó la misa y la alcaldesa fue la primera que llegó al salón donde ya estaba lista una mesa. La acompañada su esposo Diego Omar Benigno González, con quien aparece en videos y fotografías de una reunión que tuvo con un hombre armado, a quien la Fiscalía General del Estado (FGE) identificó como Celso Ortega Jiménez, líder de la organización criminal de Los Ardillos. Desde entonces es relegada de los actos públicos de la gobernadora.
Antes de que ingresara al salón, Hernández Martínez fue abordada por un reportero.
–¿Ya compareció otra vez a la Fiscalía (General) del Estado, a la Fiscalía General de la República?, –le preguntó.
–No, no me han llamado. Ya fui una vez y declare, –respondió a la vez que apresuraba el paso.
En el salón había unas 40 mesas con gente comiendo. En el segundo piso del edificio religioso estaban decenas de comensales. Las mujeres encargadas de llevar las cazuelas con pozole, café y pan se abrían paso entre la gente.
Los mayordomos de la fiesta religiosa dieron órdenes para que a la alcaldesa le dieran un trato especial.
La edil autorizó el pago de las obras de la remodelación de la iglesia y también la contratación de grupos musicales que amenizaron el baile de ayer por la noche.
La alcaldesa y su esposo apenas se habían sentado cuando llegaron el obispo de la diócesis y el obispo emérito, quienes fueron invitados a acompañarlos.
Rangel Mendoza ha declarado a reporteros que existe el video en el que aparece la alcaldesa con el líder de Los Ardillos dura 40 minutos. El obispo emérito y la alcaldesa no se saludaron de mano, pero sí conversaron.
El obispo emérito ha aceptado en declaraciones a reporteros tener relaciones con líderes de organizaciones criminales, según expuso, para pacificar el territorio.
En el otro extremo del salón del atrio religioso, estaba los priistas, el ex gobernador Héctor Astudillo Flores, quien degustaba un pozole y mezcal con Mario Moreno y el ex alcalde interino de Chilpancingo, Jesús Tejeda Vargas.
Marco Antonio Leyva Mena, también priista y ex alcalde de Chilpancingo, quien ene su administración tuvo diferencias políticas marcadas Astudillo Flores, estaba en otra mesa. Los dos se toparon en el atrio de la iglesia y no cruzaron palabra.
Leyva Mena no le perdona a Astudillo Flores, que siendo gobernador, promovió ante el Congreso local, a través de los diputados priistas su revocación de mandato por una alerta sanitaria por la acumulación de cientos de toneladas de basura en las calles de la ciudad.
Por separado, ambos, Astudillo y Leyva, fueron invitados a la mesa de la alcaldesa y los dos obispos.
El primero que llegó a la mesa fue Leyva Mena. Astudillo, al parecer, no quería sentarse junto al ex alcalde y a la actual alcaldesa, pero un enviado del obispo emérito lo convenció.
Astudillo Flores se sentó a un lado de Rangel Mendoza, a quien saludó de mano al igual que a Hernández Martínez y al obispo González Hernández.
Aun cuando estaba tan cerca, Astudillo y Leyva ni cruzaron la mirada.
El ex gobernador pidió que se uniera al grupo Moreno Arcos, quien fue el secretario de Desarrollo Social en su gobierno y lo impulsó a la candidatura a la gubernatura.
Al parecer, las copitas de mezcal que bebieron los seis hicieron que el ambiente entre ellos se relajara, al grado de que la reunión se prolongó más de dos horas.
En la despedida, sólo cinco se tomaron la fotografía del recuerdo. Leyva Mena se levantó y se retiró sin despedirse.
A la salida del salón, simpatizante de Astudillo Flores le echaron porras, pero lo funcionarios municipales y trabajadores del Ayuntamiento de Chilpancingo no se quedaron atrás y corearon el nombre de Norma Otilia, la alcaldesa.