Gobierno usó a 322 mil becarios de Jóvenes Construyendo el Futuro para suplir a funcionarios

Los jóvenes solo tuvieron acceso a la beca del programa, sin contratos o prestaciones de los exfuncionarios, aún cuando realizaron las mismas actividades. Esto implicó una violación a las mismas reglas de operación.


 

Texto: Nayeli Roldán / Animal Político

Ilustración: Jesús Santamaría 

13 de septiembre del 2021

 

El gobierno federal utilizó 322 mil becarios del programa Jóvenes Construyendo el Futuro para subsanar en 2019 la falta de personal en dependencias como la Secretaría de Bienestar, de Agricultura, Protección Civil o el Instituto Nacional para los Adultos, luego de que la política de austeridad del presidente Andrés Manuel López Obrador los obligó a frenar la contratación de personal.

 

Pero en contraste con las contrataciones habituales, los jóvenes sólo recibieron como pago la beca de 3 mil 600 pesos mensuales, y el gobierno se ahorró contratos, prestaciones y antigüedad.

 

Los jóvenes que laboraron en gobierno en 2019 representaron 28% del total de becarios en ese primer año de operación del programa, cuyo objetivo es vincular con empresas a los jóvenes que no estudian ni trabajan para que adquieran experiencia, y luego puedan autoemplearse o conseguir trabajo.

 

Este porcentaje también muestra que el gobierno violó los lineamientos de su propio programa, que establecen un máximo de becarios por ubicación, pero sólo en la Coordinación de Programas Integrales de Desarrollo —creada en esta administración, sin presupuesto para contratar personal y dentro de la Oficina de Presidencia— hubo 41 mil 815 becarios. Mientras que 26 mil 939 jóvenes más fueron enviados a delegaciones de la Secretaría de Bienestar en los estados para sumarse a los Servidores de la Nación.

 

Ambas instancias concentran el mayor número de becarios entre todas las dependencias de gobierno y también rebasan a todas las empresas, pues las que más becarios tuvieron fueron la Asociación de Bancos de México y Bimbo, con 2 mil 883 y 791 becarios, respectivamente.

 

Sólo en la delegación de Bienestar en Veracruz hubo más de 6 mil becarios; en Chiapas más de 3 mil; en Oaxaca, Guerrero, Coahuila y Puebla más de 2 mil, y cientos más en cada una de delegaciones del país para desarrollar las mismas labores que los Servidores de la Nación, según confirmaron testimonios y funcionarios.

 

Esto también violó el convenio de colaboración que cada institución debía firmar con la Secretaría del Trabajo para participar en el programa. Según el documento (anexo en los lineamientos de 2019), la institución podía determinar el número de becarios a incorporar, “siempre que no rebase su capacidad operativa ni más del doble del número de trabajadores con los que cuenta”.

 

Sólo en la delegación de Bienestar en Veracruz hubo más de 6 mil becarios; en Chiapas más de 3 mil; en Oaxaca, Guerrero, Coahuila y Puebla más de 2 mil, y cientos más en cada una de delegaciones del país para desarrollar las mismas labores que los Servidores de la Nación, según confirmaron testimonios y funcionarios.

 

Esto también violó el convenio de colaboración que cada institución debía firmar con la Secretaría del Trabajo para participar en el programa. Según el documento (anexo en los lineamientos de 2019), la institución podía determinar el número de becarios a incorporar, “siempre que no rebase su capacidad operativa ni más del doble del número de trabajadores con los que cuenta”.

 

Animal Político buscó a la Secretaría del Trabajo y la Secretaría del Bienestar para conocer su postura al respecto, pero no hubo respuesta.

 

 

Labor de gobierno, pago de becario

La Coordinación General de Programas Integrales de Desarrollo fue un área de gobierno creada en esta administración para operar los programas sociales y, pese a encargarse de una prioridad, nació sin estructura administrativa y sin presupuesto para la creación de plazas.

 

La Ley Orgánica de la Administración Pública indica que esa Coordinación depende de la Oficina de la Presidencia y sólo está integrada por un jefe: el coordinador general de Programas Integrales de Desarrollo, puesto ocupado hasta junio pasado por Gabriel García Hernández, exdirector de adquisiciones en la Jefatura de Gobierno de López Obrador, operador financiero de los fideicomisos de Morena y coordinador de la defensa del voto en las elecciones de 2018.

 

La Coordinación de Programas, ante la falta de estructura administrativa, operó a través de la Coordinación de Delegaciones de la Secretaría de Bienestar.

 

Esa Coordinación en Bienestar quedó como responsable administrativa de los Servidores de la Nación, directores de área, una estructura de apoyo y de los delegados federales, responsables de operar los programas en los estados; aunque éstos últimos son nombrados por el Coordinador General de Programas de la Oficina de Presidencia.

 

Y para ejecutar los programas en terreno, se abrieron en todo el país los Centros Integradores de Desarrollo. Se trata de oficinas instaladas en edificios de gobierno o hasta en espacios prestados por las mismas comunidades, explica Manuel Huerta, el delegado en Veracruz.

 

Sin embargo, independientemente del esquema, requieren de personal que los atienda, en este caso Servidores de la Nación, que también tienen otras tareas como buscar beneficiarios de programas sociales de casa en casa, verificar centros de trabajo del programa Jóvenes Construyendo el Futuro y hasta ayudan en las brigadas de aplicación de vacunas contra COVID-19.

 

De acuerdo con Nómina Transparente, hay 19 mil 607 Servidores de la Nación en todo el país que ganan 10 mil pesos mensuales y 13 mil 164 Centros Integradores de Desarrollo.

 

Los 68 mil becarios de Jóvenes Construyendo el Futuro adscritos a la Secretaría de Bienestar y la Coordinación de Programas es, en realidad, 3.5 veces mayor al número de Servidores de la Nación contratados.

 

Pero mientras la nómina de 19 mil Servidores cuesta 196 millones de pesos mensuales, pagar 3 mil 600 pesos a los 68 mil becarios que hacen las mismas labores significan 244 millones de pesos al mes, aunque entregados a través de las becas y no de salarios.

 

Si este número de jóvenes fuese contratado como Servidor de la Nación, la nómina ascendería a 686 millones 930 mil pesos mensuales, pero al ser becarios, el gobierno deja de pagar 442 millones de pesos, más el pago de prestaciones y antigüedad.

 

En la delegación de la Secretaría de Bienestar Veracruz, por ejemplo, hubo 6 mil 646 becarios, el mayor número entre las representaciones estatales, y también tiene el mayor número de Centros Integradores de Desarrollo (1,602) en todo el país.

 

Manuel Huerta Ladrón de Guevara, delegado Federal en Veracruz, explica en entrevista con Animal Político que los jóvenes son “capacitados en atención al público y trabajo con las comunidades, que es lo que hacen los Servidores de la Nación”.

 

Se trata de jóvenes de las mismas comunidades que “encuentran en la beca una manera de capacitarse y de obtener un ingreso”, dice. A la pregunta de quién ordenó que los becarios se integraran a éstas labores, Huerta responde que se trata de “acuerdos del gobierno central que nosotros (en las delegaciones) nomás instrumentamos”.

 

Huerta asegura que sí hay posibilidades de contratación para los becarios, pues funciona como un “sistema de incorporación gradual” para ser servidor de la nación o funcionario en alguna otra estructura gubernamental como el Banco del Bienestar. “Todos se sienten muy satisfechos de la experiencia de servir en su comunidad”, dice.

 

Así inscribieron becarios como Servidores de la Nación

Mariana, de 22 años, fue becaria de Jóvenes Construyendo el Futuro desde 2019 en la Coordinación General de Programas Integrales de Desarrollo. Primero acompañó a los Servidores de la Nación a recorrer casa por casa como auxiliar, para buscar beneficiarios en localidades de Hidalgo.

 

Un año después, le renovaron la beca para hacerse cargo de uno de los 13 mil Centros Integradores de Desarrollo que no tenía funcionarios públicos contratados. Mariana y dos becarios más se hacían cargo de “atender personas, censarlas para los programas, darles información y hacerles trámites, de lunes a viernes, de 10 de la mañana a 4 de la tarde”, explica.

 

En este tiempo aprendió a tratar a la gente, pero no pretende trabajar en esto en el futuro. Su verdadera aspiración es tener una estética, por eso ocupó parte de los 3 mil 600 pesos mensuales de su beca mensual para pagar cursos de belleza y comprar material y aparatos para su futuro negocio.

 

Es evidente la emoción con la que Mariana relata cuánto le gusta cortar el cabello o poner uñas postizas como las que usa, a diferencia del semblante serio cuando describió sus labores en gobierno, pero entonces, ¿por qué escogió una estética para ser aprendiz si el programa justamente trata de vincular a los jóvenes a los lugares de su interés?

 

La razón es que durante el levantamiento de encuestas que hacían los Servidores de la Nación, uno de ellos le explicó que podía ser beneficiaria del programa y también se ofreció a ayudarle a hacer el registro a través de la plataforma de internet. Pero no le mostró el listado de posibles centros de trabajo para su elección, sino que le sugirió escoger la opción gubernamental de “Coordinación de programas” para ser “auxiliar de Servidor de la Nación”.

 

Consuelo, quien trabajó como Servidora de la Nación en esa comunidad, asegura que lo anterior fue una orden. “Los coordinadores nos dijeron ‘busquen jóvenes, inviten jóvenes porque hay mucha carga de trabajo”. Por eso los Servidores de la Nación ubicaban quiénes podrían ser susceptibles para ser becarios y luego se aseguraban de darlos de alta como sus auxiliares.

 

Dinora, otra exservidora de la nación, explica que cada servidor tenía a su cargo uno o dos Centros integradores, pero “éramos muy pocos servidores y la gente era mucha”, por eso es que “se canalizaron más becarios ahí, para que no nada más fueran auxiliares, sino que atendieran los centros”.

 

 

Recortan presupuesto, aumenta becarios

Entre las instituciones que tuvieron más becarios durante 2019, también hubo recortes en el segmento “servicios personales”, es decir, plazas de empleados.

 

Por ejemplo, el Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) dedicado a llevar educación a los poblados más marginados del país a través de cursos multigrado, tuvo un recorte de 16% en el ramo de servicios personales durante 2019: pasó de 12 millones 193 mil pesos para pagar salarios en 2018 a 10 millones 189 mil pesos en 2019, según la Cuenta Pública.

 

Sin embargo, ese año tuvo 21 mil 458 becarios del programa Jóvenes Construyendo el Futuro que realizaron labores como “participación en eventos de formación del modelo educativo del CONAFE y desempeño de actividades docentes, atendiendo a los niños, niñas y adolescentes que atiende el CONAFE en los servicios de educación básica”, según respondió la SEP en una nota informativa.

 

Éstas son las mismas labores que hacen los “líderes para la educación comunitaria”, que ganan 3 mil 748 pesos mensuales por un ciclo escolar, pero al terminarlo, obtienen el pago de mil 240 pesos durante 30 meses como estímulo a que sigan estudiando.

 

El Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) tuvo un recorte de 26% en su presupuesto total de 2019 y de 1% en salarios. En 2019 hubo 4 mil 887 becarios de Jóvenes que “atendieron a 17,728 educandos, los cuales presentaron 11,317 exámenes de módulos, acreditando el 73%”, informó la SEP.

 

Dicha labor la desarrollan los asesores educativos, personas capacitadas por el INEA para la enseñanza de adultos, pero que no están contratados y su sueldo depende de productividad, es decir, por el número de personas que aprueben los exámenes por módulo o de acreditación de nivel educativo.

 

En Protección Civil hubo 10 mil 797 becarios, quienes sirvieron para formar equipos de protección civil en municipios, pues en la mayoría no les era posible tenerlos porque no tienen presupuesto estatal para contratar personal ni comprar equipo contra contingencias, refirió un exfuncionario del área que pidió no publicar su nombre.

 

En el Instituto Mexicano de la Juventud, los 4 mil 329 becarios sirvieron para poder llevar sus propias estrategias a más regiones. Por ejemplo, voluntarios del Imjuve impartían talleres a los jóvenes becarios, y luego éstos replicaban los cursos a otros jóvenes durante el año que mantuvieron la beca, según explicó el director de la institución, Guillermo Santiago, en entrevista.

 

Mientras que los 19 mil becarios adscritos a la Secretaría de Agricultura sirvieron como acompañamiento de los productores beneficiarios del programa Producción para el Bienestar en todo el país.

 

Los becarios recibieron capacitación en línea a través de programas diseñados exclusivamente para ellos, y en persona por parte de los técnicos productivos, para que luego pudieran asistir a los productores. Con esto buscan que “los jóvenes se involucren en el campo, creando buena sinergia”, afirmó Natividad Díaz, miembro del equipo de la Estrategia de acompañamiento técnico de la dependencia.

 

 

 

Este texto fue elaborado por el equipo de Animal Político y lo reproducimos con su autorización.

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