Con 30 votos a favor, 13 en contra, una abstención y uno nulo, el Congreso de Guerrero reformó el Código Penal del estado que legaliza el aborto voluntario hasta las 12 semanas de gestación.
Texto: Jesús Guerrero y Arturo de Dios Palma
Fotografía: Amílcar Juárez
Chilpancingo
La larga espera terminó. A las 2 de la tarde de este martes comenzó la cuenta regresiva. No había vuelta atrás. La sesión que se postergó por semanas inició y los diputados y diputadas discutieron y votaron la despenalización del aborto.
Con 30 votos a favor, 13 en contra, una abstención y uno nulo, el Congreso de Guerrero reformó el Código Penal del estado que legaliza el aborto voluntario hasta las 12 semanas de gestación.
Después de casi 15 años, de tres iniciativas, en el pleno del Congreso se aprobó la iniciativa que presentaron en enero pasado las diputadas de Morena, Beatriz Mojica, Citlali Calixto y Nora Velázquez.
Fue una jornada larga que comenzó muy temprano. A las 8 de la mañana un grupo de 20 feministas tomaron el acceso principal del Congreso. Lo cercaron con pañuelos verdes. Esta vez actuaron más rápido que los grupos provida, que semanas atrás habían ganado ese espacio.
La toma del acceso por parte de feministas garantizó la entrada de los diputados y diputadas, trabajadores y reporteros.
La sesión estaba convocada para las 11 de la mañana, pero inició casi tres horas después. Dentro y fuera del Congreso la tensión estaba centrada en el inciso b del punto cuatro del orden del día: el dictamen de reformas al Código Penal.
La sesión comenzó, en hora y media se desahogaron varios puntos del orden del día que en esta ocasión no robaron ninguna atención. Eran las 3:24 de la tarde y llegó el punto de la despenalización. Era la hora que habían tratado de evitar durante varias semanas y años.
La Mesa Directiva propuso dispensar la segunda lectura del dictamen e iniciar de inmediato la discusión y votación. 31 diputados y diputadas estuvieron a favor. La discusión comenzó.
En la lista de oradores se anotaron nueve legisladores y legisladoras, cinco a favor y cuatro en contra. La discusión duró una hora y media. Subieron a ratificar sus posturas.
Los priistas Jesús Parra García, Julieta Fernández Márquez, la panista Ana Lenis Reséndiz Javier; y la perredista, Yanelly Hernández Martínez, dieron sus argumentos en contra del dictamen.
Parra García dijo que no se podía aprobar el dictamen porque el proceso legislativo fue irregular. Como presidente de la Comisión de Justicia siguió su teoría del «albazo legislativo».
Denunció que el dictamen se aprobó de forma ilegal por los diputados Beatriz Mojica, Estrella de la Paz, de Morena y el perredista Bernardo Ortega.
Luego dijeron que con la despenalización en Guerrero se asesinará “tumultos” de niños; uno más aseguró que tras el aborto legal hay un gran negocio que deja ganancias “millonarias” a grandes empresas de “4 millones de pesos al año”. Que la iniciativa Spotlight de la ONU financia con recursos del extranjero a laboratorios que se dedican a realizar abortos en México.
A favor participaron las tres diputadas de Morena que propusieron la iniciativa, Mojica, Calixto y Velázquez. Denunciaron el hostigamiento al que fueron sometidas; contaron que recibieron decenas de mensajes intimidatorios, incluso, la advertencia de la iglesia de ser excomulgadas.
Velázquez fue contundente, dijo que los diputados y diputadas que se oponían al dictamen no tenían calidad moral ni ética para oponerse a las libertades de las mujeres.
«Interrumpirán su embarazo quien así lo decida, no vengan con argumentos falaces que encubren adoctrinamiento y recriminación religiosa a cuestionarnos incluso nuestra propia religiosidad para echarnos en cara de que las mujeres debemos ser sumisas y aceptar la voluntad divina de un violador», dijo Velázquez.
También, casi de forma didáctica, explicaron que con la despenalización ninguna mujer estará obligada a practicarse el aborto; que es un derecho, una libertad de las mujeres; que la despenalización no está contra la vida.
La discusión terminó y la Mesa Directiva anunció la votación. Los diputados del PRI intentaron obstruirla, como último recurso cuestionaron la forma en que se realizaría: en voto secreto. La priísta Alicia Zamora exigió que fuera de manera económica, es decir a mano alzada. Pidió que se leyera un artículo de la Ley Orgánica del Congreso que establece la forma en que se debe de votar reformas de ley.
Visiblemente nerviosa, la presidenta de la Mesa Directiva, Flor Añorve, le pidió al secretario Joaquín Badillo que leyera la petición hecha por la Junta de Coordinación Política de que la votación fuera por cédula.
Badillo leyó el documento y en ese momento Alicia Zamora le exigió que dijera quien había firmado el documento.
Badillo se turbó y contestó que la firma era del morenista Alfredo Sánchez Esquivel en calidad de presidente de la Jucopo.
«Usted está permitiendo que se cometa una ilegalidad porque un documento como ese no debe de ir firmado sólo el presidente de la Junta», reclamó.
Poco después Badillo rectificó y leyó la página adjunta del documento en donde iban las firmas del perredista Raymundo García y la de la diputada del PT, Leticia Mosso Hernández, junto con la de presidente de la Jucopo.
Comenzó la votación. Uno a uno de los diputados y diputadas pasó hasta la tribuna a emitir su voto en la urna. Muy pocos mostraron su voto, entre ellas la priista Gabriela Bernal, que desafió la línea que impuso su partido: votó a favor.
En cuanto se supo el resultado, en el acceso del Congreso estalló la alegría. Cientos de feministas brincaron, cantaron, bailaron, lloraron.
“Compañeras primero vamos a agradecer a todas las feministas que hemos puesto el cuerpo, el corazón y la lucha para que hoy sea ley en Guerrero. Guerrero no se podía quedar atrás, en Guerrero no se podía seguir violando ese derecho a las mujeres. Mucha gente nos dijo que no se podía, mucha gente nos dijo que era imposible, muchos atentaron contra este proyecto que hoy está dando dignidad a las mujeres. Por todas las víctimas es esta lucha. Por todas las niñas es esta lucha. Incluso es por las que están en contra de esta lucha. Era justo que nos dieran un poco de esperanza en medio de tanta violencia en la que estamos inmersas.”, dijo la feminista Viridiana Gutiérrez Solano.
De forma improvisada comenzaron una marcha en torno al Congreso. Fue reducida, desorganizada pero diferente a todas las demás: esta vez fue de alegría, no de coraje, de indignación, de dolor, de denuncia, como es casi siempre que salen a exigir justicia por los feminicidios, por las desaparecidas, por los matrimonios forzados de niñas o porque las autoridades no escuchan sus gritos de auxilio, por la lacerante impunidad.
Guerrero se convirtió en el octavo estado en despenalizar el aborto. Este martes los diputados y diputadas no tenían muchas salidas. La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) obliga a legislar para que a ninguna mujer se le criminalice que decida abortar de manera voluntaria y, también, porque la segunda Alerta de Violencia de Género (AVG) decretada en el estado ordena homologar el Código Penal con la NOM-046 para que las mujeres accedan a servicios de salud de calidad, sobre todo, las que sufrieron una violación sexual.