La semilla modificada genéticamente amenaza a la flor nativa
Texto: José Miguel Sánchez
Fotografía: Arturo de Dios / Archivo
Chilpancingo
Cada año, en los meses de octubre y noviembre las casas y espacios públicos de todo el país se tapizan de color amarillo y naranja con la flor de Cempasúchil que caracteriza las fechas cercanas al día de muertos.
Desde un mes antes es común ver diferentes espacios de venta de esta flor, de la cual varían los precios, tamaños y presentaciones.
Esto se debe a que existen diferentes tipos de cempasúchil, entre ellos está el cempasúchil chino que amenaza la especie nativa de la planta.
De acuerdo con la bióloga Natividad Herrera Castro, directora del Herbario de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), las variantes que existen de la flor de cempasúchil se deben a una razón; la alteración genética de las semillas para crear productos que respondan a fines estéticos y de comercialización.
Es común ver en los viveros y en las calles de la ciudad la venta de estas flores características de los meses de octubre y noviembre, pero si prestamos atención a los diferentes tipos de flores que hay en venta, veremos que son diferentes.
“El cempasúchil nativo de México es silvestre, el tallo puede alcanzar dos metros de alto y en Guerrero es producto del trabajo de agricultores locales principalmente de Tixtla y Chilapa”, comenta Herrera Castro.
“La semilla utilizada para su reproducción es de origen mexicano y se ha utilizado por generaciones para cosecharla en los meses de octubre y noviembre”, agregó.
Estas flores de origen mexicano y guerrerense están a la venta en los mercados locales, los propios productores y sembradores de Tixtla se trasladan a Chilpancingo a venderla.
En tanto, si ponemos atención al cempasúchil de los viveros, veremos que las flores son muy uniformes, las venden en maceta y son producto de grandes invernaderos ubicados en Xochimilco, Morelos y el Estado de México, y utilizan semillas mejoradas en laboratorios extranjeros.
A continuación te contamos como puedes diferenciar el cempasúchil mexicano del extranjero.
De acuerdo con los datos proporcionados por Herrera Castro, en la actualidad el cempasuchil mejorado genéticamente en el extranjero tiene su propia versión modificada de la semilla; aunque en aspecto es similar, posee algunas diferencias notables a la vista.
El primero es el tamaño de la flor, el cual es considerablemente más grande, generalmente se vende en macetas pequeñas, sus semillas son incapaces de germinar, su color tiende a tener tonos más fosforescentes en comparación con las silvestres y el olor que emiten es mucho menor al de la originaria de México.
En el caso de la flor originaria, ¿en qué se diferencia el cempasúchil mexicano?
El color llamativo de sus pétalos varía entre el anaranjado rojizo y el amarillo, su tallo es largo y erguido, al germinar, las flores del cempasúchil mexicanas no son idénticas entre sí y pueden tener pétalos largos y pequeños, por lo que no son uniformes ni en tamaño ni en forma.
Por último su venta es común en ramos y generalmente se vende en los mercados como un ramo de flores y no en maceta.
Para Herrera Castro no existe motivo para consumir la flor traída de grandes invernaderos, porque los efectos negativos superan las ventajas que puede tener la flor alterada.
“La única ventaja de consumir flores perfectas que fueron alteradas es la comodidad de entregarlas en maceta”, sentenció Herrera Castro.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), el cempasúchil es endémico del continente americano y se compone de 58 especies, de las que 35 se dan en el país, por lo que México es considerado centro nativo.
Eso no impide que países como China, India y Perú sean los principales productores del cempasúchil, que además de tener una función ornamental se ocupa en la industria textil y alimentaria, en México sólo se cubre el consumo para el Día de Muertos.
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