Con sólo ocho meses de entrenamiento y de sumarse al Club de Deporte Adaptado Avispones de Chilpancingo ganó medalla de bronce en una competencia nacional la semana pasada
Texto: Itzel Urieta
Fotografía: Oscar Guerrero
Chilpancingo
El 14 de octubre del 2014, la vida de Efrén Corona Zaragoza cambió drásticamente. Su vida era normal, trabajaba como chófer de un camión, tenía una familia, a su esposa y a su hija.
Ahora sólo vive con su hija Fabi Amairani Corona Jiménez, de 12 años, y sus papás. Con su esposa se separaron; no entró en detalles.
Ese 14 de octubre, Efrén tuvo un accidente automovilístico en el tramo de Mezcala-Iguala, a la altura del crucero a San Juan Tetelcingo. Recuerda que después del accidente estuvo inconsciente unas dos horas, al despertar intentó levantarse, pero ya no pudo.
Efrén se fracturó la cuarta vértebra de la columna, le diagnosticaron cuadriplejia. Se denomina cuadriplejia a la parálisis del cuerpo a partir del cuello, incluidos los brazos y las piernas.
Efrén ha asistido por años a terapias de movimiento al Centro de Rehabilitación Integral Guerrero (CRIG), donde la ayudaron y recuperó parte del movimiento en sus manos.
Después del accidente, no le fue fácil adaptarse a su nueva condición. Vivió cuatro años en depresión, encerrado en su casa, sin salir y sin ver a nadie. A Efrén le gusta jugar fútbol, lo practicaba eventualmente antes del accidente.
«Me daba pena salir a la calle y que me vieran en esta condición. Tardé mucho tiempo encerrado en la casa debido a la depresión», recuerda.
Saber que su vida había cambiado lo mantenía desanimado. «Antes pensaba hasta en quitarme la vida, porque ya no iba a ser como antes», comenta.
La etapa de la depresión la afrontó con su madre, su padre y su hija. «Una vez me quitaron ya un cordón del cuello, porque ya estaba en esa idea de quitarme la vida».
Ver a su hija y a sus padres sufrir junto con él, lo hizo reflexionar y decidió «echarle ganas».
El deporte en su nueva vida
En abril del 2022, los integrantes del Club de Deporte Adaptado Avispones de Chilpancingo lo contactaron y lo invitaron a integrarse al club, y a los entrenamientos.
Para entonces, ocho años después del accidente, con la ayuda de las terapias, él permanece en una silla de ruedas, porque recuperó un porcentaje importante de movilidad en sus brazos.
Él les dijo a los del club que iría sólo si iban por él a su casa, porque no tenía transporte en qué moverse. Alejandro Hernández Iturio, presidente del club y Diego Reyna Cortez, el entrenador, fueron a su casa.
A casi un año de unirse al club, sus pensamientos de suicidio ya no cruzan por su cabeza. «Ahora me siento mejor, con más energía hasta puedo salir más solo».
Empezó a practicar básquetbol, pero aún no puede mover con mucha destreza los dedos, además no tiene todos los músculos del brazo.
A los tres meses de ingresar al club, el entrenador Diego le recomendó practicar el lanzamiento de clava, una disciplina para atletas con significativa discapacidad en las manos que compiten sentados.
Consiste en lanzar a distancia un palo de madera, algunos con una base de metal, desde la silla en la que permanece la persona. «Él (Diego) me dijo si quieres practicar este deporte, vamos a entrarle, si tú quieres practico contigo, y sí me gustó”, comparte.
Efrén tuvo un proceso de entrenamiento con Diego. Adaptaron un artefacto que no precisamente era una clava.
«Con un destapador de bat (bate), él me lo proporcionó para que yo le pusiera el peso y diera el peso adecuado, con ese comenzamos a lanzar. Posteriormente comenzamos a jalar ligas y mancuernas. Lo más difícil para mí fue estabilizar mi cuerpo con las mancuernas”, cuenta.
En un principio lo hizo para no estar encerrado en su casa, con el tiempo le apasionó.
La práctica le ayudó a perfeccionar su técnica. Ocho meses después de haber ingresado al club, en noviembre, Diego le dijo que estaban en puerta los 44 Juegos Nacionales Deportivos en Silla de Ruedas y Amputados 2023, en Uruapan, Michoacán.
«Van a empezar unas competencias nacionales ¿Quieres prepararte para ir?”, le preguntó Diego a Efrén.
«Pues sí, vamos a prepararnos, para eso estamos entrenando», respondió.
Se preparó por cuatro meses. Estuvo en la competencia que ocurrió del 9 al 14 de marzo pasado en Uruapan, de donde se trajo medalla de bronce.
Efrén define su experiencia como «muy bonita», se siente orgulloso de haber representado a Guerrero a nivel nacional con sólo ocho meses de haber iniciado su entrenamiento y unirse al club. Compitió con personas que tienen más de 10 años en la disciplina de lanzamiento de clava.
«Cuando dijeron mi nombre para subirme al podio, sentí una emoción muy grande, inexplicable. Quería chillar, quería reírme. Se siente muy chido que nombren a tu estado en una competencia nacional, siendo la primera vez y compitiendo con los mejores de México y Latinoamérica”, comenta.
La medalla se la dedicó a su hija, a sus padres, a su entrenador, al estado de Guerrero y al presidente del club, Alejandro Hernández, quien lo motivó a salir de su casa.
Efrén continúa con su preparación para lo que viene, una competencia en Ciudad de México, en agosto próximo. Quiere ganar más medallas para el estado.
Al otro día que llegó de Uruapan comenzó la preparación para la competencia siguiente.
«La vida no se acaba por un problema. Tenemos que salir adelante como quiera que estemos. El Club de Deporte Adaptado Avispones de Chilpancingo tiene las puertas abiertas para todas las personas con alguna discapacidad».