Sin Límites. Jorge Luis, el primer entrenador nacional de gimnasia en Guerrero está en Chilapa

Texto: Beatriz García

Fotografía: Cortesía 

6 de abril del 2021

Chilapa

 

Jorge Luis Miranda González, de 26 años, es el único entrenador nacional de gimnasia rítmica en el estado y está en Chilapa. Su sueño es que en la selección nacional estén niños y niñas de este municipio, y algún día ganen copas internacionales.

 

“La gimnasia rítmica es una disciplina en la que se combinan elementos de ballet, gimnasia, danza y el uso de diversos aparatos como la cuerda, el aro, la pelota, las mazas y la cinta. En este deporte se realizan tanto competiciones como exhibiciones, en las que la gimnasta se acompaña de música para mantener un ritmo en sus movimientos”, se lee en la página oficial de la Federación Mexicana de Gimnasia.

 

¿Para qué regresaste a Chilapa?, ¿qué haces aquí?, ¿por qué no te vas a Chilpancingo o Acapulco?, son los cuestionamientos a los que Jorge Luis se ha enfrentado desde hace ocho años que decidió instalarse en Chilapa para enseñar gimnasia rítmica.

 

Este municipio que forma parte de la Montaña baja de Guerrero está lleno de localidades que carecen de servicios públicos y con habitantes en condiciones económicas precarias. Lo habitan 123,722 personas y 70 por ciento de ellos son indígenas, de acuerdo con el censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

 

Jorge Luis tiene claro que Chilapa no es Acapulco ni Chilpancingo y aquí quiere estar. Para él la marginación en este municipio no es un impedimento para impulsar su disciplina. Le resulta todo lo contrario.

 

 

Así comienza todo…

Desde el salón que renta para impartir sus clases, la cual llamó Escuela de Gimnasia Rítmica y Gimnasia Estética de Grupo, contó cómo ha sido su travesía en Chilapa.

 

Jorge Luis estudió la licenciatura en Artes de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro) y en 2016 se certificó como entrenador nacional de gimnasia rítmica.

 

A los 16 años comenzó a practicar gimnasia, un poco tarde para la flexibilidad que exige la disciplina. Entonces, decidió dedicarse a enseñarle a niñas y niños pequeños.

 

En 2013 convocó a un curso de verano. Nadie llegó. En Chilapa no conocían el deporte.

 

Dos semanas después, la comadre de su mamá, cree que por consideración, mandó a sus dos niñas a tomar las clases que preparó en el patio de la Casa de la Cultura, ubicado en el barrio de San José, sobre tapetes y cartones de huevo. Una de ellas es Luz Daniela, de ocho años, a quien pronto le notó aptitudes para la gimnasia rítmica.

 

La destreza de Luz Daniela en la gimnasia rítmica

La colonia Emiliano Zapata en Chilapa es un asentamiento que se formó por migrantes de otras regiones, la mayoría en busca de nuevas oportunidades. Ahí confluyen ñuu savis, mephas, nahuas y mestizos. Los papás de Jorge son nahuas y ahí llegaron a vivir. Luz Daniela es su vecina.

 

“Estaba hecha para esto, extremidades largas, tronco cortito, flexible hasta más no poder. La parte triste de este deporte es que es muy costoso, es demasiado costoso. Al principio a la niña no le cobraba. Eran tantas las ganas de la niña que llegaba sola a entrenar en su bici. No me importaba estar con ella nada más, y fue que empezamos a darnos a conocer por redes sociales, con otros estados, con otros clubes”, narra el entrenador.

 

El alcance de los gastos lo ejemplificó a partir de los leotardos, uno básico cuesta desde 300 pesos, pero uno “bonito y barato” de 2,500 pesos hasta 10,000 pesos, éstos son profesionales: bordados, pintados, con cortes, plumas, cristales, ideales para una competencia», comentó Jorge Luis. También las pelotas que usan van desde los 300 hasta los 3,000; las clavas cuestan 800 pesos.

 

Luz Daniela tuvo que retirarse por falta de recursos económicos. Llegó el día en el que el entrenador no pudo costear más sus gastos.

 

 

Talleres, competencias y carencias

En los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, California, Estados Unidos de 1984, la gimnasia rítmica pasó a ser una disciplina olímpica, según la Federación Mexicana de Gimnasia.

 

La primera salida que Jorge Luis hizo con sus alumnas de Escuela de Gimnasia Rítmica y Gimnasia Estética de Grupo fue en 2016, a la Ciudad de México, a un campamento nacional, donde las niñas recibirían entrenamiento de gimnastas profesionales.

 

El costo por alumna era de 2,500 pesos. Jorge Luis tenía tres alumnas en ese momento. Luz Daniela todavía era parte del grupo.

 

Tuvieron que vender paletas, cenas, hacer rifas, pedir cooperación a cambio de demostración en el kiosco de la ciudad, en medio del frío y en condiciones poco aptas; las niñas se lastimaron sus manos.

 

El entrenador nunca dejó de motivar a los padres para apoyar a sus hijas. Para ellos también era nueva esa disciplina. A veces los papás pensaban que era mejor que sus hijas no participaran.

 

El día del campamento, el entrenador y las tres alumnas viajaron en autobús a media noche. Al llegar a la central de autobuses de la Ciudad de México esperaron que abrieran las líneas del metro, no podían pagar transporte particular. La cita fue en la delegación de Atzcapozalco.

 

La entrenadora de ese campamento quedó sorprendida. Por fin en Guerrero existía la gimnasia rítmica y dio la bienvenida al entrenador y a sus alumnas.

 

En ese momento, Guerrero siendo de los estados más pobres del país, empató con los estados del norte como Nuevo León y Tamaulipas, también con Yucatán, que es sede de competencias internacionales.

 

En 2016, fueron a Yucatán, ahora a un campamento internacional con la gimnasta rusa y medallista olímpica Aliya Garayeva. Les cobraron en euros, unos 4,500 pesos por niña. De las tres sólo pudieron ir dos y Jorge Luis. Viajaron en autobús 24 horas. Por poco y Jorge Luis no entra. Le dijeron que tenía que pagar inscripción. Lo reconocieron y lo dejaron pasar.

 

Estas experiencias se repitieron en otras salidas a Aguascalientes, Jalisco y Nuevo León, pero aun con las limitantes no les ha ido mal.

En el 2019 fueron a Monterrey, Nuevo León, al Torneo Nacional de Fundamentos. “Ahí son las (competencias) fuertes, donde uno aspira a nivel nacional “. Las niñas deben ir cada año, las evalúan y hacen carrera deportiva.

 

De 250 niñas evaluadas en ese torneo, las alumnas de Jorge Luis quedaron en los lugares 24 y 36. Le han ganado a Tamaulipas.

 

 

Falta de apoyo en la gimnasia rítmica

Han sido muchos obstáculos a los que el entrenador se enfrenta todos los días, pero no se desanima, siempre lo toma como parte del camino.

 

Las autoridades municipales y estatales del deporte no quieren apoyar a la gimnasia.

 

A Jorge Luis le tocó visitar autoridades municipales que a cambio de apoyo le piden devolver con simpatías para los servidores públicos. Para ir a Mérida con sus alumnas les dieron 5,000 pesos que apenas les alcanzó para la inscripción de una. El resto lo reunieron con varias actividades de fondeo.

 

En el gobierno del estado tampoco apuestan a la gimnasia.

 

“Hasta que no vean una medalla no nos van a apoyar. A mí me lo dijeron claro una vez: ¿dónde están sus medallas?, ¿dónde están tus logros? Cómo quieres que traiga una medalla si tú no me das apoyo”, cuenta que les dijo a servidores públicos del gobierno estatal.

 

En la actualidad, Jorge Luis cobra a las niñas 650 pesos al mes por entrenarlas. Su escuela cuenta con profesores de ballet y danza contemporánea que complementan los conocimientos que él brinda a sus alumnas. Poco a poco se suman, sobre todo niñas, que se familiarizan con la gimnasia, disciplina que define como “la reconciliación del arte con el deporte”.

 

A su escuela de gimnasia en Chilapa los ha visitado la campeona de los Juegos Centroamericanos y el Caribe y gimnasta rítmica individual, Ruth Castillo. Pero su estancia sólo duró un día, porque en un restaurante cerca de donde se hospedó atacaron a un hombre. Chilapa también es uno delos municipios más violentos de Guerrero sin que las autoridades frenen esta situación.

 

También dos veces los ha visitado la seleccionada nacional de gimnasia rítmica, la tamaulipeca Cindy Gallegos.

 

 

El primer niño gimnasta en Chilapa

“Los pocos niños que todavía se dedican a este deporte sufren la presión de un entorno de desigualdad que asocia la gimnasia a las mujeres”, así inicia un reportaje que publicó el Diario.es denominado Así desafían los estereotipos los niños que practican gimnasia rítmica: “sufren más insultos de lo que la gente lo imagina”.

 

Aunque este es un panorama gestado en España y que define lo que vive Eneko Lambea, campeón de España, en muchas partes del país y en Chilapa se vive.

 

Fernando Kevin es hermano de Jorge Luis y se dedica a la gimnasia rítmica.

 

El entrenador nunca pensó que su hermano se interesaría en esta disciplina y que tuviera el talento. Ha habido competencias en las que no ingresó porque de 300 niñas él era el único niño.

 

Pero la historia de Kevin, el niño que se enfrenta a los estereotipos de género desde la gimnasia, la contaremos en otra historia.

 

 

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