Una gota de esperanza sigue en el caso Ayotzinapa: madres y padres Iguala

Una gota de esperanza sigue en el caso Ayotzinapa

Texto y fotografía: Isael Rosales

 

Madres, padres, estudiantes y organizaciones sociales dejaron ofrendas florales en las estelas de los estudiantes caídos de Ayotzinapa el 26 y 27 de septiembre de 2014. La justicia no ha llegado, así como la verdad sobre la desaparición de 43 normalistas.

La madre de José Eduardo Bartolo Tlatempa, estudiante desaparecido, María de Jesús Tlaltempa Bello hizo un rezo para que lleguen las palabras de justicia al mundo de los muertos, pero también para que los estudiantes se sientan acompañados en una lucha que sólo termina hasta que se tenga justicia y verdad.

En el mitin, las madres y padres exigieron justicia para Julio César Mondragón Fontes, Julio César Ramírez Nava y Daniel Solís Gallardo.

«Cada mes seguimos pidiendo justicia porque no es justo lo que les hicieron a los muchachos, no es justo que se llevaran a nuestros 43 jóvenes, y aún no tenemos justicia, así como no sabemos nada de ellos. Da tristeza ver que entre más pasa el tiempo somos más pocos. Para nosotros es doloroso ver que nos estamos quedando solos y que aún no sabemos nada de nuestros hijos», dijo María Martínez.

El abogado del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Isidoro Vicario, en su intervención recordó que este 27 de octubre se cumplen ocho años y un mes de injusticia y sin verdad.

Por eso el llamado a las autoridades para que agilicen las investigaciones y que nos esclarezcan.

También exigieron la presentación con vida de los 43 estudiantes desaparecidos. Dijeron que como madres y padres no van a dejar que el caso quede impune. «A nosotros en la casa nos hace falta un hijo y no podemos retirarnos sin saber qué sucedió con ellos, ¿dónde están? Las autoridades prácticamente nos están diciendo que ya paremos, que nuestros hijos ya no viven, que ya los mataron. No lo vamos a aceptar. Como mamá siento que por ahí los tienen, por ahí están y precisamente eso es lo que nos da fuerzas como madres para seguir exigiendo. A mí cuando me digan que mi hijo ya no está yo quiero todos sus restos, no que me entreguen un pedacito o un documento que me diga que mi hijo ya no está», añadió María Martínez.

Una gota de esperanza sigue en el caso Ayotzinapa

En recientes días hubo filtraciones que se originaron del hackeo del colectivo Guacamaya al Ejército mexicano. Ahí se constató que en la desaparición de los 43 estudiantes estuvieron todas las fuerzas represivas del Estado. El informe de la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia (Covaj) también señala que el ejército participó directamente en la desaparición de los normalistas.

Sin embargo, se cancelaron 16 órdenes de aprehensión contra militares. Este lunes 24, el presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió con las madres y padres que se van a reactivar esas órdenes de aprehensión.

“Nosotros aún tenemos esperanza de que en esta cuarta transformación de Andrés Manuel López Obrador se esclarezcan los hechos. Pero también es preocupante que esta cuarta transformación pueda concluir en la impunidad y con las injusticias, violando nuestros derechos a una vida plena”, dijo María de Jesús Tlatempa.

Las madres y padres exigieron la detención de los responsables y que se les castigue con cárcel. También dijeron que seguirán exigiendo que se hagan las detenciones a los militares para que así ya se resuelva.

Vidulfo Rosales, abogado de las madres y padres de los 43 estudiantes desaparecidos, señaló que la criminalización a las normales rurales fue orquestada desde las altas esferas del poder. La estigmatización fue escalando con represiones, golpes mediáticos y terminó con la desaparición de 43 estudiantes y tres asesinados por las fuerzas del orden.

Como una gota de esperanza, las madres y padres llamaron a las organizaciones sociales, estudiantes y al pueblo de México para que sigan solidarizándose con la lucha por la presentación con vida de sus hijos. Seguirán dejando las puertas abiertas de sus casas para que sus hijos lleguen hasta acariciar sus rostros.