Retoman estudiantes normalistas lucha por los 43

Incendian puerta principal del Congreso local


 

Texto: Jesús Guerrero

18 de julio del 2020

Chilpancingo

 

A una semana de que la Fiscalía General de la República (FGR) dio a conocer que uno de los restos hallados en el municipio de Cocula pertenece al normalista desaparecido Christian Alfonso Rodríguez, unos 300 jóvenes de Ayotzinapa irrumpieron en el Congreso local en donde incendiaron el edificio con petardos y quemaron colchones después de rociarlos de gasolina.

 

«Ni perdón, ni olvido», decía una de las pintas que hicieron en la pared del edificio de las oficinas administrativas y donde despacha el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso, el morenista Jesús Villanueva.

 

Es la primera protesta más fuerte que en Guerrero realizan los normalistas de Ayotzinapa en lo que va del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

 

«Ninguna pandemia podrá callar el grito por la presentación con vida de nuestros 43 hermanos», gritó uno de los normalistas durante el mitin afuera del edificio legislativo poco antes de que ingresaran por la fuerza.

 

Con el edificio vacío, los jóvenes -unos con el rostro cubierto- derribaron la puerta de acceso al estacionamiento.

 

Los agentes de seguridad se replegaron hacia al fondo del estacionamiento para evitar una confrontación.

 

Posteriormente, los normalistas entraron en tropel a esta zona y se dividieron en varios grupos: unos se encargaron de lanzar petardos contra la entrada principal de acceso al edificio de los cubículos de los diputados y oficinas administrativas.

 

Otros normalistas les prendieron fuego a varios colchones que bajaron de los autobuses en los que llegaron.

 

Los desgastados colchones que les regala en esas paupérrimas condiciones el gobierno de Héctor Astudillo, eran de los dormitorios que tienen en las instalaciones de la Normal.

 

 

Petardos, bombas molotov y consignas en las paredes del Congreso local en la nueva jornada para  exigir mejores resultados en las investigaciones sobre los 43. Fotografía: Sergio Ocampo.

 

Los normalistas lanzaron los petardos a través de un tubo PVC.

 

Los que hacían esta acción se ponían en cuclillas en el piso y colocaban el tubo en dirección hacia algún punto del edificio y disparaban el petardo.

 

El ruido de la explosión lastimaba los oídos. Fueron más de diez explosiones que cimbraron el lugar.

 

La puerta de cristales del acceso del edificio de tres pisos del Congreso quedó hecha añicos.

 

El busto de cobre del coordinador del Congreso local, Armando Chavarría Barrera -asesinado a tiros el 9 de agosto del 2009, aquí en Chilpancingo-colocado a unos metros de la puerta quedó humeado.

«Ni perdón, ni olvido, castigo a los asesinos», gritaban los normalistas.

 

Como si fuera una acción perfectamente planeada, los normalistas no solamente llevaban petardos sino también bombas molotov hechas en un envase de refresco, gasolina y un petardo de 20 centímetros con una mecha.

 

Un cóctel de estos se quedó tirado en el piso sin explotar, a unos cinco metros de la entrada de la biblioteca del Congreso.

 

Cuando los normalistas se salían del estacionamiento, uno de los jóvenes colocó una caja con varias bombas molotov en el interior del módulo de seguridad.

 

Los jóvenes corrieron hacia los autobuses para huir y luego sobrevino la explosión que se escuchó a varias cuadras del Congreso.

 

El módulo quedó envuelto en llamas. Cobijas y sillas del interior de este local quedaron calcinadas.

 

En el mitin, uno de los jóvenes leyó un documento en el que el comité estudiantil Ricardo Flores Magón señaló que la salud como derecho de la humanidad se quebrantó y la insolente irresponsabilidad de las autoridades sanitarias ha paralizado el andamiaje judicial, impidiendo que los culpables salgan libres y los inocentes encarcelados.

 

«Pero algo que no puede parar la pandemia son las injusticias y el dolor de quienes las padecen y nosotros como normalistas no somos ajenos a esto y hemos buscado maneras de seguir exigiendo justicia y verdad por el caso de los 43 compañeros desaparecidos hace ya casi seis años», afirmó el normalista.

 

Poco después del mediodía, los normalistas abandonaron el lugar a bordo de siete autobuses.

 

Los diputados que a través de las redes sociales convocaron a la sesión de la comisión permanente en forma virtual, la suspendieron.

A los legisladores les avisaron de que vendrían a protestar los normalistas y por eso el estacionamiento estuvo vacío.

 

En los momentos en que se desarrollaba la protesta de los normalistas en el Congreso, el gobernador Héctor Astudillo transmitía en redes sociales su informe de los datos de la pandemia por el Covid-19 y se refirió a este hecho así: «tenemos conocimiento que en estos momentos los normalistas están haciendo desmanes en el Congreso».

 

 

Fotografía: José Luis de la Cruz

 

 

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