Texto: Marlén Castro
Fotografía: Lenin Mosso
7 de junio del 2020
Tixtla
El jornalero migrante que murió en el autobús de regreso a Guerrero el pasado domingo 31 de mayo tenía Covid-19, de acuerdo con los resultados que esta mañana compartieron las autoridades de Salud de la entidad con la presidenta municipal de Tixtla, Erika Alcaraz Sosa.
El jornalero, quien era parte de los 45 pasajeros de un autobús proveniente de Sinaloa, murió a unas cuatro horas de llegar a Tixtla. Autoridades de Protección Civil, de Salud estatal y del ayuntamiento tixtleco interceptaron el autobús con destino a Zoquiapa, una de las últimas comunidades de este municipio de la zona Centro del estado.
Al parecer, alguien del mismo autobús o familiares de los pasajeros de Zoquiapa, alertaron de que llegaría un autobús con jornaleros y que una persona había fallecido en el camino, por eso cuando arribaron al entronque a la carretera Chilpancingo-Tlapa, la unidad fue detenida.
Dentro de la unidad, efectivamente, venía un jornalero de 65 años, originario de Zoquiapa sin vida. Los 44 pasajeros restantes, la mitad de ellos menores de edad, fueron aislados en la Casa del Niño Indígena de la misma comunidad de Zoquiapa.
Hasta hoy domingo, las autoridades de Salud dieron a conocer a la alcaldesa de Tixtla que la prueba de Covid-19 al jornalero fallecido resultó positiva.
Alcaraz indicó que las personas confinadas hasta la fecha no presentaban ningún síntoma. “Todos han estado saludables estos ocho días. Están sin ningún problema. No hay temperatura ni muestran molestia alguna”, indicó.
Los confinados en el albergue de Tixtla fueron monitoreados todos los días por el médico del centro de salud de Zoquiapa.
La alcaldesa señaló que la indicación que tienen dado el estado de salud de las personas es que se irían a sus casas a continuar el aislamiento.
“Todas las mañanas nos han venido a checar la temperatura, todos estamos bien, si nuestro paisano hubiera muerto de coronavirus no estaríamos sanos”, dijo en entrevista uno de los confinados en el albergue.
A la misma hora que la alcaldesa de Tixtla informó sobre el resultado de la prueba al migrante fallecido, Marisela, una de los seis hijos del jornalero señaló que con ellos aún no se había comunicado nadie para informarles.
“No nos han dicho nada”, señaló Marisela vía telefónica.
El fallecido y los 44 pasajeros del autobús regresaban ese domingo 31 del municipio de Guasave, Sinaloa, a donde se habían ido desde el 14 de diciembre del 2019 al corte de chile morrón, tomate cherry y arándanos.
Se fueron contratados por una empresa agrícola de Batamonte, Campo el Gallo, del municipio de Guasave en Sinaloa.
Los jornaleros agrícolas son de tres comunidades, de Zoquiapa, de Chilacachapa y de Xochitempa, ésta última es una comunidad de Chilapa. Las tres comunidades registran alta migración al norte del país o a Estados Unidos. Son campesinos que migran en busca de trabajo en temporada de secas y regresan a las comunidades de origen al inicio de la temporada de lluvias para sembrar.
“Venimos persiguiendo la lluvia para sembrar pero estamos aquí encerrados”, se quejó otro de los jornaleros el día de la entrevista en el albergue.
Desde ese domingo 31 de mayo que se supo del fallecimiento del jornalero, los habitantes de Zoquiapa, una comunidad de origen nahua pero en la que ya muy pocos hablan esta lengua, se encerraron en sus casas, sobre todo porque a los recién llegados los llevaron al albergue de la misma comunidad.
Los días siguientes Zoquiapa se convirtió en una comunidad de calles solitarias, en las que se escuchaban solamente los ladridos de los perros.
Niños, hijos de jornaleros agrícolas, junto a ellos esperan para abordar el autobús que los lleva hasta los campos del norte del país.