Texto: Itzel Urieta
Fotografía: Oscar Guerrero
Chilpancingo
“Me soñé con una prótesis y me soñé con una familia y, dije, lo voy a lograr. Voy a estar bien y voy a tener una familia”, así lo decretó Edith Nájera Nájera mientras estaba en terapia intensiva después del accidente en motocicleta donde perdió la pierna izquierda.
El 12 de junio de 2015, Edith viajaba con otra persona en motocicleta; se dirigía a su trabajo. A la altura del Congreso local se impactó: “quedé atrapada en la defensa, como ahí me quedé mi pierna izquierda se me fue desgastando en el pavimento”.
Después del accidente la trasladaron al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), el más cercano. Ese mismo día le hicieron la cirugía de la pierna; no pudieron salvársela.
Necesitó otras cirugías y la trasladaron al hospital Vicente Guerrero, en Acapulco, donde estuvo hospitalizada unos cuatro meses.
Edith cree que sus pensamientos –que nombra como sueños– mientras estaba en terapia intensiva la motivaron o ayudaron a no caer en depresión. Adaptarse a su nueva condición no fue fácil, pero contó con el apoyo de su familia, que siempre la hacía valorar que está viva.
En la actualidad Edith usa una prótesis y es mamá de Juan, quien tiene cuatro años.
Consiguió la prótesis en par de meses después de la alta del accidente con gestiones que hizo ante legisladores, y acudió a terapias para adaptarse a ella. Ya sabía qué quería hacer.
Desde antes ella practicaba basquetbol, voleibol y solía correr. Retomó el basquetbol, se apuntó natación, y volvió a correr en pista.
Ingresó al Club de Deporte Adaptado Avispones de Chilpancingo hace un año por invitación de un primo. “Siempre voy a estar eternamente agradecida con él (su primo) por haberme acercado aquí”.
El entrenador del club, Diego Reyna Cortez, le comentó sobre la competencia de los 44 Juegos Nacionales Deportivos en Silla de Ruedas y Amputados Uruapan 2023.
“Mi entrenador Diego me dijo que iba a haber unos juegos nacionales, me preguntó si quería ir y le dije claro que sí, vamos a probar la prótesis porque estaba nueva”. La animó y determinó para competir en la carrera de los 100 metros planos.
Edith entrenó dos meses antes de la competencia. Al llegar a Uruapan vio que había muchas personas en su misma condición lo que terminó por animarla. “A mí me motivó mucho hablar con personas que tienen otras discapacidades y también compiten, uno puede pensar que están limitados, pero no, los límites solamente están en tu cabeza y tú te los pones”.
En el momento de la competencia Edith estaba nerviosa, le sudaban las manos, pero su mirada estaba puesta en la meta.
En ese momento no pensó si las otras competidoras llevaban más o menos años de entrenamiento que ella, estaba concentrada en correr y disfrutar. Uno de sus compañeros le dijo, “es tu primera vez en competencia, disfruta”.
“Corrí y gané. Al último saqué un grito desde dentro, sentí que me liberé”.
Edith logró la medalla de oro en esa competencia, la medalla se la dedicó a ella misma por todo su esfuerzo.
El objetivo de Edith es continuar en el atletismo, participar en más competencias, representar al estado de Guerrero y ganar más medallas.
Ahora se prepara para una competencia de agosto próximo en Ciudad de México; espera traer otras medallas.
“No siempre vamos a estar mal, el sol vuelve a salir. Todo en esta vida tiene un propósito”.