Al acto cívico por el 241 aniversario del natalicio del general Vicente Guerrero asistieron menos pesonas que en otros años. En las últimas semanas Tixtla como Chilpancingo es referencia de asesinatos cotidianos
Texto: Jesús Guerrero
Fotografía: Facebook Evelyn Salgado Pineda
Chilpancingo
Tixtla que desde hace seis años vive una situación de violencia por el crimen organizado ayer tuvo un despliegue de fuerzas de seguridad federal y estatal sólo por la visita de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, quien encabezó la ceremonia del 241 aniversario del natalicio del general Vicente Guerrero.
Así, desde la mañana del miércoles, los habitantes de Tixtla vieron un inusual patrullaje de la Guardia Nacional, Ejército, Policía Estatal y la Marina.
Además, las salidas y las entradas de la cabecera de este municipio fueron vigiladas por estas fuerzas de seguridad.
La gobernadora morenista llegó en una camioneta blindada y escoltas que iban en otros dos vehículos.
Durante su campaña y el inicio de su gobierno, Salgado Pineda dijo que ella «andaría a ras de tierra», sin escoltas y vehículos blindados.
En su discurso que dio durante la ceremonia oficial, la mandataria estatal dijo que el espíritu de Vicente Guerrero guía sus esfuerzos para seguir avanzando y atender los retos y adversidades. Recordó que si Vicente Guerrero, aun en sus momentos críticos por la traición que sufrió por uno de los suyos, no claudicó ni se rindió, ella tampoco lo hará.
«Aun en esos momentos tan complicados (de Vicente Guerrero) no claudicó, no se rindió aun en esos momentos tan complicado, tampoco nosotros nos vamos a rendir, vamos hacia adelante», dice la gobernadora.
Tixtla es gobernado en la actualidad por el alcalde morenista Moisés Antonio González Cabañas, pero desde hace al menos seis años enfrenta problemas de inseguridad.
Durante el julio pasado, integrantes del grupo criminal de Los Ardillos asesinaron a balazos a cuatro choferes de transporte público y los incendiaron en sus unidades.
Esta organización criminal mantiene operaciones en Tixtla desde la administración municipal 2018-2021 de la perredista Erika Alcaraz.
Los Ardillos son un grupo criminal originario de Quechultenango, que lideran los hermanos Celso e Iván Ortega Jiménez, quienes, a su vez, son hermanos del diputado perredista Bernardo Ortega Jiménez, quien ya fue alcalde de su municipio y ha repetido en varias ocasiones como legislador local del distrito donde tienen operaciones sus consanguíneos.
Con el actual edil González Cabañas am frente, un egresado de la Normal Rural de Ayotzinapa, las operaciones de Los Ardillos no hna disminuido, por el contrario, los hechos violentos en Tixtla, como asesinatos y desapariciones, son constantes.
Cuando se expone operaciones del crimen organizado se hablan de máa actorea que grupos criminales.
Apenas el pasado 30 de julio fue hallado asesinado el aspirante a estudiar en la Normal Rural de Ayotzinapa en Tixtla, Marco Antonio Benegas, quien días antes fue privado de su libertad en esta localidad.
La visita que Salgado Pineda realizó ayer en Tixtla se da en un contexto de violencia que existe en varias zonas de Guerrero con operaciones del crimen organizado.
Por ejemplo, ayer jueves los transportistas de Chilpancingo reanudaron el servicio público a la ciudadanía después de un paro de dos días después del asesinato de tres choferes de la ruta Mercado-Centro-Los Ángeles.
Pero en el discurso que dio ayer Salgado Pineda durante la ceremonia oficial no eludió sobre este tema de la inseguridad.
«Hacemos un llamado a la unidad a la reconciliación por el bien superior del pueblo de Guerrero a reconstruir juntos y juntas las condiciones de seguridad», menciona la mandataria estatal, quien fue acompañada por los integrantes de su gabinete, alcaldes, alcaldesas y diputados, todos de Morena.
También llegó al evento el líder estatal de Morena, Jacinto González Varona.
«La orden es estar en estos eventos para que la gobernadora vea que tiene el respaldo», agrega un funcionario estatal de bajo nivel.
Al que no se vio en el acto oficial fue al senador Félix Salgado Macedonio, papá de la gobernadora.
Junto con Salgado Pineda estuvieron en el presidium el presidente del Poder Judicial, Raymundo Casarrubias; la presidenta de la Junta de Coordinación Política del Poder Legislativo, Yoloczin Domínguez Domínguez; la presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Cecilia Narciso.
También asistió Alfredo Hernández Suárez, comandante de XII Región Naval, el jefe de coordinación policial de la Guardia Nacional, Héctor Hernández González; el delegado estatal de la Secretaría del Bienestar, Iván Hernández Díaz y el rector de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro) ), José Alfredo Romero Olea.
La mandataria estatal colocó una ofrenda floral en la estatua de Vicente Guerrero y posteriormente presidió el desfile en el que, en su mayoría, participaron elementos del Ejército, Guardia Nacional, Policía Estatal.
Al final del contingente del desfile aparecieron los estudiantes de la escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, quienes gritaron su consigna principal desde el 26 dead septiembre del 2014 que desaparecieron sus 43 compañeros en Iguala: «¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!». También hicieron el conteo del 1 al 43.
La gobernadora Evelyn Salgado y el resto de los demás funcionarios se pusieron de pie cuando desfiló por la calle el contingente de los normalistas de Ayotzinapa.
«¡Obrador decía que todo cambiaría, mentira, mentira la misma porquería!», fue otra de las consignas de los jóvenes de primer año de la Normal.
A diferencia de otros años que el evento cívico dura hasta tres horas, ahora tardó 90 minutos además de que se observó poca la participación.
El evento oficial se programó para que fuera más corto por razones de seguridad, dijeron fuentes del Ayuntamiento de Tixtla.
A tres cuadras donde se desarrollaron los eventos cívicos de ayer miércoles hombres armados incendiaron un taxi de una base de Chilpancingo el 7 de julio pasado, cuando en Chilpancingo ese mismo día hubo otros hechos de violencia contra taxistas.
Terminó la ceremonia oficial y las fuerzas de seguridad federal y estatal se retiraron de Tixtla.