Tlacolol – Rubén Figueroa y Félix Salgado, una historia de arreglos en lo oscurito

Era julio de 1993. Un campesino de Chichihualco que estaba fuera del viejo Palacio de Gobierno, ubicado en el centro de Chilpancingo se puso a llorar. Luego otras mujeres y hombres, en su mayoría de la tercera edad, también rompieron en llanto.

“Aquí nos quedamos. ¡Muera el perro chato!”, gritó uno de ellos.

Guillermo Sánchez Nava y Juan Manuel Hernández Gardea, en ese entonces líderes del PRD en Guerrero, estaban a unos 15 metros del grupo de adultos mayores, perredistas que desde el 1 de abril de ese año, azuzados por su candidato a gobernador, Félix Salgado Macedonio, colocaron una barricada de ladrillos en la puerta principal del Palacio de Gobierno.

Se plantaron en contra del fraude electoral y para que el priista Rubén Figueroa Alcocer no ingresara.

Figueroa le había ganado a Salgado Macedonio en las elecciones a gobernador celebradas en febrero de ese año.

Era la tarde de ese domingo de julio y los comités nacional y estatal del PRD habían acordado levantar el plantón. Sánchez Nava y Hernández Gardea iban a notificarles a los plantonistas el fin de la lucha.

Pero los líderes perredistas no sabían qué decirle al grupo de radicales. Salgado Macedonio no llegaba. Sánchez y Gardea, que no formaban parte de su grupo político, estaban nerviosos.

Finalmente, el grupo de perredistas, en su mayoría de Chichihualco y de municipios de Tierra Caliente, levantaron su campamento entre llantos y lanzando insultos a Sánchez Nava y a Gardea.

Sánchez Nava les dijo a los perredistas que ya no había condiciones de seguir con la protesta porque semanas antes uno de los plantonistas había sido asesinado a balazos a unos cien metros donde estaba su plantón en Palacio de Gobierno.

Salgado Macedonio por fin llegó y trataba de calmar a sus huestes. «La lucha sigue», les decía.

Obviamente, Félix les mentió porque después ya no hubo ninguna protesta contra Figueroa. En 1994, Félix llegó como senador por el PRD por la vía plurinominal.

Al otro día que se retiró el plantón, Figueroa, a quien el propio Salgado Macedonio apodó «el perro chato», ingresó al Palacio de Gobierno acompañado de todos los integrantes de su gabinete, entre ellos el entonces poderoso subsecretario de Finanzas, Héctor Vicario Castrejón.

Vicario, hombre de toda la confianza de Figueroa, fue pieza clave para destrabar el conflicto poselectoral. Vicario fue uno des los que habló con Salgado Macedonio para convencerlo de que desbloqueara el Palacio. Durante el gobierno de Figueroa, a Vicario se le conoció como el hombre del “maletín”, por sobornar con fajos de dinero a dirigentes sociales y políticos opositores al gobierno priista.

Durante ese conflicto poselectoral, Figueroa y Vicario convencieron al entonces alcalde perredista del municipio de Teloloapan, Pedro Pablo Urióstegui Salgado, de deslindarse de la lucha de su compadre Salgado Macedonio.

Unos días antes de la toma de protesta de Figueroa, el 1 de abril, Urióstegui Salgado, quien fue asesinado a balazos en febrero del 2021, secuestró en el ayuntamiento de Teloloapan al entonces líder nacional del PRD, Roberto Robles Garnica y al ex guerrillero Fernando Pineda, amigo de Salgado Macedonio.

Cuauhtémoc Cárdenas tuvo que intervenir para que los líderes perredistas fueran liberados por Pedro Pablo.

En marzo de 1996, Figueroa y Vicario se van del gobierno tras la solicitud de licencia del primero de ellos por la matanza de los 28 campesinos en el vado de Aguas Blancas, en Coyuca de Benítez, el 28 de junio de 1995.

Pero a la distancia de 27 años de esos sucesos, ambos personajes con pasado oscuro se mantienen en la vida política en el PRI, PRD y ahora con Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Este 14 de febrero fuimos testigos de un «Félix día del amor y la amistad», parte de la élite priista, caciques y secuaces obviamente, presumieron en redes su relación cercana y amorosa con los cabecillas del clan de los Salgado: la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, y su papá, el senador Félix Salgado Macedonio.

A los priistas los encabezó el cacique mayor, Rubén Figueroa Alcocer; el judas, el senador, Manuel Añorve Baños; el hombre del maletín, Héctor Vicario Castrejón; y los alcaldes de Iguala, David Gama y de Taxco, Mario Figueroa Mundo, este último de Fuerza por México.

Esa foto nos remite a la tarde del 1 de julio de 2021, en el zócalo de Huitzuco, durante una gira del agradecimiento que hicieron los Salgado, después de ganar la elección a la gubernatura al priista Mario Moreno Arcos. Salgado Pineda se refirió al municipio como Huitzuco de los Libres y no de los Figueroa, como es su nombre oficial.

Aquel día, Salgado Pineda encomendó al alcalde electo –también había ganado por primera vez otro partido que no fuera el PRI–, el morenista Eder Nájera Nájera y al diputado local, Andrés Guevara Cuevas, iniciar los trámites para cambiar el nombre al municipio a Huitzuco de los Libres.

Incluso Salgado Macedonio ese día soltó: “quién se iba a imaginar que en Huitzuco se acabara el cacicazgo”.

Un año y nueve meses después le respondemos, el cacicazgo de Rubén Figueroa ni se terminó ni tampoco a Huitzuco de los Figueroa le han cambiado el nombre, porque como se ha dejado constancia, en Guerrero no ha cambiado casi nada. La familia Salgado está encumbrada y atrincherada en el poder rodeada por priistas, ex priistas y lacayos. Y por supuesto aplicando todos los vicios del viejo régimen.

Estos primeros meses, Salgado Pineda no ha mostrado ni la pequeña intención de terminar con la herencia política de cacicazgos, corrupción y violencia.

Que Félix Salgado se abrace con priistas no nos extraña, pero que la gobernadora aceptara fotografiarse y en su discurso lleve a la buena onda y alianzas con los políticos rancios del PRI en Guerrero, significa que no tiene rumbo ideológico, que está a la deriva, sujeta a los caprichos de su padre.

Es que, en Guerrero, los priistas se ganaron el repudio de la población, sobre todo una familia, Los Figueroa. Sólo hay que recordar a Rubén Figueroa Figueroa, quien consolidó ese cacicazgo a punta de masacres, asesinatos y desapariciones. Fue un gobernador sanguinario, responsable, junto con el Ejército, de cientos de desaparecidos entre los años de 1960 y 1990.

En el documental Red Privada ¿Quién mató a Manuel Buendía?, el priista, general y ex gobernador de Morelos, Jorge Carrillo Olea, confiesa que Figueroa Figueroa le presumió que a muchos guerrilleros los convirtió en «pescadores», porque los capturaron y los lanzaron desde avionetas militares al mar.

Incluso el documental le dedica unos minutos al cacique, quien en vida, amenazó al periodista Buendía Tellezgirón por denunciarlo en sus columnas.

El hijo del cacique, Rubén Figueroa Alcocer, también se convirtió en cacique y estableció el mismo método de gobierno de su padre para mantener el poder: a punta de masacres, asesinatos y desapariciones. ¿Recuerdan la masacre en el vado de Aguas Blancas, en Coyuca de Benítez?

Por ello les preguntamos: ¿Cuándo han visto públicamente a Andrés Manuel López Obrador reuniéndose y abrazándose con Fox, Calderón, Peña Nieto o Salinas? Tampoco es que haya cambiado las políticas neoliberales de sus antecesores, pero discursivamente los ha criticado y lo ha sostenido.

Evelyn Salgado no representa ningún cambio, la formó un político (su padre) con escuela priista, como Luis Echeverría: que hablaba con la izquierda pero pegaba con la derecha.

Eso nos lleva a recordar el origen de Salgado Macedonio en la política.

Chirrionazo.– Sin decir agua va, este 20 de febrero en la Secretaría de Seguridad Pública estatal relevaron a 50 funcionarios de nivel medio, incluyendo al Contralor interno. Los 50 nuevos funcionarios llegaron con su nombramiento pero no sabemos si firmado por la gobernadora Evelyn Salgado o por su padre Félix Salgado. Por lo que se ve, después de la operación policiaca del 28 de enero en la comunidad de El Parotal, del municipio de Petatlán, las aguas en la SSP se están moviendo, pero no en los altos mandos que habrían tenido responsabilidad en esta operación policiaca que desencadenó en un supuesto enfrentamiento a balazos con un saldo de cinco muertos, entre ellos un alto mando de la corporación, un policía raso y tres individuos que iban con los agentes en el convoy y que según los pobladores, eran miembros del grupo del crimen organizado de la Familia Michoacana.
¿Y el Secretario de Seguridad Pública, Evelio Méndez?, bien gracias.

 

Colaboración especial en Amapola periodismo de sus brothers, sus panas, hermanos, su sangre y su clicka: Arturo de Dios Palma, Emiliano Tizapa Lucena y Jesús Guerrero Salgado. Aquí nos pueden enviar sus comentarios y chismecitos: eltlacololcolumna@gmail.com


 

Tlacolol es una columna satírica que cuestiona los hechos y dichos de lo que acontece en Guerrero. La opinión vertida en esta columna es responsabilidad de sus autores. Agradecemos el espacio a Amapola Periodismo por respetar la libertad de expresión y no censurar nuestras opiniones e interpretaciones


 

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