Texto: Luis Daniel Nava
Foto: Jesús Rojas
22 de mayo del 2020
Chilapa
La contingencia por la Covid-19 doblegó la economía de la familia del señor Juan Nava, comerciante de cocos en la ciudad de Chilapa. De los 50 cocos que a diario vendía a unos metros del panteón municipal, vende un promedio de cuatro cocos al día.
Con los 100 pesos que obtiene por la venta de los cuatro cocos, deja una parte para volver a invertir y el resto para comprar tortillas y huevo para comer con su familia. Con eso no le alcanza para sostener a su familia.
Juan Nava tiene unos 20 años vendiendo cocos. Llegó de Atlixtac, municipio de la región Montaña, a Chilapa, ubicado en zona Centro, en busca de trabajo. El señor probó con la venta de cocos que le funcionó y desde ahí le agarró amor a su oficio.
Todos los días sale a vender a su caseta de madera de unos cinco metros cuadrados. De esa manera ha mantenido a su familia. Juan Nava tiene aún a uno de sus hijos estudiando.
Su local está ubicado en la avenida Prolongación Constitución, a unos metros de la entrada del panteón de la ciudad que permanece cerrado como medida para evitar la propagación de la Covid-19. También le queda de paso a los estudiantes del Conalep que de igual forma ha suspendido actividades.
Desde inicios de abril ya había bajas ventas por la poca movilidad y con el cierre del panteón, casi no tiene clientes.
“No tenemos estudio y pues le buscamos al trabajo. Vi que me fue bien en el primer viaje que eché de coco y empecé a vender más o menos bien. Y ahora seguimos con lo mismo. Pero a finales de marzo, las ventas comenzaron a caer”, cuenta el vendedor.
Antes de la pandemia vendía 30, 40 y hasta 50 cocos al día, pero desde hace más de un mes la venta mermó al grado de que 15 cocos le han llegado a durar 15 días.
Al momento de la charla, a la una de la tarde y con una temperatura de 30 grados, Juan ha vendido sólo cuatro cocos. No hay nada, dice, mientras algunas familias llegan al panteón con flores pero se regresan porque está cerrado.
“Las bajas ventas son por la enfermedad Covid-19 que pues está pegando pero quien sabe porque nosotros no sabemos, no salimos a otros lados”, comparte.
Explica que la afectación es porque ya nadie quiere salir y ha sabido de pueblos que han cerrado sus entradas.
“Traemos poquito coco para que nada más vayamos sobreviviendo. Vamos al día nosotros”, cuenta.
Juan recomienda su suero natural
En su crisis de ventas, el señor Juan recomienda su producto como un suero natural que puede inhibir las enfermedades provocadas por el piquete de zancudo, como la Chikungunya, para regular la presión de la sangre y reducir los triglicéridos.
“El coco es bueno para el cuando te pica el zancudo, te pega la Chiconkuya, todo eso. Te tomas unos cuatro o cinco diarios en unos tres días y te compones rápido”, asegura.
También lo recomienda para aumentar las plaquetas de la sangre, que por las muchas vitaminas que contiene el coco, dice, es un suero natural.
Antes de la contingencia don Juan llegaba a su casetita de madera a las ocho de la mañana y se iba hasta las cuatro de la tarde. Ahora espera hasta las tres de la tarde cuando ve que ya no hay nada.
“Con esos cuatro cocos ¿pues qué?: nomás para el coco y para comprarlo es caro y para mantenerse. Me gasto los 100 pesos, nomás en las tortillas y unos huevitos, con eso comemos, se gasta todo, ya no podemos ganar más de la vida”.
Confía aun con su situación que resistirá la contingencia económica.
“Tenemos que aguantarnos. Uno tiene que ir al día, tiene que almorzar, tiene que comer, aunque sea unos frijolitos, lo que haya, tiene que pasarla porque en realidad esta toda caído”, explica mientras pela un coco de media cuchara.
Hasta este 22 de mayo, de los 984 casos acumulados de contagios de Covid–19 en Guerrero, al municipio de Chilapa corresponden 11.