Las dragas en Chilpancingo, una irrupción a la hegemonía de roles e identidad de género

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Texto: Itzel Urieta y Amapola Periodista

Fotografía: Oscar Guerrero

Chilpancingo

El primer acercamiento que tuvo Ricardo con el mundo del drag queen fue en el 2018, a través de Rupaul Drag Race, un programa estadounidense de competencia de drag queens. En ese momento descubrió su pasión.

El drag es una forma de arte de flexión de género en la que una persona se viste con ropa y maquillaje para enfatizar una identidad de género.

Se denomina drag queen a un hombre que se viste como una mujer y exagera los rasgos femeninos al utilizar vestimenta llamativa y transgresora; desafía los roles y la identidad de género.

Ser drag queen implica crear a un personaje con distintos matices y niveles de complejidad, que se expone para la sociedad a través de un performance.

El arte drag en Chilpancingo comenzó hace algunos años, algunas drags comenzaron a surgir por el 2018.

El 2020 fue importante para la comunidad drag o las dragas, como también se hacen llamar, porque surgió Guerredrags, una competencia virtual creada con la finalidad de dar a conocer el arte drag de Guerrero y a sus exponentes.

El programa tuvo buena aceptación, participaron dragas de diferentes municipios del estado. En la actulidad son 20 dragas que se presentan en distintos espacios de Chilpancingo.

Drag queen el arte para romper estereotipos

El drag muchas veces es confundido con el travestismo, que es una práctica que se realiza en Guerrero desde hace varios años. El travestismo tiene popularidad en el estado, permea principalmente en algunos bares y pozolerías, donde ofrecen espectáculos de imitación.

De acuerdo con algunas drag queens, la diferencia entre el travestismo y el drag, es que el primero busca imitar a un personaje, tanto en apariencia física como en movimientos y gestos; deben estudiar muy bien a la persona que imitarán. El drag es un estilo libre que comienza desde cero, y se construye con imaginación.

El maquillaje es exagerado y resalta algunas partes del físicas como los ojos, las cejas y los labios, que son remarcados.

Los movimientos para las presentaciones son libres, pueden ser una coreografía, pasos con acrobacias y saltos.

Las dragas no buscan parecerse a nadie.

De Ricardo a Lolita Heart

Ricardo es su nombre de pila, es originario de Chilpancingo, tiene 23 años, pero desde hace ocho meses es Lolita Heart, su nombre y personaje drag.

A Ricardo no le molesta si se refieren como él o ella, pero la mayoría de personas que conocen lo llaman Lolita.

Desde pequeño supo que era gay y enfrentó discriminación en su escuela, principalmente por maestros.

Creció con su mamá, Dolores. A su padre no lo conoció; su madre se separó cuando él era muy pequeño y nunca lo vio.

Cuando Ricardo veía los programas relacionados al arte drag se emocionaba, pero nunca pensó convertirse en draga. Fue hasta que uno de sus amigos que organiza eventos drag lo invitó; era diciembre del 2022.

«En un momento me dice mi amigo ¿por qué no te metes como drag? y, entonces, comencé a trabajar con el proyecto de Lolita», recuerda Ricardo.

Lolita inició con un vestido de mujer, al que le mandó a hacer una cola de casi dos metros, y con una peluca «crepa china bien horrible», comenta Ricardo entre risas.

En el lapso en que trabajó en su vestuario y maquillaje pensó en cuál sería su nombre, y cayó en cuenta que llevaría el de la persona más importante para él, quien la inspira, su madre.

El diminutivo de Dolores, Lolita. Le agregó Heart, palabra en inglés que traducita al español es corazón. Su nombre draga es Lolita Heart.

Ahora ya la conocen más como Lolita; hasta su madre lo llama así.

Con el nombre de Ricardo tuvo un trabajo estable como capacitador de personal en una empresa, en ese trabajo tenía un sueldo fijo y todas las prestaciones de ley.

«Cuando empezaron a darse cuenta en mi trabajo que mi tirada era hacer drag, a mí me corren de mi trabajo. Fue una etapa muy difícil, tuve que iniciar mi vida totalmente, y dije si el drag me va a ayudar a salir adelante, vamos a darle».

La obligaron a firmar su renuncia por lo que no tuvo acceso a una liquidación.

Después vino la fase de que su familia la aceptara como drag. Dolores nunca le reprochó a Ricardo su preferencia sexual, «pero ya verme maquillada y vestida de mujer sí era otra cosa para mi mamá».

A Lolita sí la insultó y fue lo más doloroso para ella. Sus abuelos le decían que no les gustaba verla vestida así.

En un inicio Lolita no cobraba por sus shows en antros y bares, con el paso del tiempo comenzó a recibir propinas, y ahora el drag es su fuente de ingresos principal.

Con el tiempo su madre la apoyó y le pidió perdón por no haberla comprendido desde el principio.

«Mi mamá me pidió perdón, fue lo que más marcó el proceso de Lolita».

El cambio de Dolores fue radical, ahora siempre le llama Lolita. Es su aliada.

Lolita actualmente trabaja como drag en la Discoteca Venus The Rosse en Chilpancingo, da show todos los fines de semana y por contratos para eventos privados.

Una de sus metas es continuar vigente en el drag y ser reconocida en el estado, también le gustaría participar en alguna plataforma drag reconocida.

«Lolita llegó para quedarse, Lolita llegó para cambiar mi vida y Lolita ha sido lo más padre», comenta.

Seraphine D’Caelo

Desde que estudiaba la secundaria, Sebastián creó un personaje femenino al que llamó Seraphine. La dibujaba en sus cuadernos con cabello largo.

Sebastián es de Chilpancingo, tiene 23 años y al igual que Lolita, el programa Rupaul Drag Race se convirtió en su referente.

A Sebastián tampoco le molesta si le hablan como él o ella.

«Cuando vi Rupaul Drag Race dije, entonces lo que yo creé sí lo puedo hacer, si puedo llevarlo acabo, sí puedo decidir cómo se ve Seraphine, qué baila y qué utiliza», cuenta Sebastián.

El proceso sobre su sexualidad lo vivió en solitario, su familia intuía que era gay, por lo que nunca tuvo la necesidad de verbalizarlo. Hasta que tuvo su primer novio formal le contó a su mamá.

A su mamá le costó en un principio aceptar las preferencias sexuales de Sebastián, pero optó por investigar y orientarlo.

Sebastián tenía la inquietud de entrar al mundo drag, pero en Chilpancingo no conocía un lugar donde pudiera realizarlo. Un día vio una publicación de WhatsApp de Madame, otra draga de la ciudad y la contactó.

«Le mandé mensaje y le dije ¿eres drag queen?, ella me respondió que sí y le dije ¿me ayudas?, me dijo que sí y a otro día ya estaba en su casa arreglándome».

Seraphine D´Caelo inició en casa de Madame. Ahora lleva dos años en como draga; se presenta en bares, ha participado en concursos y también realiza espectáculos privados.

Para elegir su nombre drag buscó significados en cosas que le gustan. Seraphine es un nombre de origen francés, común en las mujeres de ese país; su significado es fuego vivo y se identificó con eso.

D’Caelo lo utiliza como apellido, es de origen italiano y significa del cielo, por lo que su nombre drag es fuego vivo del cielo.

Una de las dificultades de Seraphine fue ganar confianza en ella para concursar y hacerse de un público.

Su sueño es continuar en el arte del drag y participar en plataformas de drag. «Espero cumplir con mis metas personales, ver qué me prepara la vida y ver qué otras puertas se me abren».

Familia drag

Lolita y Seraphine son amigas desde que comenzaron en el drag. El drag las unió y las hizo conocer a muchas dragas de diferentes lugares del país.

Lolita y Seraphine en la mayoría de veces trabajan como dupla, es decir, realizan presentaciones juntas, de manera especial para apoyarse, protegerse y acompañarse.

La familia drag en Chilpancingo apenas está construyéndose como familia.

Debe haber alguien que lidere y oriente. Cada draga tiene una madre o mamá drag, ya con experiencia para aconsejar y orientar.

Alice Josef es la drag con más experiencia; lleva dos años en el drag y tiene cuatro hijas: Foxy Lover, Adara Xoxo, Lana Down y Lolita Heart.

«Una madre es la que apoya, la que te enseña, no te da el camino pero te da una guía», cuenta Alice.

Todas sus hijas, dice, tienen una historia diferente. Algunas llegan ya con algo bien creado y sólo las orienta en cómo mejorar.

«Es dar consejos por algo que una ya recorrió».

Alice es hija de Ángel, una draga de Acapulco. Lo que más reconoce Alice de su madre drag es su ayuda a tener para tener confianza. «Desde el día que Alice nació ella (Ángel) me dijo, tú eres guapa y vas a ser guapa».

Alice tiene la fortuna de tener también un papá drag, Antobelli Castañón, un maquillista profesional que le ayudó a pulir y mejorar sus maquillajes y le regaló sus primeros cosméticos.

Lolita, Seraphine y Alice se conocen y ellas conocen a otras dragas con quienes han formado una familia y una red de apoyo importante.

La inversión económica de las dragas es fuerte, para iniciar muchas de ellas gastan al rededor de 10,000 pesos entre pelucas, maquillaje, vestuario, zapatos y accesorios.

Para Alice, en Chilpancingo, ningún tipo de arte es reconocido, menos el arte drag; les ha costado que remuneren su trabajo que normalmente inicia los fines de semana de doce de la noche a cinco de la mañana.

A las dragas también les ha costado hallar lugar dónde expresar su arte.

En Chilpancingo son pocos los lugares donde se presentan espectáculo drag; alguna dragas ya son contratada en pozolerías y eventos privados.

«Creo que el drag todavía lo confunden con travestismo, van de la mano, pero lo que hacemos nosotras es llevar un mensaje no es exclusivo de ir a vestirte, de ir a dragearte. Lo que más tratamos de llevar es un mensaje como de aceptación o de amor», explica Alice.

Entonces, respeto, es la palabra con la que a Alice le gustaría que la sociedad viera a las dragas. «Creo que lo que hacemos es arte y me gustaría que lo vieran así».

Papel de las dragas en las poblaciones LGBTI+

Las drags son parte de las poblaciones LGBTI+ y en Guerrero, la mayoría desde el Colectivo Lgbti+ Orgullo Guerrero, pretenden hacer visible su expresión.

Para el integrante integrante del Colectivo, Efraín de Jesús Arroyo, en el estado el arte y las presentaciones públicas de las dragas son un acto político y de disidencia sexual.

«Ser disidentes es cuestionar lo hegemónico y desde el Colectivo por eso invitamos a la comunidad drag, porque buscamos la visibilidad y el cuestionamiento de lo hegemónico y lo patriarcal», menciona.

Para de Jesús Arroyo, las dragas son la parte más visible de una lucha contra los estereotipos y las formas de pensar heteropatriarcales, porque sus maneras de vestir, represetarse y hasta de entretener, son actos de protesta para romper estigmas.