Fotografía: Facebook Evelyn Salgado Pineda
Este sábado se llenó el zócalo de la Ciudad de México donde los morenistas, con el pretexto del 85 aniversario de la expropiación petrolera, celebraron a su tlatoani, el presidente Andrés Manuel López Obrador que, según dicen, está transformando la vida pública del país.
¿Cómo creen que llenaron la plaza del zócalo de la Ciudad de México? Pues ni más ni menos que con las antiguas formas, esa del viejo PRI, del viejo régimen que tanto critican: con el acarreo masivo utilizando el aparato gubernamental.
En el caso de Guerrero, nos cuentan, el acarreo estuvo pero si bien macizo: regidores, diputados, funcionarios, senadores y, hasta la gobernadora, la morenista Evelyn Salgado Pineda, movilizaron a miles y miles de personas para ir rendir pleitesía al preciso.
Según el dirigente estatal de Morena, el nuevo Ken, Jacinto González Varona, se pusieron como meta acarrear a unas 11,000 personas en 250 autobuses y para eso pasaron la charola a todos los morenistas que tiene su huesito. Sí, sí. Mocharon a síndicos, regidores, diputados, funcionarios para pagar los autobuses y las urvan, las tortas con una rebanada de jamón y un refresco jarrito.
Y como todos se mocharon para el acarreo, todos dejaron el changarro botado. Se fueron desde los trabajadores hasta secretarios de despacho. Por ejemplo, a la gobernadora le importó muy poco que en la Sierra de Coyuca de Catalán hubiera balazos y nada de abrazos, que militares e integrantes de la Familia Michoacana se estuvieran dando con todo. Prefirió irse a quedar bien con López Obrador que cumplir su obligación con los que la pusieron el cargo: los guerrerenses.
Pero viéndolo bien, la gobernadora y su padre, el senador Félix Salgado Macedonio, están donde están gracias al presidente. Recordemos como los defendió en sus mañaneras en plena campaña electoral, le metió el hombro hasta en las denuncias penales por el delito de violación sexual de las que está acusado Félix Salgado.
¡Que forma tan rancia de festejar la “transformación” de la vida pública!
Por cierto, el contingente de Guerrero dejó hablando al presidente, pues, a medio discurso comenzaron a abandonar la plaza del zócalo. Luego se vio que fueron voluntariamente a la fuerza o que sólo fueron para el pase de lista.
Pero ya que estamos hablando de la autollamada cuarta transformación, por qué no le damos una checadita de cómo anda por Guerrero, ahora que nos gobiernan los de Morena.
¿Cómo anda? Extraviada. Por acá nosotros no la vemos por ningún lado. Eso de no mentir, no robar y no traicionar, se lo pasan por el arco del triunfo.
Hagamos un poco de memoria. ¿Cómo puede haber transformación, si este gobierno de Evelyn Salgado Pineda, de origen comenzó con las viejas prácticas del PRI y toda la clase política?
¿Recuerdan cómo llegó Evelyn Salgado a la candidatura de Morena a la gubernatura? Si no lo recuerdan, acá se los decimos: a través de la imposición. Su padre, a quien le quitaron la candidatura supuestamente por no haber presentado gasto de precampaña (aunque no nos hagamos, fue por la denuncia de violación, pero eso nunca lo van a reconocer) y el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, maniobraron para que Evelyn Salgado fuera la candidata.
Supuestamente mandaron a elaborar una encuesta –esa que tanto mencionan ahora con sus corcholatas para el 2024–, sólo para legitimar la decisión, porque todos ya sabían el resultado, y de la que muchos morenistas se quejaron en aquellos días, aunque ahora sólo hacen mutis y se alinearon.
¿Cuántas veces no vimos esa historia en el PRI? Miles de veces. Políticos poniendo en los cargos a sus hijos, esposas, esposos y hasta amantes para seguir en el poder. Pues, con esa práctica tan rancia comenzó este gobierno de la transformación.
¿Y ahora que ya está en el gobierno, Evelyn Salgado está implementando la autollamada cuarta transformación? No, nada. Eso sí, ya se aprendió de memoria todas las frases domingueras de López Obrador.
“En este gobierno tenemos los principios de no mentir, no robar y no traicionar”, “amor con amor se paga” y “con el pueblo todo, sin el pueblo nada”, ojalá eso hubiera hecho el sábado, quedarse a atender al pueblo de Tierra Caliente y parte de la Sierra.
Todo es discurso, frases bonitas, pero casi nada de acciones. ¿Se combate la corrupción?, ¿se combate a la pobreza?, ¿se rinden cuentas?, ¿Se acabaron los privilegios?
Nada de eso, sino todo lo contrario. Estamos ante el surgimiento de nuevos caciques, el clan de la familia Salgado que goza de los privilegios del poder. El líder Félix Salgado es casi casi el vicegobernador, se mueve por todos lados y ejerce su influencia por todos los resquicios.
Tiene tentáculos en todos los poderes. Su hija es la gobernadora, pero la mayoría de los funcionarios le deben fidelidad a él. El Congreso local está presidido por una de sus incondicionales, la diputada Yoloczin Domínguez Serna, quien se unió al clan de los Salgado en plena campaña cuando su ex jefe político, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, el muy gandalla le voló la candidatura en el distrito federal 04 en Acapulco.
Félix Salgado la cobijó y la puso en el número uno de la lista de diputados plurinominales de Morena. Y ahí está, en el Congreso como una cuota del senador.
Ahora con el apoyo de su padrino político, Yoloczin Domínguez anda en plena precampaña política en Acapulco para obtener la candidatura a la alcaldía de este municipio en el 2024. ¿Sus actividades políticas serán financiadas de su salario? Nosotros lo dudamos.
Donde también Félix Salgado tiene sus tentáculos es el Tribunal Superior de Justicia del Estado, ahí maniobró para que quedara como presidente, el magistrado Raymundo Cascarrabias Vázquez, que ahora parece otro Chicle, porque no se le despega a la gobernadora, anda en todos los eventos como si la justicia en Guerrero pasara por su mejor momento.
Luego tiene las manos metidas en la dirigencia estatal de Morena. Jacinto González Varona, El Ken guerrerense, llegó a ese cargo tras una negociación con el grupo de Félix Salgado.
Y ahora, a cualquier provocación sale a defender de cualquier crítico a la gobernadora, aunque al final en lugar de ayudarle la pasa a fregar más.
Con un nuevo cacicazgo quieren transformar la vida pública de Guerrero. Lo bueno es que no son iguales.
Lo que sí andan haciendo es eso de no gobernar. Guerrero lentamente se aproxima a los niveles de violencia del 2012, el año de mayor número de homicidios dolosos en el estado con 2 mil 310 homicidios. Se percibe un vacío, una ausencia de liderazgo para enfrentar este problema que lacera día a día a los guerrerenses.
Y el escenario cada vez es peor, aunado a esto, el gobierno de Evelyn Salgado ahora tiene la sospecha de proteger a la organización criminal la Familia Michoacana, que durante su gobierno está en plena expansión.
Ahí la gobernadora debe dar una explicación amplia y profunda, y escondiéndose de la prensa, no se borrará la duda.
Pero la destransformación en Guerrero, anda en todos lados. En el Congreso, donde la mayoría es de Morena, de plano no dan una, no de ahora, sino desde la pasada legislatura que tienen el control.
El desorden que tiene la fracción de Morena se puede materializar perfectamente en la construcción de la biblioteca que ahí sigue sin poder ser concluida a pesar de que el presupuesto no ha dejado de fluir desde por lo menos el 2021.
Los diputados de Morena se transforman a medias. Dos ejemplos. Primero: hace casi un año, aprobaron la reforma al Código Penal del Estado para despenalizar el aborto. La reforma se aprobó, pero resulta que hasta ahora no se han ajustado las leyes secundarias para se implementen los mecanismo y las mujeres puedan ejercer interrumpir el embarazo de forma segura.
Segundo: a finales del año pasado aprobaron los matrimonios igualitarios, y pasa lo mismo, en Guerrero ninguna pareja gay se puede casar porque falta que se ajusten los formatos y algunas leyes secundarias.
Es decir, hacer reformas para ampliar derechos, pero no mueven un dedo para que estos se implementen. Es como si regalaran a la gente un coche sin llantas.
Morena desde el 2021, gobierna los dos principales municipios, Acapulco y Chilpancingo. En ambos las cosas no han ido nada bien. La autollamada cuarta transformación en estos municipios está muy perdida. No se ve por ningún lado. Las alcaldesas, Abelina López Rodríguez y Norma Otilia Hernández Martínez, han preferido la pachanga en lugar de ponerse a resolver problemas.
Acapulco, con Morena sigue en esa inercia de ser un desmadre. Es un caos incontrolable que ni la anterior alcaldesa, Adela Román Ocampo, ni la actual han podido detener. El puerto, el principal destino turístico de Guerrero, está desordenado, sucio, las playas con mierda e insoportable para los pobladores. Parece que nada funciona.
De la violencia, ustedes ya conocen la triste historia que está sufriendo Acapulco.
Y de Chilpancingo qué les decimos, no hay agua, pero como hay zocaleadas. No hay obras, pero hay baches. No hay presupuesto, pero como hay aviadores.
Así de triste está la transformación en Guerrero.
CHIRRIONAZO.- Ya que hablamos de las viejas prácticas del PRI, qué se podía esperar del Poder Judicial de Guerrero. Resulta que el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Raymundo Casarrubias Vázquez, amigo del clan de los Salgado, festejó su cumpleaños con una fiesta en el lujoso hotel del Holiday Inn.
Mezcal, whisky y cerveza corrió a raudales en un salón de 500 invitados, la tarde de este viernes 17 de marzo. No sabemos si ese festejo para el magistrado presidente haya salido de su «raquítico» salario o lo financiaron sus homólogos magistrados o jueces.
Bueno, si en febrero pasado, Félix hizo gran derroche para sus tres pachangas en un día con motivo de cumpleaños, por qué no lo podría hacer el del bigotito corto y bien pintadito de negro.
Colaboración especial en Amapola periodismo de sus brothers, sus panas, hermanos, su sangre y su clicka: Arturo de Dios Palma, Emiliano Tizapa Lucena y Jesús Guerrero Salgado. Aquí nos pueden enviar sus comentarios y chismecitos: eltlacololcolumna@gmail.com
Tlacolol es una columna satírica que cuestiona los hechos y dichos de lo que acontece en Guerrero. La opinión vertida en esta columna es responsabilidad de sus autores. Agradecemos el espacio a Amapola Periodismo por respetar la libertad de expresión y no censurar nuestras opiniones e interpretaciones