Carecen de protocolos institucionales para percances en mercados de Chilpancingo

El incendio de Acapulco alarmó a los comerciantes en la capital, pero el diagnóstico para posibles soluciones es un tema todavía ausente de las sesiones de Cabildo, acepta regidor


Texto: Itzel Urieta

Fotografía: Oscar Guerrero

Chilpancingo

 

Después del incendio del Mercado Central de Acapulco, locatarios de los mercados de Chilpancingo temen por su seguridad porque, aseguran, hay un abandono institucional para prevenir incidentes o desastres naturales.

En un recorrido que realizó Amapola, periodismo transgresor por los principales mercados de la ciudad se observó que carecen de protocolos para estos contextos.

En el Mercado Central Baltasar R Leyva Mancilla los locatarios mencionaron que temen de que pueda ocurrir una tragedia, porque carecen de medidas de prevención.

«Estamos en el abandono total, aquí sólo vienen los autoridades cuando ya pasó algo, pero para prevenir nunca están», dijo un vendedor de flores a quien llamaremos Juan, porque pidió cambiaran su nombre para evitarse conflictos.

«Yo crecí aquí y hay administraciones que le ponen tantas más ganas que otras, pero ésta de plano nos tiene abandonados–se refiere a la de la alcaldesa morenista, Norma Otilia Hernández Martínez–, nadie acude a ver qué problemáticas tenemos, las calles aledañas ya están invadidas, el estacionamiento pronto ya no tendrá espacio porque se llena de negocios, si un día llega a pasar algo no hay ni para dónde correr», mencionó.

Como lo comentó Juan, los pasillos del mercado central en Chilpancingo están reducidos por todos los puestos adicionales; sólo puede pasar una persona.

Las entradas principales están llenas de comerciantes informales, al igual que las calles aledañas.

«En las calles ya han ocurrido accidentes, luego porque ya no hay para dónde hacerse, entre los comerciantes y los carros ya de repente a uno le pasaron a traer el pie», contó Juan.

Mencionó también que la seguridad pública es otro tema pendiente. «Si pasa algo no hay ningún policía, ha pasado que los llamamos y en lo que llegan ya se peló el ladrón», agregó.

Sobre posibles incidentes relaciones con protección civil, como un sismo o incendio, tampoco saber qué hacer.

Otra comerciante de venta de abarrotes de la nave dos de este mercado compartió que nadie les informa si existen rutas de evacuación o puntos de reunión.

«Aquí si pasa algo lo que hacemos es quedarnos inmóviles casi, casi, porque peligra más uno si sale corriendo por los pasillos y escaleras que están llenos de cosas», mencionó.

La única recomendación que les hace la administración del mercado es no dejar veladoras prendidas ni fusibles abiertos para evitar algún accidente con fuego o electricidad.

«Hace 20 años ya nos pasó que se quemó todo y según fue por una veladora que quedó prendida», dijo otra de las comerciantes.

Durante el recorrido no se observó ningún extintor o letrero de alguna ruta de evacuación.

Lo que se se ve son las instalaciones eléctricas y cables, algunos ya pelados, que atraviesan sobre los comercios.

«Lo que deberían de hacer es un recorrido establecimiento por establecimiento para ver en qué condiciones tienen su luz, su espacio, con eso se evitarían muchos problemas, pero el gobierno sólo viene a cobrar y después no sabemos nada de ellos», agregó Juan.

En la parte más alta del mercado, en los comercios ya establecidos, hay áreas con estructuras de herrería, porque muchos improvisaron un segundo nivel para guardar su mercancía.

«Lo que hacen los compañeros es como dios les da entender, ellos no saben de estructura o de cuánto pueden cargar las cosas, un día se les va a venir abajo, pero no hay autoridad que les advierta de los peligros», comentó uno de los comerciantes.

Se buscó a la administradora del mercado para preguntar si existen protocolos en caso de sismos o incendios, pero se negó a contestar las preguntas; sólo dijo que «tenía otras cosas que atender».

El mercado Baltasar R Leyva Mancilla es el mercado más importante de la capital, y uno de los más grandes del estado. El edificio naranja que aloja a más de 1,000 comerciantes abarca una hectárea.

Tan sólo los locales fijos generan alrededor de 4,000 empleos directos y 300 indirectos, de acuerdo con datos que proporcionó en una entrevista previa el ex administrador del mercado, Antonio García Hidalgo

Además de los 1,000 comercios fijos, hay registro de otros 300 semifijos o informales.

«Cuando uno escucha algo como lo que pasó en Acapulco se preocupa, porque sabemos que estamos en las mismas condiciones de abandono por parte del gobierno y que esto es sólo una bomba de tiempo, y ahí sí tendremos a todas las autoridades aquí, pero ¿ya para qué?», comentó por último Juan y continuó con su venta de flores.

Mercado de San Francisco

Otro de los principales mercados de la ciudad y que abastece a una parte del centro de la capital está ubicado en el barrio de San Francisco.

Este mercado, pequeño a comparación del Baltasar, tiene una capacidad para 70 comerciantes, los cuales, asegura su administrador, Rogelio Arroyo Torres, están protegidos ante cualquier hecho que los ponga en peligro.

«Si tenemos las medidas necesarias, tenemos cuatro extintores, tenemos una ruta de evacuación definida», mencionó el administrador.

Pero los extintores están dentro de las oficinas de la administración, cuando las recomendaciones de las áreas de Protección Civil son colocarlo en lugares visibles, de fácil acceso y puntos claves para mitigar emergencias.

Al ser un mercado pequeño los pasillos están más despejados e incluso hay locales vacíos.

«Eso facilita las cosas, caminamos un poco y ahí está la salida», dice una vendedora de comida de este espacio.

Mercado del PRI

En este mercado las cosas no son muy diferentes, el administrador no estaba para preguntarle sobre protocolos de seguridad y protección civil; se observó una falta de extintores y rutas de evacuación.

La información oficial que dio el personal de este mercado es que tiene capacidad para 200 locatarios; muchos locales están vacíos. Sus actividades se centran más en la venta de comida.

Para el regidor de Obras Públicas de Chilpancingo, Iván Galíndez Díaz, es necesario un diagnóstico de la situación que ocurre en los mercados para determinar posibles soluciones, pero, dijo, el caso nunca se ha tocado en las sesiones de Cabildo.

«Se necesita generar una estrategia transversal de regularización de los espacios públicos, de la vía pública, del comercio formal e informal, de la protección civil, no sólo de los comerciantes sino también de la ciudadanía en general y, desgraciadamente, no se tiene una información precisa de qué condiciones guardan los mercados», dijo Galíndez Díaz en entrevista.

«Lo que pretendemos hacer son medidas de contención que permitan evitar hechos tan lamentables como las que dieron en Acapulco y también acciones que permitan fomentar la economía local», agregó.

Pero al no ser un tema tratado, tampoco especificó cuáles.

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